Hago lo que me dice, inclinando la cabeza un poco hacia atrás, lo que le permite acceder fácilmente. Desliza cada uno de sus dedos dentro y fuera de mi orificio, haciendo que la saliva gotee por mi barbilla. Tomando saliva de su propia boca, mete tres dedos de golpe, ordenándome que los succione. Mientras sigo sus instrucciones, toda la saliva extra me hace babear, acabo terminando babeando sobre mis tetas desnudas.
—Joder … sí …— admira, mirándome chupar, entregándome a él—Esta es mi pequeña Addie, sumisa y eficiente.Lloro y chupo más fuerte.—Te gusta cuando te follo la boca, ¿no?—pronuncia, y yo asiento, suelto un ‘mmhmm’ de acuerdo, amando la sensación de su saliva en mis tetas. Los sonidos hambrientos y sordos brotan en mi espontáneamente.Alejando sus dedos, se ríe un poco mientras la baba sale a borbotones de mLa semana ha pasado con días donde ni siquiera nos dirigíamos la mirada y noches donde nos follabamos hasta la mañana. Siendo honestos no me disgusta del todo, es reparador. Me he acostumbrado a sus normas, a su forma de hacer las cosas. Me he convertido en la putita dócil de Remington, me pongo lo que me pide, me comporto como lo que me pide, digo lo que me pide y gimo cuando me lo pide. No sabría definir en que punto de la historia he llegado aquí siendo honestos no me disgusta.Miro a Ian comer su hamburguesa con una sonrisa, ni siquiera atiendo a lo que me está diciendo estoy demasiado ocupada pensando en la noche. No puedo evitar la primera vez que nos conocimos, eramos unos crios aún. Él era y es el mejor amigo del novio de mi hermana, el resto fue historia. Siempre me gustó su caballerosidad, su capacidad de hacerme sentir respetada y valorada. Es el tipo de hombre con el que te casas. Nada
La mañana llegó y con ella apareció Ian, tan jovial y alegre como siempre. Mamá y papá no dudaron en invitarlo a desayunar en familia.Siempre lo hacían a pesar de todo.A pesar de que a mamá no le acabara de agradar.Supongo que respetaban mi decisión, sabían lo que Ian Vermont significaba para mi asi que era normal que a pesar de todo lo aceptaran como un miembro más de la familia, uno bondadoso, gentil y caballeroso. El hombre que cualquier mujer desearía, profundamente bueno y detallista. Tan solo deseo que este sentimiento que siento cada vez que lo veo sonreír no se desvanezca, que el destino no sea caprichoso y hoy este amándolo y mañana me despierte odiándolo.Soy lo suficientemente consciente para entender que el corazón la mayoría de veces tiene razones que la mente ignora pero eso no es mucho mejor alivio que entender que debo perder un hombre como Ian.Un hombre que ha estado a mi lado.Que me ha apoyado des del momento uno.Que me
—Is in ginii mi fitiri ispisi—se burla de mala manera después de aparcar y empezar a caminar hacia nuestro picadero.Antes que pueda siquiera dar un paso más hacia el salón, me estampa contra la pared. Su erección es penetrante en mi culo.—Su querida esposa va a ser follada por mi.—Futura.Recalco en un intento de apagar mi consciencia.Él se ríe sin ganas.—Quítate las bragas y colócalas en el cajón.Se separa de mi.Su mensaje de mando envia de forma inmediata un hormigueo a mi coño.Obedezco como siempre.¿Por qué diablos estaba haciendo esto?Podría estar con Ian en la casa de la cabaña, en el lago desconectando. En cambio aquí voy a ser follada como una puta sin reparos.Nunca he hecho algo como esto antes, ni siquiera he pensado en hacer algo como esto. Pero lo estoy haciendo.E
—¿Ya has terminado?—pregunta Ian al lado de la otra línea.—¿Perdón?—pregunto como estúpida.—Que si has terminado.—Sí.—¿Sí?—susurra con diversión Damián acercándose a mi.—Sí—repito mirando de mala manera a Damián y sus intenciones de seguir jugando—Si, si, en media hora llego a mi casa tal como hemos quedado—aclaro.—Bien—responde Ian.—Bien—suelto.—¿Te vas?—pregunta Damián cuando aparto el teléfono.—No me gusta hacer esto. Amo a Ian…—las palabras salen espontaneas.Él cierra los ojos, se aparta, coloca sus manos en el rostro y toma aire.(***)La casa de mis padres ha sido el sitio donde he crecido. Es el sitio donde mi hermano Joe y mi hermana Violet, los má
El clima era perfecto.Ian era perfecto.El lago era perfecto.Cualquiera que nos viera podría decir que estabamos hechos para estar juntos.Él pescando y yo en la orilla junto a él animandolo a que pescara más y más como si no hubiera un mañana, el sol nos alumbró queriendo hacernos compañía.Observarlo celebrar conmigo sus hazañas hizo que la poca decencia que había en mi se esfumara, mi integridad moral era historia ya y todo por habersela vendido a un hombre como Damián, engreído, egoísta y cruelmente perverso. Nada que ver con el gentil hombre que hay en frente mío, que sonríe, que grita, abraza y siente de una manera en la que cualquier mujer desearía poder formar parte de su vida.Qué tonta he sido.Nada de lo que pudiera ofrecerme Damián podría compararse a lo que Ian me proporcionaba con solo una
—¿Qué demonios haces aquí?—pregunto de mala manera.Damián mira hacia ambos lados y blanquea los ojos finalmente con desgana cambiando su expresión jovial a una mucho menos simpática y agradable.Arruga sus labios con indiferencia, encoge sus hombros con poca paciencia.—Primero que todo ha sido idea de Clare, le he contado sobre tu prometido—suelta.Lo miro sin poder esconder mi sorpresa.—Creía que buscabas discreción—respondo.—Y yo, señorita Walsh—hace una pausa con seriedad, se rasca la garganta con molestia—Pero las cosas se han dado asi.Arrugo la frente de mala manera mientras él sonríe de par en par.—¿Por qué sonríes?—Porque me excita cuando estás cabreada.Parpadeo un par de veces.—Deja tu maldito juego, literalmente estan a unos metros
—Asi que ya os conocíais….—intento romper el silencio al que Clare Remington nos había sometido.—Sí—sonríe Ian.—No—frunce el ceño Clare.—Somos amigos de la infancia—aclara ella poco después con malestar.—Sí, nuestros padres muchas veces nos obligaron a salir juntos con la fantasía de que en algún momento llegará a surgir el amor entre nosotros—suelta Ian mientras coloca su mano detrás de mi espalda.—¿Y surgió?—preguntó arqueando una ceja Damián mirando hacia la rubia.Esta le sonríe sin ganas.—¿Tu que crees?—inquirió ella mostrando el anillo de su mano.—Ni que lo digas—suelta Ian con diversión—De la que me libré amigo—añade mirando a Damián de reojo.Yo muevo mi
—Tengo alcohol y muchas ganas de pasarlo bien—suelta Ian con una sonrisa.—Como los viejos tiempos—suelta Clare con una sonrisa burlona.Ian asiente con una sonrisa mostrando los chupitos que había preparado ya para la ocasión, arqueo una ceja sorprendida.—No sabía que me había prometido con un barman.—Hay tantas cosas de mi que no sabes—me guiña un ojo.No puedo evitar sonreír como una boba.Damián carraspea y Clare aplaude con emoción, parecía otra. Los efectos de Damián Remington sobre las mujeres, supongo.—Juguemos a el más probable—señala ella finalmente sentandose en el regazo de su marido.Damián frunce el ceño e Ian se excita igual que ella.—Sí es muy divertido—declara él con seriedad—Todos nos sentamos en circulo y uno de nosotros hace una