***Benjamín ***
¿Qué diablos me sucede? ¿porque de repente me siento tan estúpido al haber tenido sexo con esa desconocida en medio callejón de Michigan?¿Qué clase de hombre puede quejarse de una mujer que solo busca sexo en medio de la noche?No me entiendo, en verdad debo decir que no comprendo para nada lo que acabo de hacer.Sacó un puro montecristo de mi bolsillo, lo enciendo y comienza a fumar, la primera calada me calma. Mantengo el humo en mi boca hasta que siento que mi cuerpo se relaja.Disfruto el cigarro lo más que puedo y al finalizar el puro lo tiró el sábado con y me dirijo al club nuevamente.No sé por qué razón me ha entrado la sospecha de que uno de mis amigos ha enviado a Verónica a complacerme. Esa mujer es demasiado directa como para ser normal, que me seleccionarán de entre tantas personas. Sí, es cierto. F***VERONICA***Ha venido sabiendo que no es justo.Jamás había subido a la parte superior del Club Focus sin tener el deseo de hacerlo. Pero esta noche me siento desechada. ¿Como una persona que apenas acabo de conocer, me puede hacer sentir tan vacía de repente?Jamás nadie ha tenido esa clase de poder sobre mí y no pretendo comenzar ahora a otorgarlo. Entró en la habitación y comienzo a desvestirme, coloco mi ropa perfectamente doblada sobre la mesa rectangular que hay en un extremo del cuarto. Todo está oscuro, es el procedimiento, el protocolo. Conozco la distribución de las habitaciones a la perfección, al menos de las habitaciones que están destinadas a parejas para practicar cualquier intercambio sexual. Todas son iguales, Mesas rectangulares a la izquierda, todo el piso alfombrado, baño a la derecha, justo al frente de la cama, detrás de mí se encuent
Capítulo 9 ***Benjamín***Me le quedo viendo con cara de pocos amigos. Este hombre debe de estar jugando conmigo. ¿Quién diablos se ha llegado a pensar para decirme que debo desnudarme o pagar una cita con la dueña del club para que esta explique las reglas de un maldito juegos turbios?—Debes de estar jodiendo. —Le digo.—Escucha, amigo, las cosas son como son. —Me dice él sin inmutarse. —Reglas son reglas, te desnudas y entras a la habitación y sorprendes a tu novia en pleno acto o pasas con la dueña del club y ella con mucho gusto te explicara cuáles son las reglas, cuánto cuesta la membresía.Me quedo mudo al escuchar las opciones, maldita sea, son escasas. No puedo sacarla de su error, ella no es mi novia, tampoco es pareja mía, pero joder, necesito tenerla otra vez, no sé de dónde ha salido el interés por ella. No s&ea
***VERONICA ***Cierro los ojos y disfruto del sonido de silencio. Mi desnudez me causa deseo, una excitación ante lo que vaya a hacer este hombre conmigo. —Eres hermosa. — dice el sentándose en la cama. —me dan deseos de no tocarte. —No vine para que te arrepientas. —¿Igual como te arrepentiste de mi amigo en el baño?Mi sexto sentido se enciende en automático. —¿Qué dijiste?—Me escuchaste bastante bien. — dice el y escucho una carcajada llena de sarcasmo. —Desátame. — no voy a jugar su juego retorcido. Esto no es lo que quiero. —¿Ya se te olvidó para lo que viniste? —No quiero hacerlo. Suéltame para que pueda vestirme. —No, jodida puta. Tú quieres esto. Lo note desde que saliste del baño. —Déjame. — comienzo a retorcer mi
***Benjamín***No entré a la oficina para esto, no vine para acostarme con una mujer.Me lo repito una y otra vez, pero lo único que deseo es follármela encima de la mesa, hacerle lo mismo que le hice a Verónica en el callejón.—Parece que el hombre está excitado. —Dice con voz cantarina. —deberíamos desfrutar un poco…—No. —me harta y doy un paso atrás, alejándome por completo de ella. —te he dicho lo que he venido y no es por esto, quiero saber cuáles son las reglas para poder entrar.—¿Crees que puedes venir aquí a exigirme que te diga cómo entrar a la habitación? —Inquiere, y se acerca con paso seguro. Es muy similar a Verónica, pero a la vez tan diferente, de una forma incómoda. No sé por qué ahora todos los parámetros son para Ver&oa
***Verónica***Mi pecho sube y baja con desesperación, mi respiración se vuelve cada mas desesperada. Lamentablemente, acepté tener los ojos vendados. Solo escuchar y sentir, para mi mala suerte he caído en la merced de un maldito acosador que no sé de lo que será capaz de hacer.Intento pensar en una escapatoria, pero mi mente no me colabora, quizás por el chat de tequila, a lo mejor por el trago que me he pegado en el bar que ya he olvidado, como si fuera parte de un recuerdo muy lejano.Quizá parte de los nervios de estar a la merced de un psicópata. Sin embargo, mi sentido de auto supervivencia me hace querer pensar en algo con desesperación.—¿Por qué no me quitas la venda de los ojos y así podemos divertirnos un poco más? —Le preguntó intentando sonar segura, aunque mi voz temblorosa y mis labios están resecos. —Creo que nos irá mejor….—Pero él no me deja terminar la frase, otro golpe se estampa en mi mejilla y lo escucho suspirar.—¿Cómo te he d
Capítulo 13***Benjamín***—Escúchame bien, niño rico. —Me dice Benedit Observándome, colocando una mano en mi pecho y deteniéndome para que no abra la puerta.—¿Qué diablos quieres ahora? —Le pregunto molesto. —¿Qué mierda se te puede ocurrir para detenerme ahora?—Cuida tu tono y las palabras que utilizas para referirte a mí.—Cuídate tú de no encabronarme. —Le digo quitando la mano de mi pecho. —Tu jefa te ha dicho que me lleves a la puerta. Así que eso es lo que vas a hacer.—Agradece que voy a decirte lo siguiente. —Él cruza los brazos sobre su pecho y se recuesta de la pared. —Cuando abra la puerta, lo que sea que encuentres ahí debes de mantener la calma. No quiero peleas en mi club.—El club de Katia. —Le corrijo, sonriendo, irónico. —Hasta donde estés tú no tienes nada que ver y no eres más que un simple empleado. —Me burlo de él.—Katia mandado una orden, pero tengo la ligera sospecha que vas a hacer, que pierda la cabeza y te saca de aquí a los tir
***Verónica***Me visto rápidamente, sin prestar atención a la mirada que me lanza Benjamín. Muero lenta y dolorosamente, con tanta vergüenza que no quepo en mí misma. Sé que no debería sentirme así porque esto no ha sido mi culpa, al menos no completamente. No quería nada de esto, no quería que me golpearan en la cara, tampoco quería que un hombre intentara abusar de mí. No deseaba que nadie se aprovechara de mi cuerpo, pero tampoco he pensado de la manera más correcta. He conseguido que un desconocido se aprovechara de mí, de mis intenciones de disfrutar mi vida.No comprendo por qué demonios cuando una persona decide disfrutar su vida sin tabúes, sin esos muros que poco a poco la sociedad ha ido instaurando en el corazón de las personas, en su cerebro, en sus ganas de vivir libremente.; termina siendo repudiada o marginada.No se trata d
Intento tranquilizar mi alma y comienzo a tararear una canción que antes mi madre solía cantarme, una letra que era sedante para mis llantos después de llorar todas las noches al pensar porque mi padre no vivía con nosotras. Un típico y absurdo pensamiento de niña, la culpabilidad pensando que había hecho algo que pudo haber ocasionado su marcha.No volví a saber de él hasta que tuve los quince años y descubrí que él tenía una nueva familia y que tengo dos hermanastros a los cuales jamás había visto.No quise buscarlos ni preguntar por ellos, mi padre se encerró en sí misma y su trabajo, en la crianza de sus hijas y en olvidar que en algún momento estuvo casada con ese hombre.No soy como las mujeres de esas novelas románticas en la que la protagonista decide emprender un viaje de