Sus intenciones habían quedado expuestas y no es que no hubiera sabido lo que estaba haciendo cuando le mostró aquellas fichas a Dan. Tan pronto él había visto el nombre de su padre, un brillo de reconocimiento había aparecido en sus ojos. Él no era alguien que pasara las cosas por alto, ni siquiera los mínimos detalles. Pero dejarle saber lo que estaba haciendo era lo mejor.
Descubrir la verdad sobre su padre sería más fácil ahora que él estaba al tanto, si no la despedía. Skylar no se arrepentía de como había hecho las cosas desde que llegó, no había estado segura si Dan le hubiera permitido averiguar. Solo esperaba que eso no le costara su trabajo. Ese era un lujo que no se podía permitir por el momento.
Llegaron a su departamento y fueron directo a la oficina de Dan. Al igual que el esto del lugar el diseño era demasiado serio y, hasta se atrevería a decir, aburrido. Al principio había pensado que concordaba perfectamente con la personalidad de su jefe. Sin embar
El deseo iba a desaparecer, eso es lo que Dan se seguía diciendo un mes después de que Skylar hubiera pasado la noche en su departamento. Es solo que eso no parecía que fuera a suceder. La necesidad por ella no hacía más que crecer, arraigándose en su ser.Skylar se quedaba con él un par de veces a la semana donde ambos desataban todo lo que reprimían, pero no era suficiente. La quería en su cama cada noche y no solo por el sexo. Aunque no negaba que disfrutaba bastante de eso último, también le gustaba las conversaciones que compartían. Sin importar de lo que hablaran, ella siempre tenía algo que decir. En el último mes había llegado a prender bastantes cosas sobre ella.En el trabajo los dos mantenían su papel de jefe y empleada. Skylar había dejado claro que no quería que su trabajo se viera involucrado y Dan la entendía. A veces, sin
Skylar apenas logró contener la risa que quería escapar de su garganta. Alguien debería darle un premio por esfuerzo porque seguro que Dan no hacía la tarea fácil. Tenía el ceño fruncido y una mirada llena de sospechas. Actuaba como si estuviera frente a un rival de negocios y no ante un simple hot dog.—¿Estás segura de que esto no me matara? —preguntó él.Esta vez ni siquiera lo intentó y rompió a reír. No recordaba la última vez que la había pasado tan bien.—No puedo asegurar eso —respondió cuando se calmó, aunque una sonrisa aun bailaba en su rostro—. La grasa que tiene probablemente podría obstruir tus arterias y provocarte un infarto a largo plazo. Tampoco estoy segura si realmente está hecha de la carne que dicen, algunos creen que realmente es de perro. Dan la mir
Las palabras salían de la boca del gerente mientras le explicaba a Dan los avances y todo lo que aún estaba pendiente. O al menos esperaba que todavía estuvieran hablando de eso. Hace un buen rato había dejado de prestar atención y ahora solo asentía de vez en cuando.No era de los hombres que se distraían en el trabajo con facilidad y mucho menos por estar pensando en una mujer. Sin embargo, lo único que tenía en mente justo en ese momento era una rubia de ojos verdes que estaba a kilómetros de distancia.Se había tratado de convencer de que ese viaje le ayudaría a superar lo que sea que tuviera por ella. Era un hecho que no estaba yendo como había esperado. Jamás había sentido esa necesidad desesperante por estar junto a alguien. Todavía se negaba a aceptar que era algo más que deseo. Incluso con la cercanía que había compartido la &uac
Skylar se miró en el espejo asegurándose de que todo estuviera en su sitio. Pasó sus manos por su cabello por lo que debía ser la tercera o cuarta vez. Estaba ansiosa y el motivo tenía nombre y apellido. ¿Quién podía decir que una semana podía parecer una eternidad? Pero así se había sentido cada día que Dan había estado lejos. Lo había extrañado bastante, aunque no era algo que tendría el valor de admitir en voz alta.La oficina se había sentido aburrida sin él. No se había dado cuenta hasta ese momento de cuanto disfrutaba de aquellos momentos en los que se reunían para discutir sobre algún tema o cuando él la acorralaba para robarle un beso. O simplemente sentir sus ojos atentos sobre ella.Como siempre fue la primera en llegar. Dejó sus cosas en su escritorio y fue por el café de su jefe. Estab
Ir detrás de una mujer no es que algo que Dan había hecho en el pasado, ni que hubiera considerado hacer alguna vez. Pero Skylar no era cualquier mujer y seguro como el infierno que no la pensaba dejar marcharse con una idea tan equivocada de él.Entendía su molestia. Había hecho mal al no contarle lo de su encuentro con Jenna y el artículo lleno de mentiras que habían escrito al respecto. Ni siquiera podía pensar en una sola explicación coherente de porqué lo había hecho.Alcanzó a Skylar en el preciso momento en el que ella estaba por entrar al ascensor. Sin pensarlo demasiado, la tomó de la cintura le dio una vuelta y la cargó sobre su hombro. Actuar como un troglodita no había estado en sus planes, pero no veía a Skylar acompañándolo de regreso a su oficina para que pudiera explicarle las cosas. Era obstinada cuando su mente se cerraba
Skylar no tenía idea de que hora era, probablemente era alrededor de las nueve de la noche. Quizás deberían comenzar a vestirse y salir de allí, pero estaba tan cómoda. No le importaba demasiado que estuviera desnuda de cintura para arriba y que su falda estuviera enrollada en su cintura. Quería quedarse allí por siempre. Los brazos de Dan en torno a su cintura era como una cobija que la mantenía separada del mundo.No había esperado que las cosas resultaran así cuando hace menos de una hora atrás estaba tan furiosa. De no ser porque él la había obligado a escucharlo, ella estaría ahora en casa de Lily comiéndose un pote de helado. Esperaba no estarse comportando como la típica tonta al creer en la palabra de Dan, pero había visto la sinceridad en sus ojos cuando le dijo que nada había pasado con Jenna y le creía.Sonrió cuando rec
¿Robo? ¿Asesinato? ¿Cuál podría haber sido el crimen que Dan cometió en su vida pasada? Solo así se podría explicar que su madre hubiera aparecido en su oficina y no solo eso, sino que hubiera decidido invitar a Skylar a almorzar con ellos. Habría creído que solo estaba siendo cordial, pero había visto el brillo en sus ojos. Ella sospechaba algo. Quizás no sobre una posible relación, pero al menos si sobre su interés en Skylar. No es que él hubiera sido muy cauteloso. Era tan fácil olvidarse del resto del mundo cuando estaba con ella. Estaba metido en un gran lio, en cuanto tuviera oportunidad su madre lo iba a acorralar y le sacaría la verdad. Y luego… Quién sabe lo que sucedería luego. Su progenitora era tan impredecible. Tal vez sería más fácil si acaban con todo el misterio y les decía a sus padres que tenía algo con Skylar, pero no estaba seguro de si cuanto lo apreciaría ella. Apenas el día anterior habían hablado sobre continuar manteniendo el secreto
Skylar sabía, desde que empezó a trabajar para Dan, que tarde o temprano tendría que decírselo a su padre. Si no lo había hecho antes era porque necesitaba estar segura de que era lo que había pasado, pero con todo lo que habían descubierto y la necesidad de conocer su versión, el momento había llegado.Estaba nerviosa y no tenía idea de cómo iba a tomar la noticia.Levantó la mirada de su plato y observó a su padre. Él estaba sonriendo mientras escuchaba a su hermana hablar sobre una pijamada que harían sus amigas.—¿Puedo ir? —preguntó ella devolviéndola a la realidad. Estaba mirando a su padre con un puchero.Sonrió.Su hermana podía ser una estratega de primer nivel cuando se trataba de convencer a su padre de algo.—Está bien —aceptó su padre—, pe