Valentino.—¿Cómo has llegado aquí? ¿Con qué derecho has venido? —gruño molesto, incapaz de comprender cómo Laria me ha seguido hasta este lugar. En ese momento, ella se transforma en mujer, y le hago una seña a Emilio para que cubra su desnudez.—Lo siento, tenía que hacerlo. Tú eres mi alma gemela, lo sé —dice ella con una mirada llena de determinación.Emilio y Gabriel me miran sin entender.—Eso aún no lo creo. Además...No puedo continuar hablando al escuchar la voz de Maya.—Valentino —Maya está de pie frente a nosotros, mirándonos con sorpresa. Ella corre hacia mí y se abalanza. Emilio se coloca delante de Laria, quien aún está parcialmente desnuda, protegiendo su modestia.El portal se cierra detrás de nosotros.—Pensé que ya no vendrías —me dice Maya, intentando desviar su atención de Laria.—Vamos a hablar adentro, ¿te parece? —le sugiero, tratando de evitar que se dé cuenta de la presencia de la loba.—¿Pero porque vienen por el bosque? —pregunta Maya, mirando a Emilio lueg
Maya.Me levanto de la cama con cuidado de no hacer demasiado ruido; aún no ha amanecido. Mi mirada busca instintivamente a la chica, pero no está. Me asalta la curiosidad sobre quién es ella y por qué besó a Valentino Desciendo las escaleras en silencio y salgo al jardín. La luna está alta en el cielo, ofreciendo su resplandor plateado. Me quedo absorta en su belleza, con deseos de bailar bajo su luz, pero una silueta detrás de mí rompe mi ensimismamiento.—¿Quién eres?—La pregunta es curiosa.—Soy Maya, nada más— respondo sin dejar de contemplar el hermoso cielo estrellado.—Tú sabes quién soy yo y de dónde vengo— su voz suena pasiva. No tengo idea de quién es ni por qué está aquí.Encogí los hombros y levanté las manos sin razón aparente, sintiendo una extraña sensación de querer atrapar la luna y abrazarla.—¿Por qué estás con Valentino? Tú sabes quién es él— suelto un suspiro bajando las manos, y me giro para enfrentarla. Es muy bonita, con ojos verdes y cabello rubio. —No enti
Maya.El bullicio de la plaza comenzó a hacerse presente a medida que avanzaba la mañana, llenando el aire con el murmullo de conversaciones animadas y el suave tintineo de los puestos ambulantes. Los pájaros, despertados por el trasiego de la vida cotidiana, entonaban su melodía matutina desde las copas de los árboles, añadiendo una nota de frescura y vitalidad al ambiente. A pesar de ser apenas las 8 de la mañana, el sol ya comenzaba a calentar la piedra de las calles, creando un contraste reconfortante con la frescura de la sombra de los árboles. Sin embargo, en medio de ese bullicio y esa actividad frenética, me sentía abrumada por una profunda sensación de nostalgia. Las risas y los encuentros felices a mi alrededor solo servían para recordarme lo lejos que estaba de tener un hogar.Mientras estaba perdida en mis pensamientos escuché mi nombre salir de esa voz que me causaba temor.—Maya, parece que el destino quiere unirnos de nuevo —dijo Igor, acercándose a mí.Lo miré con furi
Valentino Después del encuentro con Maya, decidímos regresar a la mansión. Los trabajadores parecían intrigados por ella,me imagino que preguntandose ¿si quien era la chica que salia de mi oficina? pero los ignoré por completo. —El coche está listo, señor Valentino —informó Emilio.—Gracias, Emilio. Por favor, dile a la secretaria que despediré a cualquiera que comente algo sobre mi novia y revisaré todas las grabaciones si escucho algún cuchilleo —ordené, dejando un beso en los labios de Maya, quien sonrió tímidamente.Al subir al coche, revisé algunos mensajes sobre don Victorino, quien planeaba una fiesta a la que estaba invitado. Maya estaba dormida, con la cabeza apoyada en mi hombro.Me pregunté qué estaría pasando con ella y por qué ese imbécil de Igor quería tenerla. Me sorprendía lo que Maya tenía que atraía a los Lobos. Bueno, al menos a Lucrecia, a ese tal Igor y a mi. Miré a Emilio y le pregunté.—Emilio, ¿sientes alguna atracción por Maya? —pregunté curioso. Emilio detuv
Valentino.Ha pasado una semana desde aquella noche tan extraña, y aún no logro comprender completamente lo que sucedió. Pronto debo regresar a Mystralón, pero mi principal preocupación es ella. No puedo dejarla aquí e irme.Suspiro mientras miro el cielo azul, luego poso mis ojos en ella, en mi amor. Esa noche, no era Maya. ¿Quién era? Porque nos debilitó y esos ojos diferentes a los de ahora.Por otro lado, Emilio ha estado investigando sobre lo sucedido aquella noche, pero no ha encontrado nada.—¿En qué tanto piensas, Valentino? —pregunta mientras mira los peces en el lago.—Nada, mi amor, solo que te veo y me enamoro más —expreso, besándola y tocando su piel mojada.—Valentino, realmente pensé que no sintieras lo mismo. —La acerco a mi regazo y comienzo a dejar varios besos en su mejilla.—Te equivocaste, te amo más que nunca -declaro, admirando su belleza.—Valentino, desde aquella vez, veo estas marcas como arañadas. Y no recuerdo cómo fue.Miro las pequeñas heridas que aún no s
Maya Observaba a mi alrededor con nerviosismo, sintiendo como si todos me estuvieran mirando, aunque en realidad solo esa mujer parecía tener la vista clavada en mí. Su rostro reflejaba molestia y un escalofrío recorrió mi espalda. Quería huir de allí. Sin embargo, desde lejos, percibí una extraña sensación y pronto identifiqué a Igor, ese hombre malvado que siempre parecía seguir mis pasos. Mis manos se retorcían nerviosas, sintiendo el impulso de gritar. —¿Maya, todo bien?—inquiere Valentino acercándose —Sí, sin embargo, este lugar no me gusta. ¿Podemos irnos si no te molesta? Siento que no encajo—Expreso nerviosa. El se acerco a mí y con coqueteo me susura al oído.—Te llevaré a las estrellas.—Sonrei nerviosa, le iba hablar cuando apareció una pareja conocidos de él.Mientras ellos coversan miro para todos lados pero ya no veo a ese hombre.—Valentino, ¿y la señorita es...? —Pregunto el desconocido mirandome fijamente.—Ella es mi novia, su nombre es Maya-me presento orgulloso.
Valentino Después de la llamada, tuvimos que salir del hotel y dirigirnos rápidamente a la mansión. Emilio me había llamado de urgencia: habían atacado la mansión y algunas de las casas circundantes se incendiaron. Nunca imaginé enfrentarme a este tipo de conflictos; ahora sé que tengo enemigos decididos a hostigar mi vida. Es hora de aniquilar a cada uno de ellos.—¿Qué sucede, Valentino? —preguntó Maya, nerviosa.—No lo sé, Emilio me ha dicho que la mansión está en llamas.Maya se quedó boquiabierta al escuchar eso, y yo también. No tengo idea de qué demonios ha sucedido o quién es el responsable. Claro, hay muchos que podrían querer hacerlo.—Podría ser Igor —susurró para sí misma. Apreté su mano y dejé un beso en su mejilla.—No te preocupes, sea quien sea, no escapará de mí.Ella asintió, desviando su mirada hacia la carretera.Podría ser Igor o quizás los Camaleones. Aunque también podrían ser esos grupos de la mafia que estaban invadiendo mi territorio en Las Vegas. Quienquiera
Maya.Esta mañana desperté con la sensación vívida del sueño que acababa de tener. En él, me vi en un mundo diferente, lleno de bosques y criaturas que eran una mezcla de humano y animal.Era extraño; jamás había tenido ese tipo de sueño, ni siquiera aquella vez cuando Igor visitó el reformatorio. Recuerdo que me preguntó, cuando tenía doce años, si yo creía en hombres lobo y vampiros. No supe qué decir; nunca había conocido algo tan enigmático o desconocido. Igor me había dicho que era un secreto, pero aseguró que los seres sobrenaturales existían y venían de los bosques misteriosos donde se encontraban pozos antiguos.Ahora, todo encajaba. ¿Podría ser que esos seres misteriosos existieran de verdad? Recordé cuando Valentino se había ido supuestamente de viaje. Lo vi dirigirse hacia el bosque junto a Emilio y ese otro señor. Luego regresó por el mismo bosque. Ayer, uno de los gorilas de Igor también se escabulló por ahí. Y ese pozo... lo vi el día en que Valentino se fue.Negué con l