El teléfono sonaba una y otra vez, abrí mis ojos y los rasque, me demoré un poco tratando de procesar donde estaba y que había pasado. A mi lado no vea a nadie, tan solo una pequeña rata con unas llaves. "Bienvenida a tu nuevo hogar, esta es tu copia de llaves, no suelo quedarme con la persona que pasó la noche, espero y comprendas. Nos veremos luego, debes mantenerme informado de todo" Mire mi teléfono y casi me da un infarto cuando vi la hora. No iba a alcanzar a arreglarme, para llegar hasta el aeropuerto.
Tenía unas llamadas perdidas de Martín, me levanto estirando a mi cuerpo y viendo las marcas que me había dejado una noche sumamente deliciosa. Fui hasta la cocina para servir un poco de zumo de fruta. El teléfono sonó de nuevo, esta vez respondí la llamada.
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MartínSé que debo alejarme de ella, tener una relación estrictamente profesional. Al menos mientras logró conocer todo el manejo de este negocio, luego de eso le puedo dar una buena cantidad de dinero y que se vaya, creo que tenerla cerca no es tan bueno para mí. No creo que pueda resistir a tanta belleza, ella es un imán que atrae a los hombres, es fácil darse cuenta luego de ver como la miran.Venir a su habitación como excusa del masaje es nuevo en mi, nunca me imaginé sacar una excusa tan barata para estar cerca de ella. Mientras que mis manos pasaban ese líquido por sus delicadas piernas, mi cerebro intentaba pensar en otra cosa, me puse a recordar cuando estaba en la universidad y tenía que estudiar para esos parciales.—
CynthiaMe lancé al agua, no tenía en mente hacer eso, seguro fue agua o no se que, el momento… Tal vez quiero que él olvide lo del beso, o yo, no lo sé bien. Quizá al escucharlo hablar así me dio algo de nostalgia. Llegué andando hasta donde estaba la yegua, vi hasta atrás y viene despacio, es obvio que me dejo ganar. Me visto rápido y le hablé a Luz.—Mi luz, no puede haber debilidad en nosotras, somos las reinas y los reyes no existen en nuestro castillo. —Gire y le sonreí. Necesitaba ocultar esos nervios que por alguna extraña razón comenzaron a aparecer desde que llegamos a ese lugar.—Me ganaste, no debo despedirte. —Levantó su pulgar y lo miró extraño—. Aho
Martín se fue, evité su mirada y retiré las manos de mi rostro. Su tacto me está quemando, eso es algo que no puedo permitir. Tomé mi teléfono y llame a Raúl, creo que en este lugar, hace falta un cocinero que sea aliado mío, que sea capaz de hacer cualquier cosa por mí. —Raul, Necesito que vengas a la casa de Thomas, quiero que trabajes un poco más para mí. Necesito de tus servicios no solo como cocinero.—Mi hermosa, por ti hago muchas cosas. Tomaré el primer vuelo, allí estaré.Sonreí, Raúl es mi mayor aliado, conoce mis ambiciones, conoce mis alcances, pero sobre todo hace cualquier cosa por mí. Raúl a pesar de su edad es un hombre muy atractivo, eso es lo puedo utilizar a mi favor contra ella. De qué sirve acabar con ella de una vez, si puedo hacerlo lentamente y disfrutar cada oportunidad que se me de.—Viste mi Luz… Pronto todo esto será nuestro, no habrá nada que se interponga entre lo que quiero y lo que voy a hacer. Le doy un beso y me pongo de pie para irme a la habitación
Me desperté cuando el sol empezaba a salir, espere mi cuerpo para poder salir a hacer ejercicio, cabe destacar que mi figura es algo que cuido demasiado, y principal arma para combatir. Luego de asearme, salí con un top y un pantalón de licra. Me gusta correr alrededor de la gran casa, es una forma de escapar de la realidad, de lo que me atormenta. Inhale el aire profundo del lugar, mis ojos se pusieron vidriosos. Hoy debo aparentar ser más fuerte, una fecha más que llega. La última vez que celebre este día fue cuando ella estaba aún con nosotros, como raro mi papá había tomado demasiado y no nos había quedado dinero ni siquiera para comprarle un pedazo de carne a ella, esa vez me escapé de la casa, aún era una chica buena, dure toda la tarde limpiando los vidrios de los automóviles que paraban en el semáforo de la calle principal, me esforcé tanto para poder comprar un trozo de pastel… Aún recuerdo sus lágrimas, ella era una buena mujer la mejor, quizá por eso no soy tan buena, cuan
Lo miro enojada, ¿Cómo se atreve a tomarme del brazo de esa manera? Sí cree que puede hacer esas cosas está muy equivocado.—Me sueltas Martín. ¿Qué te sucede? Parecen notar que está haciendo, saqué de inmediato me suelta. Doy media vuelta y me siento.—Lo siento. Me confundí de persona, sigamos trabajando —dice apenado. —Claro, como es tan normal que uno se confunde de persona. Hoy ha sido un día muy estresante para ti, deberías relajarte un poco. —Él no dice nada más, se sienta y deja de hablarme de nuevo, y únicamente lo hace por cosas que son sin importancia. La actitud de él no mejoró, está más que claro que fue desde que hablo con Ingrid, esa bruja es una arpía. La tarde llegó más pronto de lo que pensaba, el día se pasó rápido y aburrido, está actitud tan petulante de él me saco de quicios más de una vez, sobre todo porque días anteriores conocí fue al Martín "encantador" Nos devolvimos antes de la cena, según él a Ingrid no le gusta comer sola, la soledad no va con ella,
Entro a mi habitación sigilosamente cerrando la puerta a su paso, procuro de cualquier modo evitar emitir sonido alguno para no alertar con mi presencia. Me acerco por detrás, ella encontró donde guardo el dinero y también mi arma, todo lo tiene en el suelo. —Esta mujer es peligrosa, debo decirle de inmediato a Martin, toca sacarla de este lugar lo más pronto posible. Suelto una carcajada haciendo que ella gire al verme, su rostro es todo un poema, la cara de pánico no se compara con nada. —¿Qué haces en mi habitación? Lo que estás haciendo es un delito, usurpar las cosas de los demás. Toda una chica de la ciudad y no lo sabe, muy mal. —Ella se pone de pie, eso sí manteniendo la distancia. —¿Qué clase de persona eres? No entiendo como Thomas te dejo en este lugar, eres una solapada, dejando ver su papel de chica buena para qué, ¿Qué buscas? Le diré todo a Thomas.Comencé a aplaudir, ella aún así me sostiene la mirada. —¿Qué busco? eso a ti no te importa, más te vale que dejes de
Martin No puedo creer que Cynthia me esté haciendo esto, no se sale de mi cabeza en ningún momento. No comprendo porque lo hace, ella es una mujer bella y parece que utiliza eso para poder alterarme, ella se está convirtiendo en mi delirio, en ese pecado que no sé si quiero llegar a cometer. Ver que el chef la abrazo, hizo que mi razonamiento desapareciera, no sé por qué pero unas ganas de golpearlo se hicieron presente, quería dejarla en claro que no podía abrazarla como si fuera suya. La verdad intento mantenerme al margen de todo, de no involucrarme de otra forma con ella, de ser netamente profesional. No es la primera vez que trabajo con mujeres bonitas , no obstante, ella es la excepción, ella es la regla de eso. Arrasa con su personalidad, con su sensualidad. Le creo cuando me dice que eso lo manejaba mi papá, que esa era la forma o incluso que esas eran las personas, tal vez tan solo lo hago para complacerla, para hacerla sentir bien. Procuro evitarla, ponerme serio e ignor
Cynthia Vamos camino a la caba, me siento demasiado incómoda, el ambiente se siente bastante tenso. Russo observa todo, algún día lo escuche decir que le interesaban las tierras que tenía Thomas, ya que eran muy productivas por el tipo de suelo y ubicación. —En otra vida debí haber vivido en un lugar así, me siento tan identificado con esto —Russo habla fuerte, mirando a los lados, Martin bufa haciendo que lo miremos extraño. —Es algo muy natural señor Russo, estas tierras son muy bellas. Thomas se esforzó demasiado para poder mantenerlas, no es nada fácil. —Todos asentimos, el camino es cómodo, plano y podemos apreciar la otra cara de los viñedos—. Señor Russo, es usted un hombre muy joven, me imagino que está casado. Ruedo mis ojos, de verdad que no tolero a Ingrid. Quiere dárselas de mujer social.—No, el matrimonio no es para mi. —Russo me mira y me guiña el ojo—. Eso es más como un acuerdo, realmente no estoy interesado en algo así. No obstante, disfruto el momento, disfruto