Al día siguiente, me levanté yo primero de la cama viendo como dormía Aaron, entré en el cuarto de baño para ducharme, dejando que el agua golpeara mi cuerpo y así me relajaba los músculos tensos que tenía. Una vez que he terminado de ducharme, me tape el cuerpo con una de las toallas que habían volviendo al dormitorio, fijandome de que Aaron ya no estaba en la cama, después de vestirme me marché del dormitorio hacia la cocina ya que necesitaba una buena taza de café caliente.—- Buenos días, qué bien huele el café — dije cuando entre en la cocina, dándome cuenta de la preciosa sonrisa que tenía mi marido en su boca mientras me miraba— Buenos días Rebeca, ya veo que te apetece una buena taza de café — me dijo Elisa— Hola cariño, hoy voy a llegar tarde a la oficina y no creo que ha Clay le haga mucha gracias — me dijo Aaron tomandose seguidamente su cafe— Hoy tienes la visita de los asiáticos en tu despacho y luego la comida con dos de vuestros socios, ¿recuerdas? — le pregunté—- T
Aaron me sujeto de la muñeca tirando de mí hacia el cuarto de baño de los minusválidos, echando el cerrojo cuando entramos. Fijándome en la mirada de lujuria que tenía mi esposo, Aaron atrapó mi boca con desesperación y sin pensarlo, hundiendo su lengua entre mis labios encontrándose con mi lengua a medio camino. Mis manos se enredaron en su nuca arañando su piel mientras mis pechos se oprimían contra su pecho en un intento de tener nuestros cuerpos lo más cerca posible. En dos zancadas Aaron me pego contra el lavabo, sintiendo como su mano subia por mi pierna hasta alcanzar el pequeño triangulo de encaje que cubria mi sexo. Cuando sentí su contacto, arqueé mi espalda dando un pequeño gemido, apartando Aaron la tela de mi tanga lo suficiente para introducirme sus dedos en mi interior, sintiendo que ya me tenía mojada mi marido. Hundio su dedo en mi interior mientras con otro dedo suyo hacia circulos en mi clitoris, haciendo que yo gimiera cada vez mas, bebiendose mis gemidos mi esposo
Los días pasaban demasiado rápidos para mi, ya que no deseaba que mi relación con Aaron acabara, aunque sabía que volvería a ser dueña de mi empresa a parte de ser madre, un regalo especial del que ahora era mi esposo, aunque él me dijera que no lo deseaba, aunque yo sabia que los estabamos forjando un vínculo demasiado fuerte y peligroso al menos para mi.Pero me dolia que no solo habíamos engañado a su familia y a su socio, si no que tambien nos estabamos engañando a nosotros mismos, pero teniamos un contrato firmado y tenia que cumplir con el. Despues de lo que sucedio el dia anterior en el cuarto de baño de aquel restaurante, sabia que lo que necesitaba era alejarme unos dias de Aaron y pensar, en todas las opciones que tenia, ya que mi amor por el era demasiado sincero lo contrario de Aaron que parecia que solo deseaba sexo y mas sexo, asi que deccidida, y aprovechando que Aaron no estaba en casa, cogi una pequeña maleta que tenia, guarde algo de ropa y cosas personales, marchando
Aaron y yo nos quedamos por unos segundos mirándonos, ya que los dos sabíamos que dentro de mi ser, estaba creciendo nuestro hijo, aunque mi esposo seguía negando que fuera suyo. Me quedé mirando a aquel pequeñin sintiendo como si un cuchillo caliente me atravesara mi corazón, ya que yo ya lo amaba aunque no hubiera nacido todavía, pero el sonido del móvil de Aaron me hizo fijarme en la dolorosa realidad. Me fije cuando Aaron sacó su móvil del bolsillo de su pantalón quedándose rígido por un momento y muy serio cuando miro la pantalla para ver quien era el que estaba llamando.— Aaron si son los de la empresa, diles que hoy estás ocupado y que se encarguen ellos de todo, hoy quiero a toda mi familia reunida conmigo, es un dia muy especial — le dijo Lucas— Tranquilo hermanito, voy un momento para saber qué necesitan y enseguida estoy aquí otra vez — respondió Aaron, dándome un beso en mis labios antes de marcharme de aquella habitación.Cuando Aaron se marchó, le puse al pequeño en lo
— Rebeca cariño, ves a ver a Aaron, el otro dia me cruce con su hermano y me dijo que está fatal, por favor mi niña — me dijo Jimy, mientras paseábamos por la calle—- No Jimy lo siento y por favor no insistas mas — respondíLos días fueron pasando y cada vez me costaba más salir a la calle, pero no podía estar sola en la casa, ya que no hacía más que acordarme de Aaron y llorar por cada rincón de la casa su ausencia en mi vida. Un día que necesitaba comprar una cosa que faltaba en la casa, me vestí y me marché a la calle, dirigiéndome a la panadería mientras miraba al suelo, hasta que me tropecé con un hombre.que cuando levanté la vista me fije en quien se trataba, viendo que era Lucas el hermano de Aaron, que se quedó mirando lo grande que ya tenía mi vientre— Hola Rebeca ¿cómo estás? —- me pregunto dándome un beso en la mejilla— Bien gracias ¿y tu bebe? será todo un hombrecito ya ¿verdad?— le dije sonriendo—- ¿Me dejas que te invite a un café y así poder hablar contigo? —- pregu
Con los días mi embarazo ya se notaba bastante, solo me faltaban unas semanas para poder tener a mi bebe en mis brazos. Encontrarme con el hermano de Aaron me alegro mucho, pero tambien comprendi que debia de marcharme de la casa de mi amigo Jimy, porque si Lucas le contaba a Aaron que me había visto, estaba segura de que no tardaría en venir a buscarme y eso era una de las cosas que no me apetecía mucho, asi que pense que cuando mi amigo volviera a su casa tenía que hablar con él para comunicarle que me marchaba de su casa, por ese motivo. Me entretuve durante el día en hacer la comida mientras esperaba a que llegara mi amigo, sorprendiendome él cuando entró en su casa y yo ya estaba preparando la mesa para sentarnos a comer.— Hola mi niña, ¿qué huele tan bien en la cocina? — pregunto Jimy cuando entró en la casa— He hecho para comer lo que más te gusta, anda siéntate que tengo que hablar contigo — le dije sentandonos los dos alrededor de la mesa para comer— ¿Te pasa algo mi cielo
Pensé mucho esos días en Aaron, pero sabia que tenia que ser realista y olvidarme del padre de mi bebe, ya que tenía que pensar en la vida que yo llevaba dentro y conseguir darle una vida feliz, sin problemas y para ello tenía a mi lado a mi amigo Jimy, que era más que un hermano para mi, un hermano que nunca tuve hasta que lo conocí a él. Pensé por un momento que tenía que volver a construir mi vida poco a poco y a reconstruir mi roto corazón, ya que había sufrido mucho por Aaron y había llorado por él hasta quedarme sin lágrimas, ya que yo lo amaba, pero él…. no estaba muy segura de ello. Me marché ese día de aquella habitación, para irme a pasear por las estrechas calles de aquel pueblo con tranquilidad, ya que últimamente se me hinchaban mucho los tobillos, aunque daba gracias porque las malditas nauseas hubiera desaparecido ya — Hola, no sabia donde estabas, nunca te vayas sin decirme a donde vas — me dijo mi amigo Jimy muy preocupado, cuando estaba a mi lado — Perdona, pero
Me quedé mirándolo con intensidad sintiendo como mi cuerpo estaba temblando en ese momento, pensaba que la sola presencia de mi esposo no me afectará tanto, pero solo era que me estaba engañando a mi misma, ya que él era el único hombre que era capaz de robarme el aliento y acelerarme el pulso en menos de un segundo— Dime por favor ¿porque te has marchado sin decirme a donde te ibas, — me preguntó con aire adusto pero, al mismo tiempo con cierta ternura— En nuestro contrato, está bien claro que no debes inmiscuirte en mis deseos y yo deseaba estar un tiempo lejos de ti — le respondí— Dejate de tonterias Rebeca, mi hijo no es un juego, bueno nuestro hijo, !! Joder Rebeca ¡¡ !! estás embarazada de mi hijo ¡¡¡ estás esperando un hijo mío, ¿no te das cuenta? — me dijo gritando— Aaron, guarda respeto hacia mi persona, por favor — conteste— !! Ya está bien¡¡ — me gritó al mismo tiempo que paró de pronto su vehículoMi respiración subía y bajaba a un ritmo anormal cuando los coléricos o