Ya habíamos abordado el coche de Tristán, después de entrar él colocó una música, puso Creep de Radiohead.
El sonido tan intenso de la música me aturdía, los rayos de luces de diferentes colores de la discoteca amenazaban con dejarme ciega de un momento a otro; Tristán me tomó fuerte de la mano para inyectarme seguridad, giré a ver su cara risueña mientras sus ojos absorbían los colores de las luces discordantes.—Sentémonos un rato en este lugar —me pidió ya un poco lejos del bullicio, después me guio a un sitio exclusivo, era la sección VIP. Apenas nos sentamos, las miradas femeninas que se encontraban cerca de nuestra mesa se volvieron sobre él; la más insistente fue la de una mujer rubia de grandes pechos. La mujer cruzó las piernas deliberadamente para tentarlo. No se podía negar que la dama en cuestión tenía piernas torneadas y estaba en muy buena forma física, era evidente que dedicaba muchas horas entrenando en un gimnasio.—Creo que tienes dónde escoger —murmuré haciendo alusión al grupo de damas que se disputaban la atención de mi acompañante, Tristán hizo caso omiso a mi comenta
Me quedé atónita por la declaración de Tristán, aunque emanaba una sensualidad asombrosa, yo seguía teniendo el corazón puesto en otro lado, la cordura me frenaba (Malvada cordura).—Existen cosas que no tienen arreglos, cicatrices que nunca desaparecen. Muchas gracias por el ofrecimiento, pero no puedo aceptarlo —Tristán puso una expresión de decepción —¿Me trajiste aquí para esto? ¿Para seducirme?—Entre otras cosas.—Entonces perdiste el tiempo, pero casi lo lograste; eres un experto en la materia. Hice ademanes de levantarme, pero él me detuvo.—¿Te preocupa que alguien que no sea Adrián te muestre, que no todo de ti está dañado e inservible? No tengo temor alguno hacia tu persona, puesto que tengo la capacidad de lograr que tu espíritu se combine de nuevo.—¿Cómo puedes llevar a cabo eso, cuando el tuyo aún se encuentra en estado de desastre?—Tienes razón, mi existencia es un desastre; sin embargo, ahora tengo una motivación para intentarlo; cariño, amar es caminar hacia el fueg
La música terminó y los aplausos no se hicieron esperar. Tristán me besó y me dio un tercer beso. Sentí y bebí todo el fuego que habíamos desprendido en la pista. Él me deseaba, lo había dejado muy claro y me sorprendí a mí misma sintiendo lo mismo. Yo también deseaba a Tristán Palacios.—A partir de ahora, esta canción será de mis favoritas —me dijo al oído, lo cual me hizo erizar. Mi sonrisa se desvaneció cuando oí la voz de Cristian en mi cabeza.—No tientes a la bestia —una vez más el miedo me invadió, destronando la calma que me había regalado el baile. Tristán me vio a la cara, sus ojos se volvieron oscuros.—¿Crees que cuando tengas a Arturo delante de ti, con tu odio, bastará para destruirlo? Puedo escuchar las advertencias de Cristian también —sentí inseguridad en sus palabras.—Es más que odio —le aseguré, dejando muy claro que no daría un paso atrás en el momento de terminar con Arturo.—Lo sé, es deseo —continuó con su repentino ataque de inseguridad.—No esa clase de dese
Tristán.Cada vez que bebía de Victoria, me resultaba difícil parar, me superaba y, consecuentemente, la había debilitado hasta el punto de desmayarla. La llevé a mi departamento para supervisar su recuperación; una de las ventajas del linaje que poseía era que su sangre se regeneraba de manera rápida; no tenía que esperar mucho para que sus glóbulos rojos se renovaran.Me senté a su lado, me inquietaba que todavía no recuperaba la conciencia, examiné su pulso y tuve la sensación de que ya se estaba estabilizando. No pude resistir el deseo de acariciarle la cara, y posteriormente un suspiro se materializó. Victoria, tal como la mayoría de los humanos, sostenía que para ser amada e idolatrada, era necesario ser perfecta físicamente. Sin embargo, ella no comprendía a cabalidad lo que me hacía sentir. Mi opinión era distinta, ya que Victoria no tenía conocimiento acerca del poder de seducción que poseía.Me levanté del sofá y empecé a caminar por la habitación.—Se pondrían difíciles las
Victoria. Hundida en el sueño, volando hacia un lugar lejos de la realidad, me preguntaba: ¿Cuándo quemé el paraíso para escoger el infierno? Ya no quería seguir caminando en terrenos oscuros. Los rostros de todos los nuevos seres que se iban cruzando en mi camino llegaban sin ser invitados, lo que hizo que mi temor e inseguridad crecieran. Ya no sabía si podría con esta guerra, entonces en medio de tantas tinieblas recordé las palabras que muchas veces escuché de parte de mi familia: “Dios nunca nos da una prueba más grande de lo que podemos soportar, y nos concede siempre la gracia para superar toda prueba” Aun así, no veía la salida. No debía aferrarme a Adrián como mi tabla de salvación; aunque lo amara, él ya no vendría a socorrerme como los príncipes, a las débiles princesas. Esta guerra era mía y debía enfrentarla con mis propias manos. En medio de la oscuridad de mi inconsciencia, Arturo apareció, su mano se extendía hacia mí para tocarme. Lucia, como lo vi en mis visiones
—Ya veo que no pierdes tiempo.—Nunca lo pierdo y eso que el tiempo es lo que me sobra. En fin, trata de contactarla, aunque te advierto: es peligroso, su cabeza tiene un precio muy alto, pero tú tienes inmunidad y Arantxa es muy buena peleando —Tristán sonrío.—Arturo va a enloquecer cuando las vea juntas, él culpa a Arantxa de traición porque fue ella quien insto a Estefanía a conectarse al libro de las sombras: su primer paso hacia la separación de él y la muerte. Ahora dime Victoria ¿Sabes cómo se manejan los poderes que tienes?—Me han explicado que el tercer ojo es muy poderoso, bueno y esas aberturas que salen en varias partes de mi cuerpo que se llaman rabihats quisiera hacerlas desaparecer, he notado que Adrián le salen esas protuberancias y se les borran.—Sé que Arturo también tiene esas mutaciones, recuerda que él nació de Luthzer y por eso las heredó, nadie lo contaminó; y a los contaminados no le salen, a decir verdad son poco lo que nos hereda la contaminación. Algunos
(“Es duro perder a un elegido y todavía estoy luchando por esto, tu espada podría ser demasiado fuerte, pero también podría caer”) Alyan había entrado en la habitación de Romina para ver su sueño, tocó a la mujer y examinó las inscripciones de sus brazos, aún estaban algo oscuras y bastante inflamadas. Luego, se acercó a uno de sus oídos y le susurró: —No te dejes vencer, que el desamor no amargué tu alma —luego se alejó. Cuando se encontraba girando para dirigirse a la puerta de salida, un dolor intenso lo detuvo, comenzó a sentir como si un bisturí le rasgase los rabihats desde dentro; Alyan elevó sus brazos y observó cómo sus inscripciones comenzaban a abrirse en carne viva sangrando, al igual que los centinelas en su desarrollo, incluso más doloroso; conduciéndolo. Desorientado, salió de la habitación dando tumbos y, en un intento de controlar lo que le pasaba a su cuerpo, dejó salir su tercer ojo, pero fue inútil, no había servido para nada, solamente logró debilitarse aún m
Me acerqué a Alyan, como la voz en mi mente me lo había sugerido; no pude explicar de inmediato el sentimiento que me embargó, pero mi odio y dolor aumentaban. Alyan era tan frágil y a la vez tan poderoso, un centinela que había experimentado diversas dificultades como todos nosotros; de todos era él quien siempre tenía la convicción de que los humanos podían ser mejores personas, aunque muchos seres de otros planetas lo consideraran una raza inferior y antigua. —Pasaremos por todo esto juntos. Su voz débil comenzó a susurrar nuevamente, entonces tomé su mano. A pesar de aquella debilidad que experimentaba, me mostró la parte de Victoria que vio a través de Luthzer. Allí sintió cómo la mujer que amaba luchaba desde vidas pasadas contra la presión de Luthzer por volverla parte de la oscuridad. Pero lo que más le perturbó a Alyan, fue el segundo plan de Luthzer. —Lo que jamás podrá deshacer mi hermano es la conexión que existe entre tú y ella —me explicó, usando su mente para