Renata.Stefan me asignó a un hombre para que me vigilara el tiempo que estoy aquí, no confía en mí, eso es más que obvió y me quedó el claro desde que llegué aquí, además de que él me lo dijo directamente así que no sé por qué me impresionó, fue muy incómodo tenerlo en mi habitación, no logré dormir muy bien, podía escuchar sus pasos recorriendo el lugar, de vez en cuando se sentaba en una silla que estaba al lado de la puerta de entrada, cuando se iba ahí no podía mirarlo porque había un pequeño pasillo, pero yo sabía que él estaba ahí. A la mañana siguiente llegó otro chico a relevarlo, pero yo no salí de la cama absolutamente para nada, me sentía triste y recaída, así como cuando mi hermano y madre fallecieron, no tengo ganas de nada, solo quiero dormir y ya. — Señorita Renata… la señora Patricia la espera para desayunar.Al abrir los ojos me topo directamente con unos ojos color gris, muy claros y llamativos que me observan atentos, él está arrodillado frente a mí, es el mismo
Stefan.Acabo de llegar a casa y lo primero que hago es venir a encerrarme con las carpetas de información que mandé pedir de Renata y su familia, me siento ansioso por descubrir lo que se encuentra en estos documentos, me siento como un niño en navidad a punto de abrir sus regalos bajo el árbol. Apenas me había sentado en la silla cuando la puerta de mi oficina se abre de golpe, juro que si es Alessandro le arrojaré lo más pesado que tenga en el escritorio, pero no era él, sino mi madre, y para mi sorpresa no trae buena cara. — Stefan qué bueno que llegas necesito hablar contigo. - arrugó la frente, no me imagino que es lo que la pudo haber molestado, normalmente ella es doña sonrisas y positividad. — ¿Sobre qué? – le pregunto mientras levanto una ceja y me acomodo mejor en mi silla.— Es sobre Renata - mi cuerpo se pone en alerta al escucha el nombre de esa mujer salir de su boca y verla tan preocupada.— ¿Te hizo algo? ¿Le hizo algo a los niños o se portó sospechoso? – Mi madre h
Estoy a punto de terminar de leer la investigación del detective y agradezco infinitamente que Alessandro no esté aquí para verme, una de sus mujeres lo invitó a su casa y ese calenturiento no se pudo resistir, tengo los nudillos blancos por la fuerza excesiva que estoy usando mientras agarro la hoja en blanco, pereciera que estoy leyendo un libreto de una serie de emergencias médicas extremas, me parece excesivo. Un extraño sentimiento se está arremolinando en mi pecho con intensidad, creo que es lástima. El hermano de Renata fue asesinado a los 15 años por miembros del crimen organizado rival, murió de 3 impactos de bala en el pecho, para tratarse de esas bestias le dieron una muerte rápida comparada a lo que ellos acostumbran hacer, pero de igual manera no quita que sea lamentable lo que le pasó a ese niño, tenía un futuro prometedor, muy inteligente pudo llegar a ser grande sin necesidad de involucrarse en las porquerías de su cuñado, no tengo idea como fue a permitir eso Armando
Un sonido fuerte llega a mis oídos sacándome de mi sueño profundo, el sonido de las detonaciones de armas me obliga a abrir los ojos de golpe, despertando por completo, no es como que me interrumpieran teniendo un hermoso sueño, ya he olvidado cuando fue la última vez que soñé algo, por lo menos una pesadilla que perturbara mi mente, pero ni eso, no había nada, solo es cerrar los ojos dejándome caer en un vacío oscuro para después despertar de nuevo en la mañana por ese sonido desagradable que a pesar de que su origen se encuentra en la distancia logra llegar a mis oídos y colarse en mi habitación para ser el primer sonido que llega a mis oídos al despertar. Ya me he acostumbrado a ese sonido que siempre me llega a primera hora del amanecer, para ser más exacta a las 7:00 am, es mi horrible despertador, y a pesar de que lo he escuchado todos los días durante años, no creo que nunca me acostumbre a ello, o me parezca por lo menos un poco familiarMe giro hasta quedar boca arriba, exte
Me dispongo a marcharme a mi habitación, no tengo ganas de seguir pensando en mi miserable existencia cuando de repente una de las sillas de mi lado izquierdo es abierta y se sienta Rick, es la mano derecha de mi esposo, el único al que no le molesta ver cerca de mí por la confianza que le tiene es mucha, si tan siquiera supiera que intenta por todos los medios meterse entre mis piernas y ser él quién caliente mi cama cuando Armando esta ausente. — Mi señora, usted siempre tan hermosa tan radiante como una bella flor.- su tono de voz claramente es coquetería en todos los sentidos.Me encuentro cruzada de brazos, los ojos verdes de Rick se van rápidamente a mis pechos que se asoman ligeramente, no me importa, ni siquiera me incomoda, a lo largo de los años por estar en este ambiente me acostumbré a ser vista como un pedazo de carne, como un exquisito postrecito andante a la vista de unos hambrientos vagabundos. — Buen día, Ricardo.– Le digo seria con voz molesta y fría, como siempre.
Al llegar al centro comercial las miradas se van en mi dirección, lo atribuyo principalmente a mi guardarropa; Armando tiene algún tipo de capricho-obsesión por verme siempre bien arreglada, impecable... el problema es que me visto a su gusto y su gusto de ropa no es para nada el mío. Las prendas de mi closet tienen que tener alguna de estas características, grandes escotes, brillos, lentejuelas y entalladas ceñidas al cuerpo, tengo algunas prendas cómodas para usar cuando él no esta, pero por más que quisiera no vendría con mis pantalones de chándal al centro comercial. Llevo un pantalón de tiro alto, con una camisa de manga larga fajada que tiene un escote no tan llamativo, llevo zapatillas altas de color negro y mi bolso; no traigo puesta ninguna pulsera, collar, reloj o aretes que son obligatorios usar en compañía de Armando, pero aún sin ellos las personas miran en mi dirección. Tengo un cuerpo con curvas bien definidas sin llegar al punto de ser exagerado, es la principal raz
Al separarse de mí su mirada se torna más oscura y pérdida, siento un escalofrío recogiendo mi columna vertebral, el aire lo siento más frío, tanto que lástima mis pulmones al respirar, esta sería una noche larga. — Patrón que bueno que llegó, los invitados esperan por usted. Rick llegó a la sala, por primera vez su presencia me tranquiliza, en ningún momento posa su mirada en mí, ya que estoy con Armando, de lo contrario me comería con la mirada como siempre lo hacía; mi esposo pasa su mano en mi cintura empujándome levemente para que avance junto con él. — Ya vamos. Hay prioridades, primero tenía que ver a mi esposa.- me contengo de soltar una risa de burla, que buen chiste.Caminamos juntos al exterior en donde ya estaban algunos hombres un tanto ebrios y eso que esto va empezando, no quiero imaginar el caos en que se convertirá esto más tarde, en cuanto Armando hace presencia en el lugar no tardan en acercarse a él sus amigos a saludarlo, posan sus ojos en mí, recorren toda mi
La mujer esta sumamente aterrada y nerviosa, aún con la mirada baja puedo notar como sus piernas tiemblan ligeramente, ella empieza a hablar con tartamudeos su voz se entre corta por el miedo.— Señor... yo... no sabía que ella, era su esposa... pensé que era una dama de compañía como yo— ¿¡Dama!? Por favor, como puedes comparar a una prostituta como tú con mi esposa que ella si es una dama…- bueno... considerando la manera en que me hace vestir y el trato que me da ante los demás hombres cualquier desconocido lo pensaría, el valor de las prendas que llevamos puestas es lo único que hace la diferencia.– Llévenla a la cabaña enséñenla a respetar... Levanto la cabeza rápidamente y mi mirada se topa con los ojos asustados de la chica, dos hombres llegan a tomarla de los brazos y arrastrarla entre la oscuridad del jardín a aquella bodega alejada de la casa principal.— ¡No por favor! ¡Perdóneme! ¡Yo no sabía que ella era su mujer! ¡Lo lamento! ¡Perdón! Esos gritos llenos de pánico y ag