-Aquella noche, cuando salimos a cenar, hicisteis que saliera la auténtica Mía - el sonrió, la sujeto de la muñeca obligándola a andar detrás de él, ella se detuvo en seco - que haces? Porque tanta prisa? - no hizo falta que le contestara, solo la mirada que tenía puesta en ella, supo lo que deseaba en ese momento, Mía se desnudó manteniendo la mirada fija en el, a pesar del frío, su cuerpo estaba caliente deseando perderse entre los brazos de él.

-Que tal si regresamos a la cabaña? - dijo rodeándola con sus brazos

-Nunca lo he hecho en la playa- dijo ella sensual, dejando que él la tumbara sobre la arena, tras perderse en sus caricias, su besos, la pasión dejó paso a los gemidos de ambos, entremezclados con el romper de las olas del mar.

-Va a ser difícil superar esto - dijo el sonriendo mientras se vestía de nuevo

-Y si repetimos a la noche? - preguntó ella divertida corriendo hacia la casa, Hugo fue tras ella, alcanzándola al entrar en la cocina, la beso, aquella casa y Mía