☦︎NOTAS DEL PIANO☦︎

Las palabras habían quedado suspendidas en el aire, lo que Tristán me había confesado, me colocó sobre una cuerda floja. No sabía cómo funcionaba toda esta energía que, supuestamente, residía en mí, ni cómo activar un escudo de protección. Las ocasiones en las que me había logrado defender habían sido porque mi espíritu de supervivencia había salido a relucir, extrañamente con Tristán no me sentía amenazada. No tenía idea de si aquella paz que me transmitía era debido a que él era diferente al resto, o porque poseía un poder de tranquilizar que usaba muy ágilmente los de este clan para luego atacar.

Tristán me había tocado la mano varias veces y no sabía si en cada roce él había logrado obtener información de mi interior, pero en lo que a mí respetaba no había logrado ver nada de mi alma.

Atravesamos un vestíbulo muy amplio y decorado, lo bastante alto como para albergar las lámparas de araña y las estatuas de mármol que debieron de colgar aquí antes. Entramos en el comedor y Tristán
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