La atmósfera se encontraba en estado de desequilibrio, sumergida en el aire, sumergida completamente en mis emociones, y suscitando una evocación. Al finalizar la canción, la magia se evaporaba, cerré los ojos y me sumergí en una especie de sueños vividos, como si me desdoblara. Pude verlo a él acortando las distancias hasta mí. Tristán se abalanzó sobre mí y me tomó del brazo, atrayendo mi cuerpo hacia él mientras me besaba con fuerza. La respiración se me entrecortó en la garganta mientras me sostenía con él.—¡Hermoso! Tocas muy bien —abrí los ojos sobresaltados para darme cuenta de que todo había estado en mi mente. Me había metido tanto en el delirio de la interpretación que imaginé que Tristán me besaba con pasión. Mis mejillas se tiñeron y deseé que él no lo notara. —Gracias —susurré.—Ya basta de licor, has tomado demasiado —se acercó y alejó la copa que yo ostentaba.—El vino nunca es suficiente y más, si se acompaña de una buena conversación —protesté, necesitaba otro trago
Minutos más tarde. Tras transitar por las vía oscuras que nos separaban de la propiedad, permanecí en silencio mientras él conducía. Tristán también se había sumido en el silencio momentáneo, hasta que sintió mi escudriño y sonrió, y luego giró a verme.—¡Tienes que estar atento a la carretera, podemos chocar o irnos por el despeñadero! —él soltó una carcajada estruendosa. —¡No veo el chiste! —reñí.—Relájate, para nosotros no es tan fácil mo… —su boca no terminó la oración.—¿No es tan difícil qué? ¡Termina la oración!—Me gustó el tiempo que pasamos juntos. Te advertí que esto se repetiría, y pretendo mantenerlo. Sin embargo, hoy has sido descuidada con tus sentimientos —Tristán superó pícaramente. —Mañana por la mañana, cuando te llame, debes estar preparada para reunirte conmigo de nuevo. Este momento “de Victoria” es un momento de gran relevancia para ser recordado. —Manifestó cambiando el tema. Me volví a sumergir en el silencio temiendo lo que pasaría a continuación. Tristán
Mi padre entró a la casa sin pronunciar una sola palabra, era como si el toque de Tristán hubiese absorbido su capacidad de pensar e intuir. Yo tampoco deseaba romper aquel encantamiento, pero a pesar de aquel hermetismo podía leer en sus ojos que Tristán lo había impresionado hasta el punto de sentir temor.—Ve a descansar Victoria, mañana conversaremos. —Mi padre me dio la espalda al decir esas palabras. Estaba a punto de reanudar sus pasos hacia el estudio. Algo en sus pensamientos lo detuvo. Respiró hondo, se volvió y añadió: Lo lamento, hija. Sé que lo has pasado mal últimamente y debería haber estado contigo. Sin embargo, mi trabajo me ha tenido muy absorto. Te ruego que, en la próxima ocasión en la que te ocurra visitar otros lugares que no sea a la casa de tu abuela, me lo comuniques, no soy tan inquisidor como me consideras.Su voz sonaba un tanto aturdida, sé que aún procesaba todo aquel encuentro con uno de los miembros de la familia Palacios. La realidad me impactó como u
—¿Cuáles dagas? —inquirí confusa. Si antes pensaba que la tenía difícil, con lo que me confesaba Arantxa la situación empeoraba.—Unas que provienen del mundo en donde ellos vivían y que son las únicas que pueden dar muerte al padre de los demonios “Luthzer”, pero no en la tierra, sino en el otro plano, y ya debes de saber a qué plano me refiero, fue ahí donde te llevaron los oscuros junto a Ethan para asesinarlo. —Sentí dolor al recordar ese evento —. Sin embargo, esas dagas pueden matar a su hijo aquí en la tierra, en eso tu amado Adrián te puede ayudar —sentí ira cuando Arantxa menciono a Adrián, recordarlo con Romina causaba que me ardiera la sangre.—Kalia, es una de esas rivales y es malvada, y creedme que esa palabra se queda corta. Está enamorada de Arturo y odia el recuerdo de Estefanía, ¡incluso sin haberla conocido! Pero de alguna manera ella sabe la verdad. Por el otro flanco tenemos a Anastasia, la madre de Arturo. Ella es la enemiga más peligrosa, sus poderes son más fue
Tristán. La flor más singular y exquisita se había presentado ante mí, en un instante único Victoria se convirtió en una mujer que incitó a seguir experimentando. Debí permanecer en el invernadero para observarla durante más tiempo mientras ella continuaba hablando, no tanto porque estuviera enamorado de ella, sino por lo que el amor significaba para mí. Todo lo que quería lograr era registrar, cada instante, cada detalle de la extraordinaria belleza que había surgido en mi existencia. En ese breve instante de mi frenesí, un instinto de protección nacía avivándose con rapidez, y las cuestiones no se hicieron esperar en mi mente, repitiendo al máximo cada detalle: Su sonrisa es suave y silenciosa, como si fuera un susurro. Su expresión que me recuerda al fuego y me dejaba sin palabras. La técnica en que besó mi mejilla, como si fuera la primera en ser besada. Las pequeñas acciones que Victoria hacía, sin tener en cuenta, me ubicaba en una posición de alerta de mi deseo de preservar m
Victoria.¿Cómo podía yo conciliar el sueño después de lo que me había dicho Arantxa y lo que había soñado con Tristán? Me revolví en la cama llena de terror intentando imaginar el rostro de Anastasia, pero por más que intentara no lo lograba, solo recordaba lo que Arantxa acababa de mostrarme a través de su toque. Aleje ese recuerdo y tuve la ansiedad de ser una persona normal, no haber descubierto nunca este paralelismo de otra existencia sobrenatural que me afectaba. Tomé mi teléfono celular y busqué el video que se había convertido en uno de mis más grandes tesoros; se trataba del video que Ethan había hecho a escondidas mientras me colocaba el anillo. Me miraba de una manera que nunca había experimentado, esa expresión hambrienta de amor, admiración y deseo. Era como si me estuviera mirando el alma sin pronunciar una sola palabra. Mis lágrimas volvían, esta parálisis de dolor no pensaba marcharse jamás. Abracé el celular contra mi pecho y deseé volver el tiempo atrás. Estaba tan
Victoria.3:30 amHabía quedado profundamente dormida, tras desahogar mi alma con mi llanto, el sueño me arrulló en sus brazos y me condujo hacia Adrián. Estaba más que convencida de que mis sueños no eran simplemente sueños, eran desdoblamientos y Adrián, siendo consciente de ellos, los utilizaba para llegar a mí, de eso ya no me quedaba la más mínima duda. Sentí el dolor, sabía que este hombre había sido enviado a mí. Su energía era embriagadora, pero me resultaba muy difícil estar a su lado. Estaba sufriendo y eso me rompió el corazón mientras nos mirábamos fijamente. La tristeza recorría su mirada como un río embravecido, no quería nada de mí, salvo mis lágrimas; sabía que, al igual que yo, necesitaba mi ayuda. Aunque me sentía tan impotente al querer algo de él, no podía evitar lo mucho que me necesitaba. Quería acercarme a él, pero no me lo permitió. Estaba inmóvil, y por eso me quedé quieta, contemplándole. Deseaba besarle y abrazarle, no obstante, la inmovilidad de mi ser no m
Adrián. La inquietud se extendió por todo mi ser, y, sin embargo, sin tomar medidas, ingresé en al santuario de mi progenitor, donde se encontraba Bacco y Raziel.—¡Luthier se ha presentado a Victoria otra vez! —mi padre se levantó y me miró con rechazo.—¡Te di órdenes específicas de que te quedaras tranquilo!—¡Cómo te atreves a solicitarme que me quedes de manos atadas! ¿No te importa que Luthzer gane de nuevo la batalla?—No es solo ganar una batalla, ¡se trata de ganar la guerra! Debemos permitir a Victoria actuar; es la única forma de comprender con qué estamos lidiando —nuestra conversación se vio interrumpida con la llegada de Esther, la abuela de Victoria.—Luthzer está reclamando su paternidad en ella, Nahethis el momento se acerca —dijo, apenas estuvo cerca de mi padre. —Por lo tanto, es hora de mostrarle a Victoria cómo aprender a usar sus poderes, espero no ser contraproducente y yo no arrepentirme de esta decisión —sentí alivio al escuchar decir aquellas palabras a mi