—¿Oriana? ¿Estás bien? Tu cara parece un tomate de lo roja que está —preguntó Jax desde su asiento.¿Y cómo no iba a estarlo después de ver a esa garrapatosa pegarse tanto a él como si tuvieran una confianza íntima de hace mil años?Suspiré para calmarme, no tenía que demostrar lo que sentía para no causar ningún problema, por más que me carcomiera un nuevo sentimiento desconocido que no podía controlar muy bien como a otros.Recuerda, Oriana, no debes mezclar sentimientos con tu trabajo.—Descuida, solo me confundí con una palabra y se me fue la mano —mentí, tratando de arreglar las teclas que se habían salido.—¿Ella es Oriana? —cuestionó la rubia, sorprendida—. Increíble. Sabía que la tenías aislada, pero no me imaginaba que en tu propia oficina —añadió, risueña.—No es buen momento para decir eso —respondió él.La mujer se levantó y quedó frente a mi escritorio, no pude evitar dejar lo que estaba haciendo para verla directo a los ojos. La sonrisa carismática no se le desaparecía y
Regresé a la oficina con el teclado en mano y miles de pensamientos dudosos en mi mente. Estaba feliz de ver que Richard había recibido su merecido, pero por otro lado me preocupaba que quisiera vengarse justo como yo quise al principio...¿Y si buscaba la manera de perjudicar a Jax?—Oye... ¿Podemos hablar? —pedí, sentándome en mi escritorio.—Claro, cuéntame tus dudas. Soy todo oídos para ti —Dejó lo que estaba haciendo y se centró en mí.—Allá abajo vi las noticias... —empecé, me tomé una pausa antes de soltar todo—: A lo que voy es que, dejaste a Richard en la ruina y el mundo entero sabe que tienes una prometida misteriosa. ¿Cuándo pensabas contarme lo que harías?Me crucé de brazos, echada hacia atrás en el sillón, como estábamos al lado el uno del otro se me facilitaba verlo a los ojos. Él apoyó ambas manos encima del vidrio templado.—¿No recuerdas cuando mencioné que se lo contaría a la prensa? Juré hundir a Richard por el daño que intentó hacerte, tenía que entender que conm
Dos días habían pasado desde el encuentro interrumpido que tuvimos Jax y yo en la oficina. Me daba coraje tener que ayudar a Zoe en la suya redactando un informe sobre las empresas... ¿Por qué no lo hacía alguien más? ¿Tal vez Jax me mandó para que me llevara bien con ella? Porque la simple sonrisa amigable de la mujer me daba un agrio sabor de boca.Se suponía que era la secretaria personal de Jax, no de sus colegas...Tsk.El lugar de trabajo de Zoe era más pequeño que el que acostumbraba, no tenía dos computadoras por lo que me cedió su puesto para que yo le hiciera el jodido trabajo, aunque ella estaba hablando por el celular, al pendiente de lo que ocurría en el edificio mediante la línea.Suspiré.Ella me había tratado de sacar conversación en todo momento, pero yo evitaba utilizar oraciones largas porque vamos, esa rubia interrumpió un momento importante entre Jax y yo, y a parte le tenía mucha confianza al pelinegro.¿Eran celos? Pues sí, tenía que admitir que me di cuenta que
Terminé de tomarme el café junto a Zoe y no pensé que me agradaría, hice mal en pensar lo peor de ella sin conocerla a profundidad. Pero es que los celos que me provocaba no ayudaban para nada. Iba de camino a la oficina de Jax, aunque no hizo falta pues el pelinegro se encontraba en la recepción hablando con Pablo, quien también estaba preparando sus cosas para marcharse ya que el edificio trabajaba solo durante el día.Zoe se despidió de mí y caminó hacia el ascensor, todavía tenía que zanjar unos asuntos antes de irse y verificar que el personal también estuviera listo.—Ya veo que estás aprendiendo a flojear como Zoe —Jax se cruzó de brazos al verme.—Faltaban quince minutos para salir y ya habíamos terminado, ¿está mal? —resoplé, con la mano en la cintura.—Bueno, chicos, yo me retiro y los dejo discutiendo sobre sus temas maritales —intervino Pablo, sosteniendo un bolsito en su hombro.Primero vino hacia mí y me besó la mejilla en un símbolo de despedida, luego intentó hacer lo
Dejé que el agua de la bañera me envolviera por completo y preparara mi cuerpo para lo que se avecinaba. En ese momento estaba dudando, tal vez hice mal en invitar a Jax a mi habitación con intenciones ocultas que no le demostré.Pensé que mi mente sería fuerte en decirle que sí quería casarme con él, que aceptaba la tan ansiosa propuesta que me hizo hace un tiempo, cuando me encontró vagando por las calles de la ciudad.Fue el hombre que me salvó de morirme bajo un puente, el que me dio una segunda oportunidad de vida, a pesar de que esta había sido arrebatada por Richard... Cuyo nombre todavía me hacía hervir la sangre y que se me forme un nudo en la garganta por la repulsión.¿En qué momento cambié de opinión? Tal vez al darme cuenta que Jax no buscaba hacerme daño, no era una amenaza como pensaba al principio. Quería ayudarme de verdad, cabe la posibilidad de que me estuviera ocultando algo más sobre el compromiso... Pero a esas alturas ya confiaba lo suficiente en él como para im
El miembro de Jax parecía haber sido tallado de una manera excelente, lo suficiente para tener marcadas muy bien las venas en la posición adecuada, junto a una piel delicada por encima que lo cubría.El hombre no esperó a que mis ojos lo detallaran por completo y procedió en ponerse el preservativo, había que tener cuidado si no queríamos tener hijos antes de casarnos... Inhalé hondo, el cuerpo de Jax era un monumento comparado con el mío.Me sentí opacada entre tanta capa muscular, definida y hasta sus nalgas estaban más firmes y redondas que las mías. Me quedé embelesada viéndolo ajustarse el plástico encima de su masculinidad.Jax se inclinó para darme un corto beso en los labios y quedar nuevamente sobre mí. Nuestras partes estaban rozando y eso solo me ponía más ardiente, más deseosa de tenerlo. Mis jadeos salían cada vez que Jax jugueteaba en mi zona más tierna, no podía evitarlo, era como si tocara un botón en mí que me causaba miles de corrientazos extremos, obligándome a arqu
—De acuerdo... Oriana, necesito que revises mi agenda para los próximos días, el sábado necesito estar libre y tú también, te tengo una pequeña sorpresa —habló Jax desde su escritorio en la oficina.Estaba muy concentrado en lo que hacía porque le habían dado el visto bueno en construir un nuevo hotel en otro país, tal vez tendría que viajar para verificar la evolución o estar pendiente de que hagan todo bien, todavía no me había informado sobre ese detalle...Me dolería un poco que Jax se fuera durante un tiempo.—Entendido, señor —afirmé, revisando el documento en la computadora donde tenía su horario.Me sorprendía la eficiencia de Jax en tener al menos una reunión cada día con algún socio antiguo o un nuevo inversionista, el hombre trataba de encargarse de todo solo para que yo no tuviera que reunirme con nadie... Por más que eso alimentara mis capacidades.Desde lo que pasó con Richard en la sala de reuniones, no quiso arriesgarse conmigo en mandarme a reuniones de negocios por é
Zoe abrió la puerta de la cafetería haciendo sonar la típica campanilla. Ya habíamos buscado a Pablo en la recepción y dejó a un compañero que apareció de la nada a cargo mientras él tomaba su descanso.Entramos y por alguna razón no había tanta gente como las veces anteriores, como mucho habían tres mesas ocupadas. Nos fue fácil conseguir una a lo lejos y sentarnos, cerca de la ventana para apreciar el entorno de afuera en donde pasaban autos de un lado a otro y personas por la acera.—¿Y bien? ¿Cuál es el misterio? —indagué, juntando mis manos sobre la mesa.Pablo se había sentado frente a mi y a su lado Zoe, o sea que yo podía verle fácilmente las caras a los dos. El castaño comprimió la sonrisa, acomodó sus lentes y carraspeó antes de hablar.—Creo que próximamente tendré un novio muy rico, en todos los sentidos.Mi ceño se frunció. Zoe parecía estar emocionada ante la situación, pero yo no comprendía bien qué significaba eso a parte de haber tenido doble sentido la oración.—Cuén