Skylar se presentó al trabajo después del almuerzo. La mañana se la había pasado entre exámenes y estaba agotada. Habría preferido estar en otro lugar que no fuera ese, pero tenía que terminar las cosas como era debido. No era ninguna cobarde que iba a desaparecer de la noche a la mañana.
—¿El señor Harris está en su oficina? —le preguntó a Emma después de saludarla.
—No, todavía no ha regresado.
—Gracias.
Se dirigió hacia la sala de copias y consiguió una caja, con ella en manos fue a su escritorio y empezó a empacar sus pertenencias. Una vez que terminó lo acomodó debajo su escritorio y se sentó a trabajar como si fuera cualquier otro día.
Estaba revisando unos documentos que Dan le había enviado al correo cuando escuchó unos pasos acercarse. Sabía de antema
Dan estaba revisando unos documentos, o al menos lo estaba intentando, cuando su padre entro a su oficina con una mirada inquisitiva. No necesito mucho más para saber el motivo. Él se había enterado sobre la renuncia de Skylar y era probable que estuviera allí para conseguir algunas respuestas. —Me enteré que Skylar ya no trabaja con nosotros —dijo su padre mientras se sentaba. Se preguntó quién era la persona que se lo había dicho. Quizás Emma que no había dejado de lanzarle dagas con la mirada. Parecía que no era más su persona favorita. —Así es. Presentó su renuncia el día de ayer e insistió en marcharse. —¿Cómo te sientes al respecto? —Bien —dijo lo más convincente que pudo sonar. La verdad es que no tenía idea de cómo se sentía. Todavía se estaba convenciendo de que ese anhelo en el pecho desaparecería en cualquier momento. Era una mujer. Había un montón de ellas afuera. «Solo que ninguna era Skylar», le recordó su
Skylar quería decir que después de dos meses ya no extrañaba a Dan y que por fin lo había superado, pero sería una completa mentira. Había descubierto que sacarse a alguien del corazón era incluso más difícil de lo que había creído. Pero todavía no se había muerto, por el contrario, era más fuerte que en el pasado.Como se había prometido había continuado con su vida. No había perdido su objetivo de vista y cada día ponía se esforzaba al máximo. Sus estudios eran su prioridad e iba a salir adelante para darle una buena a su hijo o hija.Durante el día ponía toda su atención en lograr su meta; pero, por las noches, no podía evitar pensar en los momentos compartidos con Dan y lo feliz que él la había hecho, aun cuando todo había terminado tan mal.Soltó un bos
Dan levantó la cabeza al escuchar su puerta abrirse. Era raro que no hubieran tocado antes de entrar. Todos sabían que no le gustaba que interrumpieran en su lugar sin un aviso. Debía ser alguien que estaba listo para morir.Se trataba de James. En cuestión de segundos él cerró la puerta y caminó aceleradamente hacia él. Se levantó de su sillón, antes de que tuviera oportunidad de mandarlo de regreso por donde había venido. Él le propinó un puñetazo en el mentón.Dolió como la mierda y le tomó un par de segundos recuperarse. El desgraciado sabía cómo dar un golpe. Había sido Dan quien le había enseñado a pelear cuando estaba en el colegio.—¡¿Qué demonios te sucede?! —gruñó furioso.—Solo te devuelvo favor, idiota. —James no parecía present
—¿Qué te parece? —dijo mostrándole a Hailey el pequeño auto que se había encargado de pintar.Estaban trabajando en el proyecto de ciencias de su hermana. Su hermana había decidido elaborar el prototipo de un coche que funcionara únicamente con energía solar. Skylar se había ofrecido a ayudarla, aunque básicamente su trabajo estaba limitado a pintar y adornar. Lo más probable es que terminara destrozando algo si ayudaba con algo más.—No está mal.Su hermana había querido que lo pintara de negro, pero había logrado convencerla de que le caería mejor un color más vivo. Sabía que una parte de la presentación la ganabas con la apariencia.—Te dije que sabía lo que hacía. —Le guiñó un ojo.—No tienes que sonar presumida.Las dos compartieron una sonris
Dan estaba ansioso mientras esperaba que Skylar llegara. Había llegado con demasiado tiempo de sobra, el suficiente para sentarse solo allí y comenzar a torturarse con la posibilidad de que ella no apareciera.Skylar lo había citado en un café-librería no muy lejos de donde ella vivía. El lugar no estaba tan lleno y no era difícil imaginar que era debido a que era fin de semana. La mayoría de personas preferían pasar ese día en otros lugares. Skylar entró al restaurante usando un vestido y unos zapatos de tacón bajo. Ella lucía hermosa sin importar lo que usara, pero no pudo evitar recordarla vestida con su chándal. La apariencia casual y despreocupada había desaparecido.Se dio cuenta que, a parte del atuendo, había algo diferente en ella. Había ganado algo de peso —algo que jamás le diría si quería salir
Dan localizó al investigador en una de las mesas del fondo y caminó directo hacia él. El hombre se levantó y le extendió la mano.—Señor, buenas tardes.—Es un gusto verte tan pronto. Creí que tardarías un poco más.Los dos se sentaron antes de que Dan volviera a hablar.—¿Qué es lo que averiguó?—El número estaba registrado a nombre de una agencia de modelaje, al investigar un poco más descubrí que el celular es uno de tantos que la agencia les da a sus empleadas. Este en particular se lo dieron a… Tengo el nombre por aquí. —El hombre empezó a revisar en el archivo que tenía con él.Dan esperó mientras una conjetura se formaba en su cabeza. Esperaba estar equivocado porque sin importar de quién se tratará no iba a tener piedad.&mdash
Skylar levantó la mano para cubrirse la boca mientras bostezaba. Estaba cansada y apenas era un poco más de la una de la tarde. Lo bueno es que no tenía ninguna clase por el resto del día porque las probabilidades de quedarse dormida, eran bastantes elevadas.Quizás con un poco de cafeína en su sangre podría reaccionar, pero no podían consumir ninguna bebida que la contuviera, así que solo tenía su fuerza de voluntad para lograr llegar al final del día. Bueno, eso y una pequeña siesta.—¿Te parece si aprovechamos hoy para buscar la información necesaria y nos reunimos mañana? —preguntó Benjamín espabilándola.Benjamín era uno de sus compañeros y con quién solía hacer la mayoría de trabajos. Era un muchacho responsable y bastante aplicado. Se habían conocido a inicios del año y,
—Nos vemos mañana —dijo Dan estacionando su auto frente a la casa de Skylar.Había tratado de prolongar lo más que pudo su tiempo con ella; pero después de unas horas había sido ella misma quién insistió en marcharse. Al menos esta vez le había permitido llevarla a su casa. Sabía que tenía que ver con que su padre estaba en el trabajo. —¿Mañana? —preguntó Skylar confundida—. Creí que iríamos donde tus padres el viernes.—Así es.—Entonces no entiendo por qué nos veremos mañana.Porque quería pasar más tiempo con ella. Pero esa no era una respuesta que ella aceptaría de buena gana.Pensó en una excusa convincente; sin embargo, Skylar habló antes de que se le ocurriera algo.—De todas formas, no puedo. Tengo que verme