Hay un extra con el seguimiento de esta parte
-Buenas tardes, padre - el calor de la comida le golpeó el rostro al sentarse.-Buenas tardes, hijo.El ambiente de ese día fue diferente. Tranquilo y acogedor. Más que nunca, Teo fue capaz de sentir la protección que desprendían hacia él; pero ya había tomado una decisión y esa tarde tuvo el valor. Justo cuando estaban recogiendo la losa, tomó aire y habló.-Padre, necesito hablar contigo - todos se detuvieron, parados frente a él - es algo importante, así que me gustaría que fuera en la oficina.-¿pasó algo, Teo? - la voz suave de su madre rompió el silencio por la preocupación.-No es nada grave. S&
El bastón golpeó el suelo, portado por una mano huesuda y arrugada. El hombre se encorvaba al caminar; mientras era seguido por su protector a tan sólo unos pasos de distancia - ¡es un descaro! - proclamó al cruzar la puerta - mi propio discípulo quiere robarme lo mejor que tengo - entró, somatando el bastón.Teo se paró con su llegada; mientras su padre se acomodó en el asiento - Veo que ya te han informado - su expresión era tranquila.-¿Aún teniendo más opciones, prefieres llevártelo?.-Te recuerdo que todos somos libres de tomar decisiones. Si él quiere irse de tu lado, yo lo aceptaré con gusto.-Eres un aprovechado - Marcelo se acercó a Teo
Esa noche, Teo se enloqueció. Cuando Ethan llegó, encontró ambas puertas abiertas. Los libros dispersos por el suelo, la ropa fuera del mueble y la cama desordenada. Barrió la vista por toda el área hasta que encontró a una figura enrollada en el suelo junto a la cama, con las piernas cerca del pecho, rodeado de prendas; mientras sostenía una entre las manos temblorosas.-¿qué haces?.Teo se asustó al sentir su presencia tan cerca. Su corazón latía desenfrenado. Las gotas de sudor se derramaban por los costados de su cara. Lo miró, con los ojos rojos - yo… - El aire no le era suficiente - dedo escoger lo que necesito para empacarlo.Ethan se apoyó en una rodilla al agacharse. Con el dorso de los dedos, -Tendrás muchas libertades, pero no te excedas. Piensa siempre en lo que haces - los utensilios sonaban al ser puestos sobre la mesa - aunque a tu padre se le ha pasado el coraje, no cometas más imprudencias - se alejó. Después, al poner el último plato, se quedó en el lugar y agregó - con respecto a esos chicos, hemos cambiado de opinión acerca de ellos, sin embargo, sus modales y actitudes siguen desagradando a tu padre. Pero tú sabrás qué hacer con ellos - por último dijo - ven a sentarte.Teo se giró, su rostro pálido y ojeroso quedó al descubierto. La señora se alarmó, cubriendo su boca con una mano - tengo dolor de cabeza y anoche no dormí bien - Trató de explicar.-¿te sientes mal?. Lo hubieras consultado con el doctor desdeCapítulo LXXVII: Sospechas correctas
Hasta que por fin Ethan desvió la vista, terminó de abrir la puerta indicándole a Teo que entrara antes de cerrar de nuevo. Sin objeciones, Teo se sentó en la silla que solía usar la otra parte. Las cejas de Ethan estaban bajas y los dedos de una mano parecían entumecidos como si evitara moverlos; además, cuando fue al otro asiento, sus zapatos se hundían en el suelo por la fuerza aplicada al caminar.-¿lo conoces? - preguntó Teo; puesto que rara vez mostraba esa actitud a menos que estuviera trabajando.-Estudié un par de años con él - Ethan apretó los dedos en la mesa - él puede que no me reconozca, puesto que cambié mucho desde ese tiempo antes de unirme al equipo militar.Una pizca de sentimiento se movi&
La brisa paró al amanecer. Mojando el árbol del patio. A través de sus hojas, una gota se deslizó cayendo hacia abajo, pasando de rama en rama. De pronto, el árbol se agitó levemente haciendo que la gota se desviara del camino, dirigiéndose al suelo; sin embargo, su trayectoria fue bloqueado y en cambio, cayó sobre una cabeza cubierta por cabellos húmedos.El joven chico sostenía, entre sus manos, un libro. Protegiéndolo de la brisa con su cabeza agachada. Al sentir la gota deslizarse por su cabello, se sacudió, mandando un ciento de gotas a volar alrededor. Estaba tan concentrado en la lectura que no fue consciente del tiempo hasta que amaneció. Estuvo haciendo huelga desde la noche anterior; así que no entró a casa a pesar del clima húmedo y se distrajo por completo cuando empezó su nuevo libro.-Teo - una voz suave lo llamó desde un lado.Por costumbre, siempre respondió a su llamado - ¿Sí?.Desde las orillas del patio, su madre lo llamó - Ven a desayunar.Sin pensarlo dos veces, r
Corrió emocionado hasta que encontró a la gente agrupada en la calle. El sudor se acumuló en su frente, no sólo por el ejercicio; sino que también por los nervios que lo invadían. Paró justo antes de introducirse en la multitud, asesando. Algunas personas tenían caras conocidas, vistas en reuniones algunas veces. De repente, escuchó - ¿Teodoro? - sus ojos se abrieron, buscando el sonido.-Ah, es cierto, es él - por un lado, dos personas salieron de entre la multitud - ¿no es un milagro o será una alucinación? - uno de ellos bromeó.-Oh, chicos - Teo los saludó.Se acercaron uno a cada lado y los dos pusieron una mano en sus hombros - No te has escapado de casa, ¿verdad? - con pesadez, recibió las palmadas de los dos chicos que tenían una gran sonrisa en el rostro.-Claro que no - sonrió, arreglándose la ropa - me han dado permiso de asistir a clases.-¡Qué bien! - el de la izquierda, vestido con un traje cafés, dio otra palmada - estarás en nuestro grupo.El otro, con camisa gris y pa
Los dos jóvenes se vieron entre sí, luego miraron a Teo - Mis padres me obligaron - sus voces se mezclaron, convirtiéndose en una sola. Los dos se vieron de nuevo y rieron.Teodoro se sorprendió - ¿en serio no les importa ni un poco estar aquí?.Oliver bufó - ¿para qué?, prefiero estar en la calle que aquí sentado.-Cualquier lugar es mejor que este - agregó Edgar. Después, el de ropa gris lo miró - ¿y tú por qué has venido?.-Cierto - exclamó el otro - es muy extraño que tus padres te dejen salir, ¿también te obligaron?.Teo meneó la cabeza - No, logré convencerlos para que me permitieran asistir. Quiero conocer otros lugares. Si gano el examen me dejaran ir.Los ojos de Oliver se abrieron - Oh, te irás lejos y aún así te patrocinarán el viaje - suspiró, poniendo una mano en el suelo para apoyar su peso en ella - A mi me amenazaron con que si no venía aquí, dejarían de darme dinero.Edgar colocó una mano en el hombro de Oliver, sonriendo - Realmente eres mi hermano. Mis padres me han