16/01/2026
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Sé que están ansiosos de leer lo que pasó ayer, y parece tonto el hecho de que yo hable con ustedes—sabiendo que realmente no hay nadie leyendo en este momento— ya que no sé si tal vez éste diario sobreviva, pero el imaginar, que ustedes o tú, puedan tener este escrito, me hace sentir satisfecho, me da algo así como una sensación agradable de estar cumpliendo mi propósito en la vida. Sí tienes este diario en tus manos, compártelo con otros para que conozcan que, “unos pocos” se negaron a rendirse. Solo deseo que la intemperie u otros elementos adversos de este apocalipsis no dañen estas páginas que son un tesoro inestimable.
Ayer, Cristina y yo, logramos estar solos por más de una hora. Bueno, no solos completamente, me tuve que traer a Pelusa, ya que no se quedaba qui
17/01/2026Cuando las sombras siempre están presentes, la luz se convierte en una ilusión, algo así como una especie de fantasía. Esa noche estábamos listos para atacar a los infectados mientras hurgaban entre los desperdicios de comida. Iba a ser relativamente fácil, tenerlos allí, todos juntos peleándose por un bocado de pescado descompuesto, pero sucedió que lo subestimamos, subestimamos su inteligencia.Pelusa empezó a chillar sin control, yo no quería que lo escuchasen.—Ya calla a tu rata, Pedro. O nos va a delatar—me susurró Lázaro.—No lo puedo evitar—contesté. Pero sabía que otra cosa estaba pasando, y eso fue… una trampa, una maldita trampa.Detrás de nosotros, en el monte y la maleza, se empezaron a mover drásticamente, como si estuviese allí u
El primero que se arrojó hacia mí me hizo ir de bruces hacia el piso, su mugriento y hediondo cuerpo estaba sobre mí, dando terribles dentelladas con la intención de desgarrar mi carne, en especial mi carótida. Sin perder más tiempo, antes que me mordiese, con mi cuchillo, se lo enterré en la oquedad derecha de su ojo, lo empujé con tal fuerza que sentí llegar a su masa encefálica, entonces el infectado se apagó por completo, como si fuese un muñeco al que se le han acabado las pilas. Saqué con fuerza mi cuchillo de la oquedad de su ojo y me quité su cuerpo de encima, pero para mi sorpresa Cristina estaba en la misma situación que yo, luchando en el piso contra un infectado que intentaba morderla, su revolver estaba en el piso, al igual que la escopeta, con la embestida del infectado había soltado ambas armas. Yo tenía que actuar rápido.— ¡
18/01/2026Cristina estaba quebrada, no parecía ella, y yo creía que ese hermoso brillo en sus ojos se había ido para siempre. Pelusa estaba totalmente callado, demostrando así respeto por el dolor de su admiradora. Esto sucedía cuando ya estábamos bastante alejados de nuestro último refugio cerca del río Orinoco.—Vamos Pedro, hala ya de una puta vez ese gatillo—me había comunicado Lázaro aquel día de su infección.Uno puede llegar a acostumbrarse a dispararle a los zombis, y a cualquier otro enemigo que ponga en peligro nuestras vidas. Nos volvemos insensibles en tiempos extremos, tal como el hombre matarife que trabaja en una granja de cerdos; pero sacrificar a un amigo, a un hermano, a alguien a quien amas y admiras. Tal cosa resulta ser lo más difícil de este mundo, en especial en u
Los Pirañas, miserables y despiadados hombres, seleccionados por una mente siniestra para poder sobrevivir de la peor manera—a través del canibalismo—en medio de un mundo espantoso, pero regidos por un código de fidelidad hacia ellos mismos, código que fue inculcado por aquella misma mente que los agrupó: el Doctor Olivares; científico que sostenía que el hombre es otro animal más, tan depredador y voraz como cualquier felino o reptil, pero capaz de ser fiel dentro de su manada, en especial al macho alfa, en este caso, siendo Olivares el líder.Cuando la pandemia llegó a Venezuela, la población depositó sus esperanzas en sus fuerzas armadas y en sus médicos, pero ni los soldados ni los profesionales de la salud pudieron detener una bacteria “virulenta” capaz de destruir completamente la sección del cerebro humano llamado cerebro neocortex, dejando ú
22/01/2026Estoy triste por la muerte de Lázaro, pero mi tristeza no supera mi enorme preocupación por Cristina, quien se niega a comer. Casi no he pegado un ojo, ya que ella, durante las noches, tiene ciertos ataques de depresión en los cuales se empeña en regresar a buscar a su hermano, ella dice que está vivo. Se niega a aceptar la realidad.Durante el día le va un poco mejor, la alegría y alegría de Pelusa la contagian con un poco de entusiasmo y le sirve a la vez como especie de bálsamo para su dolor.En lo concerniente a mí, el no dormir me está afectado bastante. Hemos tenido suerte durante nuestra travesía, ya que no nos hemos encontrados con infectados. Sin tan solo pudiera dormir al menos unas cuatro horas seguidas, si tan solo Cristina pudiera sentirse mejor.Sí el mundo estuviese sano y fuese como antes, ella estaría
05/02/2026¡Qué emoción! Cristina pudo reparar ambas radios. Funcionan a la perfección, pero la emoción que nos embarga no se debe solo a eso, sino que hemos escuchado voces humanas y música en el dispositivo de radio común. Carajo, hemos escuchado música, precisamente a Franco De Vita y a Simón Díaz interpretando “Al Norte del Sur”. El Pelusa creo que hizo una especie de baile, el muy condenado siempre nos hace reír con sus piruetas. Pero súbitamente se dejó de escuchar aquella frecuencia que habíamos conseguido. Estamos seguros que no fue una ilusión, tres seres no podemos estar locos cuando hemos coincido en una misma cosa.Había sido a través de Ondas Cortas que pudimos escuchar aquella canción y un par de voces humanas dando esperanzas en
Capítulo X07/02/2026Me parece que los Pirañas han perdido nuestra pista. Ya llevamos más de dos días en nuestro actual refugio. “Ellos”, los infectados, al parecer están lejos de esta zona. Hemos logrado descansar y recuperar nuestras energías. Yo ahora duermo mejor porque soy el que pedaleo en la bici para generar electricidad. Cristina se deprime en las noches cuando el silencio y la tranquilidad le recuerdan a su hermano. Pero yo duermo a su lado, abrazándola. La amo.Ayer encontramos varios vehículos abandonados, la intemperie y el tiempo han causado estragos en ellos. ¿E imaginen qué? Hemos encontrado dos acumuladores eléctricos y algo de gasolina. Bueno, la gasolina es muy poca realmente, apenas un bidón, pero seguiremos buscando. Los tanques de los carros estaban secos, así
Su aspecto era espantoso, su respiración agitada, su cuerpo brotado en venas como si estuviesen a punto de reventar, tenía una fiebre que parecía consumirle y solo la calmaba con litros y litros de agua que conseguía beber. Sus sentidos eran ahora muy sensibles, podía escuchar el sonido de los grillos como cualquier ser humano, la diferencia era, que sabía exactamente donde se encontraba el insecto emitiendo aquel peculiar sonido nocturno. Así que devoraba grillos, muchos grillos y cualquier otro insecto que cometiese el error de estar cerca de él. Su hambre no se saciaba y necesitaba más que insectos. Ya era un monstruo, pero eso no era lo peor, lo peor era, que tenía consciencia de que era eso, un monstruo, un maldito y aterrador monstruo.