Sin importar cuanto lo intentara, Dan no podía alejar la mirada de su celular. La foto de Skylar y James besándose lo hacía sentir como si alguien le hubiera enterrado un puñal en el pecho y no dejara de retorcerlo.
No entendía como había confiado ciegamente en ella para que luego terminar descubriendo que no era mejor que el resto de mujeres. Había estado en busca de algo.
Maldijo la hora en la que la había metido en su vida.
En un arranque de furia agarró el celular y lo aventó contra la pared, no soportaba seguir viendo aquella foto, aunque no sirvió de mucho. La imagen nunca saldría de su cabeza, la tenía grabada en su memoria a todo detalle.
Se levantó de su asiento, dispuesto a salir de allí. Miró su reloj de muñeca para comprobar la hora. Eran cerca de las dos de la mañana. Necesitaba salir del hotel antes de pe
Skylar se apoyó a la pared tan pronto cerró la puerta de la oficina de Dan. Necesitaba un segundo para recuperarse. Estar cerca de él era más difícil de lo que había supuesto y su frio trato solo hacía que se sintiera peor.Tenía tantas ganas de agarrar sus cosas y salir de allí.Esa mañana apenas había logrado convencerse de levantarse e ir al trabajo. Las náuseas matutinas no ayudaron demasiado a su estado de humor. Había terminado llorando mientras se daba una ducha, al parecer el embarazo la volvía más sensible de lo normal. Fue una suerte que eso no hubiera sucedido el día anterior, porque habría tenido que dar algunas explicaciones o mentir.En el viaje hasta allí había creído ilusamente que Dan estaría más calmado y le dejaría explicarse. No porque quisiera seguir con él. Después de
—No me estás escuchando —musitó Jenna con una sonrisa divertida.Dan regresó a la realidad. Estaba pensando en Skylar… Otra vez. Se había cansado de repetirse de que debía dejado de hacerlo, pero parecía que su cerebro ya no obedecía sus órdenes. —La verdad es que no. Lo siento —se disculpó.Jenna no merecía que la tratara con tanta indiferencia.—Está bien, no te preocupes. —Ella le dio una sonrisa de comprensión—. ¿Qué te sucede?Dan no quería hablar sobre él porque, aunque ella parecía tener buenas intenciones, no estaba de humor. Además, si Jenna no se sorprendía porque había pensado en establecerse con alguien por primera vez, seguro lo haría cuando le contará el resto.—Solo han pasado demasiadas cosas estos días. Co
Skylar se presentó al trabajo después del almuerzo. La mañana se la había pasado entre exámenes y estaba agotada. Habría preferido estar en otro lugar que no fuera ese, pero tenía que terminar las cosas como era debido. No era ninguna cobarde que iba a desaparecer de la noche a la mañana.—¿El señor Harris está en su oficina? —le preguntó a Emma después de saludarla.—No, todavía no ha regresado.—Gracias.Se dirigió hacia la sala de copias y consiguió una caja, con ella en manos fue a su escritorio y empezó a empacar sus pertenencias. Una vez que terminó lo acomodó debajo su escritorio y se sentó a trabajar como si fuera cualquier otro día.Estaba revisando unos documentos que Dan le había enviado al correo cuando escuchó unos pasos acercarse. Sabía de antema
Dan estaba revisando unos documentos, o al menos lo estaba intentando, cuando su padre entro a su oficina con una mirada inquisitiva. No necesito mucho más para saber el motivo. Él se había enterado sobre la renuncia de Skylar y era probable que estuviera allí para conseguir algunas respuestas. —Me enteré que Skylar ya no trabaja con nosotros —dijo su padre mientras se sentaba. Se preguntó quién era la persona que se lo había dicho. Quizás Emma que no había dejado de lanzarle dagas con la mirada. Parecía que no era más su persona favorita. —Así es. Presentó su renuncia el día de ayer e insistió en marcharse. —¿Cómo te sientes al respecto? —Bien —dijo lo más convincente que pudo sonar. La verdad es que no tenía idea de cómo se sentía. Todavía se estaba convenciendo de que ese anhelo en el pecho desaparecería en cualquier momento. Era una mujer. Había un montón de ellas afuera. «Solo que ninguna era Skylar», le recordó su
Skylar quería decir que después de dos meses ya no extrañaba a Dan y que por fin lo había superado, pero sería una completa mentira. Había descubierto que sacarse a alguien del corazón era incluso más difícil de lo que había creído. Pero todavía no se había muerto, por el contrario, era más fuerte que en el pasado.Como se había prometido había continuado con su vida. No había perdido su objetivo de vista y cada día ponía se esforzaba al máximo. Sus estudios eran su prioridad e iba a salir adelante para darle una buena a su hijo o hija.Durante el día ponía toda su atención en lograr su meta; pero, por las noches, no podía evitar pensar en los momentos compartidos con Dan y lo feliz que él la había hecho, aun cuando todo había terminado tan mal.Soltó un bos
Dan levantó la cabeza al escuchar su puerta abrirse. Era raro que no hubieran tocado antes de entrar. Todos sabían que no le gustaba que interrumpieran en su lugar sin un aviso. Debía ser alguien que estaba listo para morir.Se trataba de James. En cuestión de segundos él cerró la puerta y caminó aceleradamente hacia él. Se levantó de su sillón, antes de que tuviera oportunidad de mandarlo de regreso por donde había venido. Él le propinó un puñetazo en el mentón.Dolió como la mierda y le tomó un par de segundos recuperarse. El desgraciado sabía cómo dar un golpe. Había sido Dan quien le había enseñado a pelear cuando estaba en el colegio.—¡¿Qué demonios te sucede?! —gruñó furioso.—Solo te devuelvo favor, idiota. —James no parecía present
—¿Qué te parece? —dijo mostrándole a Hailey el pequeño auto que se había encargado de pintar.Estaban trabajando en el proyecto de ciencias de su hermana. Su hermana había decidido elaborar el prototipo de un coche que funcionara únicamente con energía solar. Skylar se había ofrecido a ayudarla, aunque básicamente su trabajo estaba limitado a pintar y adornar. Lo más probable es que terminara destrozando algo si ayudaba con algo más.—No está mal.Su hermana había querido que lo pintara de negro, pero había logrado convencerla de que le caería mejor un color más vivo. Sabía que una parte de la presentación la ganabas con la apariencia.—Te dije que sabía lo que hacía. —Le guiñó un ojo.—No tienes que sonar presumida.Las dos compartieron una sonris
Dan estaba ansioso mientras esperaba que Skylar llegara. Había llegado con demasiado tiempo de sobra, el suficiente para sentarse solo allí y comenzar a torturarse con la posibilidad de que ella no apareciera.Skylar lo había citado en un café-librería no muy lejos de donde ella vivía. El lugar no estaba tan lleno y no era difícil imaginar que era debido a que era fin de semana. La mayoría de personas preferían pasar ese día en otros lugares. Skylar entró al restaurante usando un vestido y unos zapatos de tacón bajo. Ella lucía hermosa sin importar lo que usara, pero no pudo evitar recordarla vestida con su chándal. La apariencia casual y despreocupada había desaparecido.Se dio cuenta que, a parte del atuendo, había algo diferente en ella. Había ganado algo de peso —algo que jamás le diría si quería salir