Narra Adler
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FLASHBACK•
Llegué a la fiesta y Chad me esperaba en la entrada a la gran fiesta de Mathew, era siempre las mejores fiestas. La casa era gigante y un montón de mujeres rondaba por esta.
Mi labio dolía y algunas partes de mi cuerpo que también había recibido golpes. Vine a la fiesta luego de una pelea con los vendedores con los que trabajaba; me llamaron porque dijeron que les debía dinero, por lo que yo fui con todas las evidencias de que les pagué, pero me tendieron una trampa: amordazaron y golpearon a mi ex compañero de venta, y lo obligaron a mentir. No lo culpo, pusieron en juego su vida y la de su familia. Son unos infernales, porque yo estoy 100% de que saldé esa deuda y no podían venir a decirme que les debía, sólo querían molestarme y más ahora que salí de la venta.
Estaba realmente enojado, pero esta noche debería dis
Holaa. Aquí les traigo el punto de vista de Adler de la fiesta en la que beso a Rose. Gracias por leer.
Narra Adler Sucedieron cosas entre Rose y yo que me dejaron helado, pero estaba dispuesto a seguir pasando por cosas como estas; si eso nos une, más me ayuda a que algún día se convierta en algo importante en mi vida. Ya el día estaba acabando, fue un día histórico. Fuimos con Rose y Chad, caminando a la universidad y volvimos juntos. Era totalmente loco lo que estaba sucediendo; terminó con el bendito Hudson y gracias a Chad que se volvieron amigos; por lo que veía, era una amistad solida o se estaba por formar y eso me favorecía para estar más tiempo con ella. Juro que nunca fui así, siempre iba y les hablaba primero, pero ella saca lo tímido de mí y me hace actuar como un idiota. ¿Será algo bueno que yo esté cerca de ella? Ya estaba con Chad, caminando hacia la casa de la pelirroja. Estaba un poco nervioso y trataba de que no se me desbordaran las ganas que tenía de verla. Ya había pasado como dos días y ya se estaba volviendo costum
Llegamos a la universidad y ella solo hablaba con Chad. Yo contestaba cosas, pero me ignoraba por completo, ellos fueron para su edificio y no se despidió de mí, sólo escuché la voz de Chad; ella antes si se despedía, hasta me conformaba con un muy seco “Adiós”.Sonreí nuevamente al pensar en ella. Creo que será un buen comienzo esto de ir y venir juntos. La verdad lo que me preocupaba era Chad, él si no paraba de hablar de mirarla, se lo veía muy fascinado con ella. Llegué a mi salón y había alumnos nuevos, chicas en realidad. Estábamos en abril, por lo que hacían tres meses que el año empezó, por lo que era tan raro verlos. Me senté en mi lugar habitual y Laura no llegaba. Qué raro. Saqué mis cosas y revisé si no me faltaba ningún trabajo. Vi como el profesor entraba: era un hombre muy alto con un bigote en forma de mostacho; su maletín y su bufanda a cuadros rojos, se lo veía muy cansado, busqué mi calculadora y no estaba. Sentí un ruido sobre mi mesa,
Narra Rose••• Esta semana estuve acompañada por Chad y Adler. Su compañía era muy agradable, lo único que me molestaba era la atención que recibíamos cuando llegábamos juntos a la universidad. Ya había todo tipo de rumor sobre mí acerca de lo que hacía con los dos chicos más llamativos del lugar. Todas las chicas me miraban mal, me chocaban hasta incluso me decían cosas al cruzar al lado mío. La palabra “zorra” ya me estaba acostumbrando a escucharla. Y todo esto porque nos veían llegar juntos, al principio lo veía sumamente estúpido ya que no son los únicos chicos guapos en la ciudad; había visto varios e incluso más guapos. Estaba saliendo de mi casa. Era viernes 10 de abril, y el último día que veré a los chicos, porque aparece el fin de semana y recién el lunes nos volvíamos a ver. Parecía más helado que ayer; toda la semana nos tocó un clima tan cálido, al grado que podías sentir el sol calentar siquiera un poco la piel. Estaba lleg
Esa chica, esa morena esbelta y de piernas tan delgadas, se encontraba afuera armando un escándalo terrible. Le estaba gritando a Adler con todas sus fuerzas, mientras que yo estaba sentada en la cocina y lograba escuchar ya que estaba abierta la puerta principal. No tenía idea de que Adler tuviera novia, jamás me imagine encontrarme con ella el primer día que pise la casa de él. ¿Tan descarado puede ser? Trae a otra chica, siendo que tiene novia. ¡Lo odio y lo amo al mismo tiempo! Me siento un poco mal, más porque tiene novia. —¿¡Qué diablos hace esa pelirroja en tu casa!? —gritó otra vez ella. Yo me levanté para ver la sopa de Adler, tardaban tanto hablando que ya la sopa estaba lista. Tendré que cenar e irme. —¡Deja de gritar! —Adler levantó la voz más de lo normal. Cuando menos lo imaginé ella entró con toda la furia y se acercó a mí para gritarme. Estaba sentada con mi celular, levanté la vista y ahí estaba ella en frente mío, mirándome como si q
Me moví en la cama y estaba vacía. Sentí como el frío me abrazó de pies a cabeza; claro, él se levanto primero que yo para que no me diera cuenta de lo mucho que me abrazo. Escuché ruidos en la cocina, me levanté, me puse mis zapatillas, mi abrigo y salí con la coleta en mano. Llegué a la cocina y ahí estaba Chad sentado mientras Adler haciendo el desayuno. —Buenos días —saludé y fue como si algo hubiese explotado los dos me miraron muy sorprendidos, los miré curiosa por saber qué es lo que sucedía. —Buen día, zanahoria —habló Chad y Adler ni siquiera me miró—. ¿Cómo dormiste en la súper cama de Adler? Me quedé helada en mi lugar, mientras en mi cabeza alguien reproducía una película; me acordé tal cual la noche, lo bien que dormí entre sus brazos. —Muy bien la verdad, mejor que en la mía —Solté sin darme cuenta que estaba diciendo muchas cosas de las que no debía. Chad me miró muy sorprendido y Adler dejó de hacer el desayuno y me miró.
Me levante porque no sabía ni dónde estaba. La cabeza me daba vueltas y sentí una mano en mi brazo, miré para ver quién era que me estaba tocando y era Chad, él estaba sentado al lado de mi camilla. Me encontraba en la enfermería porque unas estúpidas me atacaron. —Oye ¿Estás bien? —preguntó Chad acariciándome el brazo. —Sí…, si. Retiré mi brazo para que no me acariciara; apenas podía hablar, estaba muy aturdida. —Es hora de irse ya, nuestras clases terminaron —Me habló él y se paró del asiento—. Te llevaré a tu casa. Me senté en la cama y pise el piso bien frío, fue como un electroshock para mí. Me puse mis zapatillas y traté de arreglar mi cabello, busqué a la enfermera, para poder agradecerle que me permitiera dormir aquí, pero no estaba, estuvimos solos todo este tiempo. Salí de la enfermería y me encontré con dos pares de ojos azules y unos ojos verdes. Chad, Adler y Magnus estaban fuera de la enfermería hablando en la pue
Me había levantado con un humor horrible, no quería que nadie se me acercara ni mucho menos me mirase. Tenía una cara de pocos amigos. Estaba en clases del profesor Magnus, hoy me saludo muy amigable y mis compañeros empezaron a hablar sobre eso. No apareció Chad por la universidad y eso me preocupaba. Había venido más temprano para no encontrarme con ninguno de los dos, porque no los quería ver, menos a Adler. —¡Deben de poner emoción y sentimientos al dibujar! —hablaba muy emocionado el profesor. Por mi parte parecía que mi día jamás mejoraría, no preste absolutamente nada de atención a lo que él explicaba, sabía que luego me arrepentiría, no podía bajar mi promedio o la beca se me caería también. —Oye ¿Me prestas tu marcador rosa? —me preguntó Cata, busqué en mi cartuchera y se lo presté. Ese color tan llamativo y horrible estaba en mi cartuchera por mi madre que quiere que sea un poco más femenina, ni se imagina como vine hoy a la universi
No podía dormir, sentía que si dormía este día habría sido todo una farsa de mi propio cerebro, de que Adler nunca me haya pedido una cita y eso me aterraba. Me encontraba temblando en mi casa, ya estaba amaneciendo y yo no había dormido siquiera una hora, me sentía muy nerviosa. Era el primer chico después de tantos años y no es un chico normal o común ¿Qué sería un chico normal o común? Uno que no es muy conocido, que tiene amigos y no reconocido cuando va a un lugar, un chico no popular a eso me refiero, pero Adler es un chico extra famoso, por decirlo así. Me levanté de la cama, debía bañarme para que se me quitara todo el sueño que tenía encima, entré al baño y me quité la ropa; el agua estaba tan calentita. Al terminar el baño me dirigí a mi armario para ponerme lo primero que encontrase. No quería ser tan notoria de que me arreglaba para él, más que seguro se daría cuenta. Me vestí con unos jeans negro y abrigo bastante grande de color verde, mis zapatillas b