Roxanne

El llanto del mocoso en la otra habitación me desconcentra, me enfurece y siento que la cabeza va a estallarme en cualquier momento. A esta hora la mujercita de Luka ya debe de haber recibido la prueba de paternidad que acabará con su matrimonio de una vez por todas y no puedo esperar para que eso suceda.

Odio tener que estar aquí recluida como una prisionera, cuando ya debería de ser la dama de la mafia, ese es mi destino, por lo que he luchado todo este tiempo. Cuando dejé plantado a Luka y me uní a Luciano jamás imaginé que este tendría menos ambiciones que mi exnovio, por eso me deshice de él y, aunque me gustaría contar con Luka como mi pareja y poder gobernar nuestras mafias juntos, tampoco dudaré de borrarlo del mapa si pienso que puede ser un estorbo en mi ascenso hacia mi objetivo.

El niño sigue llorando y voy hacia la habitación donde la cuidadora se encarga de él, pero hace un pésimo trabajo, pues no es capaz de mantenerlo callado por cinco minutos.

—¡¿Qué le pasa a