Poco tiempo después de dar a luz a nuestro hijo, a mi esposo lo invitaron a una recepción, así que acompañada de Kristy la hija de Clay, nos fuimos un dia por la mañana a una tienda muy famosa para comprarme un vestido de gala, ya que aún no había recuperado del todo mi figura, y no me podía poner casi nada de lo que tenía en mi ropero. Nada más terminar de comprarme el vestido nos marchamos hacia donde tenía Kristy su coche aparcado, acompañándome a mi casa, bajando las dos de su coche, con las bolsas en nuestras manos cuando llegamos, ya que ella iba a ser la madrina de mi hijo y últimamente no salía de mi casa por que queria estar todo el tiempo que pudiera con su ahijado— ¿Vas a ir tú también a la recepción? — pregunte a mi amiga, cuando llegamos a mi dormitorio y dejamos las bolsas encima del sofá— No lo se, prefiero quedarme con mi ahijado, esas recepciones me aburren — contestóPor la noche y después de que bañamos a mi bebe entre mi amiga y yo, la deje en el dormitorio de mi
Estabamos hablando con Gray, cuando de pronto se nos acercó una mujer a los tres, rodeando Gray los hombros.— Ya era hora que viéramos a este atractivo hombre por aqui, hola bonita me llamo Lauri y soy la esposa de este gran hombre — me dijo la mujer, viendo como le daba un beso a su esposo en la mejilla— Lauri, deja que te presente a mi esposa, Rebeca, ella es la que me anima a asistir a estos eventos, que para mi son muy pesados – dijo Aaron haciendo que los tres sonreímos— Por favor Rebeca querida, cuenta conmigo para todo lo que necesites, ya que estoy deseando tener a alguien con quien hablar mientras estos dos hablan de sus negocios — comentó LauriLauri abrazo a Aaron, palmeando su espalda con mucho orgullo, como si de una hermana se tratara. Me pude fijar que ambos apreciaban a mi esposo como si fuese de su familia, besando a Lauri mi esposo en su mejilla, respondiendo al abrazo que ella le daba, agradeciendo su recibimiento en aquella recepción. Gracias a esa pareja, pude
Lauri tambien le sonrio, pero con algo de sarcasmo, saludando las dos con un beso en la mejilla— Lauri, buenas noches — dijo Raquel— Buenas noches Raquel — le contestó ella, un tanto fría— Las dejo a las dos disfrutar de esta velada y Rebeca, de verdad, muchas felicidades por su maternidad – me felicito de nuevo, despidiéndose despuésRaquel se fue alejando de donde estabamos Lauri y yo mientras movia sus caderas insinuantes hacia un grupo de asistentes que había algo alejados de Lauri y de mi, donde se insertó al grupo con su conversación, saludando a casi todos los que allí se encontraban— Vaya una puta que es — me susurró Lauri, que también observaba a Raquel como yo lo estaba haciendo — de verdad Rebeca, esa es una zorra y no la soporto, cuando la veo acercarse, prefiero irme yo, no la soporto — me volvió a decir LauriYo me eché a reír mientras miraba a Lauri con simpatía por lo que me acaba de comentar y fingiendo que no me había percatado de la animadversión de la pobre Raq
Aaron ya no se rio mas, mientras regresabamos en el coche hacia nuestra casa, solamente me cogio la mano con suavidad, como si quisiera demostrarme que lo que acababa de decirme era cierto, pero yo aun no me lo podia creer del todo, ya que ni era muy guapa, ni tenia ese cuerpo seductor que tenia la compañera de trabajo de mi esposo, o eso era lo que yo no podia quitarme de mi terca cabeza, Aaron metio el coche dentro del garage con tranquilidad, mientras yo intentaba quitarme el cinturon de seguridad, Mi marido cuando bajo del coche, abrio mi puerta ayudandome a bajar de el, bloqueandome el paso despues, rodeando mi cintura con sus brazos mientras los dos nos mirabamos fijamente a los ojos, acorralandome entre su cuerpo y el frio metal del coche, juntando sus labios a los mios, mientras una de sus manos la metia por el corte que tenia mi falda arrancando mi tanga, rodeando mi sexo uno de sus dedos— Aaron por favor aquí no, vamos a nuestro dormitorio — le dije— Callate, nadie nos va
El domingo siguiente, me despertó el olor a café que venía de la cocina, abrí los ojos en ese momento viendo entrar a mi marido con una bandeja dejándola encima de la mesita de noche. Aaron acercó su rostro al mío, dándome un suave beso en mis labios, me estire en la cama siendo algo perezosa, poniendo uno de mis brazos encima de la almohada, viendo a Aaron como sonreía— Rebeca cariño, mi familia está a punto de llegar a casa — me dijo Aaron – lo siento cielo pero no he podido evitarlo, quieren venir a desayunar con nosotros aunque ya les avise que estabas cansada — termino de decirme— No pasa nada mi amor, de todas formas tengo que levantarme, ya que Junior no tardará en reclamar su comida — le respondíCuando la familia de Aaron llegó a nuestra casa, todo se volvió más agradable, estaban su tia, su hermano y su cuñada todos muy alborotados y exultantes de energía, la que a mi me faltaba después de la mala noche que pasó mi hijo. Hubo abrazos, besos, bromas, felicitaciones incluido
Por mucho que le suplique a mi esposo que me dejara dormir por mi fuerte dolor de cabeza, era más fuerte el deseo que me estaba haciendo sentir, que lo que yo necesitaba, pues lo amaba con todo mi ser y así de esa manera ya no pude poner más resistencia, pues al final yo también lo deseaba. Aaron sabía perfectamente cómo hacer que mi cuerpo se revelase contra mi voluntad, él me había templado mi deseo, aunque no mi ofuscación, castigándome mientras me daba pequeños besos en la comisura de mis labios. Me estremecí entre los brazos de mi marido, arquee mi espalda a medias en un intento por huir de él, mientras estaba presa de la excitación.sintiendo como a Aaron se le entrecortaba su respiración, cuando hacía el esfuerzo de controlarse para ir más despacio. Sabía que mi marido quería primero que me rindiera a él antes de poseerme, enseñarme aunque yo ya lo sabia a que siempre Aaron ha tenido lo que ha querido de una mujer, ya que lo que él deseaba en esos momentos era a mi y a mi cuerpo
Un despiadado Aaron, intensificó sus viriles embestidas, saciandome de placer, colmandome de mi esposo, haciendo que me derritiera entre sus brazos, mientras en mi interior mi corazón latía cada vez con mas y mas fuerza, apretando el miembro de mi marido con mis músculos interiores, cuando sentí aquel magnífico orgasmo. Con sus manos, me cogió mis nalgas apretandolas con cierta desesperación a medida que sentía la urgencia, llevándome Aaron hasta lo más alto de aquel gozo, gimiendo al sentir que de un momento a otro iba a explotar. Cada vez más y más fuerte, sentía que Aaron encontraba difícil pausarse, ya que estaba borracho de excitación. Aaron cerraba de vez en cuando sus ojos, resoplando y descansando su cabeza en el hueco de mi hombro, donde había veces que me mordía, extasiado ya por el inmenso placer que obtenía de mi cuerpo. Yo empecé a mover mis caderas al ritmo de las embestidas de mi marido, haciendo que el llegara hasta el final, conduciendo mientras nos conducimos los dos
Después de coger mi taza de café, me levanté de la silla, sentandonos mi marido y yo en el sofá, cogiendo mi mano Aaron, sin dejar de mirarme.— Esta bien Aaron dime ¿que hubo entre tu y esa mujer? — pregunté, apartando mi mano de la de mi marido— Ella y yo nos veíamos de vez en cuando en un hotel que había cerca de mi empresa, le pedía a mi mejor amigo que me reservara una de las mejores habitaciones que habían y después de hacerlo, él mismo se lo decía a Raquel, donde quedamos ella y yo. Nos acostamos los dos cuando yo queria ya que sabía que ella siempre estaba dispuesta para mi y yo no tenía que ir a ningún club para buscar una mujer para una sola noche, Un dia despues de que tu y yo aclaramos lo de nuestra boda, quede con ella en el mismo hotel para decirle que me iba a casar y que lo nuestro se había acabado, ya que aunque se que le he mentido a muchas personas para conseguir lo que yo quería, tu para mi desde el principio de vivir juntos, fuistes algo muy especial para mi y no