—¡Alexandra, tu tatuaje quedó hermoso! —declaré con toda la sinceridad del mundo, mientras acariciaba las líneas que lo conformaban.
—Debías ver el rostro de mi mamá ¡Duro días sin hablarme!, pero luego se calmó —sonrío —. Y me temo que volverá a molestarse.
—¿Por qué?
—Por mi nuevo corte de cabello.
—No entiendo, tienes el cabello hermoso y ya te lo vio y no te dijo nada.
—Es porque lo he disimulado con los mechones de mi cabello largo, debo agradecer que tengo cabello abundante —puse cara de confusión.
—Te lo mostraré —inmediatamente se apartó el cabello del lado izquierdo, dejando al descubierto la raya real de su pelo; mi querida prima llevaba el costado derecho semi rapado. A continuación, se observó en el espejo de la peinadora arreglándose el nuevo estilo, pero la raya ya no estaba en el medio, sino más baja, logrando que los mechones largos le cayeran en uno de sus ojos.
—¿Qué te parece?
—No me parece mal, es tu estilo, te ves guapa, solo falta el maquillaje.
—Estamos en sintonía primita —sonrío emocionada y fue hasta mí para tocar mi cabello.
—Necesitas mantenimiento y nuevo estilo de maquillaje, ya sabes algunos consejos para que te veas más ardiente.
—¡Espero no me vayas a maquillar como los de la banda ¡The Kiss!
—¡No, tonta! Más bien como una mujer fatal.
—No quiero ser una mujer que en última instancia trae el desastre y la desgracia a los hombres que se involucra con ella. No quiero ser una ilusión fugaz de belleza etérea.
—Deberías de cambiar esos pensamientos, la mayoría de los hombres son unos malvados egoístas.
—Tú lo has dicho “La mayoría” pero no todos —. En una de esas que recogía mi cabello, olvidé por completo el rabihat que posaba detrás de mi nuca y que aún no sabía cómo hacerlo desaparecer. Fue muy tarde cuando el grito de Alexandra no se hizo esperar.
—¡No me lo creo! Tú también tienes un tatuaje.
—Bueno, supongo que ya lo viste —fue mi débil respuesta, quise levantar la cabeza, pero ella no me dejo.
—Tengo que detallarlo. Vaya que eres valiente, yo lloré cuando me hicieron este, pero los tatuajes de relieve son más dolorosos ¡Por Dios tuviste que haber gritado! Es muy sobresaliente.
—Si me dolió y ardió bastante.
—Por supuesto, ¡No te va a molestar! La aguja penetra más hondo ¡Tú estás más loca que yo!
—Quizás —sonreí, ella se alejó y se tomó otro trago de su cerveza, igual yo.
—¿Tu papá lo sabe?
—No, y deseo que no se entere.
—Por mí no se enterará. Se las traen esas amiguitas santurronas tuyas.
—Ellas no lo tienen, solo yo y… —hice una pausa, ella respetó mi breve silencio —Ethan —terminé la frase.
—Ya veo la mala influencia.
—Y no tengo solo uno, tengo tres.
—¡Que! No te creo, muéstralos —me exigió, tomé otro trago y dando tumbo me saqué la sudadera mostrándole mi nuevo rabihat en todo el centro de la espalda. Ella tocaba el relieve, se encontraba impactada, luego giré y me quité la pulsera de cuero que me puse en la muñeca por mi padre para ocultarlo de sus ojos.
—¡Estás demente! ¿Lo sabías? Quien te hizo el tatuaje de la muñeca debe ser muy excelente para no cortarte las venas.
—Si muy genial.
—Esto es un espiral, pero esos dos que llevas en la espalda y nuca ¿Qué significan? Los tatuajes llevan significados.
—Son solo símbolos.
—¿Nada más símbolos? ¡Tú te tatúas y no investigas la historia tras la imagen!
—Sí, lo hice, pero no me has dejado contártela —Alexandra hizo señal con sus manos de que se ponía un cierre en su boca y yo procedí a narrarle lo que yo había percibido en el sueño y visiones que tuve con Nahethis.
—Elegí símbolos porque todas las culturas cuentan con símbolos que representan su origen y destino, así como sus valores y creencias para su transformación, pero estos símbolos que yo elegí constituyen una geometría sagrada. Tienen como características neutralizar la oscuridad y generar energía que promueva el ambiente adecuado para librar la batalla y purificar el alma. Por ejemplo, la cultura celta aportó al mundo los diseños más bellos hechos a base de espirales, que representan la esencia de la vida. Se decoraron con estas magníficas formas escudos, espadas, joyería y utensilios, así como sus cuerpos, quizás para rendirle culto a los seres que consideraban deidades —al decir aquello Nahethis, Yahadet, Baco y Adrián llegaron a mi mente, ellos simbolizaban para mí la esencia de esas deidades —. Los símbolos evocan nuestro inquebrantable vínculo con todas las fuerzas de la naturaleza. Los amuletos celtas son ondas muy poderosas que armonizan a personas y lugares, protegiéndolos, los veo como mantras. Cada uno tenía su poder —Alexandra se quedó muy quieta tomando otra cerveza emocionada por lo que le explicaba. Agradecí haber leído aquel libro sobre cultura celta, lo cual me permitió eludir el agudo examen de Alexandra.
—En el caso de los pueblos celtas, el espiral representa para ellos la vida eterna, ya que es algo que no tiene principio ni final, sino que cambia y evoluciona constantemente —agregué.
—Comienzo ni final, vida eterna —repitió. —Interesante, no estoy seguro de por qué me hiciste recordar la palabra «Reencarnación», necesito otro trago.
—Yo también, pásame otra, mientras más mareada mejor.
—Hecho —dijo ella sonriendo —, pero ni creas que te vas a salvar de no contarme.
—Lo seguiré haciendo —. Luego de pasarme la penúltima cerveza y bebernos un trago me instó a seguir hablando.
—Prosigue, ya sé el significado céltico de esa espiral te quedan dos.
—Dejemos ese asunto para después, ya estoy mareada —debía salirme de esa conversación, ya no tenía más argumentos para calmar su sed por saber.
—Vaya, vaya… ya estamos viendo doble, está cerveza me cae bien, ojalá no veamos duendes y seres reencarnados —Alexandra suspiró.
Terminé de tomarme la última cerveza, estaba bastante mareada y alegre, deseé que esa alegría no se fuera. Alexandra encendió la tele mientras mi mente lo evocaba, sobre todo aquel momento en el que posó su mano sobre mi nuca, tocando mi rabihat, transmitiéndome su calor. En ese momento pude ver el que él tenía en su cuello. Aunque no comprendía plenamente los rabihats, sentí que el de Adrián canalizaba las energías que conforman el universo y la lucha de la luz frente a las tinieblas. Ofrecía protección contra los extraños o los diablos que invadían los espacios de luz. Las burlas de Alexandra una vez más me desconcertaron.
—¡El mundo está loco! Ven Vicky, acércate y oye esta noticia —hice lo que me pidió y dando tumbos me acerqué a escuchar la noticia. En la pantalla de la televisión se veía a una mujer perturbada que juraba que un ser sobrenatural similar a un vampiro la había salvado a ella y a su pequeña hija. Me quedé helada y pensé en Arantxa, ella era la única oscura que parecía no ser tan malvada, bueno quizás solo lo era conmigo porque tenía un supuesto pacto, pero su naturaleza era depredadora y yo no me salvaba de esa herencia tampoco, pero eso cayó en picada cuando la mujer perturbada dijo que era un hombre.
—¡Tenía unos colmillos afilados! El hombre era alto y de cabellos cobrizos, quizás rojizos y largo, sus ojos también eran rojos —continuaba asegurando mientras la periodista le solicitaba más detalles y explicaciones.
—Aquella criatura me salvó y me brindó su camioneta que estacioné frente a la estación de policía, pero cuando los oficiales salieron, la camioneta ya no estaba. Lo juro, no estoy loca.
—Claro que lo estás —se burlaba Alexandra mientras yo seguía escuchando la noticia hasta que la periodista dio paso a los estudios.
—Pobre mujer —dijo una de las comentaristas que dirigían el programa de información nocturna.
—La policía asegura que en esa cabaña abandonada no encontraron el cadáver de su exesposo, al que el supuesto vampiro se comió, lo que sí encontraron fue el cadáver mutilado de su esposo actual. La pequeña niña hija de la víctima con su actual y difunto esposo asegura que lo que dice su madre es cierto, aunque la niña llevaba los ojos vendados —aclaró el otro reportero.
—Los médicos dicen que la mujer sufrió tres crisis nerviosas y tenía muchos moretones y cortes producto de torturas, afortunadamente la niña no presenta lesiones graves. La mujer está ingresada en una casa de reposo, esperemos que se esclarezca el caso, ya que el desaparecido Carlos Iriarte es buscado por secuestro y asesinato, además de por fraude. Lo más extraño es que la supuesta camioneta que condujo hasta la estación de policía desapareció sin dejar rastro y se desconoce el número de la placa, lo único que se sabe es que era una camioneta de lujo negra.
—¡Nadie da una camioneta de lujo! —manifestó el compañero de narración.
—Quizás en su delirio para protegerse de su dolor creo este personaje —agregó la reportera.
—Entonces, que le agradezca a ese colmilludo defensor —manifestó uno de los comentaristas con una nota graciosa —. Esperemos que las autoridades pertinentes aclaren todo. Así concluyen las noticias de esta medianoche, les deseo a todos una feliz noche y hasta mañana. No olviden colocar ajo y crucifijos en sus ventanas, quizás no tengan tanta suerte como esta víctima —concluyó el locutor de noticias.
—Muy gracioso ese locutor —reñí, pero mi prima era otro caso, se burlaba hasta más no poder.
—No le veo la gracia, esa mujer se ve mal ¡Fue atacada!
—Eso lo sé y, en verdad, no me burlo por eso, sino por la originalidad de la mente de la mujer de culpar a un supuesto vampiro; quizás ella los mató a ambos. ¡Qué diablos sé yo!
—Mejor vamos a dormir, estoy muy cansada.
—Tienes razón —me apoyó —¿Cuál cama quieres la de arriba o la de abajo? —Me preguntó luego.
—Me da igual.
—Que bueno porque escojo la de arriba.
Al tumbarme en la cama, me quedé dormido y vi a aquella mujer que afirmaba haber sido salvada por un vampiro de cabellos cobrizos casi rojo. En el sueño también me apareció Ethan, y me aseguró que él nunca fue el tercer anunciado. Entonces, la imagen de aquel vampiro de cabello cobrizo se materializó, pero no lograba verlo bien, no lo podía detallar. Tristán… Tristán Palacios me susurró al oído y me desperté en mitad de la noche, giré hacia la puerta y ahí estaba mi abuela pidiéndome que la acompañara, me levanté y la seguí dejando a Alexandra con sus ronquidos atrás.
¡Ven! —me dijo y la seguí por el amplio corredor dando tumbos hasta su “Guarida” como lo llamaba Alexandra. —Qué hermosa luna la que alumbra el cielo esta noche —manifestó al abrir la gran ventana. Los rayos de las estrellas se colaron en la amplia habitación impoluta, al detallarla con mayor precisión y a pesar de haber estado infinidades de veces cuando era niña, está vez encontré en ella similitudes al santuario de Eleonor. Aquella habitación donde reposaba un hermoso fogón antiguo era el santuario de mi abuela, podía sentir la energía de los centinelas en cada recoveco. En un estante vi algo que no me era ajeno, era el polvo brillante que ella me había enviado, lo reconocí de inmediato. —Creo que deberíamos comenzar por explicarte por qué te envié este polvo que estás observando. —Lo apreciaría —dije sinceramente. —Se trata de un preparado elaborado por los centinelas, y está especialmente diseñado para mantener activas todas las funciones orgánicas de tu naturaleza h
—No pensamos que hayas sido manipulada genéticamente como fue Ethan, creemos que Luthzer te engendró —las piernas comenzaron a debilitarse, mi mente se oscureció, Nahe fue rápidamente sobre mí para impedir mi caída. —¡Ustedes mienten! ¡Mi padre se llama Alberto!… Abuela dile… ¡No te quedes callada! —exclamé desesperadamente, no podía aceptar que el mal estuviera en mi sangre. —Victoria, tú tienes que ser fuerte. En tus venas también circula nuestra sangre —me recordó, dándome valor. —¡No entiendo nada! Ethan también tenía su herencia genética y lo dejaron morir, ¡No hicieron nada para salvarlo!, así haya sido manipulado genéticamente —sentía que estaba perdiendo la razón, un ataque de pánico se volvía dueño de mis actos. —Las cosas no son como las supones. —¿Entonces como son? Esto no tiene sentido para mí, ¡es una absoluta confusión sistemática! —Victoria cálmate —interfirió mi abuela. —No puedo ni quiero, siento como si me arrancaran el alma… ¿Mi madre era una centinela? —
Adrián. —Todo está ya decidido, y te prohíbo que intervengas —me advirtió mi padre. —¿Qué está tratando de decirme? —Por supuesto que estás comprendiendo esto. —¿Cuál será el resultado si no lo hago? ¿Y si mi deseo es enviarlo todo al infierno? —Me temo que no podemos vencer a Luthzer, y toda la espera habrá sido en vano —sus palabras me dejaron hundido en un incómodo silencio. —Esto nunca se ha tratado solo de ella, se trata de todos y de las mezclas que se han creado desde nuestra llegada a este mundo. Debemos proteger de los daños ocasionales y lidiar con las consecuencias. Piense con claridad, Adrián. —No pienso… —Su repentina intervención no me permitió terminar mi idea, interrumpiendo mi protesta. —Muchos vampiros han resurgido, pero, al igual que la nueva raza mixta que hemos generado, han estado manifestando diferentes mutaciones con inclinaciones hacia el bien y el mal. En la oscuridad también han existido ciertos comportamientos que Luthzer no ha tolerado en ab
Las piezas ya habían sido dispuestas en su sitio, encajaban a la perfección, y revelaban lo que realmente soy. Ahora que lo sé, no sé qué es peor: si continuar con la incredulidad en la que me mantenían o seguir adelante aceptando y enfrentando la maldición que corre por mi sangre. Finalmente, lo entendía todo, después de mucho tiempo comprendía qué significan mis sueños, de dónde proceden y por qué todo es como es. —Ya soy una mujer y no tengo miedo de conocerme a mí misma. En poco tiempo había aprendido mucho sobre mí. Cosas que antes ni siquiera sabía… En ese instante no pude evitar recordar las palabras de la Pitonisa: Llevo en mí la sangre oscura, soy la daga que el enemigo usa contra sus adversarios, fui creada como señuelo y para iniciar la guerra entre los dos bandos. Cerré los ojos y reflexioné minuciosamente sobre esas afirmaciones, decidí que yo no era eso que aseguraban. —Me encuentro aquí, pero siempre llego tarde al enfrentamiento… —. Yo portaba la sangre maldita
Subí a mi antigua habitación, mi padre la había reformado y en verdad lucía encantadora. Lo que más me había gustado de ella siempre fue la ventana con balcón que daba al jardín, así que corrí a abrirla y me asomé para contemplar el jardín. Ethan volvió a mi mente y sus recuerdos eran parte de mi vida, no quería que se perdieran. —Vicky, deberías descansar, te notificaré cuando esté listo la comida, tengo planeado un almuerzo agradable para dos aquí en la casa. —Está bien —asentí. Mientras mi padre se giraba para salir lo detuve nuevamente. —Papá, obtuve mi licencia de conducir en Canadá —le dije. —Si ya estoy al tanto de que posees una licencia y puedes manejar por un tiempo en el país, también puedes utilizar cualquiera de mis vehículos, pero sería mejor que tramitáramos la licencia local cuanto antes. —¿Podría prestárseme uno de los vehículos para dar una vuelta? ¿Sería muy arriesgado? —¿Hoy? —Su voz sonó confusa. —Si no hay problema —puse cara de niña inocente. —Vic
Londres, 30 de octubre de 1945. Me embriagaba el dolor de no querer aceptar lo que yo ahora era. Arturo me había convertido en un demonio, en un ser repudiable y sin ningún tipo de escrúpulos. Era como si siempre supiera lo que iba a hacer, y hubiera dispuesto la muerte de mi espíritu de tal forma que se produjera en mi presencia, en medio de todos esos crímenes y horrores ajenos que le eran cercanos. Podría haber percibido de antemano el peligro de mi estado y se había privado de esa recompensa esperada: su confianza en mí antes de la muerte aparente, sabiendo que yo me rompería fácilmente. Le agarré con firmeza del brazo y grité, a pesar de mí mismo, para demostrar mi fuerza, llevándole al límite. —«¡Basta ya!» —exclamó, lanzándome al suelo. Caminó hacia la ventana donde se veía una impresionante luna llena. Mientras me daba la espalda, manifestó: —Quizá no sea realmente la sorpresa lo que divide a los humanos entre sí, querido David; es la impresión que siente quien est
Un perfume exquisito fue penetrando en la alcoba, no podía ver debido a la cinta que habían puesto sobre mis ojos. Algo nuevo le estaba ocurriendo a mi cuerpo, no solo se sentía diferente, también lo eran mis sentidos; estos se habían vuelto más atinados. Aquella mujer que había entrado en el cuarto olía a miedo, su corazón latía vertiginosamente. Aquellas sensaciones que sucumbían de ella lograron una alquimia salvaje en mí, y sin poder comprender mi nuevo sentir, me dirigí a ella a través de mi olfato, y en acto seguido me arranqué el vendaje. Me molestaba la luz de las lámparas, pero tanto fue el frenesí que me causó el cuerpo de aquella mujer que no me importó, hasta que poco a poco aquella molestia menguó. La muchacha era hermosa, tenía el cabello largo y rubio como el oro, en sus ojos pude leer toda la inocencia de quien no sabe a qué se enfrenta, tenía 19 años, y era poseedora de un cuerpo sensual y voluptuoso. No podía cesar de mirarla, era como si por primera vez en mi vi
Victoria. Ya nos encontrábamos en las proximidades de la propiedad de los Palacios. Alexandra permanecía callada, no aprobaba mi locura de querer profanar aquel lugar donde se albergaban tantas historias de asesinatos, sin embargo, ignoré esa negativa de su parte. Apagué el motor del vehículo, tomé el pequeño bolso y procedí a bajarme. Alexandra miró mi bolso con curiosidad, su rostro aún mostraba molestia. Continué ignorándola mientras sus ojos me seguían a través del vidrio del vehículo. Fui hacia ella haciéndole señas para que me siguiera, pero no se dejaba convencer. No me rendí, le insistí tanto que, finalmente, accedió a salir a regañadientes, echando miradas temerosas por todos los rincones de la finca. —Victoria, todavía tenemos tiempo de abandonar el plan, si accedí a seguir adelante fue porque las perras de las gemelas me tentaron, pero ya se me ha pasado la rabia, y mi idea era estacionarme lo más lejos posible de este castillo, no tan cerca. —Su voz parecía casi supli