El domingo siguiente, me despertó el olor a café que venía de la cocina, abrí los ojos en ese momento viendo entrar a mi marido con una bandeja dejándola encima de la mesita de noche. Aaron acercó su rostro al mío, dándome un suave beso en mis labios, me estire en la cama siendo algo perezosa, poniendo uno de mis brazos encima de la almohada, viendo a Aaron como sonreía— Rebeca cariño, mi familia está a punto de llegar a casa — me dijo Aaron – lo siento cielo pero no he podido evitarlo, quieren venir a desayunar con nosotros aunque ya les avise que estabas cansada — termino de decirme— No pasa nada mi amor, de todas formas tengo que levantarme, ya que Junior no tardará en reclamar su comida — le respondíCuando la familia de Aaron llegó a nuestra casa, todo se volvió más agradable, estaban su tia, su hermano y su cuñada todos muy alborotados y exultantes de energía, la que a mi me faltaba después de la mala noche que pasó mi hijo. Hubo abrazos, besos, bromas, felicitaciones incluido
Por mucho que le suplique a mi esposo que me dejara dormir por mi fuerte dolor de cabeza, era más fuerte el deseo que me estaba haciendo sentir, que lo que yo necesitaba, pues lo amaba con todo mi ser y así de esa manera ya no pude poner más resistencia, pues al final yo también lo deseaba. Aaron sabía perfectamente cómo hacer que mi cuerpo se revelase contra mi voluntad, él me había templado mi deseo, aunque no mi ofuscación, castigándome mientras me daba pequeños besos en la comisura de mis labios. Me estremecí entre los brazos de mi marido, arquee mi espalda a medias en un intento por huir de él, mientras estaba presa de la excitación.sintiendo como a Aaron se le entrecortaba su respiración, cuando hacía el esfuerzo de controlarse para ir más despacio. Sabía que mi marido quería primero que me rindiera a él antes de poseerme, enseñarme aunque yo ya lo sabia a que siempre Aaron ha tenido lo que ha querido de una mujer, ya que lo que él deseaba en esos momentos era a mi y a mi cuerpo
Un despiadado Aaron, intensificó sus viriles embestidas, saciandome de placer, colmandome de mi esposo, haciendo que me derritiera entre sus brazos, mientras en mi interior mi corazón latía cada vez con mas y mas fuerza, apretando el miembro de mi marido con mis músculos interiores, cuando sentí aquel magnífico orgasmo. Con sus manos, me cogió mis nalgas apretandolas con cierta desesperación a medida que sentía la urgencia, llevándome Aaron hasta lo más alto de aquel gozo, gimiendo al sentir que de un momento a otro iba a explotar. Cada vez más y más fuerte, sentía que Aaron encontraba difícil pausarse, ya que estaba borracho de excitación. Aaron cerraba de vez en cuando sus ojos, resoplando y descansando su cabeza en el hueco de mi hombro, donde había veces que me mordía, extasiado ya por el inmenso placer que obtenía de mi cuerpo. Yo empecé a mover mis caderas al ritmo de las embestidas de mi marido, haciendo que el llegara hasta el final, conduciendo mientras nos conducimos los dos
Después de coger mi taza de café, me levanté de la silla, sentandonos mi marido y yo en el sofá, cogiendo mi mano Aaron, sin dejar de mirarme.— Esta bien Aaron dime ¿que hubo entre tu y esa mujer? — pregunté, apartando mi mano de la de mi marido— Ella y yo nos veíamos de vez en cuando en un hotel que había cerca de mi empresa, le pedía a mi mejor amigo que me reservara una de las mejores habitaciones que habían y después de hacerlo, él mismo se lo decía a Raquel, donde quedamos ella y yo. Nos acostamos los dos cuando yo queria ya que sabía que ella siempre estaba dispuesta para mi y yo no tenía que ir a ningún club para buscar una mujer para una sola noche, Un dia despues de que tu y yo aclaramos lo de nuestra boda, quede con ella en el mismo hotel para decirle que me iba a casar y que lo nuestro se había acabado, ya que aunque se que le he mentido a muchas personas para conseguir lo que yo quería, tu para mi desde el principio de vivir juntos, fuistes algo muy especial para mi y no
Pasaron cinco semanas desde el primer viaje que tuvo que hacer Aaron, viéndonos solamente unos días cuando podía escaparse y venía a vernos a mi y a nuestro bebe, ya que las reuniones que tenia en la ciudad donde tenia que viajar era cada vez mas y mas largas, teniendo que viajar de vez en cuando Clay y Kristy con ellos. Yo en mi casa tenía de vez en cuando la visita de mi amigo Jimy, para que no estuviera tanto tiempo a solas con mi hijo y con Elisa. Aunque extrañaba mucho a mi esposo, esos días que mi amigo venía a mi casa, se podría decir que veía el cielo abierto. Una mañana al despertarme, tuve que levantarme enseguida de la cama e ir corriendo al cuarto de baño, ya que tenía unas fuertes náuseas, haciéndome pensar en que lo que me pasaba era de comer muy poco, porque echaba de menos a Aaron y los días eran muy largos y aburridos.Como estaba muy rara y con muchas nauseas, un dia que mi amigo Jimy vino a mi casa, me trajo varios test de embarazos, ya que el me conocía muy bien y s
Un dia que estaba mi esposo en su despacho de nuestra casa después de estar varios días de viaje fuera de nuestra casa por trabajo, abrí la puerta despacio, quedando mirando como trabajaba, estaba muy enamorada de mi esposo, así que me quede completamente embelesada mirando como trabajaba, No era aquello lujuria, si no la calidez de un afecto más profundo que hizo que se me acelera mi corazón. Exhale una sonrisa, acercandome despacio a Aaron. Sin pensarlo dos veces, rodee la mesa de su despacho, poniéndome de pie enfrente de Aaron, empuje su sillón de ruedas apartandolo de su ordenador, mirándome él un poco descolocado y más se sorprendió cuando me senté en sus piernas abrazándolo, dándole un suave beso en sus labios. Aaron me correspondió en ese momento a mi abrazo y a mi beso, aun teniendo en su rostro algo de sorpresa por lo que yo acababa de hacer. Se notaba que Aaron estaba tan encantado como conmovido por el afecto que le acababa de dar a mi esposo. Yo le sonríe mientras los dos
La llamada que recibió mi marido esa noche, no podía significar otra cosa, que tenía que volver a salir de viaje otra vez y eso significaba para mí que iba a pasar otra vez algun tiempo sola tal y como Clay le estaba hablando a Aaron— La reunión es mañana Aaron, pero nos vamos a trasladar los de siempre, Raquel, mi hija, tu y yo, aunque seguramente tendre que decirselo a mi yerno, ya que estas reuniones van a ser muy importantes para nuestra empresa y necesitamos ir con cautela, pero con gente que nos ayude con estos clientes, mínimo supongo que esta vez estaremos fuera de nuestras casa al menos dos semanas, hasta que tengamos claro lo que necesitan, esto es muy grande Aaron y te necesito – le comento Clay, sintiéndome mal ya que mi marido puso el manos libres de su móvil, lo cual me dio la oportunidad de saber de qué hablaba ClayMe quedé mirando a mi esposo, rodeandome él mi cintura cuando terminó de hablar por teléfono con Clay, dándome pequeños besos en mis labios, pues sabía que
Hacer el amor con Aaron, era como si estuviéramos descubriendo las esquinas de nuestros cuerpos por primera vez, ya que nunca era lo mismo con mi marido. Y ahora que se volvía a marchar otra vez de viaje, me quedé por un momento tumbada al lado de mi marido con mi cabeza en su pecho muy seria, ya que sabía que Raquel, aquella mujer que conocí en aquel evento, también se iría en el mismo viaje con él, y eso me preocupaba demasiado, dándose cuenta enseguida de que algo me sucedía mi esposo.— ¿Qué te pasa Rebeca? — me pregunto susurrando— Nada no te preocupes — respondí a su pregunta— Bueno si no me lo quieres decir, dejaré volar mi imaginación y lo achacare a que estas pensando que vuelves a quedarte sola con Junior en casa ¿es eso lo qué te pasa? — me dijo haciendo que le sonriera— Es que últimamente casi no estás en casa, tu hijo no te ve y ahora vuelves a marcharte, lo siento Aaron pero es que – me quede por un momento callada, cabreada conmigo misma por los pensamientos que tení