AURORA1 mes después.–Aurora podrías venir por favor.La voz de la directora me hizo alzar la cabeza de mi libro.–Claro –respondí ordenando mis cosas–. ¿sucedió algo?–Nada de que preocuparse, solamente requieren de tu atención.Fruncí el ceño, pero no la refute. Una vez guardé mis cosas me puse de pie y la seguí de cerca mientras salíamos de la pequeña biblioteca que había en el recinto.–¿Alguien tuvo alguna queja? –volví a preguntar con nervios.Había avanzado en mi curso de obstetricia y ya era capaz de atender consultas por mí misma, pero siempre siendo supervisada.–No linda, nada de eso –miro de reojo en mi dirección–. De hecho, te han pedido exclusivamente para una ecografía.–Oh –exclame mientras suspiraba de alivio–. Pensé que algo malo había sucedido.Una pequeña risa broto de mi directora y asintió en acuerdo.–Suele suceder eso cuando nos llaman a algún lugar, siempre pensamos lo peor.–Sí –respondí con una sonrisa.Avanzamos por los pasillos de la clínica hasta llegar
BRENINUn año después.Era un cobarde.Joder, jamás me mi vida me había intimidado con algo o huir de alguna situación, pero ahora eso era exactamente lo que hacía.O más bien, venia haciendo desde hace un año.Desde su cumpleaños.Más específicamente desde esa caminata a la cascada.–Eres un cobarde –Antón volvió a decirme por millonésima vez–. Ambos sabemos de lo que ella ha querido hablar, pero te alejas.–No puede ser posible, simplemente no puede ser.Murmuré mientras caminaba por el sendero hacia la mansión. Aurora me había enviado un mensaje preguntándome a que hora llegaba, pero no le respondí.–¿Por qué no? Siempre nos hemos sentidos cómodos con ella –ronroneó–. Además, me encanta el olor a maracuyá.Esa fue la señal más obvia de lo que sucedía, su aroma.En como ese día admitió usar cosas con olor a vainilla, pero nada más. Y fue cuando lo supe.Cuando todas las pistas se conectaron y llegué a la conclusión que logró desestabilizarme.–Simplemente no se puede, quizás no sea
AURORADOS MESES DESPUÉS.Golpeo con impaciencia mi lápiz repetidas veces sobre la mesa, terminé el examen hace aproximadamente diez minutos, pero no quiero volver a ser la primera en irme otra vez.Disimuladamente veo hacia los lados viendo si alguno de mis compañeros muestra señales de estar siquiera en el final del examen, pero sus caras de concentración y sufrimiento me dicen lo contrario.Suelto un suspiro y me coloco de pie cuando mi estomago gruñe de hambre.–¿Lista Aurora? –el profesor pregunta alzando la vista.–Sí, aquí tiene.–Muy bien, gracias –recibe las hojas dejándolas sobre su carpeta–. Puedes irte, no habrán clases en la tarde.–Oh, bien... adiós.–Adiós Aurora.Sin hacer mucho ruido volví a mi puesto y recogí mis cosas para luego salir del salón. Siempre era la primera en terminar, por más que intentara retrasarme para no serlo, fallaba todas las veces.Mi estomago volvió a gruñir y maldije en voz baja ante la sensación de vacío en él mientras sacaba mi mochila del c
BRENIN1 mes después.Con cuidado de no estropear nada termino de rellenar el último panecillo, lo dejo con cuidado junto a los otros dentro de la bandeja y sonrío complacido con haberlo hecho bien para mi pelirroja.—¿Terminaste? —la voz de Rosita interrumpe mi momento de admiración.—Ajá —señalo con mis manos mi obra de arte—. Todo listo.—Muy bien, ¿Puedes llevarlos a la mesa?—Si, ¿a qué hora llegan los invitados? —pregunto tomando el plato.—Mh…—ve la hora en el reloj de su muñeca—. Deberían comenzar a llegar.—¿Y donde esta Aurora?—Debe estar arreglándose, Isa quería hacerle trenzas.Asiento con la cabeza una vez y salgo de la cocina adentrándome en el desorden que es el comedor. Personas van y vienen llenando las mesas de comida y bebestibles para celebrar a mi princesa.Dejo el plato que traigo junto a los demás y lo admiro unos momentos mientras los comparo con los otros. Se nota de lejos que no fue hecho por los cocineros porque los panecillos no están bien ordenados ni bie
Aurora5 meses despúes.Intento calmar mi respiracion lo mejor que puedo mientras avanzo por el bosque, esquivando los árboles y con mis sentidos agudizados atenta a todo lo que me rodea.–No pierdas el ritmo, nosotras podemos –Anahí habla con la voz entrecortada por esfuerzo como si fuera ella la que corre.–Lo sé, mantenme informada si escuchas algo… se que están cerca, puedo sentirlos.–Yo también, puedo olerlos…–susurra–. Es imposible ocultar su olor de nosotras.Una sonrisa ladeada se forma en mis labios ante sus palabras, porque tiene razón. Es imposible ocultar su aroma a café, pese a que es leve lo que puedo sentir en él, está ahí.Y sé que en 3 meses más podré sentirlo con mayor intensidad.–Ahí vienen…–susurró Anahí como si pudiera oírla.Otra sonrisa tiró de mis labios cuando efectivamente en mi flanco derecho pude escuchar las pisadas firmes de un hombre o mejor dicho, de un lobo.Me incline en su direccion acercandome a él y cuando lo sentí lo suficientemnte cerca, salté
BRENINUN MES DEPÚES.Con la vista recorrí el lugar, mis ojos moviéndose sobre cada persona por no más de unos pocos segundos porque aquella persona que buscaba no estaba. Se supone que ella estaría aquí, que todos estariamos aquí, pero últimamente me ha estado evitando.O al menos eso es lo que creo.Y no me agrada.–¿Dónde crees que puede estar? –Antón pregunta.–No lo sé…–suspiro–. El último mes no hemos sabido mucho de ella.–Nos está ignorando, ¿por qué hace eso? –gruñe–. La extraño…–No seas dramatico, la vimos anoche en la cena.–Sí, pero últimamente solo la hemos podido ver en ocasiones así –vuelve a gruñir–. Ya no pasa tiempo con nosotros.Y como si la hubieramos invocado, la melena roja llamó inmediatamente mi atencion. Logrando que cada terminacion nerviosa de mi cuerpo estuviera enfocada solo en ella, en cómo se movía por el cementerio junto a Brandon. –Con razón no estaba aquí –murmura Antón.No respondí nada y solo segui su camino con la mirada mientras se acercaban a A
AURORAUN MES DESPUÉSCamine sigilosamente entre los pasillos de la biblioteca esperando no ser vista o interrumpida, necesitaba llegar hacia el area de libro “prohibidos”. Que más que prohibidos, eran libros de lengua antigua que no todos podrian tener acceso a ellos debido a la informacion que poseian. –¿Crees que nos dejen pasar? –preguntó Anahí.–Eso espero, es la unica opcion que nos queda. He estado averiguando por todas partes, desde libros al internet sobre la marca que tengo en el brazo, pero no he podido dar con una respuesta clara. Lo unico que logré averiguar es que, tal como sospechaba, está hecha con magía. Ahora, el por qué me la pusieron a mí o para qué sirve realmente sigue siendo un enigma. Llegamos hacia al area donde necesitamos entrar y me detengo abruptamente en la esquina del pasillo cubriendome con el estante de libros al verlo.Brenin.–¿Qué hace él aquí? –susurro a la nada.Me asomo levemente para poder verlo y como siempre me sucede, mi corazón se aceler
AURORADOS SEMANAS DESPÚESBajo las escaleras tranquilamente escuchando el como todos ya se encuentran en el comedor disfrutando del desayuno, conversando y riendo, logrando sacarme una pequeña sonrisa a mí también al saber que soy afortunada de la familia que tengo, pero me detengo levemente por unos milisegundos antes de seguir mi camino cuando el aroma tan caracteristico que me encanta no se encuentra en el aire. Paso por el umbral que conecta living con comedor y la cara de toda mi familia me recibe, excepto la de él.–Buenos días princesa –papá es el primero en saludarme–. ¿Cómo dormiste?–Bien, gracias –le sonrío acercandose a la cabecera de la mesa para besar su frente–. ¿Ustedes cómo están?–Todo bien hija –respondió mamá mientras me acerco a ella para también besarla–. ¿Tienes hambre?–Sí, desperte hambrienta –me acerco a la silla para comer de mi hermano que tiene toda la comida regada sobre la mesita–. ¿Cómo estás hermoso? –le pregunto llamando su atencion y ganándome una