Llegamos a la clínica, Luke sale disparado sin apenas dirigirme la mirada. Yo lo sigo caminando a toda prisa.
En recepción me impiden la entrada, necesito tener una identificación para poder acceder al interior. Observo a Luke, pidiéndole sin palabras que les diga que vine con él, pero un amago de sonrisa aparece en su rostro.
- Nadie entra sin estar autorizado. Suerte con eso – me murmura, se despide de mí con la mano, entrando en el ascensor y dejándome sola a mi suerte.
¡Será cabrón! Supongo que esta sea su forma de vengarse.
- Hola. Soy Bella.
La recepcionista, una muchacha joven, de cabello negro y sonrisa amigable me observa desde el otro lado del mostrador. Revisa unos papeles buscando mi nombre.
- Lo siento, pero no se encuentra en la lista. Solo personal autorizado tiene acceso a la entrada, o al menos debe sacar turno con días de antelación.
- Entiend
Me detengo en la puerta, sin hacer ruido, apreciando lo que ocurre ante mis ojos.Descubro a Luke sentado en el suelo del centro de la habitación, de espaldas a mí, por lo que no puedo ver su expresión. Su perfecto traje se halla arrugado debido a la posición en la que se encuentra. Sus largos pies están estirados hacia el frente, y el tronco ligeramente encorvado.Sobre sus extremidades descansa la pequeña Alessa, que tiene los ojos y el rostro enrojecido como si hubiera estado llorando. Una mano de ella lo abraza como si él fuera su salvavidas, aferrándose a su camisa y sollozando. Él la mece como si tuviera en sus brazos un bebé de pocos meses de nacido, la niña se relaja cerrando sus ojos.Intento salir sin hacer el más mínimo ruido, para darles algo de intimidad, pero me detengo al escuchar que Luke se aclara la garganta. Trago saliva.Pienso que me ha descubierto. Me giro hacia ellos para saludar cuando la voz de Luke fuerte y desgarrada, comienza
Las puertas de la oficina se abren de par en par y tras ella aparecen Bella y Alessa, con unas bolsas y cajas cuadradas en las manos.Tendré que hablar con Margot seriamente. No puede permitir que irrumpan en mi territorio cada vez que les dé la gana y sin ser avisado.Dejo unos papeles sobre la mesa, y las observo acercarse. Dirijo mi ira a Bella, ella es la adulta y la causante de todos mis males últimamente.- ¿Qué hacen aquí? ¿Quién te crees que eres para entrar en mi oficina de esta forma? ¿Qué quieres?- ¨Hola Bella. Hola Alessa¨. – dice ella agravando la voz imitándome. - ¨ ¿Cómo estás? ¨ ¨Muy bien, hemos pasado un día genial, gracias por preguntar¨. – continúa imitando las dos voces e inventando una hipotética conversación de saludo.Ruedo los ojos, ante su patética actuación. Y la niña ríe a carcajadas.- ¿Qué hacen aquí? – pregunto nuevamente.Ella no responde, simplemente deposita las bolsas y las cajas sobre los contratos q
Mi plan de salir esta noche a un bar y acostarme con alguna chica queda estropeado.¿Cómo es posible que jamás en mis 28 años nadie haya tenido la osadía de hablarme de la forma en la que ella lo hace?Necesito más whisky. Decido ignorarlas durante un rato.Son alrededor de las 10 de la noche. En media hora me deshago de ellas.Regreso a mi mesa y retomo el trabajo que tengo pendiente. He puesto a un hombre, a recomendación de Margot, a trabajar en la sede de New York. Hace una semana que comenzó. Hasta ahora lo ha hecho todo meticulosamente bien, e incluso ha resuelto algunos problemas, pero aun así está a prueba. Debo mantener en pie la promesa que le hice a mi padre, y debo cuidar de ambas instituciones.Los nuevos residentes son excelentes trabajadores. Y el parque casi está terminado, estructuralmente hablando. Tengo niños pequeño
Salgo del baño con una toalla envuelta en la cintura y gotas de agua cayendo por mis abdominales, llevo el cabello despeinado y goteante. La ducha fría que me acabo de dar fue muy refrescante. Bella abre su boca y luego vuelve a cerrarla rápidamente.Está sentada en la silla de mi escritorio, con uno de mis papeles en mano. Otra primera vez, nadie más que yo se ha sentado en esa silla, pero lo dejo pasar. Corro la vista hacia Alessa que continúa durmiendo acurrucada dándonos la espalda, y lo agradezco, no quiero que despierte y me vea sin camisa.Me acerco hacia la mesa donde se encuentra Bella, sus ojos no se separan de mí en ningún momento. Soy consciente del efecto que causo en las mujeres, pero que ella también pueda llegar a verme con otros ojos me provoca una extraña satisfacción.Sus mejillas se tornan de un rojo intenso.¿Qué estará pasando en estos momentos por su cabeza?- ¿Ya terminaste de violarme? – le pregunto enarcando una cej
Estamos en un McDonald del centro comercial comiendo hamburguesas con papas. Están deliciosas. Trice habla sin parar y le hace piruetas a Alessa, mientras esta lleva las manos a la tripita riendo a carcajadas. Se llevan bien. Demasiado, incluso. Son unas revoltosas y ocurrentes. Tienen diversos temas de conversación que no logro entender del todo.Ha sido una locura todo lo que sucede a mi alrededor. Jamás había visto tantas personas, por lo menos no que yo recuerde. Las tiendas son infinitas, creo que es imposible recorrerlas todas en un solo día. Centenares de personas andan como pollo sin cabeza de un lugar a otro.Sería muy fácil perderse aquí. Por suerte contamos con un buen guía turístico. John nos ha dado un tour por toda ciudad, explicándonos con detalles dónde se ubica cada punto importante de la localidad. He intentado que se una a nosotras en las compras o a comer, pero siempre se mantiene distante, vigilando los alrededores como si fuera nuestro g
Las chicas regresan trayendo consigo un gran peluche en forma de oso. Es casi del tamaño de Alessa.- Demoramos porque aquí la compañera se empeñó en llevarle este diminuto oso a su hermana – dice Trice con ironía.Yo le sonrío. Es un gento muy bonito.- Es rosado. Su color preferido - explica ella como si fuera lógico. - ¿Ya vamos a regresar a la clínica? Quiero enseñárselo.Dios. ¿Ahora qué invento? Aun no podemos regresar. No hasta que sepa de Anna.Piensa, Bella, piensa. – me digo- No, Nena. ¿Recuerdas que yo quería hacerme un corte de cabello? – ella asiente con la cabeza varias veces – Pues iremos a un salón a ponernos guapas, y después le daremos una sorpresa a Lu y Anna. ¿Te parece bien?Di que sí. Di que sí.- Síiiiiiiiiii! Dice unos segundos después. Es un alivio.Ponemos ese plan en marcha recogiendo todas las bolsas y juguetes y vamos al auto.Dos horas después, tengo un nuevo corte. Me llega hasta
Hay días malos, días buenos y días en los que no puedes más y te quiebras; días en los que te miras a un espejo y no te reconoces; otros en los que te sientes increíble; días en los que te das cuenta de muchas cosas que no habías visto… y otros en los que quisieras que terminaran lo más pronto posible.El día de hoy ha sido un auténtico fastidio.La operación de Anna no ha ido como esperábamos. No se puede decir que ha salido todo bien, pero al menos está estable. Debemos esperar a ver cómo evoluciona y si tiene repercusión futura sobre su salud.Estar largas horas en espera han hecho que pierda la cuenta de la cantidad de whisky que he ingerido hoy.Por otro lado, está el incidente de hace un par de horas, donde me llamaron de un hospital ya que Nikita había tenido una amenaza de aborto y había dado mi número como contacto de emergencia. Llamé a su marido, pero este está fuera de la ciudad y al parecer tampoco es que le importe mucho. Tuve
Bella camina hacia mí proyectando una mirada asesina.- Me vas a escuchar lo quieras o no – me dice mirándome directamente a los ojos. – En primer lugar, yo no quería ir de compras a ningún lado, ni un teléfono y mucho menos tus millones de dólares. Pero tú me obligaste, me chantajeaste emocionalmente, y me cediste a Alessa durante unas horas, para que la cuidara y la mantuviera lejos mientras operaban a su hermana. Si te sirve de consuelo, todo lo que se compró fue para las niñas, no gasté ni un solo centavo en mí, John es testigo. En segundo lugar, no respondiste mis llamadas y yo tenía que tomar una decisión entre quedarnos tiradas en la calle mientras oscurecía, ir a la clínica teniendo miedo de lo que nos pudiéramos encontrar, o venir para acá y descansar hasta que tú decidieras aparecer. Alessa estaba dormida y pesaba, y yo solo pensaba en qué estaba ocurriendo con su hermana. – se va acercando poco a poco y usa su índice para señalarme – Tú en ningún momento respo