El deseo no había desaparecido, si acaso había mitigado un poco. Estar con Skylar había sido más de lo que Dan se había imaginado. La pasión con la que se había entregado a él, lo había deseando más.
Salió del baño, después de tomar una ducha, solo para encontrar que Skylar ya no estaba durmiendo en su cama. Eso lo decepcionó un poco, le hubiera gustado pasar un tiempo más con ella. Era la primera mujer con la que no le importaba compartir su espacio y no quiso pensar en lo que eso significaba.
Se vistió de prisa y salió a buscarla. Esperaba que no se hubiera marchado del departamento. Ella le había dicho que no tenía su cartera, así que la única manera de llegar a su casa sería caminando y esa no era una decisión muy segura.
Salió de su habitación casi al mismo tiempo que ella salía de la de invitados. Skylar estaba usando la ropa del día anterior que él se había encargado de poner en la lavadora. Ambos se quedaron viendo el uno al otro.
James había sido bastante oportuno apareciendo cuando lo hizo. No estaba segura que habría sucedido de lo contrario. Antes de conocer a Dan, todo en su vida había sido más fácil. No dudaba de sus decisiones y, por supuesto, no se dejaba llevar por la pasión. No se arrepentía de haber tenido sexo con él, había sido la mejor primera vez que cualquier mujer debería tener. Él no era un amante egoísta, se había preocupado en darle satisfacción en la misma medida que la había recibido. Pero volver a acostarse con él confundiría más las cosas y no se refería solo al trabajo. Apenas habían estado juntos una vez y ya sentía que algo dentro de ella había tomado un giro drástico. El fin de semana se la había pasado recordando la intimidad compartida. Sin importar cuantas veces se había regañado, una y otra vez sus pensamientos se habían dirigido hacia él. Su propuesta la había tomado por sorpresa. Creyó que había terminado con ella, ya que la había tenido en su cama. Se había e
—Saldremos en media hora —le dijo a Skylar mirando los documentos que ella le había entregado minutos atrás.Había pasado una semana desde que ella había rechazado su propuesta tajantemente y ninguno de los dos había vuelto hablar al respecto. Todavía no había sado de su cabeza su noche juntos y a veces se encontraba mirándola más de lo debido. Pero estaba seguro de que en algún momento se le iba a pasar.—Está bien, señor.—Este nos tomara más tiempo que con los otros dos hoteles, así que lo más seguro es que terminemos tarde. Después iremos a la oficina de mi departamento a ordenar todo lo que obtengamos y elaborar el informe.Skylar mantuvo su siempre controlada expresión, pero él la conocía muy bien para saber que estaba nerviosa. Ella movió sus manos y sus hombros se habían te
Sus intenciones habían quedado expuestas y no es que no hubiera sabido lo que estaba haciendo cuando le mostró aquellas fichas a Dan. Tan pronto él había visto el nombre de su padre, un brillo de reconocimiento había aparecido en sus ojos. Él no era alguien que pasara las cosas por alto, ni siquiera los mínimos detalles. Pero dejarle saber lo que estaba haciendo era lo mejor. Descubrir la verdad sobre su padre sería más fácil ahora que él estaba al tanto, si no la despedía. Skylar no se arrepentía de como había hecho las cosas desde que llegó, no había estado segura si Dan le hubiera permitido averiguar. Solo esperaba que eso no le costara su trabajo. Ese era un lujo que no se podía permitir por el momento. Llegaron a su departamento y fueron directo a la oficina de Dan. Al igual que el esto del lugar el diseño era demasiado serio y, hasta se atrevería a decir, aburrido. Al principio había pensado que concordaba perfectamente con la personalidad de su jefe. Sin embar
El deseo iba a desaparecer, eso es lo que Dan se seguía diciendo un mes después de que Skylar hubiera pasado la noche en su departamento. Es solo que eso no parecía que fuera a suceder. La necesidad por ella no hacía más que crecer, arraigándose en su ser.Skylar se quedaba con él un par de veces a la semana donde ambos desataban todo lo que reprimían, pero no era suficiente. La quería en su cama cada noche y no solo por el sexo. Aunque no negaba que disfrutaba bastante de eso último, también le gustaba las conversaciones que compartían. Sin importar de lo que hablaran, ella siempre tenía algo que decir. En el último mes había llegado a prender bastantes cosas sobre ella.En el trabajo los dos mantenían su papel de jefe y empleada. Skylar había dejado claro que no quería que su trabajo se viera involucrado y Dan la entendía. A veces, sin
Skylar apenas logró contener la risa que quería escapar de su garganta. Alguien debería darle un premio por esfuerzo porque seguro que Dan no hacía la tarea fácil. Tenía el ceño fruncido y una mirada llena de sospechas. Actuaba como si estuviera frente a un rival de negocios y no ante un simple hot dog.—¿Estás segura de que esto no me matara? —preguntó él.Esta vez ni siquiera lo intentó y rompió a reír. No recordaba la última vez que la había pasado tan bien.—No puedo asegurar eso —respondió cuando se calmó, aunque una sonrisa aun bailaba en su rostro—. La grasa que tiene probablemente podría obstruir tus arterias y provocarte un infarto a largo plazo. Tampoco estoy segura si realmente está hecha de la carne que dicen, algunos creen que realmente es de perro. Dan la mir
Las palabras salían de la boca del gerente mientras le explicaba a Dan los avances y todo lo que aún estaba pendiente. O al menos esperaba que todavía estuvieran hablando de eso. Hace un buen rato había dejado de prestar atención y ahora solo asentía de vez en cuando.No era de los hombres que se distraían en el trabajo con facilidad y mucho menos por estar pensando en una mujer. Sin embargo, lo único que tenía en mente justo en ese momento era una rubia de ojos verdes que estaba a kilómetros de distancia.Se había tratado de convencer de que ese viaje le ayudaría a superar lo que sea que tuviera por ella. Era un hecho que no estaba yendo como había esperado. Jamás había sentido esa necesidad desesperante por estar junto a alguien. Todavía se negaba a aceptar que era algo más que deseo. Incluso con la cercanía que había compartido la &uac
Skylar se miró en el espejo asegurándose de que todo estuviera en su sitio. Pasó sus manos por su cabello por lo que debía ser la tercera o cuarta vez. Estaba ansiosa y el motivo tenía nombre y apellido. ¿Quién podía decir que una semana podía parecer una eternidad? Pero así se había sentido cada día que Dan había estado lejos. Lo había extrañado bastante, aunque no era algo que tendría el valor de admitir en voz alta.La oficina se había sentido aburrida sin él. No se había dado cuenta hasta ese momento de cuanto disfrutaba de aquellos momentos en los que se reunían para discutir sobre algún tema o cuando él la acorralaba para robarle un beso. O simplemente sentir sus ojos atentos sobre ella.Como siempre fue la primera en llegar. Dejó sus cosas en su escritorio y fue por el café de su jefe. Estab
Ir detrás de una mujer no es que algo que Dan había hecho en el pasado, ni que hubiera considerado hacer alguna vez. Pero Skylar no era cualquier mujer y seguro como el infierno que no la pensaba dejar marcharse con una idea tan equivocada de él.Entendía su molestia. Había hecho mal al no contarle lo de su encuentro con Jenna y el artículo lleno de mentiras que habían escrito al respecto. Ni siquiera podía pensar en una sola explicación coherente de porqué lo había hecho.Alcanzó a Skylar en el preciso momento en el que ella estaba por entrar al ascensor. Sin pensarlo demasiado, la tomó de la cintura le dio una vuelta y la cargó sobre su hombro. Actuar como un troglodita no había estado en sus planes, pero no veía a Skylar acompañándolo de regreso a su oficina para que pudiera explicarle las cosas. Era obstinada cuando su mente se cerraba