*John*
—Sí, lo hará en la siguiente Luna y anunciará la asunción de Sebastián—dijo igual de segura que antes.—¿Puedes explicarme cómo es eso?—cuestione intrigado, todo este plan de Reichel me estaba generando demasiadas preguntas.—Una guerra se aproxima, soy la compañera de Sebastián, como tal tu familia debe protegerme, pero si Sebastián asume el Trono yo sería Reina así que todos los Lobos deberían defenderme—explicó y se quedó pensando unos minutos—no entenderás nada ahora, si te lo intento explicar tu mente sólo se confundirá más, debes confiar en mi John—dijo al ver que no llegaba a ningún lado con su explicación.—¿Guerra? ¿Entre quienes?—pregunte con preocupación.—Entre todos, acusare a varios Reyes de asesinato y muchos líderes se pondrán en pie de guerra a favor y en contra nuestra—dijo, su seguridad me daba más miedo que sus palabras.—¿Guerra? Hace trescientos años no hay guerras entre las distintas Razas—afirmó Mat*Sebastián* John salió de mi oficina, él no mentía, pero no había esencias alrededor de él que me indicaran que estuvo con Reichel. —Nuestra Luna nos abandonó—dijo Gregory triste como un perro abandonado. Me quedé pensando unos minutos. Al fin llamé a Rouse y cancele la reunión con su familia, le dije que tenía trabajo que hacer y no podía posponerlo, al final nos reuniríamos el jueves. Si voy a la casa y ella no está, le arrancaré la cabeza a John. Gregory no volvió aparecer, ya llevaba meses sin hablarme, al escuchar el nombre de Reichel se ilusionó, pero sin esencias sólo volvió a desaparecer. Era martes y llegué a la casa, fui recibida por una Caroline feliz de verme, me abrazó y le devolví el abrazo sin ningún ánimo de demostrarle cariño. —Hey, llevas meses sin verme y así me saludas—dijo al ver que no tenía ganas de abrazarla. —No me quedaré por mucho tiempo—dije entrando en la cocina.
*Sebastián* —Rei tapate la espalda—dije intentando sonar tranquilo pero la voz me salió ronca. Ella me miró y solo sonrió. —¿Mañana podemos ir a comprar los regalos no?—preguntó Sara intentando cambiar de tema. —Sí, pero no llevemos a los niños, que tal salida de solo chicas—dijo con los ojos blancos. —Me parece genial—comentó Caroline con rapidez. El Lobo que la acompañaba regresó y se puso a su lado. —Cuando dirán algo ustedes dos—les dijo mientras miraba al Lobo y luego a Caroline. —¿Amor te diste cuenta?—preguntó él mirándola solo a ella. —No puedes permitir que le hable así a nuestra Luna—dijo Gregory furioso. —Huelen asquerosamente a compañeros—dijo y sus ojos volvieron a su color natural—Misrreal dice que si vuelves a insultarla no se controlara—dijo mirándome a mí. —¿Podemos ir a hablar afuera?—preguntó el Lobo a Caroline. Esta asintió y salieron afuera.
*Reichel* Me llevé a Ann a la ducha, la abrí y nos metí adentro, su sensibilidad era tal que no resistía que personas nuevas la tocaran, tenía visiones del pasado, el presente y el futuro sin poder controlarlo. Una vez que se calmó salimos, sus hermanos nos esperaban en el salón con Jack. —¿Cocinaras tú?—pregunté al Lobo que me miraba tiernamente. —Claro amor, yo me encargo—dijo sin dejar de mirarme así—¿Qué dice Misrreal respecto a Sebastián?—dijo más serio. —¿Qué voy a decir? Que quiero matarlo con mis propias manos porque no solo se quiere casar, sino que lo quiere hacer con esa Vampira—gruño mi Loba en respuesta. —Mejor hablemos de otra cosa—respondo con una sonrisa falsa. —De acuerdo, ¿Gemelos?—respondió y luego sonrió de oreja a oreja haciéndome una pregunta sencilla. —Así es, dos bebés—respondí mostrando dos de mis dedos. —Eso se oye genial, ¿para cuándo crees que serás tía de tu otra h
*Reichel* Misrreal miró a Jack y luego tomó nuestra forma humana, cruzó el salón completamente desnuda y no le importó, era una costumbre que se le había quedado grabada, ella no tenía ningún pudor frente a nadie. Inmediatamente Sebastián lanzó un gruñido y se fue tras ella. —¿Qué demonios haces?—grito cuando entramos a la habitación, Misrreal aún tenía a Ann en brazos. —¿Qué crees que hago?—fue su respuesta aun no me devolvía el control de nuestro cuerpo, dejó a Ann en la cama que inmediatamente se transformó en humana y se quedó sentada viendo la escena. —Todo el mundo acaba de verte desnuda—volvió a hablarle en gritos. —Sí, ¿no te gusto?—respondió ella, lo estaba desafiando. —Misrreal no hagas una estupidez frente a Ann—fue lo único que comente, sabía a donde quería llegar mi Loba. —¿Te burlas de mí?—dijo aún irritado. —¿Yo?—dijo mientras pasaba nuestras manos por todo nuestro cuerpo—¿no te
*Sebastián* —Eres un idiota—dijo Gregory con rapidez. —No digas nada que tú también estabas furioso—respondí intentando calmar mi ira. —Debemos escuchar a nuestra Luna, no andar golpeándola—me recrimino mi Lobo. Deje a mi Lobo hablando solo, aunque tenía razón, debo escuchar a Reichel, pero su Loba es todo menos habladora, se cree demasiado poderosa. —Nuestra Luna era poderosa antes de tener a su Loba, ella solo es una parte más o solo es una parte dividida de Reichel, recuerda que la Diosa Luna la eligió para nosotros antes de su nacimiento, por ende, Reichel y Misrreal ya existían desde antes—dijo en un intento de volver a psicologearme mi Lobo. Baje al salón, el ex de mi Luna estaba con mis cachorros jugando con unos ladrillos a construir algo. Me quedé en la entrada del salón viéndolos. Ann me miró de reojo, pude ver el destello de los ojos de su Loba. —Los intimidas—dijo el Lobo que vino
*Reichel* Estábamos recorriendo un local de ropa buscando algún vestido para la noche de año nuevo cuando siento que mi celular vibra. Lo tomo y veo que es Jack. “Tenemos un problema” leí y sin dudarlo avise a Sara que me regresaría a la casa, antes de que reaccione me metí en uno de los vestidores y me teletransporte. Estaban en la cocina, me acerqué a la isla y vi un collar, sabía a quién pertenecía. —Por todos los Dioses—dije intentando no perder el control. —Rei—dijo Shura parada al lado mío—nos atacaron, resistimos, pero… —¿La mataron?—interrumpí, no tenía tiempo para explicaciones. —No, no encontramos rastro de ella—contestó con rapidez una Puma avergonzada. —No puedo sentirla—dijo Misrreal frustrada. —¿En dónde está Ann?—pregunte aun sabiendo en donde se encontraba mi hija. —Están durmiendo en la sala de cine—dijo con rapidez mi perrito posesivo. Fui por e
*Jack* Meses antes… —¡Hey Jack!—escucho como mi capataz me grita intentando que le preste atención, espero que no sea otra vez por lo de las prestaciones que no pagaron aún. —Esta con una humana—dice mi Lobo y eso hace que me gire para ver. Era una mujer de ciudad, bien vestida y con buenas curvas, por los zapatos de obra que traía no era una secretaria. Me dirigí hacia donde estaban y miré de arriba abajo a la mujer, tenía el pelo atado en una trenza bastante elaborada, morocha de tez blanca, entre más la miraba más loco se ponía mi Lobo. —Tadeus contrólate que solo es una humana—digo, pero de nada sirve. —Señor Jackson, ella es la Arquitecta Luchestember—dice mi capataz señalándome a la mujer que tiene al lado. —Buenos días señorita Luchestember—digo con mi mejor sonrisa compradora extendiéndole mi mano a modo de saludo. —Arquitecta Luchestember—responde ella con total seriedad—estoy aquí par
*Jack* —No vives solo—dijo y me asustó un poco. —Maldición te advertí que no habláramos con ella—dijo mi Lobo intentando tomar el control. —No dudaré en hacerte daño si te atreves a tocar a mi hermano—dije completamente serio intentando que Tadeus no salga corriendo del lugar. —Tranquilo, no sabía que era tu hermano—dice con una sonrisa—si quisiera hacerte daño ya lo hubiera hecho—dijo sin dejar de sonreír. —Perdón, no somos malos, solo tuvimos mala suerte—respondo más tranquilo. —Tu Lobo se quiere ir, aún no comemos—dijo para dejarme más desconcertado. —¿Cómo sabes eso?—pregunte completamente asustado. —Ya te dije, mi Loba no es normal—dijo mientras recibía el plato con la cena. Comenzamos a comer e intenté no seguirle la conversación, ella me miraba curiosa hasta diría que me gustaba, pero no quería darle mucho lugar ya que me daba algo de miedo. —Mi nombre es Reichel—dijo para term