A primera hora de la mañana llego a la oficina. Tengo una reunión en dos horas y necesito tenerlo todo organizado. Margot aún no ha llegado así que le preparo una lista de todo lo que necesito que haga el día de hoy.
En lo que se enciende mi computadora voy al minibar y me preparo mi desayuno: un vaso de whisky, lo mejor para comenzar el día. Regreso a mi silla y me sumerjo entre papeles.
Tiempo después llaman a la puerta y tras permitir el paso, Margot aparece con libreta en mano lista a la labor. Es más que mi secretaria. Es quien mantiene esto a flote cada vez que pienso que nos estamos hundiendo. Tras explicarle lo que necesito que haga, me informa que los ejecutivos ya están en la sala de reuniones. Asiento y voy hacia allá.
La reunión es bastante tediosa, pero al final consigo lo que me proponía. Construiremos un parque infantil en el patio trasero de la clínica, siguiendo los planos que mi abuelo diseñó. Los encontré por casualidad en mi despacho y he
Desperté un día en un mundo desconocido. No sabía quiénes eran las personas a mi alrededor, ni cómo llegué ahí. Solo sentía esa sensación de aturdimiento, sin entender qué pasaba con mi cabeza. Además del dolor, había un vacío indescriptible, y hoy, unos meses después, arrastro conmigo el mismo sentimiento.Sigo sin recordar quién soy, pero lo estoy llevando bastante bien. Continuo con la fisioterapia, cada vez mis músculos adquieren más fuerza y estabilidad, y mi lenguaje surge más fluido, aunque a veces tenga retrasos en lograr conectar mis pensamientos con lo que quiero expresar.Las enfermeras del hospital me han hecho sentir especial y los niños son increíbles. Siento pesar al tener que abandonarlos para ir a otro lugar al que no conozco. Aunque estoy muy agradecida con el dueño de la clínica, por darme la oportunidad de recuperarme correctamente y tener un lugar dónde quedarme mientras encuentro a alguien que me conozca. Sé que estoy pasando por un proc
Han pasado cinco días desde que me mudé a esta casa. la mayor parte del tiempo no tengo nada que hacer, por suerte Grace y Katya son buena compañía y conversamos de muchísimas cosas. También me he brindado en varias ocasiones a ayudar a Katya con sus labores, pero me rechaza, según ella yo soy la señora de la casa y ella está para servirme a mí.Ya casi es horario de almuerzo para cuando termino de hacer mis ejercicios rutinarios. La especialista aconsejó que no usara las muletas mientras esté en casa, así iré adaptando a mis músculos a mantenerme en pie por si solos.Siento el timbre del ascensor, por lo que supongo que sea Grace regresando de cuidar a sus cachorritos, así que me acerco a la entrada. Cuando la puerta se abre, aparece ante mí una chica pelirroja, con el cabello recogido en una cola alta, sus ojos son muy expresivos. Va vestida con, no espera, no viene vestida, solo una toalla cubre su cuerpo y camina hacia mí descalza.¿Quién se presenta así en una
Son las 9: 22 de la noche, estoy sentada en la sala con un libro en la mano.La visita inesperada de Beatrice esta tarde me dejó pensando. Su forma de ser es tan alocada que me intriga saber sobre qué temas le gusta escribir, de seguro es una excelente escritora. Le pedí a Katya que llamara al doctor y le preguntara si sería posible que yo pudiera leer, a pesar de mi accidente. Me recomendó que podía incorporar a diario unas pocas páginas, y que eso ayudaría a ejercitar mi memoria a corto plazo.Escogí un libro al azar de los tantos que están en el estante del despacho del señor, pero no logro concentrarme. Me distraigo con facilidad y me arden los ojos cuando fuerzo mucho la vista. Creo que me será imposible leer en un buen tiempo, al menos hasta que los dolores de cabeza cedan para siempre.- Buenas noches, Bella.Saluda Grace que viene de la cocina sosteniendo un vaso de agua.- Buenas noches – respondo con una sonrisa.- ¿Qué haces
- ¿Hola? ¿Bella? – me llama Trice. Al parecer estaba sumida en mis pensamientos y no escuché lo que me decía. – Te has quedado en blanco.- Eh sí. Disculpa, me ocurre en ocasiones – me excuso riendo y ella niega con la cabeza. – Mejor háblame de ti – le pido cambiando de tema y volvemos a colocarnos en el sofá. – Cuéntame tu historia.- Yo vivía en Grecia con mi novio. Ahora exnovio – puntualiza rápidamente. - Toda mi familia es de allá. Mis padres siempre me han sobreprotegido, a veces incluso demasiado. Creo que tanta atención sobre mí me tenía asfixiada. Quería escapar de todo aquello, sobre todo cuando me obligaban a estudiar algo que no me gustaba. A pesar de mi edad, siempre mis padres me han tratado como una niña pequeña. Cada decisión que tomaba, ahí estaban ellos para juzgarme o reprocharme. Nunca me dejaban hacer lo que quiero ni cuando quiero. Soy la decepción de todos, por reusarme a continuar el negocio familiar. Todos ellos son policías o detectives.
Arrastro conmigo la maleta de ruedas mientras subo en el ascensor hasta mi piso. Muero de ganas por llegar a casa. Mi plan para hoy es una buena ducha y un buen whisky, para luego incorporarme a la Organización.Confío en Margot, sé que prácticamente no se ha notado mi ausencia durante estos días, pero debo tener millones de contratos por firmar, además de recibir a los nuevos residentes de pediatría.Estos días en New York han sido una tortura. Demasiadas reuniones, demasiados problemas. La sede es un desastre, mi tío maneja muy mal su trabajo. Solucioné los problemas que requerían atención inmediata, para poder regresar lo más pronto posible, pero muchos otros aún no le encuentro solución. Tendré que pensar seriamente en hacer un cambio para lograr salvar la compañía. Lo que sí tengo claro es que con Blower no puedo contar, necesito a alguien dedicado en lo que hace. Trabajamos con niños que sufren patologías que pueden costarle la vida. La despreocupación y el d
Estoy acostada en mi cama, mirando el techo, cuando alguien llama a mi puerta.- Adelante.Es Grace, como siempre, vestida de forma elegante.- Vine a despedirme, Bella – dice acercándose a mi cama. Yo me inclino hasta estar sentada justo a su lado. – Puedes venir a visitarme cuando quieras, siempre serás bienvenida.- Gracias. De verdad, gracias por todo – le digo con sinceridad.- No hay nada que agradecer. No veas lo que te ha ocurrido como una desgracia, más bien es como una segunda oportunidad que te brinda el destino para crear una nueva vida. Eres fuerte, niña, sé que te repondrás del todo y espero que tus padres te encuentren pronto.- Aprecio tus palabras, pero no pienso que mis padres me estén buscando, si fuese así ya me hubieran encontrado, ¿no crees?- Puede que tengas razón – parece pensarlo unos instantes y luego pregunta: - ¿Los extrañas?- No puedo extrañar algo que no conozco, Grace. Aunque sea difícil de creer,
El taxi que Trice pidió hace unos minutos, nos espera en la entrada del edificio. Ella se ve despampanante. Va vestida con un vestido rojo sencillo y corto, con escote en forma de corazón. Su cabello pelirrojo se encuentra rizado en un moño alto con algunos mochones sueltos. Está maquillada a la perfección, con un labial rojo intenso y máscara de pestañas. Sus zapatos de tacón negro la hacen al menos cinco centímetros más alta.Yo, en cambio, decidí usar un pantalón de tela holgado y alto, junto a un pulóver manga larga, un abrigo negro con gorro y zapatillas. Mi cabello es otro tema, está demasiado largo, por lo que simplemente lo recogí con una goma en la nuca.Trice conversa con el portero y sonríe por algo que él le comenta, hasta que sus ojos caen en mí y le cambia la expresión.- Siento la tardanza – me excuso.- ¿No pensarás salir así verdad? – me mira con desagrado. Es verdad que no luzco tan elegante como ella, pero yo al menos estoy cómoda. Tr
Desde que regresé de New York, prácticamente no he parado en la casa. La organización, el proyecto de la construcción del parque infantil, reuniones, entrevistas para encontrar al más capacitado que asuma la vice presidencia de la sede de New York… Todo es mucho trabajo, aunque no me quejo, amo lo que hago.Bella se mantiene distante. Katya me ha informado que no quiere bajar de su habitación a comer, por lo que ella debe llevarle la comida al cuarto. Se reúsa a salir a no ser que sea estrictamente necesario, sin embargo, cada madrugada cuando regreso a casa, la encuentro dormida en el sofá. No sé si es que odia su cama, o si es que ama ese incómodo sofá. En más de una ocasión la he llevado en brazos hasta su cama. Es sorprendente lo menuda que es y lo poco que pesa.He frecuentado mi hotel de sexo alrededor de 4 veces en la semana, y nunca con Nikita. He mantenido las distancias con ella, aunque ha intentado entrar aquí, los guardias de seguridad no se lo han perm