*Jack*
Meses antes…—¡Hey Jack!—escucho como mi capataz me grita intentando que le preste atención, espero que no sea otra vez por lo de las prestaciones que no pagaron aún.—Esta con una humana—dice mi Lobo y eso hace que me gire para ver.Era una mujer de ciudad, bien vestida y con buenas curvas, por los zapatos de obra que traía no era una secretaria.Me dirigí hacia donde estaban y miré de arriba abajo a la mujer, tenía el pelo atado en una trenza bastante elaborada, morocha de tez blanca, entre más la miraba más loco se ponía mi Lobo.—Tadeus contrólate que solo es una humana—digo, pero de nada sirve.—Señor Jackson, ella es la Arquitecta Luchestember—dice mi capataz señalándome a la mujer que tiene al lado.—Buenos días señorita Luchestember—digo con mi mejor sonrisa compradora extendiéndole mi mano a modo de saludo.—Arquitecta Luchestember—responde ella con total seriedad—estoy aquí par*Jack* —No vives solo—dijo y me asustó un poco. —Maldición te advertí que no habláramos con ella—dijo mi Lobo intentando tomar el control. —No dudaré en hacerte daño si te atreves a tocar a mi hermano—dije completamente serio intentando que Tadeus no salga corriendo del lugar. —Tranquilo, no sabía que era tu hermano—dice con una sonrisa—si quisiera hacerte daño ya lo hubiera hecho—dijo sin dejar de sonreír. —Perdón, no somos malos, solo tuvimos mala suerte—respondo más tranquilo. —Tu Lobo se quiere ir, aún no comemos—dijo para dejarme más desconcertado. —¿Cómo sabes eso?—pregunte completamente asustado. —Ya te dije, mi Loba no es normal—dijo mientras recibía el plato con la cena. Comenzamos a comer e intenté no seguirle la conversación, ella me miraba curiosa hasta diría que me gustaba, pero no quería darle mucho lugar ya que me daba algo de miedo. —Mi nombre es Reichel—dijo para term
*Sebastián* Me moví en la cama, ella aun dormía, ya habían pasado dos días y su estado no había cambiado, la niña que ayudó a curar me decía que estaba bien, pero eso no me tranquilizaba y ni hablar de Gregory que se desesperaba porque no sentía las esencias de Reichel, sino que sentía las azaleas de Misrreal. Me duché y salí de la habitación, baje a la cocina donde me encontré con al menos cinco extraños, había niños que no reconocí y ni hablar del bullicio que había fuera de la casa. Vi a Caroline con Philips en brazos y fui hacia ellos. —¿Qué sucede aquí?—pregunte cuando llegue a su lado. —Son la manada de tu compañera—contestó con un tono neutral. ¿Manada? Lo que veía parecía más un circo que una manada. —Sebastián el grandote de allá parece un Ángel—comentó mi Lobo inspeccionando los alrededores. —¿Eso es un Ángel?—pregunté algo curioso al ver a un hombre de al menos dos metros diez que m
*Reichel* No sé cuánto tiempo había pasado, solo sé que ahí estaba, en el árbol de la familia, meditando. Misrreal solo me miraba, concentrada en el horizonte. —Estamos a salvo—dije una vez más a mi Loba que no se movía de su lugar. —Lo sé—contestó como las últimas veces. Sentí un cambio en el aire, esas esencias se me hacían inconfundibles, lilas y bosque. —Hola mi princesa—dije a mi hija con una sonrisa. —Te estás tardando—dijo la adolescente que tenía enfrente de mí. —Ya casi lo logro, me faltan unas horas más—conteste para tranquilizarla. Y no le mentía, ya casi lograba romper el bloqueo que mi madre había levantado sobre todos los Seres Sobrenaturales, recordando esa noche, ella lo tendría que haber planificado desde antes ya que el velo no se me hizo fácil de sacar, así que calculo que fue igual de difícil de poner. —¿Podemos ayudarte en algo?—preguntó mi hija con su seriedad h
*Reichel* —Que estas esperando dile que si—concluyo y me apuro mi Loba al ver que me quedé en shock. Me lancé a sus brazos y comencé a besarlo. —Sí, sí y sí—dije entre besos—me haces la mujer más feliz sobre la tierra—dije continuando con la lluvia de besos. Nuestros bebés se nos tiraron encima y una gran felicidad inundó el aire. Trajeron vino y champagne para brindar, en la casa y en toda la propiedad se empezó una gran fiesta que duró hasta el amanecer. No sé en qué momento Sebastián me llevó a la habitación, ya que el alcohol si me afecta a mí como humana. —No quiero que esta noche acabe—dije entre dientes ya que estaba algo borracha. —Vamos a terminar lo que empezaron tus padres amor—dijo metiéndome en la ducha—te amo—dijo besando nuestra marca—queremos más cachorros—continuó mientras empezaba a meter sus dedos dentro de mí. —Nuestro perrito posesivo no se cansa—comento Misrreal disfrutand
*Sebastián* Entramos a la casa, teníamos muchas cosas que hacer y por sobre todo faltaban dos días para navidad y eso me ponía feliz porque sería la primera navidad en familia. —Si estaremos con nuestra Luna y nuestros cachorros—dijo mi Lobo moviendo la cola de un lado a otro. Reichel me dijo que debía hacer algunas llamadas y yo le respondí lo mismo, necesitaba cancelar mi compromiso ante el Consejo, antes de que Rouse lo haga, la conocía muy bien, ella no se iba a quedar de brazos cruzados después de las ilusiones que se había hecho de no solo ser heredera de los Vampiros, sino también ser la heredera de los Lobos, iba a ser una mujer con demasiado poder y se lo arrebataría todo si no conseguíamos hacer esto pacíficamente. Pero ese reinado no iba a durar demasiado, intentaríamos que las cosas fueran en paz, pero conociendo a Gerard De LaCurt, este no admitiría nada ante el Consejo ni mucho menos perder su estatus de Rey, preferiría ir a la
*Reichel* Estábamos en el lago mirando como nuestros hijos corrían de un lado a otro jugando con las Hadas. —Estoy cansada—dije a Sebastián que me tenía abrazada a él. —Descansa, yo te cuido—dijo dándome pequeños besos en su marca. —Estás agotada—confirmó Misrreal quedándose dormida. —Perdón, es culpa del velo, es mucha energía que asimilar—dije a mi Loba que solo asintió y se quedó tranquila. Me quedé dormida al poco tiempo, pude sentir como Sebastián me cargaba a la casa y me colocaba en la tina. Se metió conmigo, abrazándome desde atrás. —Sé que estás despierta mi Luna—dijo dándome besos en el cuello. No le respondí, sino que me acomodé mejor para darle más acceso a mi cuello. Empezó a mover sus manos por mi cuerpo, una sujeto una de mis pechos mientras la otra estaba entre mis piernas. —Mi Luna está agotada—dijo con la voz llena de deseo. Me monté sobre su e
*Reichel* —Este Consejo se reúne para romper el compromiso entre Sebastián Bleer, Príncipe y heredero de los Lobos y Rouse De LaCurt, Princesa y heredera de los Vampiros, ambas partes hablaran y al finalizar analizaremos la situación—dijo la Portadora de Joyas que guiaba la sesión. Sebastián le hizo un gesto a Rouse y esta se levantó para hablar. —Amo a Sebastián, aunque sé que él no es mi compañero destinado, él me juró amor bajo la luz de nuestra Diosa Luna y yo honre ese amor—dijo ella en un tono lastimero haciendo que le caigan algunas lágrimas—él es mío y yo soy de él—concluyó volviendo a su lugar. —Haré que llore de verdad la muy zorra—dijo Misrreal con ganas de tomar el control. —Tranquila, lo que menos necesitamos ahora es que te de un ataque de ira—dije intentando tranquilizarla, aunque la verdad yo también tenía ganas de golpearla. Ahora fue Sebastián el que se paró, me miró y me dio una de sus sonrisas picaronas.
*Sebastián* Volvíamos a la casa, la reunión con el Consejo no había salido tan mal, podía sentir como mi Luna estaba preocupada porque ellos escaparon, la abrace todo el camino haciéndole mimos en nuestro tatuaje. Al llegar a la casa Rei fue directo a abrazar a Ann. —Nuestra Luna ya está más tranquila—dijo mi Lobo al verlas juntas. Abracé a ambas y Ann decidió venir a mis brazos, la tomé y entramos a la casa. Al entrar me sorprendí al ver como Serafín alzaba a Aria y la besaba. —Ellos son compañeros—dijo mi Luna al notar lo confundido que estaba. Me quedé boquiabierto hasta que Rei fue a la cocina donde estaban los otros dos cachorros, la seguí y vi como ella atacaba las galletas que Sara había preparado. —¿Y?—preguntó Caroline al vernos llegar. —Ya está todo hecho—respondió mi madre que ya nos había alcanzado. —Habrá que planear la boda en dos semanas—dijo mi Luna atragantándose con