Mi día transcurre lento. Estoy en una junta con varios supervisores de la clínica que están hablando de presupuestos y de llevar a cabo nuevas inversiones. Yo la verdad es que les presto atención a medias. Ya es mediodía y no he sabido nada de Bella. No sé si terminaron de hacerle las pruebas o si está bien.
Y lo peor es que al terminar esta aburrida reunión tengo que acercarme a la Organización “Miremos al Futuro”, porque hace unas horas avisaron que hay un problema con un paciente y un médico, hasta el punto de involucrar a la policía. Por esta razón, no me puedo escaquear. Hay asuntos como este, que debo atender personalmente.
Mi móvil vibra sobre la mesa y lo reviso rápido pensando que es Fredek para darme información. Pero lo que me llega es un mensaje por WhatsApp, una foto de las niñas, junto a otros niños en un parque cercano.
Demoré más de lo esperado resolviendo el ¨ligero problemita¨ de la Organización, puesto que la madre de un paciente, en un intento desesperado de devolverle la vida a su hijo, apuntó con una pistola al pediatra que lo recibió. La pobre mujer no acepta la muerte de su hijo de 16 años, causada por una sobredosis. Los médicos no pudieron hacer nada por él, fue recibido en pésimas condiciones, era imposible hacer más.Es triste tener que ser testigo de casos como este. Las drogas cada vez afectan más a los jóvenes, causando serias consecuencias, y en la mayoría de los casos los familiares no llegan a saberlo hasta que ya es demasiado tarde.Luego de conversar con la policía y sedar a la mujer, regreso a la clínica para reunirme con Fredek y conocer los detalles de los resultados de las pruebas.Bella sigue descansando por lo que él me pide que hablemos en mi oficina.Me siento en mi escritorio y él se acomoda en la silla frente a mí, y esparce s
Después de un baño relajante en mi ático, vuelvo a la clínica. Saludo a las niñas antes de ir a la habitación de Bella. Creo que va siendo hora de ser valiente y hable con ella por primera vez.Han pasado ya nueve días desde que despertó. Por ahora ya no hay más estudios que realizarle. Según me informó la logopeda que la está atendiendo, ha comenzado con sus primeras palabras, aunque no son muy fluidas. Su cuerpo aún no puede sostenerse en pie, por lo que han decidido comenzar a enseñarle los primeros pasos en una semana.Por lo que me han dicho, la recuperación va a ser lenta, pero todo va a volver a la normalidad en unos meses. Bueno, todo menos su memoria.Cuando entro en su habitación ya es de noche, pero no tan tarde. Está todo oscuro, a excepción de una lamparita encendida en la mesita y las luces de la ciudad que se ve a través de la ventana.Su rostro se encuentra no tan pálido como hace unos días. Lleva un vestido blanco y el cabello tre
A primera hora de la mañana llego a la oficina. Tengo una reunión en dos horas y necesito tenerlo todo organizado. Margot aún no ha llegado así que le preparo una lista de todo lo que necesito que haga el día de hoy.En lo que se enciende mi computadora voy al minibar y me preparo mi desayuno: un vaso de whisky, lo mejor para comenzar el día. Regreso a mi silla y me sumerjo entre papeles.Tiempo después llaman a la puerta y tras permitir el paso, Margot aparece con libreta en mano lista a la labor. Es más que mi secretaria. Es quien mantiene esto a flote cada vez que pienso que nos estamos hundiendo. Tras explicarle lo que necesito que haga, me informa que los ejecutivos ya están en la sala de reuniones. Asiento y voy hacia allá.La reunión es bastante tediosa, pero al final consigo lo que me proponía. Construiremos un parque infantil en el patio trasero de la clínica, siguiendo los planos que mi abuelo diseñó. Los encontré por casualidad en mi despacho y he
Desperté un día en un mundo desconocido. No sabía quiénes eran las personas a mi alrededor, ni cómo llegué ahí. Solo sentía esa sensación de aturdimiento, sin entender qué pasaba con mi cabeza. Además del dolor, había un vacío indescriptible, y hoy, unos meses después, arrastro conmigo el mismo sentimiento.Sigo sin recordar quién soy, pero lo estoy llevando bastante bien. Continuo con la fisioterapia, cada vez mis músculos adquieren más fuerza y estabilidad, y mi lenguaje surge más fluido, aunque a veces tenga retrasos en lograr conectar mis pensamientos con lo que quiero expresar.Las enfermeras del hospital me han hecho sentir especial y los niños son increíbles. Siento pesar al tener que abandonarlos para ir a otro lugar al que no conozco. Aunque estoy muy agradecida con el dueño de la clínica, por darme la oportunidad de recuperarme correctamente y tener un lugar dónde quedarme mientras encuentro a alguien que me conozca. Sé que estoy pasando por un proc
Han pasado cinco días desde que me mudé a esta casa. la mayor parte del tiempo no tengo nada que hacer, por suerte Grace y Katya son buena compañía y conversamos de muchísimas cosas. También me he brindado en varias ocasiones a ayudar a Katya con sus labores, pero me rechaza, según ella yo soy la señora de la casa y ella está para servirme a mí.Ya casi es horario de almuerzo para cuando termino de hacer mis ejercicios rutinarios. La especialista aconsejó que no usara las muletas mientras esté en casa, así iré adaptando a mis músculos a mantenerme en pie por si solos.Siento el timbre del ascensor, por lo que supongo que sea Grace regresando de cuidar a sus cachorritos, así que me acerco a la entrada. Cuando la puerta se abre, aparece ante mí una chica pelirroja, con el cabello recogido en una cola alta, sus ojos son muy expresivos. Va vestida con, no espera, no viene vestida, solo una toalla cubre su cuerpo y camina hacia mí descalza.¿Quién se presenta así en una
Son las 9: 22 de la noche, estoy sentada en la sala con un libro en la mano.La visita inesperada de Beatrice esta tarde me dejó pensando. Su forma de ser es tan alocada que me intriga saber sobre qué temas le gusta escribir, de seguro es una excelente escritora. Le pedí a Katya que llamara al doctor y le preguntara si sería posible que yo pudiera leer, a pesar de mi accidente. Me recomendó que podía incorporar a diario unas pocas páginas, y que eso ayudaría a ejercitar mi memoria a corto plazo.Escogí un libro al azar de los tantos que están en el estante del despacho del señor, pero no logro concentrarme. Me distraigo con facilidad y me arden los ojos cuando fuerzo mucho la vista. Creo que me será imposible leer en un buen tiempo, al menos hasta que los dolores de cabeza cedan para siempre.- Buenas noches, Bella.Saluda Grace que viene de la cocina sosteniendo un vaso de agua.- Buenas noches – respondo con una sonrisa.- ¿Qué haces
- ¿Hola? ¿Bella? – me llama Trice. Al parecer estaba sumida en mis pensamientos y no escuché lo que me decía. – Te has quedado en blanco.- Eh sí. Disculpa, me ocurre en ocasiones – me excuso riendo y ella niega con la cabeza. – Mejor háblame de ti – le pido cambiando de tema y volvemos a colocarnos en el sofá. – Cuéntame tu historia.- Yo vivía en Grecia con mi novio. Ahora exnovio – puntualiza rápidamente. - Toda mi familia es de allá. Mis padres siempre me han sobreprotegido, a veces incluso demasiado. Creo que tanta atención sobre mí me tenía asfixiada. Quería escapar de todo aquello, sobre todo cuando me obligaban a estudiar algo que no me gustaba. A pesar de mi edad, siempre mis padres me han tratado como una niña pequeña. Cada decisión que tomaba, ahí estaban ellos para juzgarme o reprocharme. Nunca me dejaban hacer lo que quiero ni cuando quiero. Soy la decepción de todos, por reusarme a continuar el negocio familiar. Todos ellos son policías o detectives.
Arrastro conmigo la maleta de ruedas mientras subo en el ascensor hasta mi piso. Muero de ganas por llegar a casa. Mi plan para hoy es una buena ducha y un buen whisky, para luego incorporarme a la Organización.Confío en Margot, sé que prácticamente no se ha notado mi ausencia durante estos días, pero debo tener millones de contratos por firmar, además de recibir a los nuevos residentes de pediatría.Estos días en New York han sido una tortura. Demasiadas reuniones, demasiados problemas. La sede es un desastre, mi tío maneja muy mal su trabajo. Solucioné los problemas que requerían atención inmediata, para poder regresar lo más pronto posible, pero muchos otros aún no le encuentro solución. Tendré que pensar seriamente en hacer un cambio para lograr salvar la compañía. Lo que sí tengo claro es que con Blower no puedo contar, necesito a alguien dedicado en lo que hace. Trabajamos con niños que sufren patologías que pueden costarle la vida. La despreocupación y el d