AlinaObservo a Luka retirarse en el auto después de haberme dejado en casa. Todo lo que hizo por mi abuela el día de hoy ha hecho aflorar un cálido sentimiento en mi pecho que, si bien puede ser agradecimiento, se siente como algo mucho más fuerte y arrollador.Permanecimos todo el día en el hospital, y no regresamos a casa hasta que se llevó a cabo la operación a mi abuela que, gracias a Dios, salió de manera exitosa y ella debe mantenerse en el hospital durante algunos días para llevar a cabo su recuperación post operatoria. Después de eso será llevada a la nueva casa que Luka compró para ella y será atendida por las enfermeras que también contrató.Sin duda estoy sorprendida de la generosidad de mi esposo, si me lo hubieran dicho, nunca hubiera creído que el capo de La Cosa Nostra, encargado de la ciudad de Nueva York, sería tan benevolente. Más bien lo imaginaba como un hombre frío, capaz de eliminar de su camino a cualquier estorbo que se interpusiera a sus planes que conquista;
AlinaMe quedo atónita ante la confesión de la mujer que no para de hablar y de humillarme, mientras que mi mente se encuentra trabada rememorando todo lo que ha sucedido con Luka desde la noche que nos entregamos a nuestros deseos. Mi pecho se oprime ante el dolor del engaño. Aún puedo sentir el calor de su cuerpo sobre el mío en la cama que desde entonces compartimos.De verdad pensé que las cosas entré él y yo podían llegar a funcionar, que de alguna manera nuestra historia terminaría siendo como las de esos libros que me gusta leer, donde los protagonistas comienzan fingiendo tener una relación, y con el tiempo se van enamorando. Él descubre que ella es la mujer que siempre había estado esperando, y ella no podría estar más enamorada del hombre que ha cambiado por ella.«Fui una ilusa»Eso en la vida real jamás pasa, y ahora más que nunca me ha quedado claro.—Lo siento, linda, pero no creíste que Luka se enamoraría de ti ¿cierto? —indaga fingiendo una preocupación que, obviamente
LukaYa pasan de las siete de la tarde, la oscuridad de la noche cada minuto se hace más densa y el frío comienza a calar los huesos con la ventisca que se ha soltado de pronto. Alina no aparece y mis hombres no la encuentran por ningún lado, llevan todo el día en su búsqueda, y mi cabeza quiere estallar de solo pensar que algo pudo haberle pasado.Ya me harté de sus malas decisiones, de que me contradiga siempre que le dé la gana, como si desafiarme le diera satisfacción y le devolviera un poco de la libertad que jura que le hace falta.Camino con un león enjaulado en mi habitación, ya perdí la cuenta de los cigarrillos que he fumado tratando de mantener a raya mi ansiedad, y solo he logrado que mi pecho duela debido al humo ingerido. No estoy acostumbrado a hacerlo, solo en ocasiones como esta, cuando mis nervios necesitan un calmante.Observo mi teléfono cada dos o tres minutos, con la esperanza de encontrar no sé qué, y no es hasta que uno de los guardias de la entrada me habla pa
LukaLa ambulancia llega y los paramédicos revisan a Alina antes de subirla a la unidad. Al parecer solo es un desmayo, sin embargo, hay estudios que deben realizarle para descartar posibles traumas.—Luka… —balbucea adormilada mientras nos dirigimos al hospital.—Aquí estoy, estarás bien, ya te están atendiendo —digo tomando su mano.Una extraña satisfacción me invade al escucharla preguntar por mí, pero alejo ese pensamiento y lo escondo en lo más profundo de mi ser al recordar que está a punto de dejarme; no volveré a aferrarme a una persona, solo para perderla de nuevo.Alina vuelve a desmayarse después de escucharme y en pocos minutos ingresamos al hospital. El equipo médico llega para atenderla y llevarla al área de revisión y, aunque no me permiten entrar con ellos, hago caso omiso y los sigo hasta la habitación sin soltar la mano de mi esposa.—Señor, lo sentimos, pero no puede estar en esta área —me informa uno de los médicos más jóvenes que se está encargando del caso—. Le p
LukaDejo a Alina en casa, ya se encuentra notablemente más tranquila y pido a Chiara que se encargue de todas sus necesidades.Salgo en busca de Roxanne, debo hablar con ella, tengo que pedirle una explicación sobre lo sucedido. Cómo es que se ha atrevido a decirle a mi esposa todo lo que le dijo. No le quedan esos arranques de celos, ni mucho menos la posesividad con la que quiere tratarme.La encuentro en su departamento. Abre la puerta casi inmediatamente después de que timbro, supongo que ya se esperaba mi visita después de la imprudencia que cometió con Alina.—Pasa, querido, supongo que vienes a hablar sobre tu hermosa esposa trofeo —musita escurriendo veneno en cada palabra.—Supones bien —respondo entrando al departamento tras ella—. Quiero que me expliques qué fue lo que le dijiste —pido, fingiendo tranquilidad—, así puedo saber cómo manejar la información con ella.—Se lo conté todo —murmura indiferente, paseándose de manera seductora frente a mí. si supiera que lo único qu
AlinaHan pasado tres semanas desde que Luka se enteró de mi embarazo y, aunque se ha portado muy bien conmigo desde entonces, aún no logro sacar de mi mente las palabras hirientes de Roxanne. No sé si se debe a las hormonas que me están jugando una mala pasada, o al hecho de que Luka me importa más de lo que quiero admitir y de solo pensar en que nuestro matrimonio termine y él se vaya directo a los brazos de esa arpía, mi estómago se revuelve y las náuseas me hacen corre al baño y regresar lo poco que había podido ingerir este día.—Señora, la noto muy mal, no se está nutriendo lo suficiente —dice Chiara con preocupación al verme vomitar nuevamente—. Si no fuera por las vitaminas, ese pobre bebé no tendría un sustento para poder vivir.—Lo sé, Chiara, pero ¿qué quieres que haga?, no lo puedo evitar. —Sollozo sin saber por qué.Me siento más triste que nunca, siento que todo el peso del mundo se mantiene sobre mis hombros.Aunque realmente nunca me imaginé pasando por un embarazo, no
AlinaLas semanas han pasado lentamente, pero cada vez más me hago a la idea de tener a este bebé; Luka se ha mantenido muy cerca de mí y mi estado de ánimo ha ido mejorando poco a poco. Fuera de las hormonas que me hacían actuar de manera extraña, he descubierto que en verdad siento algo fuerte por mi esposo. Me basta tenerlo a mi lado para que mi día mejore, y cada vez que dormimos juntos, es como si nada más en el mundo importara.He comenzado a sentirme muy cómoda con este matrimonio y sufro al pensar en que llegará el día en que deba terminar. Realmente me veo en un futuro con él y nuestro hijo.—Chao, bella —Luka entra a nuestra habitación saludando con ese acento que me gusta tanto y provoca escalofríos en mi columna vertebral—, he traído algo para ti.—¿De verdad?, ¡¿qué es?! —pregunto con emoción desmedida.—Ábrelo —pide entregándome una cajita de joyería. Mis ojos se cristalizan al ver la hermosa cadenita de oro que contiene en su interior. Últimamente ha tenido varios detal
LukaMi humor no ha hecho más que empeorar con cada kilómetro que me alejo de casa y me acerco al departamento de Roxanne. Ahora mismo podría estar en brazos de mi esposa, haciéndole el amor despacio, sin prisas; disfrutando a su lado de la noticia que nos han dado hoy. Sé bien que no hay ninguna emergencia, que solo ha usado ese pretexto para chantajearme y, desgraciadamente, le ha funcionado.Llego a su edificio y Mario estaciona el auto, me quedo unos minutos decidiéndome entre bajar, o no hacerlo, tomando valor para poder afrontar las locuras de la mujer que se siente dueña de mi vida y de mis actos, cuando, muy en el fondo, sabe perfectamente que me tiene en sus manos.«O, eso es lo que cree»Después de pensarlo durante un tiempo, salgo del auto y me dirijo al departamento de Roxanne. Toco el timbre e inmediatamente abre la puerta. Me lamento al instante de haber venido, cuando la veo enfundada en un conjunto de lencería que no deja nada a la imaginación; encima solo lleva puesta