*Reichel*
No sé cuánto tiempo había pasado, solo sé que ahí estaba, en el árbol de la familia, meditando.Misrreal solo me miraba, concentrada en el horizonte.—Estamos a salvo—dije una vez más a mi Loba que no se movía de su lugar.—Lo sé—contestó como las últimas veces.Sentí un cambio en el aire, esas esencias se me hacían inconfundibles, lilas y bosque.—Hola mi princesa—dije a mi hija con una sonrisa.—Te estás tardando—dijo la adolescente que tenía enfrente de mí.—Ya casi lo logro, me faltan unas horas más—conteste para tranquilizarla.Y no le mentía, ya casi lograba romper el bloqueo que mi madre había levantado sobre todos los Seres Sobrenaturales, recordando esa noche, ella lo tendría que haber planificado desde antes ya que el velo no se me hizo fácil de sacar, así que calculo que fue igual de difícil de poner.—¿Podemos ayudarte en algo?—preguntó mi hija con su seriedad h*Reichel* —Que estas esperando dile que si—concluyo y me apuro mi Loba al ver que me quedé en shock. Me lancé a sus brazos y comencé a besarlo. —Sí, sí y sí—dije entre besos—me haces la mujer más feliz sobre la tierra—dije continuando con la lluvia de besos. Nuestros bebés se nos tiraron encima y una gran felicidad inundó el aire. Trajeron vino y champagne para brindar, en la casa y en toda la propiedad se empezó una gran fiesta que duró hasta el amanecer. No sé en qué momento Sebastián me llevó a la habitación, ya que el alcohol si me afecta a mí como humana. —No quiero que esta noche acabe—dije entre dientes ya que estaba algo borracha. —Vamos a terminar lo que empezaron tus padres amor—dijo metiéndome en la ducha—te amo—dijo besando nuestra marca—queremos más cachorros—continuó mientras empezaba a meter sus dedos dentro de mí. —Nuestro perrito posesivo no se cansa—comento Misrreal disfrutand
*Sebastián* Entramos a la casa, teníamos muchas cosas que hacer y por sobre todo faltaban dos días para navidad y eso me ponía feliz porque sería la primera navidad en familia. —Si estaremos con nuestra Luna y nuestros cachorros—dijo mi Lobo moviendo la cola de un lado a otro. Reichel me dijo que debía hacer algunas llamadas y yo le respondí lo mismo, necesitaba cancelar mi compromiso ante el Consejo, antes de que Rouse lo haga, la conocía muy bien, ella no se iba a quedar de brazos cruzados después de las ilusiones que se había hecho de no solo ser heredera de los Vampiros, sino también ser la heredera de los Lobos, iba a ser una mujer con demasiado poder y se lo arrebataría todo si no conseguíamos hacer esto pacíficamente. Pero ese reinado no iba a durar demasiado, intentaríamos que las cosas fueran en paz, pero conociendo a Gerard De LaCurt, este no admitiría nada ante el Consejo ni mucho menos perder su estatus de Rey, preferiría ir a la
*Reichel* Estábamos en el lago mirando como nuestros hijos corrían de un lado a otro jugando con las Hadas. —Estoy cansada—dije a Sebastián que me tenía abrazada a él. —Descansa, yo te cuido—dijo dándome pequeños besos en su marca. —Estás agotada—confirmó Misrreal quedándose dormida. —Perdón, es culpa del velo, es mucha energía que asimilar—dije a mi Loba que solo asintió y se quedó tranquila. Me quedé dormida al poco tiempo, pude sentir como Sebastián me cargaba a la casa y me colocaba en la tina. Se metió conmigo, abrazándome desde atrás. —Sé que estás despierta mi Luna—dijo dándome besos en el cuello. No le respondí, sino que me acomodé mejor para darle más acceso a mi cuello. Empezó a mover sus manos por mi cuerpo, una sujeto una de mis pechos mientras la otra estaba entre mis piernas. —Mi Luna está agotada—dijo con la voz llena de deseo. Me monté sobre su e
*Reichel* —Este Consejo se reúne para romper el compromiso entre Sebastián Bleer, Príncipe y heredero de los Lobos y Rouse De LaCurt, Princesa y heredera de los Vampiros, ambas partes hablaran y al finalizar analizaremos la situación—dijo la Portadora de Joyas que guiaba la sesión. Sebastián le hizo un gesto a Rouse y esta se levantó para hablar. —Amo a Sebastián, aunque sé que él no es mi compañero destinado, él me juró amor bajo la luz de nuestra Diosa Luna y yo honre ese amor—dijo ella en un tono lastimero haciendo que le caigan algunas lágrimas—él es mío y yo soy de él—concluyó volviendo a su lugar. —Haré que llore de verdad la muy zorra—dijo Misrreal con ganas de tomar el control. —Tranquila, lo que menos necesitamos ahora es que te de un ataque de ira—dije intentando tranquilizarla, aunque la verdad yo también tenía ganas de golpearla. Ahora fue Sebastián el que se paró, me miró y me dio una de sus sonrisas picaronas.
*Sebastián* Volvíamos a la casa, la reunión con el Consejo no había salido tan mal, podía sentir como mi Luna estaba preocupada porque ellos escaparon, la abrace todo el camino haciéndole mimos en nuestro tatuaje. Al llegar a la casa Rei fue directo a abrazar a Ann. —Nuestra Luna ya está más tranquila—dijo mi Lobo al verlas juntas. Abracé a ambas y Ann decidió venir a mis brazos, la tomé y entramos a la casa. Al entrar me sorprendí al ver como Serafín alzaba a Aria y la besaba. —Ellos son compañeros—dijo mi Luna al notar lo confundido que estaba. Me quedé boquiabierto hasta que Rei fue a la cocina donde estaban los otros dos cachorros, la seguí y vi como ella atacaba las galletas que Sara había preparado. —¿Y?—preguntó Caroline al vernos llegar. —Ya está todo hecho—respondió mi madre que ya nos había alcanzado. —Habrá que planear la boda en dos semanas—dijo mi Luna atragantándose con
*Reichel* Recibimos informes de las manadas sobre ataques aislados de parte de los renegados, cosa que se había vuelto normal después que se anunciara mundialmente a los De LaCurt y a los Logar como traidores, varios de los líderes secundarios de esas dos Razas se habían prestado a ayudar con su aprehensión, pero hasta el momento estaban ocultos, mientras que manteníamos oculto a Francis, alejado de sus hermanos mayores y alejado de Ann que no tardó mucho en darse cuenta porque no permitía que se le acercara, el Príncipe Vampiro por su parte creía que lo mantenía prisionero para que estuviera de mi parte a la hora de tomar el Trono de los Vampiros cuando llegara el momento, cosa que era algo así, pero él tenía que estar bajo mi protección ya que era parte de la familia aun sin saberlo. Ya era el día de la boda y estaba intentando mantener la calma, pero la verdad es que no me podía calmar, estaba nerviosa hasta el punto de querer llorar como magdalena.
*Reichel* Ella se carcajeó al aire y me dio una palmada en la espalda. —Si tú lo pides me transformo y salimos corriendo de aquí—dijo con una sonrisa, ahora era yo la que se carcajeo. —Recuerda que estás embarazada—dije cuando paré de reírme. Tome su brazo, ya no había vuelta atrás, respire profundo y comenzamos nuestra caminata. Sara llevaba un vestido largo color fucsia, etéreo, con escote largo y espalda abierta, hacia su hombro el vestido caía cubriendo su tatuaje, estaba muy sexy, su pancita se notaba lo justo para hacerla ver más sexy aún. Sonreí al levantar la mirada y ver a mi compañero con su papá al lado, él sonreía de una manera que lo hacía el hombre más hermoso sobre la tierra. Nuestros bebés estaban esperando a un lado de su papá, parecía no llegar más a su lado, los pasos se hacían infinitos y pensé que me iba a desmayar, pero Misrreal fue más rápida y tomó el control. —Pareces quinceañe
*Sebastián* Misrreal me hizo el amor sin darme tregua, después de hacer que Gregory acabara. Rei se quedó dormida, aún estaba dentro de ella y disfrute cada centímetro cuando salí de ella, la alce y la lleve a los cojines, la seque con cuidado y me quede a su lado, disfrutando de la vista que me daba su cuerpo desnudo, su panza aún no se notaba, pero sabía que ahí estaba mi cachorra. —Nuestra cachorra—dijo mi Lobo con una sonrisa enorme. La dejé dormir hasta que nuestros cachorros entraron corriendo y saltando a la carpa, escuché a Jack decir desde afuera que lo sentía, que ya no se querían quedarse lejos de su mamá. —Mamá estaba soñando que ustedes no le saltaban encima—dijo Rei medio dormida. —Mami queremos ver las luces—pidieron los cachorros a gritos. —De acuerdo, vayan con papá y ahora los alcanzo—dijo en el mismo tono que antes. Ellos se fueron corriendo llenos de alegría, sentí como Jack los aleja