Cuando Amarantha le dijo a Marino que había lanzado a Karina en una hondanada por la vía Lioni, supo donde la había llevado; por lo que cortó la llamada y decidió ir al sitio donde probablemente estaban.
Salió corriendo hacia su auto, su hermana al verlo desesperado lo acompañó, sin embargo, hicieron parte del recorrido en completo silencio, pues la preocupación de Marino por Karina iba in creciendo, a tal punto que aumentó la aceleración del auto, rebasando varios límites de velocidad. Dara se sostenía con miedo de las asas ubicadas en la parte superior de la puerta. Estaba nerviosa por la forma temeraria en la que su herm
Llegaron a Nápoles y se dirigieron al departamento de Martín y de Dara, donde se encontraba María Martha con Katherine y el pequeño Martín. Se estacionaron ambos vehículos frente al edificio, pero solo él y su hermana descendieron de los automóviles. Tanto Karina como Amarantha se quedaron sentadas en cada auto mientras ellos buscaban a Katherine y sus cosas. Subieron en el ascensor y minutos después estaban entrando en el departamento muy sigilosamente, para sorprender a la niña.Al abrir la puerta y caminar hacia el comedor observaron a la pequeña Katherine de espaldas a ellos. Tenía una seria conversación con Marí
Marino se enfureció ante lo dicho por su madre y de una vez replicó sus mal intencionadas palabras —Madre, te agradezco que por favor dejes de expresarte así de Karina, te pido respeto para ella. Y te exijo que no hables de lo que desconoces.—Tu padre me contó…—comenzó a decir la señora, pero él no la dejó seguir hablando.—Mi padre no debió decirte nada, las cosas no sucedieron de esa manera, no deberías opinar en mi vida de esa forma en que lo estás haciendo, soy un hombre adulto que sabe distinguir entre lo bueno y lo malo, y si tu preocupación es porque crees que voy a dejarme engañar y que hagan pasar por mío un hijo que no lo es, es que no conoces a quien tienes por hijo—hablo con firmeza, para luego hacer un chasquido de su lengua con fastidio.Karina giró su vista de uno a
Amarantha se encontraba aún sin reaccionar, cuando escuchó voces dirigidas al hombre por parte de una señora y una chica joven —¡Oh por Dios Ernesto! ¿Estás bien? Sabes que no puedes salir corriendo de esa manera tu salud...—no concluyó sus palabras porque el hombre le respondió con una mueca de fastidio y un poco de molestia en su voz.—¡Ya mamá! ¿Es necesario que andes hablando ante todo el mundo de mi salud? ¡Qué diablos tiene que importarle eso a la gente!—pronunció con amargura.Las palabras del hombre sacaron a Amarantha de su ensoñación y sin detenerse a pensar que prácticamente era un desconocido le dijo:—No debería ser severo con su madre, ella solo se preocupa por usted y claro que a nadie le importa su estado de salud, solo quienes los aman padecen con usted y agradezca no estar s
Amarantha se sorprendió ante las palabras y lo directo del hombre, no sabía qué respuesta darle. Aunque por dentro tenía una sensación de emoción, de saber que aún en su estado hubiese llamado la atención de un hombre bastante guapo. Sus ojos la observaban a la expectativa, ansioso por una respuesta, sin embargo, las dudas la inundaron por un momento, que iba a hacer ella saliendo e ilusionándose con alguien, si tal vez en unas semanas, meses, quizás por obra de un milagro en un par de años, aunque realmente esto no lo esperaba, ya no estaría, porque lo seguro es que más pronto que tarde, se convertiría en polvo. No tenía sentido ilusionarse, si tenía todo en su contra.Miró hacia su hermana, luego a Karina, incluso a Marino, esperando ver sus rostros de conmiseración, pero no fue así, todos incluso María Martha esbozaban un
Marino se le acercó fingiendo molestia sin dejar de observar su lindo cuerpo, estaba delgada, destacaba su prominente vientre y sus senos ahora tenían mayor tamaño, también sus areolas se habían tornado más oscuras, detalle atribuido a su embarazo —Así que aquí tenemos a la antigua Karina bromista y burlista, pues te haré pagar tu osadía—Se acercó a abrazarla mientras ella fingía terror—¡Por Dios que cara pones!—y ella soltaba la risa encantada.Marino la atrajo de su cintura y acercó su cuerpo a ella, besando primero sus labios y luego bajando por su cuello hasta llegar a sus voluptuosos pecho
Marino terminó cediendo a su petición, pero en el fondo tenía la corazonada que no había sido buena idea, conocía bien a su madre y sabía que no se quedaría tranquila hasta conseguir lo que se proponía y ella por todos los medios quería probarle que su Kari no era buena para él, cuando era la mujer perfecta, jamás se iba a arrepentir de haberse enamorado de ella y volverla a tener en su vida, cuando pensó que la había perdido.—Karina amor—llamó tocando la puerta, porque a pesar de haber cedido a su petición, ella aún permanecía encerrada en el baño—¡Sal de allí! Por favor. Te estás portando como...—justo antes de terminar la oración, ella abrió la puerta. Tenía los ojos rojos señal de que había llorado.— ¿Me estoy portando co
Karina, sin pensar ni un minuto más, se levantó de su asiento y lo besó, chupando su labio inferior. Hasta que llegó el mesero y los interrumpió, ella se avergonzó porque los encontraron besándose, su rostro era del color de una fresa. Marino la miró y no pudo evitar reírse ante la expresión de su chica. Hizo su pedido y el hombre se retiró.—Karina Amor, te di el anillo pero no conversamos de la fecha de matrimonio. Quiero que nos casemos lo más pronto posible, en dos semanas podemos hacerlo por el civil y el eclesiástico lo haremos después de que des a luz. No quiero esperar más para que seas mi
Cinco días despuésKarina había pasado unos días felices, su apetito había mejorado considerablemente y cada vez que se le antojaba comer algo, Marino movía cielo y tierra para conseguírselo. Mientras estaba en la oficina la llamaba más de cuatro veces al día, pendiente de su alimentación y cuando llegaba en la tarde luego de pasear y jugar con las niñas, se duchaban juntos y terminaban haciendo el amor apasionadamente.En cuanto a Amarantha, aunque tenía más acercamiento con la pequeña Tara, esta se le acercaba solo cuando veía a Katherine junto a ella, aún no permitía que la abrazara mucho. Cuando intentaba besarla, aprovechando que la alzaba le decía «Deja no me beches», sin embargo, cada vez que dormía ella no perdía la oportunidad de abrazarla y besarla, lo que no pod&ia