Renata. Desde hace días todo se siente diferente, Stefan y yo no nos hemos encontrado en ningún momento, será también porque salgo de mi habitación lo menos posible... siento como si una gran brecha se hubiera abierto entre nosotros, una distancia demasiado grande para recorrer, incluso más que cuando nos conocimos. Descubrir que el actual monstruo de mis pesadillas es su exmujer es un duro golpe para mí, más que nada porque siempre tuve la impresión de que Stefan jamás dejó de amarla, y ahora que acaba de descubrir que está viva, puede que ese sentimiento que siempre ha reprimido saliera de golpe a la superficie. En ocasiones no escogemos de quién enamorarnos, solo sucede y ya, pero mentiría si no admito que me está matando la idea de que todo lo que él sentía por mí se murió en cuanto descubrió que el amor de su vida sigue con vida. La puerta de mi habitación se abre logrando que levante la cabeza de golpe, el corazón se me acelera al pensar que es Stefan, que por fin viene h
Armando. Por lo menos debo de reconocerle a Isa que es estupenda en la cama, me hace olvidar las ganas que me dan de matarla a veces. Han pasado semanas y no tengo noticias de Renata, pero lo que si me sobran son las amenazas de muerte silenciosas que me está mandado Stefan. Se ha encargado de exterminar uno a uno a mis hombres al principio me costó un poco unir los puntos entre cada asesinato, cuando se llevó a cabo el cuarto fue cuando me di cuenta de que estaba matando a cada uno de los hombres que abusó de Renata. Sinceramente no me importaron sus muertes, al contrario estaba desapareciendo uno a uno a esos malditos, me arrepiento con el alma haber permitido que todo eso le pasara, tenía tanto en que pensar, como buscar la manera de recuperar a Renata, aunque eso lo sentía casi imposible ahora. Isa había estado muy mansa últimamente, porque había evitado tocar el tema de Renata bajo cualquier circunstancia, los primeros días después de nuestra discusión me lanzaba miradas ase
Renata. No puedo creer que esas palabras salieran de la boca de Stefan... lo miro, busco sus ojos con desesperación, pero él evita mirar en mi dirección, se mantiene firme mirando al frente, sigo su mirada, en cuanto mis ojos se posan en Isa no la observo mucho, aparto la mirada y mis ojos se encuentran con los de Armando, no permito que se me escape ni una pizca de miedo en la mirada, lo detesto y no me molesto en disimularlo, pero como para Armando todo es un juego simplemente sonríe. — ¿¡Pero qué mierda estás haciendo Stefan?! ¡¿Enloqueciste?! Vete a la mierda, suelta a Renata. Alessandro se acerca a donde estamos, para mi sorpresa Stefan mete la mano en el abrigo de su traje y saca su arma con ella le apunta a Alessandro en el pecho, el miedo me consume, doy un brinco y a pesar de que me tiene sujeta con su mano trato de moverme para cubrir Alessandro. — Stefan no...- le digo a duras penas, la voz se me rompe y las lágrimas se me escapan de los ojos, justo en ese momento su mi
Esto es una gran sorpresa inesperada, a Armando le cuesta creer que esto esté pasando en verdad, Rick tiene una sonrisa burlesca en la cara en lo que le apunta en la cabeza al hombre al que le ha servido durante tantos años, el que se supone era muy leal y comprometido, pero en el bando de Armando la lealtad no significa nada cuando están en juego sobre la mesa los deseos y ambiciones de un hombre. Rick se mueve para cambiarse de lugar, se acerca a donde estamos Stefan y yo sin dejar de apuntarle a Armando en la cabeza, al pasar al lado de Isa esta lo mira sin dar crédito a lo que sus ojos están presenciando. — ¿Pero qué estás haciendo? Traidor.- Isa se queja con los dientes apretados cuando pasa al lado de ella, su tono de voz fue bajo, pero audible para todos los que estamos aquí, Rick suelta una risita. — ¿Traidor? Pero si hola, no te mordiste la lengua, de todos aquí tú te llevas el premio.- Rick se burla de ella, llega a donde estamos nosotros, se posa a mi lado y lo que hago
Stefan... Te prometo que le daré orgasmos de verdad, dudo que tú pudieras provocarle uno. Mi paciencia tiene un límite y considero que ya aguanté demasiado todo este teatro, a veces hay que hacer sacrificios para poder conseguir algo, para ganar y todo esto me ha significado un esfuerzo sobre humano, fingir esta frialdad ante Renata, asustarla y alterarla de este modo, me hubiera gustado poder explicárselo, tanto como a ella como Alessandro, pero él me dejó muy en claro ayer que no confía en mí, no lo culpo.Yo sabía muy bien lo que estaba haciendo, me costó mucho ordenar mi mente y mis ideas, crear este plan en silencio y ponerme esta máscara que me estaba costando mucho sostener. Pero esto no pudo salir mejor.— Los tengo a todos donde quería. - con la mano firme apunto a Rick directamente en la cabeza, mucho balbuceo por parte del hombre. — ¿¡Pero qué carajo?!.- escucho a Alessandro quejarse a mi lado, bajo la mirada a Renata quien me observa con los ojos muy abiertos.Me mat
Marisa tiene los ojos muy abiertos observando los cadáveres que están a escasos centímetros de ella, creando caminos de sangre que curiosamente se dirigen a su dirección, parece perturbada, su cuerpo tiembla ligeramente cuando sus ojos color miel llenos de miedo se encuentran con los míos no me trasmite absolutamente nada. No la reconozco, para mí es una completa desconocida, esa ropa provocativa que no deja nada a la imaginación, su rostro cargado de maquillaje, tiene el rímel corrido que crea ríos de tinta por sus mejillas, ladeo la cabeza, me sorprende como no estoy sintiendo nada al verla, ni enojo, ni decepción, ni piedad. Temía tenerla al frente porque no sabía que era lo que provocaría en mí, después de todo lo que me enteré no quería perdonarla, no podía. — Dijiste... que no querías muertes delante de tu mujer...¿Por qué los mataste de esa manera tan fría frente a mí? - su voz sale pálida y teñida de miedo, sus palabras provocan que suelte una carcajada. — ¿Pensaste que
RenataOtra detonación... ya van varías, tengo los nervios de punta cada vez que se escucha ese sonido, tengo miedo de que algo saliera mal y lastimaran a Stefan. — No puedo creer que no nos dijera nada y nos usara de esa manera.- Alessandro está con los brazos cruzados sobre el pecho, desparramado en el asiento de al lado y molesto. — Supongo que debe de tener una buena explicación. — Eso espero... no puedo creer que te expusiera de esa manera a ese miedo y nivel de estrés. La puerta del lado del copiloto se abre, Alessandro se incorpora con rapidez, se asoma un rostro conocido de cabello dorado, Alessandro le apunta con el arma— ¡Ey! ¡Baja eso!.- es Alexis, mueve el arma a otro lado, Alessandro suspira y se deja caer en el asiento de nuevo. — Eres tú... ¡Tú lo sabías! ¿¡Porque no nos dijiste nada?!.- Alessandro lo señala con el dedo índice, Alexis se acomoda mejor en el asiento para vernos. — Oye, todo fue tan repentino, me lo contó con solo dos horas de anticipación y sincer
Stefan. El leve zumbido del motor del auto me resulta un tanto relajante, Renata esta a mi lado, nuestras manos unidas sobre mi muslo, compartiendo un agradable silencio, en la parte delantera están Alessandro y Alexis, sus voces me parecen tan distantes en este momento. Tengo una sensación extraña recorriéndome, pero no logro identificar lo que es, me gustaría decir que siento culpa por lo que hice, por las vidas que arrebate, pero no hay ni una pizca de ella en mí, eso me causa una especie de relajación, jamás he matado a nadie que no lo haya merecido, Stefan Lombardi no mata inocentes, le hice un favor al mundo al erradicar una muy mínima parte de maldad.— ¿Estás bien?.- la voz de Renata me hace volver a la realidad, me percató que el sonido del motor se ha detenido, estamos dentro de la cochera de la casa. Parpadeo varias veces y paseo la mirada un tanto sorprendido por el lugar, a pesar de estar mirando por la ventana no era consciente de lo que pasaba frente a mis ojos, Rena