Tristán.Cada vez que bebía de Victoria, me resultaba difícil parar, me superaba y, consecuentemente, la había debilitado hasta el punto de desmayarla. La llevé a mi departamento para supervisar su recuperación; una de las ventajas del linaje que poseía era que su sangre se regeneraba de manera rápida; no tenía que esperar mucho para que sus glóbulos rojos se renovaran.Me senté a su lado, me inquietaba que todavía no recuperaba la conciencia, examiné su pulso y tuve la sensación de que ya se estaba estabilizando. No pude resistir el deseo de acariciarle la cara, y posteriormente un suspiro se materializó. Victoria, tal como la mayoría de los humanos, sostenía que para ser amada e idolatrada, era necesario ser perfecta físicamente. Sin embargo, ella no comprendía a cabalidad lo que me hacía sentir. Mi opinión era distinta, ya que Victoria no tenía conocimiento acerca del poder de seducción que poseía.Me levanté del sofá y empecé a caminar por la habitación.—Se pondrían difíciles las
Victoria. Hundida en el sueño, volando hacia un lugar lejos de la realidad, me preguntaba: ¿Cuándo quemé el paraíso para escoger el infierno? Ya no quería seguir caminando en terrenos oscuros. Los rostros de todos los nuevos seres que se iban cruzando en mi camino llegaban sin ser invitados, lo que hizo que mi temor e inseguridad crecieran. Ya no sabía si podría con esta guerra, entonces en medio de tantas tinieblas recordé las palabras que muchas veces escuché de parte de mi familia: “Dios nunca nos da una prueba más grande de lo que podemos soportar, y nos concede siempre la gracia para superar toda prueba” Aun así, no veía la salida. No debía aferrarme a Adrián como mi tabla de salvación; aunque lo amara, él ya no vendría a socorrerme como los príncipes, a las débiles princesas. Esta guerra era mía y debía enfrentarla con mis propias manos. En medio de la oscuridad de mi inconsciencia, Arturo apareció, su mano se extendía hacia mí para tocarme. Lucia, como lo vi en mis visiones
—Ya veo que no pierdes tiempo.—Nunca lo pierdo y eso que el tiempo es lo que me sobra. En fin, trata de contactarla, aunque te advierto: es peligroso, su cabeza tiene un precio muy alto, pero tú tienes inmunidad y Arantxa es muy buena peleando —Tristán sonrío.—Arturo va a enloquecer cuando las vea juntas, él culpa a Arantxa de traición porque fue ella quien insto a Estefanía a conectarse al libro de las sombras: su primer paso hacia la separación de él y la muerte. Ahora dime Victoria ¿Sabes cómo se manejan los poderes que tienes?—Me han explicado que el tercer ojo es muy poderoso, bueno y esas aberturas que salen en varias partes de mi cuerpo que se llaman rabihats quisiera hacerlas desaparecer, he notado que Adrián le salen esas protuberancias y se les borran.—Sé que Arturo también tiene esas mutaciones, recuerda que él nació de Luthzer y por eso las heredó, nadie lo contaminó; y a los contaminados no le salen, a decir verdad son poco lo que nos hereda la contaminación. Algunos
(“Es duro perder a un elegido y todavía estoy luchando por esto, tu espada podría ser demasiado fuerte, pero también podría caer”) Alyan había entrado en la habitación de Romina para ver su sueño, tocó a la mujer y examinó las inscripciones de sus brazos, aún estaban algo oscuras y bastante inflamadas. Luego, se acercó a uno de sus oídos y le susurró: —No te dejes vencer, que el desamor no amargué tu alma —luego se alejó. Cuando se encontraba girando para dirigirse a la puerta de salida, un dolor intenso lo detuvo, comenzó a sentir como si un bisturí le rasgase los rabihats desde dentro; Alyan elevó sus brazos y observó cómo sus inscripciones comenzaban a abrirse en carne viva sangrando, al igual que los centinelas en su desarrollo, incluso más doloroso; conduciéndolo. Desorientado, salió de la habitación dando tumbos y, en un intento de controlar lo que le pasaba a su cuerpo, dejó salir su tercer ojo, pero fue inútil, no había servido para nada, solamente logró debilitarse aún m
Me acerqué a Alyan, como la voz en mi mente me lo había sugerido; no pude explicar de inmediato el sentimiento que me embargó, pero mi odio y dolor aumentaban. Alyan era tan frágil y a la vez tan poderoso, un centinela que había experimentado diversas dificultades como todos nosotros; de todos era él quien siempre tenía la convicción de que los humanos podían ser mejores personas, aunque muchos seres de otros planetas lo consideraran una raza inferior y antigua. —Pasaremos por todo esto juntos. Su voz débil comenzó a susurrar nuevamente, entonces tomé su mano. A pesar de aquella debilidad que experimentaba, me mostró la parte de Victoria que vio a través de Luthzer. Allí sintió cómo la mujer que amaba luchaba desde vidas pasadas contra la presión de Luthzer por volverla parte de la oscuridad. Pero lo que más le perturbó a Alyan, fue el segundo plan de Luthzer. —Lo que jamás podrá deshacer mi hermano es la conexión que existe entre tú y ella —me explicó, usando su mente para
Adrián. Salí de esa casa como si fuera un vendaval y quería correr. Tenía la sensación de impotencia e inseguridad bajo su mirada, pero yo no podía enfrentarme a la bestia que aún se encontraba dormida en su interior y que ella trataba de amarrar con cadenas. Sentí que yo caía en pedazos. Victoria buscaba en ese vampiro una seguridad que yo quería brindarle, pero no podía ofrecerle. Todas las emociones habían desaparecido y las acciones a mi alrededor empezaban a ser irracionales, entonces la debilidad regresó por mí y mi seguridad se desvaneció. Había sido sumamente difícil con ella, pero seguía inseguro y no quería sucumbir en su felicidad sin tener la certeza de que mis pasos estaban en un equilibrio constante. —Aunque no lo creas, Victoria, yo estaré a tu lado. Ya hemos elegido el camino —. Hice excusas para regresar; aun así, mi orgullo no me permitió y seguí mi camino con mucho esfuerzo. Victoria se volvía eterna porque no podía tenerla. Yo había fallecido todos los día
Tristán me sujetó con fuerza y me colocó detrás de él y, posteriormente, tomó las medidas de la conversación. —Desde aquí, puedo oler como ardes en celos. ¿Cómo es tu amor centinela? ¿Cómo puedes amar y odiar de manera simultánea a Victoria? La debilidad de tu persona es notablemente mayor. Pude percibir en los ojos de Adrián cómo su ira se incrementaba al contemplar cómo Tristán se ubicaba como un escudo interpolándose entre los dos. Adrián dejó salir una expresión irónica debido al comentario de Tristán. —¿Debo suponer que tu amor, si es de verdad? ¡Tú, que eres un recién llegado y que no tienes mucho tiempo conociéndola! ¡Ah! Se me olvidaba, Arturo te brindó parte de sus emociones cuando te infectó. —Adrián, ¿qué haces aquí? Fuiste sumamente claro en comunicarme que los fallecidos no tienen palabras. —Lo mantengo, pero veo que Tristán no tiene miedo de resucitarlos. —Tristán no me hizo caso, él estaba decidido enfrentarse a Adrián, lo miré pidiéndole que no comenzar
Continué observando a través de aquellos ojos que me trataban de ocultar su descontento, hallé que evidencias de sentimientos humanos ascendían desde su interior hasta su superficie. —Tristán, yo traté de matar el dolor, pero lo que logré fue traer más… —Tristán me observó con irritación. —En este momento, Victoria, no estás siendo objetiva y deberás aprender muchas cosas para enfrentar a la bestia en tu interior. Una de ellas es aprender a pelear. —Durante esas palabras, pude percibir otra energía que nos atravesaba, cuyo ritmo ya reconocía: era Arantxa. —¿Qué está haciendo ella aquí? —pregunté con sorpresa. Arantxa me guiño un ojo. —Ayudar a este sensual hijo de la noche para sacar ese potencial que tiene en ti; te lo dije, es hora de que aprendas a defenderte. —Los ojos se tornaban rojos y sus labios sonreían con intensidad. —Es peligroso, nos pueden cazar —les recordé. —Tranquila, los dioses no harán nada, ellos nos ponen a prueba para ver hasta dónde somos cap