Desde que regresé de New York, prácticamente no he parado en la casa. La organización, el proyecto de la construcción del parque infantil, reuniones, entrevistas para encontrar al más capacitado que asuma la vice presidencia de la sede de New York… Todo es mucho trabajo, aunque no me quejo, amo lo que hago.
Bella se mantiene distante. Katya me ha informado que no quiere bajar de su habitación a comer, por lo que ella debe llevarle la comida al cuarto. Se reúsa a salir a no ser que sea estrictamente necesario, sin embargo, cada madrugada cuando regreso a casa, la encuentro dormida en el sofá. No sé si es que odia su cama, o si es que ama ese incómodo sofá. En más de una ocasión la he llevado en brazos hasta su cama. Es sorprendente lo menuda que es y lo poco que pesa.
He frecuentado mi hotel de sexo alrededor de 4 veces en la semana, y nunca con Nikita. He mantenido las distancias con ella, aunque ha intentado entrar aquí, los guardias de seguridad no se lo han perm
No sé si el alcohol me ha hecho perder la cordura, actuar impulsivamente o sacar a la rebelde que llevo dentro; no sé si estas copas que he tomado sean suficientes para hacer explotar este carácter, que no sabía que tenía, delante de todos, y haya hecho una pataleta de niña pequeña… pero ahora mismo lo odio. Odio a Luke.Me molesta que haya aparecido de la nada, sintiéndose con el derecho de abofetear al pobre de Franco que solo estaba siendo amable conmigo; me molesta que se crea con la autoridad de decidir sobre mí, lo que debo hacer y lo que no; me molesta que se crea el dueño del mundo, con esos aires de prepotencia que siempre lo acompañan; me molesta que nos haya estropeado la noche, sobre todo a Trice y a mí, ya que esta era nuestra primera fiesta juntas; y me molesta grandemente lo apuesto que se ve esta noche. Aunque que lo vea de esta forma quizás también sea a causa del alcohol.Anteriormente no me había percatado de cosas tan simples como esa cicatriz que lle
La incomodidad del sofá hace que me remueva de un lado a otro. Miro por la ventana de la sala. Aun no amanece, aunque el cielo se va aclarando, despidiendo la noche poco a poco.Al regresar anoche del bar, Luke fue directamente en su oficina y no ha vuelto a salir. Yo apenas he conciliado el sueño. No dejo de darle vuelta en la cabeza a todo lo que sucedió. Todo fue muy raro. No sé cómo él supo que había salido. Ni dónde estaría. ¿Me estará vigilando?Su forma de ser me intimida. Es una persona con cambios de actitudes constantes. Pero no me pienso amedrentar. El consejo de Grace se repite en mi mente: ¨Él puede llegar a ser muy insoportable, pero resiste. No dejes que te imponga nada. Sé atrevida y valiente para enfrentarlo. Necesita a alguien que lo coloque en su sitio. ¨ Y es exactamente lo que pienso hacer.Siento que sale de su oficina y rápidamente cierro los ojos, no quiero que sepa que aún estoy despierta. No puedo ver qué es lo que hace, pero siento sus pa
Después de pasarme una hora intentando quedarme dormida y no lograrlo, decido hacer algo diferente para mi siguiente día. No sé qué hacer sola en esta inmensa casa y Trice hoy saldrá a visitar locales que puedan servirle para crear la editorial, por lo que no podremos quedar hasta la noche.Voy hacia mi habitación. Me ducho, me lavo los dientes y salgo en toalla hacia el armario. Debo buscar algo que ponerme, y que sea perfecto para la ocasión.Reviso entre las tantas y tantas ropas que cuelgan en los percheros hasta que al final me decido por una saya alta, de color carmelita, me llega hasta las rodillas, pero lo que me encanta de ella es que tiene una abertura en el costado que me llega hasta la mitad del muslo. Escojo una camisa blanca con pequeños botones delante y de manga hasta los codos, la coloco por dentro de la falda. No creo que sea buena idea usar aun zapatos altos, por lo que escojo un par de valerianas carmelitas. Me miro al espejo y sonrío, me gusta
Llegamos a la clínica, Luke sale disparado sin apenas dirigirme la mirada. Yo lo sigo caminando a toda prisa.En recepción me impiden la entrada, necesito tener una identificación para poder acceder al interior. Observo a Luke, pidiéndole sin palabras que les diga que vine con él, pero un amago de sonrisa aparece en su rostro.- Nadie entra sin estar autorizado. Suerte con eso – me murmura, se despide de mí con la mano, entrando en el ascensor y dejándome sola a mi suerte.¡Será cabrón! Supongo que esta sea su forma de vengarse.- Hola. Soy Bella. La recepcionista, una muchacha joven, de cabello negro y sonrisa amigable me observa desde el otro lado del mostrador. Revisa unos papeles buscando mi nombre.- Lo siento, pero no se encuentra en la lista. Solo personal autorizado tiene acceso a la entrada, o al menos debe sacar turno con días de antelación.- Entiend
Me detengo en la puerta, sin hacer ruido, apreciando lo que ocurre ante mis ojos.Descubro a Luke sentado en el suelo del centro de la habitación, de espaldas a mí, por lo que no puedo ver su expresión. Su perfecto traje se halla arrugado debido a la posición en la que se encuentra. Sus largos pies están estirados hacia el frente, y el tronco ligeramente encorvado.Sobre sus extremidades descansa la pequeña Alessa, que tiene los ojos y el rostro enrojecido como si hubiera estado llorando. Una mano de ella lo abraza como si él fuera su salvavidas, aferrándose a su camisa y sollozando. Él la mece como si tuviera en sus brazos un bebé de pocos meses de nacido, la niña se relaja cerrando sus ojos.Intento salir sin hacer el más mínimo ruido, para darles algo de intimidad, pero me detengo al escuchar que Luke se aclara la garganta. Trago saliva.Pienso que me ha descubierto. Me giro hacia ellos para saludar cuando la voz de Luke fuerte y desgarrada, comienza
Las puertas de la oficina se abren de par en par y tras ella aparecen Bella y Alessa, con unas bolsas y cajas cuadradas en las manos.Tendré que hablar con Margot seriamente. No puede permitir que irrumpan en mi territorio cada vez que les dé la gana y sin ser avisado.Dejo unos papeles sobre la mesa, y las observo acercarse. Dirijo mi ira a Bella, ella es la adulta y la causante de todos mis males últimamente.- ¿Qué hacen aquí? ¿Quién te crees que eres para entrar en mi oficina de esta forma? ¿Qué quieres?- ¨Hola Bella. Hola Alessa¨. – dice ella agravando la voz imitándome. - ¨ ¿Cómo estás? ¨ ¨Muy bien, hemos pasado un día genial, gracias por preguntar¨. – continúa imitando las dos voces e inventando una hipotética conversación de saludo.Ruedo los ojos, ante su patética actuación. Y la niña ríe a carcajadas.- ¿Qué hacen aquí? – pregunto nuevamente.Ella no responde, simplemente deposita las bolsas y las cajas sobre los contratos q
Mi plan de salir esta noche a un bar y acostarme con alguna chica queda estropeado.¿Cómo es posible que jamás en mis 28 años nadie haya tenido la osadía de hablarme de la forma en la que ella lo hace?Necesito más whisky. Decido ignorarlas durante un rato.Son alrededor de las 10 de la noche. En media hora me deshago de ellas.Regreso a mi mesa y retomo el trabajo que tengo pendiente. He puesto a un hombre, a recomendación de Margot, a trabajar en la sede de New York. Hace una semana que comenzó. Hasta ahora lo ha hecho todo meticulosamente bien, e incluso ha resuelto algunos problemas, pero aun así está a prueba. Debo mantener en pie la promesa que le hice a mi padre, y debo cuidar de ambas instituciones.Los nuevos residentes son excelentes trabajadores. Y el parque casi está terminado, estructuralmente hablando. Tengo niños pequeño
Salgo del baño con una toalla envuelta en la cintura y gotas de agua cayendo por mis abdominales, llevo el cabello despeinado y goteante. La ducha fría que me acabo de dar fue muy refrescante. Bella abre su boca y luego vuelve a cerrarla rápidamente.Está sentada en la silla de mi escritorio, con uno de mis papeles en mano. Otra primera vez, nadie más que yo se ha sentado en esa silla, pero lo dejo pasar. Corro la vista hacia Alessa que continúa durmiendo acurrucada dándonos la espalda, y lo agradezco, no quiero que despierte y me vea sin camisa.Me acerco hacia la mesa donde se encuentra Bella, sus ojos no se separan de mí en ningún momento. Soy consciente del efecto que causo en las mujeres, pero que ella también pueda llegar a verme con otros ojos me provoca una extraña satisfacción.Sus mejillas se tornan de un rojo intenso.¿Qué estará pasando en estos momentos por su cabeza?- ¿Ya terminaste de violarme? – le pregunto enarcando una cej