La música terminó y los aplausos no se hicieron esperar. Tristán me besó y me dio un tercer beso. Sentí y bebí todo el fuego que habíamos desprendido en la pista. Él me deseaba, lo había dejado muy claro y me sorprendí a mí misma sintiendo lo mismo. Yo también deseaba a Tristán Palacios.—A partir de ahora, esta canción será de mis favoritas —me dijo al oído, lo cual me hizo erizar. Mi sonrisa se desvaneció cuando oí la voz de Cristian en mi cabeza.—No tientes a la bestia —una vez más el miedo me invadió, destronando la calma que me había regalado el baile. Tristán me vio a la cara, sus ojos se volvieron oscuros.—¿Crees que cuando tengas a Arturo delante de ti, con tu odio, bastará para destruirlo? Puedo escuchar las advertencias de Cristian también —sentí inseguridad en sus palabras.—Es más que odio —le aseguré, dejando muy claro que no daría un paso atrás en el momento de terminar con Arturo.—Lo sé, es deseo —continuó con su repentino ataque de inseguridad.—No esa clase de dese
Tristán.Cada vez que bebía de Victoria, me resultaba difícil parar, me superaba y, consecuentemente, la había debilitado hasta el punto de desmayarla. La llevé a mi departamento para supervisar su recuperación; una de las ventajas del linaje que poseía era que su sangre se regeneraba de manera rápida; no tenía que esperar mucho para que sus glóbulos rojos se renovaran.Me senté a su lado, me inquietaba que todavía no recuperaba la conciencia, examiné su pulso y tuve la sensación de que ya se estaba estabilizando. No pude resistir el deseo de acariciarle la cara, y posteriormente un suspiro se materializó. Victoria, tal como la mayoría de los humanos, sostenía que para ser amada e idolatrada, era necesario ser perfecta físicamente. Sin embargo, ella no comprendía a cabalidad lo que me hacía sentir. Mi opinión era distinta, ya que Victoria no tenía conocimiento acerca del poder de seducción que poseía.Me levanté del sofá y empecé a caminar por la habitación.—Se pondrían difíciles las
Victoria. Hundida en el sueño, volando hacia un lugar lejos de la realidad, me preguntaba: ¿Cuándo quemé el paraíso para escoger el infierno? Ya no quería seguir caminando en terrenos oscuros. Los rostros de todos los nuevos seres que se iban cruzando en mi camino llegaban sin ser invitados, lo que hizo que mi temor e inseguridad crecieran. Ya no sabía si podría con esta guerra, entonces en medio de tantas tinieblas recordé las palabras que muchas veces escuché de parte de mi familia: “Dios nunca nos da una prueba más grande de lo que podemos soportar, y nos concede siempre la gracia para superar toda prueba” Aun así, no veía la salida. No debía aferrarme a Adrián como mi tabla de salvación; aunque lo amara, él ya no vendría a socorrerme como los príncipes, a las débiles princesas. Esta guerra era mía y debía enfrentarla con mis propias manos. En medio de la oscuridad de mi inconsciencia, Arturo apareció, su mano se extendía hacia mí para tocarme. Lucia, como lo vi en mis visiones
—Ya veo que no pierdes tiempo.—Nunca lo pierdo y eso que el tiempo es lo que me sobra. En fin, trata de contactarla, aunque te advierto: es peligroso, su cabeza tiene un precio muy alto, pero tú tienes inmunidad y Arantxa es muy buena peleando —Tristán sonrío.—Arturo va a enloquecer cuando las vea juntas, él culpa a Arantxa de traición porque fue ella quien insto a Estefanía a conectarse al libro de las sombras: su primer paso hacia la separación de él y la muerte. Ahora dime Victoria ¿Sabes cómo se manejan los poderes que tienes?—Me han explicado que el tercer ojo es muy poderoso, bueno y esas aberturas que salen en varias partes de mi cuerpo que se llaman rabihats quisiera hacerlas desaparecer, he notado que Adrián le salen esas protuberancias y se les borran.—Sé que Arturo también tiene esas mutaciones, recuerda que él nació de Luthzer y por eso las heredó, nadie lo contaminó; y a los contaminados no le salen, a decir verdad son poco lo que nos hereda la contaminación. Algunos
(“Es duro perder a un elegido y todavía estoy luchando por esto, tu espada podría ser demasiado fuerte, pero también podría caer”) Alyan había entrado en la habitación de Romina para ver su sueño, tocó a la mujer y examinó las inscripciones de sus brazos, aún estaban algo oscuras y bastante inflamadas. Luego, se acercó a uno de sus oídos y le susurró: —No te dejes vencer, que el desamor no amargué tu alma —luego se alejó. Cuando se encontraba girando para dirigirse a la puerta de salida, un dolor intenso lo detuvo, comenzó a sentir como si un bisturí le rasgase los rabihats desde dentro; Alyan elevó sus brazos y observó cómo sus inscripciones comenzaban a abrirse en carne viva sangrando, al igual que los centinelas en su desarrollo, incluso más doloroso; conduciéndolo. Desorientado, salió de la habitación dando tumbos y, en un intento de controlar lo que le pasaba a su cuerpo, dejó salir su tercer ojo, pero fue inútil, no había servido para nada, solamente logró debilitarse aún m
Me acerqué a Alyan, como la voz en mi mente me lo había sugerido; no pude explicar de inmediato el sentimiento que me embargó, pero mi odio y dolor aumentaban. Alyan era tan frágil y a la vez tan poderoso, un centinela que había experimentado diversas dificultades como todos nosotros; de todos era él quien siempre tenía la convicción de que los humanos podían ser mejores personas, aunque muchos seres de otros planetas lo consideraran una raza inferior y antigua. —Pasaremos por todo esto juntos. Su voz débil comenzó a susurrar nuevamente, entonces tomé su mano. A pesar de aquella debilidad que experimentaba, me mostró la parte de Victoria que vio a través de Luthzer. Allí sintió cómo la mujer que amaba luchaba desde vidas pasadas contra la presión de Luthzer por volverla parte de la oscuridad. Pero lo que más le perturbó a Alyan, fue el segundo plan de Luthzer. —Lo que jamás podrá deshacer mi hermano es la conexión que existe entre tú y ella —me explicó, usando su mente para
A veces me pregunto: ¿Cuáles son los significados de nuestra vida y cuál es nuestro verdadero objetivo en ella? Llevo un largo período de tiempo tratando de encontrar un sentido a esa pregunta… Lamentablemente, todavía no he obtenido respuesta. Durante la mayor parte del tiempo he caminado entre sombras, en caminos inciertos que me conducen a espejismos, en una supervivencia hueca e inactiva. A menudo he sentido la necesidad de tocar y sentir algo real, algo que me llene y me devuelva la paz; sin embargo, al ver a mi alrededor me doy cuenta de que la maldad es más sólida. En todos los lugares observo y oigo gritos de dolor; de nada sirve tener amor en el corazón cuando la oscuridad más profunda te consume y te lleva a caminos inesperados, un lugar que ni siquiera en tus sueños más oscuros has advertido e imaginado. Con solo tocarlo, podrá resquebrajar fácilmente lo que parece ineludible. Todavía sigo intentando sobrevivir, con mi alma destrozada; contemplando cómo se pier
Necesitaba caminar, deambular por la noche y unirme a todas las criaturas nocturnas en su vigilia, lugar al cual yo también pertenezco; al clan de los eternos que habitan en la soledad. Por ser un vampiro (hijo de la noche) podía oír la melodía de los espectros, ver los rostros pálidos de las criaturas que eran igual a mí, sonriéndole a la inmortalidad; sin embargo, yo a diferencia de ellos soñaba con la esperanza de encontrar un atisbo de luz en mis noches sin fin, aunque esa petición se había convertido en un deseo difícil de alcanzar. Aparque el coche en el margen de la carretera, en aquellas altas horas de la noche ya nadie transitaba, ni siquiera un alma. Me interné entre los densos árboles y matorrales que tapizaban las montañas de la desolada carretera; eso para mí era sumamente fácil, deslizarme bajo el amparo del sigilo, saltar hasta casi volar sin ser percibido. Nadie se hubiera atrevido a mirarme si me viera en ese instante. No era la forma en la que me elevaba por los