"¿Disculparse?". Deirdre pensó que había oído mal y se quedó estupefacta. "¿Cómo puede ser?".

Eilis también tenía la misma duda. "Me preguntaba lo mismo. Dada la personalidad de la señora Boebert, ¿sería educada si no viniera a montar una escena? ¿Y pensar que vendría a disculparse? También trajo una bolsa de azufaifas. Quería pedirte perdón personalmente, pero le dije que estabas ocupada y la eché".

Deirdre frunció el ceño. "¿Dijo algo más?".

"No. Déjame preguntar más tarde". Mientras guardaba la bolsa de azufaifas, Eilis dijo: "De todos modos, esto llega justo a tiempo. Hoy te prepararé gachas de azufaifo".

"De acuerdo".

Deirdre asintió. A continuación, volvió a su habitación, se aseó e hizo la cama. Cuando por fin salió de la habitación, Eilis se había ido, pero las gachas seguían cocinándose en la olla.

Oliendo que la fragancia ya era dulce, Deirdre buscó cuidadosamente el interruptor. En cuanto consiguió apagar el fuego, Eilis se acercó corriendo. "Deirdre, ¿sabes lo que esc