Diario de Verónica.
08/08/2021
Observo el reflejo de mi cuerpo en el espejo. Estoy mona. Monísima, la verdad, no suelo vestirme tan coqueta, ni mucho menos tan sensual. Pero hoy, he querido hacerlo, me faltaba ánimos. Mi cabello negro detrás de mis omoplatos, baja y toca casi mi cintura. Mido un metro setenta, soy bastante alta, mucho más que mis amigas, incluso de pequeña mis hermanas se burlaban de mí porque era la más alta de todas las clases en las que estaba. Supongo que salí a mi padre, un dominicano retirado de la milicia, con casi 2 metros de altura. En cambio, mis hermanas menores salieron a mi madre, una colombiana con apenas un metro cincuenta. Lo único que ese desgraciado pudo darme fue su patético tamaño, pues para no joder la historia hablando de mi donador de esperma, el hombre se largó cuando mis hermanas tenían uno y tres años.
Yo tenía cuatro.
La verdad es que me gusta sentirme diferente. Debo admitir que es una oportunidad para destacar entre los demás. Normalmente las personas esfuerzan por lucir tacones elegantes que resalten su poca altura, con pantalones que levanten el trasero o blusas que sean sumamente escotadas.
Sin embargo, yo con apenas un vestido y unas sandalias de tacón corrido, llego a los lugares y todas las cabezas se giran a verme.
Eso y que tengo una boca muy golosa.
Al menos eso dicen.
Ya en serio, la tengo.
Sexualmente, soy bastante abierta. A mis veintidós años, tengo la experiencia de cualquier persona de mi edad del siglo 21. Porque sé que mucho antes, en el siglo 19, era poco probable que una mujer de veintidós años no se hubiese casado con el hombre que le desfloró y que le hizo tres hijos de inmediato.
Según mi madre, soy la más liberal de la casa, ella lo dice porque salgo cada noche a clubes nocturnos, lo que ella no sabe es que tengo uno en particular que es el que más me atrae y en el que más cómoda me siento. La verdad es que en este puedo ser yo misma, sin necesidad de sentirme observada por los demás constantemente, porque allí, en el club Focus las personas van a resolver lo suyo, sin importarle lo que hagan los demás.
El problema conmigo es que tengo fantasías con mi cuñado.
Así como lo leyeron. Fantasías con el novio de mi hermana. El problema básicamente es que él es la contraparte mía.
No se trata de egocentrismo, tampoco de envidia. La verdad es que no hay manera de poder envidiar a una persona que parece un hobbit.
¿Quién en su sano juicio lo haría?
Pero, Claudio es lo que necesito en mi vida para que me saque el fuego que me quema por dentro.
Un hombre de 29 años, ojos azules como las aguas del mar, el pelo negro peinado siempre hacia atrás con gel para dejarlo fijo y sin despeinarse. Su aura, es de esa clásica de los fuckboys, de esas que saben que vas a terminar jodida, pero aun así te lanzas al maldito precipicio.
¿Por qué no puedo superarlo? Tienen 6 meses saliendo. ¿Por qué no puedo dejar de pensar en él?
Esas preguntas son mi diario, vivir.
Ustedes tiran: ¿por qué no tomas un clavo para sacar otro clavo?
El problema con Claudio es que, él jamás ha sido mi clavo, nunca me ha clavado, jamás ha estado en mi interior, ¡y joder, me muero por hacerlo!
Me muero porque su cuerpo esté sobre el mío y su pene esté clavándome una y otra vez hasta sacarme cualquier destello de orgasmo que esté escondido en lo más profundo de mi vagina.
Ah, sí, olvidaba mencionar, tengo un lenguaje bastante soez y poco femenino.
Volviendo a Claudio Henríquez, es una obsesión.
Estudio psicología clínica, voy en mi sexto semestre, se bastante bien cuando algo es una obsesión y cuando no, no soy la clase de estudiante de Psicología que asiste a la Universidad, solo para pasar el rato y acostarse con cualquier ser humano que le dé una sonrisa. Tan poco soy la clase de recién salida de la adolescencia que se cree con el suficiente autocontrol para llegar pulcra y virgen al matrimonio.
Pero también sé que esto que siento por Claudio es simplemente una obsesión, al no poderlo tener se ha desarrollado en mí una necesidad de poseer.
Deseando lo prohibido.
Y el muy desgraciado tampoco ayuda para sentirme menos atraída hacia él.
Porque los hombres comprometidos siempre son así.
Ellos siempre son los que te sonríen, los que te guiñan el ojo en la calle sabiendo que en su casa les espera una mujer. Siempre son los primeros en dar el primer paso cuando estás en un bar y te invitan a una ronda de shots de tequila.
También son los primeros en marcharse del cuarto de hotel, después de haberte follado una y otra vez sobre la mesa de billar o en el jacuzzy.
No estoy acostumbrada a utilizar palabras femeninas y melosas, me gusta lo franco, lo honesto. Por eso, entre mis amigas, madre y hermanas, siempre seré la vagina caliente que disfruta más de la cuenta.
¿Saben qué?
¡Me vale un penique lo que ellas opinen!
Al final de la noche, soy yo quien se viene seis veces si me lo permito.
¿Te animas a acompañarme y ver como la termino cagando entre Claudio y yo?
¿No?
¡Tú te lo pierdes mojigata!
Hasta luego, querido y ardiente diario.
PD: Creo que debo ponerte nombre.
Dejo el libro sobre mi tocador y observo mi reflejo una última vez. Hoy me he colocado algo de delineador en la parte baja de mis ojos. El color miel de estos destaca un poco más y le sonrío a mi reflejo.
No puedo creer que comencé a redactar en ese estúpido diario. Lo he comprado solo como un medio para no torturarme y dejar de pensar en Claudio, en cambio, he dejado bastante abierta la idea de finalmente acostarme con él.
—No. — me digo en voz alta justo cuando la puerta se abre.
—¿Seguro que hoy quieres ir a Focus? — Es Ana, ella es mi conciencia, al menos la parte racional.
Al menos lo intenta.
—Más que segura. —le digo tomando mi bolso de mano de color negro. —¿Qué opinas de mi vestido?
—Muy…—ella lo piensa y se me ocurren muchos nombres para lo que pasa por su cabeza. Pero no los diré. —…provocativo.
—Admítelo, está perrísimo. ¡Es el corto y tamaño perfecto!
—Bueno, es una forma de decirlo. — Esa es Ana Fortuna. La que sí tiene pinta de Psicología clínica.
Pero yo soy la que realmente disfruta la vida mientras ella se sumerge en libro sy mas libros y cuando termina, duerme imaginando que lee los jodidos libros.
Si, me gusta leer y la verdad, soy bastante buena en mi carrera, aunque conmigo, en esta etapa, soy una m****a temperamental con patas.
—Vamos antes de que me quites el ánimo.
—No creo que eso sea posible. — murmura ella pasando un brazo por mi cintura.
—Yo tampoco, Anita. Yo tampoco. — y ambas comenzamos a reír.
¡Focus, allá voy!
***VERONICA***Entramos al club y como siempre, la chica llamada Gema nos recibió con una bandeja llena de vasitos shots con un platito de metal repleto de píldoras rosas.Era opción de cada cliente tomar ambos, pero en mi caso, siempre tomo solo el tequila.Me gusta el tequila, como el calor de esta bebida infernal baja por mi cuerpo y limpia cada poro.—¿Otra vez? —pregunta Tina Mendoza mientras miraba cómo coloco mi vasito vacío en la bandeja.—Vive la vida un día, Tina. No le des tanta mente a las cosas.—Soy psicóloga. — ese era nuestro principal problema, todas se cohibían, comienzo a pensar que debo buscar un nuevo grupo de amigas.Tina es la más recatada de todas, de piel canela, ojos saltones y de un color marrón muy oscuro que casi pueden ver tu alma.Es hija de un coronel y una maestr
***BENJAMIN***Entro al club y lo primero que observo son los cuerpos, la cantidad era increíble para un espacio que a simple vista se veía bastante pequeño. Intento pasar desapercibido. Tengo bastante tiempo sin pisar un club, mis amigos me han invitado, instado a que vaya al nuevo club que abrió en Michigan. Mas hoy que he recibido una noticia acaba de arruinar mi felicidad; la del día, quizás la semana, bueno, para no ser estúpido, puedo decir que acaba de arruinar mi vida completa.No soy muy asiduo a visitar los clubes de Michigan. Todo el mundo sabe que son una conglomeración de enfermedades, personas con problemas mentales, traumas de infancia y deseosos de que los demás abusen de ellos, de que posean sus cuerpos, tomando control del todo. El mundo de la dominación es algo a lo que no le tengo muchas ganas de pertenecer. No me llama a la atenci&oacu
***Veronica***Hay situaciones que se escapan de mis manos, es lo único que puedo pensar, mientras me acomodo frente a la barra principal de Focus y pido otro Martini. El barman no se pregunta si quiera porque estoy ordenando uno cuando obviamente en mi copa aún queda para dos tragos mas. Sin embargo, el problema es que no confío en dejar la bebida sobre la mesa y desaparecerme un rato, para luego regresar y tomármela.Quién sabe la persona que está cerca, aun en las sombras, sin tu percatarte de que te asechan, esa que puede tener su mente dañada, retorcida, una que le vale una m****a que digas que no. Ninguna mujer, debería de ser tan estúpida como para irse a bailar o al cuarto de baño y regresar dejando su bebida al descubierto y aún así ingerirla.¿Qué acaso no ven las noticias o es que viven en el aire?¡Reaccionen!He aprendido que no se debe confiar en nadie.Mi padre me abandonó cuando apenas tenia cuatro años.Si
***Benjamín***Me quedo quieto al sentir sus labios pegados en mi boca.La mujer es ardiente. Demasiado.¿De dónde rayos ha salido?¡Joder! ¿Así de lanzadas y empoderadas son todas las mujeres de esta época?¿Qué tan perdido había estado? ¿Qué tan encerrado en mi burbuja he estado que no me había dado cuenta de cuánto las mujeres habían cambiado?No puedo quejarme de que tome la iniciativa, pero joder, esta mujer es de armas tomar. Ella sí que sabe lo que quiere en la vida y se lanzó a por ello.Coloco ambas manos en su cintura y la pego más a mí. Su boca es deliciosa, sus labios son suaves, aterciopelados, como una caricia firme pero dulce, distingo a lo lejos el sabor seco del Martini. Ella es una demonia que se apodera de lo más profundo de mi ser. Ella chupa mi labio
***VERONICA***Mis caderas se impulsan hacia arriba, poseídas por las ganas y el deseo que me provoca este desconocido. Joder, la forma en como acaricia mis nalgas, dedicándole segundos a observarme. Suspiro y ruego porque me toque allí donde necesito sus manos largas y expertas. Estoy segura que él es capaz de hacerme volar la cabeza y subirme al cielo. Mi respiración es entrecortada. Desciende y chupa despacio mis nalgas. Posesa por la pasión, me retuerzo, pero el me agarra de las caderas y detiene mi movimiento. Mi desconocido me desconecta, ya no estoy en el callejón, no estoy en un lugar donde todo el mundo puede vernos, donde obviamente cruzarán personas y tendrán un buen espectáculo que recordar. El, con ambas manos, baja mi tanga hasta que ligera queda en mis pies. La dejo allí, no tengo ganas de quitarlas.—Quiero probarte antes—Abre mis piernas—.
***Veronica*** Me acomodo el vestido subiéndose las bragas y arreglándome el cabello. Echo una mirada hacia atrás, de reojo observó cómo él, nervioso, se saca el preservativo y lo tira en un contenedor. Él se sube los pantalones, se abrocha la correa como si le pesara hacer los movimientos.—¿Estás bien? —Le preguntó al ver que se quedaba observando.—¿Cuál de mis amigos te envío? —pregunta él sin quitar los ojos de encima mío.No sé qué diablos tiene que ver tu pregunta con lo que acabamos de compartir. Él no tiene idea del alcance que ha tenido en mi vida, mi cuerpo, mi alma, con sus movimientos, con sus toques. Sus palabras. Ha logrado que saqué de mi cabeza al intruso, que lleva ahí desde hace meses.—No sé de qué estás hablando.—Le respondo sin apartar los ojos de él. —Jamás en mi vida había visto.—Esa no es una buena respuesta.—¿Qué diablos quieres que te responda? —Comienzo a cabrearme.—Solo te estoy haciendo una pregunta. Me gusta que me r
***Benjamín ***¿Qué diablos me sucede? ¿porque de repente me siento tan estúpido al haber tenido sexo con esa desconocida en medio callejón de Michigan?¿Qué clase de hombre puede quejarse de una mujer que solo busca sexo en medio de la noche?No me entiendo, en verdad debo decir que no comprendo para nada lo que acabo de hacer.Sacó un puro montecristo de mi bolsillo, lo enciendo y comienza a fumar, la primera calada me calma. Mantengo el humo en mi boca hasta que siento que mi cuerpo se relaja.Disfruto el cigarro lo más que puedo y al finalizar el puro lo tiró el sábado con y me dirijo al club nuevamente.No sé por qué razón me ha entrado la sospecha de que uno de mis amigos ha enviado a Verónica a complacerme. Esa mujer es demasiado directa como para ser normal, que me seleccionarán de entre tantas personas. Sí, es cierto. F
***VERONICA***Ha venido sabiendo que no es justo.Jamás había subido a la parte superior del Club Focus sin tener el deseo de hacerlo. Pero esta noche me siento desechada. ¿Como una persona que apenas acabo de conocer, me puede hacer sentir tan vacía de repente?Jamás nadie ha tenido esa clase de poder sobre mí y no pretendo comenzar ahora a otorgarlo. Entró en la habitación y comienzo a desvestirme, coloco mi ropa perfectamente doblada sobre la mesa rectangular que hay en un extremo del cuarto. Todo está oscuro, es el procedimiento, el protocolo. Conozco la distribución de las habitaciones a la perfección, al menos de las habitaciones que están destinadas a parejas para practicar cualquier intercambio sexual. Todas son iguales, Mesas rectangulares a la izquierda, todo el piso alfombrado, baño a la derecha, justo al frente de la cama, detrás de mí se encuent