***Benjamín***
No entré a la oficina para esto, no vine para acostarme con una mujer.Me lo repito una y otra vez, pero lo único que deseo es follármela encima de la mesa, hacerle lo mismo que le hice a Verónica en el callejón.—Parece que el hombre está excitado. —Dice con voz cantarina. —deberíamos desfrutar un poco…—No. —me harta y doy un paso atrás, alejándome por completo de ella. —te he dicho lo que he venido y no es por esto, quiero saber cuáles son las reglas para poder entrar.—¿Crees que puedes venir aquí a exigirme que te diga cómo entrar a la habitación? —Inquiere, y se acerca con paso seguro. Es muy similar a Verónica, pero a la vez tan diferente, de una forma incómoda.No sé por qué ahora todos los parámetros son para Ver&oa***Verónica***Mi pecho sube y baja con desesperación, mi respiración se vuelve cada mas desesperada. Lamentablemente, acepté tener los ojos vendados. Solo escuchar y sentir, para mi mala suerte he caído en la merced de un maldito acosador que no sé de lo que será capaz de hacer.Intento pensar en una escapatoria, pero mi mente no me colabora, quizás por el chat de tequila, a lo mejor por el trago que me he pegado en el bar que ya he olvidado, como si fuera parte de un recuerdo muy lejano.Quizá parte de los nervios de estar a la merced de un psicópata. Sin embargo, mi sentido de auto supervivencia me hace querer pensar en algo con desesperación.—¿Por qué no me quitas la venda de los ojos y así podemos divertirnos un poco más? —Le preguntó intentando sonar segura, aunque mi voz temblorosa y mis labios están resecos. —Creo que nos irá mejor….—Pero él no me deja terminar la frase, otro golpe se estampa en mi mejilla y lo escucho suspirar.—¿Cómo te he d
Capítulo 13***Benjamín***—Escúchame bien, niño rico. —Me dice Benedit Observándome, colocando una mano en mi pecho y deteniéndome para que no abra la puerta.—¿Qué diablos quieres ahora? —Le pregunto molesto. —¿Qué mierda se te puede ocurrir para detenerme ahora?—Cuida tu tono y las palabras que utilizas para referirte a mí.—Cuídate tú de no encabronarme. —Le digo quitando la mano de mi pecho. —Tu jefa te ha dicho que me lleves a la puerta. Así que eso es lo que vas a hacer.—Agradece que voy a decirte lo siguiente. —Él cruza los brazos sobre su pecho y se recuesta de la pared. —Cuando abra la puerta, lo que sea que encuentres ahí debes de mantener la calma. No quiero peleas en mi club.—El club de Katia. —Le corrijo, sonriendo, irónico. —Hasta donde estés tú no tienes nada que ver y no eres más que un simple empleado. —Me burlo de él.—Katia mandado una orden, pero tengo la ligera sospecha que vas a hacer, que pierda la cabeza y te saca de aquí a los tir
***Verónica***Me visto rápidamente, sin prestar atención a la mirada que me lanza Benjamín. Muero lenta y dolorosamente, con tanta vergüenza que no quepo en mí misma. Sé que no debería sentirme así porque esto no ha sido mi culpa, al menos no completamente. No quería nada de esto, no quería que me golpearan en la cara, tampoco quería que un hombre intentara abusar de mí. No deseaba que nadie se aprovechara de mi cuerpo, pero tampoco he pensado de la manera más correcta. He conseguido que un desconocido se aprovechara de mí, de mis intenciones de disfrutar mi vida.No comprendo por qué demonios cuando una persona decide disfrutar su vida sin tabúes, sin esos muros que poco a poco la sociedad ha ido instaurando en el corazón de las personas, en su cerebro, en sus ganas de vivir libremente.; termina siendo repudiada o marginada.No se trata d
Intento tranquilizar mi alma y comienzo a tararear una canción que antes mi madre solía cantarme, una letra que era sedante para mis llantos después de llorar todas las noches al pensar porque mi padre no vivía con nosotras. Un típico y absurdo pensamiento de niña, la culpabilidad pensando que había hecho algo que pudo haber ocasionado su marcha.No volví a saber de él hasta que tuve los quince años y descubrí que él tenía una nueva familia y que tengo dos hermanastros a los cuales jamás había visto.No quise buscarlos ni preguntar por ellos, mi padre se encerró en sí misma y su trabajo, en la crianza de sus hijas y en olvidar que en algún momento estuvo casada con ese hombre.No soy como las mujeres de esas novelas románticas en la que la protagonista decide emprender un viaje de
Capítulo 16: Vacío. No sé porque me fui.No entiendo la razón por la que salí de aquella habitación como si el demonio me persiguiera.Una semana había pasado desde que salí desde aquel cuarto del club Focus.No he vuelto a saber de ella y la culpabilidad me carcome.¿Cómo se fue del club? ¿que hizo después? ¿cómo está su labio? ¿tendrá el rostro inflamado después de los golpes que ese desgraciado le pegó?No he dejado de pensar en Verónica ni un solo día desde que la conocí, y me molesta que ella habite en mi cabeza como si ésta le perteneciera, como si mi mente y mi cuerpo fueran de su propiedad.Entro en la casa de mi madre y de inmediato la vislumbro en la sala de estar con una taza de café en sus manos y una mujer arreglándole
Capitulo 17: Encontré una flor.Me levanto al día siguiente con una jaqueca horrible que me hace arrugar los ojos y odiar la luz que entra por mi ventana. Mi habitación es minúscula, pequeña a tal punto que debo colocar velas aromáticas para evitar que el olor a sudor o ropa sucia pueda almacenarse.Escucho unas voces procedentes de la sala y doy gracias al cielo que mi puerta está cerrada. Solo por eso el día me parece mejor.Busco el móvil y encuentro miles de mensajes.Es una exageración.Muchos mensajes.Reviso, casi todos son de Ana.Mi mejor amiga que me tiró a la boca del lobo contándole a mi madre que me quedé en el club anoche.Súbitamente los recuerdos de la noche anterior me arropan y me levanto con rapidez de la cama.El hombre y sus manos alrededor de mi cuerpo.El desconocido
Diario de Verónica.08/08/2021Observo el reflejo de mi cuerpo en el espejo. Estoy mona. Monísima, la verdad, no suelo vestirme tan coqueta, ni mucho menos tan sensual. Pero hoy, he querido hacerlo, me faltaba ánimos. Mi cabello negro detrás de mis omoplatos, baja y toca casi mi cintura. Mido un metro setenta, soy bastante alta, mucho más que mis amigas, incluso de pequeña mis hermanas se burlaban de mí porque era la más alta de todas las clases en las que estaba. Supongo que salí a mi padre, un dominicano retirado de la milicia, con casi 2 metros de altura. En cambio, mis hermanas menores salieron a mi madre, una colombiana con apenas un metro cincuenta. Lo único que ese desgraciado pudo darme fue su patético tamaño, pues para no joder la historia hablando de mi donador de esperma, el hombre se largó cuando mis hermanas tenían uno y tres años.Yo tenía cuatro.<
***VERONICA***Entramos al club y como siempre, la chica llamada Gema nos recibió con una bandeja llena de vasitos shots con un platito de metal repleto de píldoras rosas.Era opción de cada cliente tomar ambos, pero en mi caso, siempre tomo solo el tequila.Me gusta el tequila, como el calor de esta bebida infernal baja por mi cuerpo y limpia cada poro.—¿Otra vez? —pregunta Tina Mendoza mientras miraba cómo coloco mi vasito vacío en la bandeja.—Vive la vida un día, Tina. No le des tanta mente a las cosas.—Soy psicóloga. — ese era nuestro principal problema, todas se cohibían, comienzo a pensar que debo buscar un nuevo grupo de amigas.Tina es la más recatada de todas, de piel canela, ojos saltones y de un color marrón muy oscuro que casi pueden ver tu alma.Es hija de un coronel y una maestr