Rumbo al imperio Águila de Oro, se dirigía un carruaje con tres chicas.
-¿Falta mucho?- preguntó Candy mientras asomaba su cabeza por la ventana del carruaje.
-¡Comportate como princesa!
Y Andrea la obligó a tomar asiento.
Son princesas y van a un reinó ajeno así que deben portarse lo mejor posible.
-¿Por qué estás tan histérica?
Vamos a ver a nuestros boletos de libertad del encierro que nos da nuestro padre, animate mujer.- ánimo Candy mientras la tercer chica asentía con una sonrisa.La rubia dio un suspiro profundo mientras negaba con la cabeza.
¿Por qué su hermana tenía ése comportamiento?
-Mira Candy, sí en verdad quieres que los príncipes se fijen en nosotros, debés ser lo que eres, una princesa, no un perrito que sacan de paseó luego de mucho tiempo.- dijo la mayor con seriedad mientras se cruzaba de brazos.
-Sí los príncipes nos quieren será por quienes en verdad somos y yo soy así.- dijo la de cabello castaño mientras también se cruzaba de brazos.
La otra chica de cabello plateado, asintió, de acuerdo con su amiga Candy.
-Pero sí le desagradas a su padre, el rey, no va a permitir que nos relacionamos con sus hijos.
Y ante éso, Candy no supo que decir.
¡¿Por qué nunca le podía ganar a su hermana mayor en una discusión?!
-Stephanie quizás venga luego y ella es nuestra mejor arma ya que es la única que es bien portada, así que como la mayor del grupo les pido que tu te comportes al ver chicos guapos.
El temor de la rubia era que su hermana grite como loca o haga algo vergonzoso al ver a los príncipes, dejando en vergüenza a su reinó.
-Bien, haré lo mejor que pueda.- dijo la de rulos mientras miraba hacía afuera con algo de enojó.
-Y tu, Luz...
La mencionada miró a la hermana de su amiga quien parecía pensar en que decirle.
-Por favor, no busques guerra ni adueñarte del castillo.
Y la de cabello plateado, se cruzó de brazos al oír éso.
¡¿Qué una mujer no se podía divertir en éstos días?!
-Sí, lo sé, no nos deja divertir.- susurro Candy de malhumor.
No le veía nada de malo posiblemente traumar a uno o dos príncipes.
-Ustedes... ¡Sólo compórtense como damas bien educadas!- gritó Andrea con enojó.
Ya se imaginaba una declaración de guerra por culpa del comportamiento de ésas dos.
-Vamos, será fácil, después de todo soy una princesa, me enseñaron éso desde que tengo memoria, además no estoy taaan desesperada por tener un novio.
Además, déjame recordarte querida hermana que la más torpe eres tú.- exclamó la de pecas mientras veía a su hermana mayor con una sonrisa burlona.Su hermana era tan exagerada y desconfiada, ella ya no es una niña pequeña a la que deban cuidar.
-Princesas, llegamos a nuestros destino.
Al oír éso, Candy se puso de pie alegre y saltó por la ventana mientras su hermana se ponía roja del enojó.
-¡¿Pero qué?!... ¡Candy!- le gritó mientras se asomaba a ver a su hermana.
La de pecas se puso de pie al caer casi se cara al suelo y miró a su hermana con una sonrisa.
-No te preocupes, estoy bien.
Gracias a que se apoyo con sus manos al caer, ahora le dolían pero no diría nada.
-Salgamos por la puerta.- dijo la rubia al sospechar que los planes de Luz eran imitar a Candy.
Ser la mayor y mas responsable, puede ser muy estresante.
..
Ante el rey Ursulo, estaban las tres chicas en espera de los príncipes que fueron llamados hace un tiempo y todavía no llegaban.Candy, aburrida de esperar, miró a su alrededor para ver que ése castillo tenía mas decoraciones de plantas que el suyo.
-Su rancho es muy bonito.- señaló la de pecas.
-¿Disculpe?- preguntó el rey mientras la veía con una ceja levantada.
Andrea le dio un leve codazo a su hermana quien se contuvo el dolor.
-Digo que nuestro castillo es como un rancho comparado con el suyo.
Tiene muchos arreglos florales.- respondió Candy con su rostro algo sudoroso por aguantar el dolor de sus costillas.¿Su hermana no conocía la delicadeza?
-Sí, a mi hija le gusta así que puede hacer las decoraciones que deseé.- exclamó el rey con una sonrisa.
Las dos hermanas se sintieron algo celosas ya que su padre era muy controlador y no les dejaba intervenir con nada en su castillo.
Un sonido se oyó y el rey volteó el rostro para ver a sus hijos.
-Chicos, por fín aparecieron.
Vengan a presentarse ante las princesas del reino Fénix que se tomaron las molestias de venir a verlos.Andrea, se contuvo las ganas de golpear a su hermana al oír que suspiraba de manera exagerada de la emoción.
Ya iban a volver a su reinó y le enseñaria a ésa chica como comportarse.
-Mucho gusto, hermosas princesas del reino Fénix.
Nos honra su visita a nuestro humilde reino.Yo soy el mayor de los príncipes, Jax.- se presentó el mayor de los hermanos.La rubia lo miró con sorpresa.
Sí ése era el mayor, era el que supuestamente iba a ser emparejado con ella.
De feo no tenía nada, lo admitía.
-Mis ojos y seguramente los de todos en el reino se deleitan con su belleza.
Humildemete me presento como el tercer príncipe, Arturo.El tercero de los hermanos se presentó y la rubia se contuvo las ganas de gritarle a su hermana quien chillo levemente de la emoción.
El rey se aclaró la garganta y miró a su segundo hijo que no se presentaba.
-Ho... hola, soy la princesa Sa... ¡Príncipe! Príncipe Samuel.
Gustó conocerlos en.- se presentó el hermano del medio.Andrea sonrió ya que le pareció algo tierno y al igual que los otros dos, era lindo, pero, ¿cómo se habrá hecho ésa cicatriz que tenía en el rostro?
¿Fue culpa del dragón?Dejando sus pensamientos a un lado, Andrea decidió presentarse primero como la mayor del grupo.
-Mucho gusto, soy la primer princesa del reino Fénix, Andrea.
Disculpen nuestro descaro de venir sin darles un avisó previamen... ¡cjh!... te.Y la rubia sintió sus mejillas arder tras terminar con su presentación.
¡No podía creer que casi se atora con su propia saliva en ése momento!
Tanto tiempo diciéndole a Candy y Luz que se comporten, para ser ella la que cometa un error.
-Sihshco.
Andrea salió de sus pensamientos al oír a su emocionada hermana y le dio un codazo.
La chica se tocó las costillas e hizo una reverencia con su rostro algo rojo.
-Soy... soy la princesa Candy... gracias por recibirnos pasé a no anunciarnos antes... lo siento, necesitó un minuto.- dijo con dificultad mientras se ponía de cuclillas y todos sintieron algo de lástima.
Al parecer ése codazo no fue muy leve.
La rubia se sonrojo por el comportamiento de su hermana y señaló a la tercer chica.
-Ella es Luz, la persona que vive con el llamado caballero negro, es nuestra amiga y nos acompañó en está ocasión.
La chica que fue presentada saludó con su mano y una gran sonrisa, haciendo que Andrea se sienta aún más avergonzada.
¡¿Qué era la única que se podía presentar de manera decente?!
Bueno, al menos ya no se sentía mal por casi ponerse a toser por atorarse con su saliva.
La mirada algo inquieta del príncipe Samuel llamó la atención de la mayor de las princesas quien sonrió.
-La segunda princesa tenía cosas que hacer, nos dijo que vendría luego pero no es nada seguro.- explicó.
No sabía que planeaba su hermana por lo que iría más tarde que ellas pero seguro iba a dejar una buena impresión a diferencia de ellas.
-Bueno, éste viejo rey no tiene nada que hacer aquí, así que me retiró para que se conozcan un poco.
Y tras el rey irse, las dos princesas miraron a sus posibles prometidos.
-Así que... ¿eres un chico?- preguntó Candy mientras su hermana la veía con enojó.
¡¿Qué clase de pregunta era ésa?!
Arturo miró a la princesa con asombro y rió levemente.
-Técnicamente lo soy.
Y tras ésa rara manera de romper el hielo, se pusieron hablar entre ellos mientras los sirvientes traían aperitivos que eran mayormente devorados por Luz.
Andrea se sentía cómoda con Jax ya que parecía ser alguien honesto y de su agrado pero su hermana y el príncipe Arturo parecían no tener nada en común.
Candy era algo salvaje, deseosa de viajar, vivir aventuras, para nada delicada y algo bromista mientras que Arturo parecía ser educado, tranquilo, amante de la música y poesía, y alguien que prefería viajar lo menos posible.
-¿Y conoces la verdadera historia de Ricitos de Oro? Es de mis favoritas.
El imaginarme como los oso cobran venganza devorando cruelmente a ésa niña que usurpo su casa, siempre me saca una sonrisa.- dijo Candy con los ojos brillosos, muy emocionada.-Yo... creó que la violencia no es la solución.
Como osos civilizados debieron reflexionar y darse cuenta de que ella sólo era una niña inocente, que no distinguía entre el bien y el mal.- opinó Arturo algo incómodo por los pensamientos de ésa princesa.-Vamos hermano, es sólo un cuento, no debés pensar tanto.- dijo Jax mientras apoyaba una mano sobre el hombro de su hermano, intentando calmar el ambiente.
Andrea sonrió al ver que tenía ayuda pero pronto su mirada quedó en blanco al ver que su hermana, en quien tenía la esperanza de que dejé una buena impresión de las princesas de su reinó, había llegado y llevaba su armadura puesta.
¡¿Qué rayos pasa por la cabeza de sus hermanas?!
-Princesa Andrea, ¿se encuentra bien? Veo su rostro algo pálido.- habló Jax con preocupación.
La rubia sonrió de manera forzada y asintió.
-Sí, sólo... me imaginé a tres osos devorando a una niña y me sentí mal.- mintió mientras bebía algo de jugó.
Definitivamente, al llegar casa iba a hablar con sus hermanas.
Y así, las princesas conocieron a los príncipes mientras la mayor de ellas se la pasó preocupándose gracias a sus hermanas.
Ya en el reinó Fénix, las dos princesas menores estaban muy felices por haber conocido un poco mejor a sus posibles prometidos.-No puedo creer que hayas ido como caballero y él no sepa que eres una chica, estás loca y por éso te adoro.- dijo Candy abrazando a su segunda hermana la cual seguía con armadura de caballero.-¿Y tú? No puedo creer que en verdad les dijiste que imaginar como los osos devoraban a Ricitos de Oro te hacía sacar una sonrisa y no te trataron de loca.Estaba asustada por pensar que le pedirias tener un duelo a alguno ellos.- dijo Stephanie acariciando el cabello de su hermana menor.Luz se acercó a ellas y las miró con los ojos brillosos mientras recordaba los deliciosos postres que probó y Candy la acercó y la abrazo junto con su hermana.-¡Y lo mejor de todo es que los tres eran muy guapos!Sí no se quiere casar ninguno
Las tres princesas se encontraban de cuclillas alrededor de su padre que luego de oír todo lo que sucedió se hizo bolita en el suelo.-Sólo me voy por unos días y unos vándalos quieren llevarse a mis pequeñas, además una chica que no tiene ciudadanía en ningún reino se esta comiendo todo lo de mi cocina.¿En qué me equivoque?- se lamentaba el pobre rey mientras las hermanas ya estaban algo aburridas de éso.Su padre, el gran rey Erick era conocido por ser un rey firme, serio, valiente, sin piedad y que no se andaba con rodeos pero ellas en verdad lo conocían como su padre exageradamente sobreprotector que cuando ellas eran niñas se vestía de princesa y les ordenaba a los hornados caballeros mas leales que tenía que lo imiten y jueguen con ellas...Antes que el príncipe vestido de princesa siendo secuestrado por un dragón, fueron los
En el reino Águila de Oro, el rey y sus hijos se encontraban almorzando tranquilamente, en familia.-¡¿Qué es éso Jax?! ¡Ése no es el tenedor para comer ensaladas!- gritó el rey Ursulo al ver al mayor de sus hijos que se asustó al darse cuenta de su fatal error.-¡Lo siento padre, fue un error!No era culpa del muchacho, no podía dejar de pensar en la princesa Andrea.Sólo pasaron un par de días pero simplemente no la podía sacar de su cabeza.Era obvio que no se enamoró ya que sólo la vio una vez pero aun así, no podía dejar de pensar en ella y la quería conocer mas.-¡Que error ni que nada, ya mismo corres tres vueltas alrededor del castillo como castigo y ni se te ocurra hacer trampa! Los guardias te vigilan.- dijo el rey, susurrando lo último con voz aterradora.El chico se levantó d
Los príncipes habían llegado al reino Fénix junto con su hermana y eran escoltados por un caballero hacía la... ¿herrería?-¿P-por qué el rey le pidió que cuando lleguemos nos llevé primero a verlo a la... herrería?- preguntó Samuel con miedo mientras Jax le ponía un casco, Arturo le daba un escudo e Iris estaba esperando el momento para darle una espada.Puede que los tres príncipes estén en la lista negra del rey Erick pero el que peor estaba era Samuel, el causante de todo éso.El caballero que no respondió a ninguna pregunta que se le hizo, abrió la puerta de la herrería y se hizo a un lado para que los extranjeros pasen.Samuel miró a sus hermanos con súplica para irse pero ellos dieron un suspiro y lo empujaron al interior de la habitación.Era mejor para su hermano conocer al rey ahora y no
El picnic que se llevaba a cabo fue interrumpido ya que de la nada, una fuerte explosión se oyó y bandidos invadieron el palacio.El rey se hizo cargo de dirigir a los soldados que estaban presentes mientras llegaban los refuerzos, demostrando ser un fuerte soldado en el campo de batalla.Los príncipes no dudaron ni un segundo en unirse a la batalla y proteger a las princesas, quedando sorprendidos ya que la princesa Candy se unió a ellos y peleaba a su par y lo peor de todo, se divierta.¡¿Qué pasaba con ésa chica?!-¿Todo bien, hermanito?- preguntó Iris quien también le hacía frente a los bandidos, siendo diestra para el combate.-S-sí, todo bien.Y Samuel estaba abrazandose asustado con la princesa Andrea quien estaba igual o mas asustado que él.Ella sabía manejar un poco la espada pero en un combate se olvidaba de todo debido a
Por los prados del gran jardín del palacio caminaban príncipes y princesas, Jax y Andrea iban hablando felizmente, contando cosas de ellos mismos para conocerse, Candy e Iris sonreían nerviosas ya que Luz estaba en medio de ambas, abrazandolas mientras caminaban, Arturo admiraba las bellas flores del prado y finalmente iban Samuel y Stephanie, el chico lucía incómodo y hacía lo posible para no ver a la chica.Todo el tiempo creyó que el caballero era un él y no una ella, no sabía que hacer ahora.¿Será qué todo ése tiempo se estuvo burlando de él a su espalda?¿Será qué al igual que todos lo veía como el hermano incompetente?¿Será qué lo veía con lástima?¿Cómo se supone que debía hablarle ahora sí confió en ella pero estuvo fingiendo ser alguien que no e
En el reino Águila de Oro.El rey Ursulo salió a recibir a sus hijos, respirando aliviado al verlos vivos y con todas sus extremidades.-Bienvenidos a casa, hijos míos.Veo que les fue bien con sus posibles prometidas.- dijo el hombre con una gran sonrisa.Jax, sonrió levemente, Samuel desvío la mirada nerviosa y Arturo dio un suspiro como sí estuviese decepcionado.El rey los miró con sorpresa y miró a su hija la cual se encogió de hombros.No entendía la reacción de sus hermanos, las princesas eran geniales y las aprobada como cuñadas.-Veo que debemos hablar.Exclamó el rey mientras se daba media vuelta y se iba, seguido por sus hijos.Unos minutos después.El rey y los príncipes se reunían para hablar de manera civilizada, como la gente de la realeza que son.-Hoy estoy de humor así que a
La hija mayor del rey Erick, Andrea, la llamada mas bella de las hermanas, una joven de 21 años que aspiraba a ser una señorita respetada y conocida por su educación y buen comportamiento, caminaba por los pasillos del palacio, bajo la vista de los empleados, intentando parecer recta y serena pero en su interior estaba hecha un mar de nervios.¡En ése momento, en ése precisó momento iba rumbo al encuentro con el príncipe Jax quien quería tener tiempo a solas entre ellos para conocerse!Éso estaba mal, éso estaba muy mal ya que su hermana Candy, hace un par