El príncipe y el valiente caballero caminaban por los pasillos del palacio, en dirección de donde se encontraba el trono del rey.
El príncipe tenia 18 años, cuerpo un poco ejercitado, cabello negro oscuro y ojos verde claro, su estatura era alrededor de 1,64 metros y en su mejilla derecha tenia una cicatriz.
-Tu... prométeme que cuidaras bien a mi hermana.- pidió el príncipe, no pudiendo dejar de pensar que por su culpa, su hermana se tendría que casar con alguien a quien ella no ama.
El caballero, sin detenerse ni mirarlo, se sintió curioso por lo que oyó.
-¿Tienes hermana?
Y con oír eso, el chico lo miró en shock.
-¿No lo sabías?- preguntó, creyendo que fue una rara broma.
-¿Debería?- preguntó el caballero, sin interés en el asunto.
El príncipe frunció ligeramente el ceño.
Ese caballero no era de su reino y se daba cuenta fácilmente, así que ¿por qué un caballero de otro reino decidió salvar a un príncipe ajeno si no era para pedir la mano de la princesa?
-Un momento, ¿si no me rescataste para pedir la mano de mi herma...
Y antes de que el príncipe pueda terminar de hablar, llegaron a la habitación donde se encontraba el trono del rey, quien en lugar de estar en su trono, estaba hablando con uno de sus caballeros.
El valiente caballero que derroto al dragón se acerco al rey y se arrodillo en muestra de respeto.
-Caballero del reino Fénix.- la potente voz del rey se oyó mientras se acercaba unos pasos al caballero.
-Honorable rey del imperio Águila de oro, ya rescate a su hijo de las garras del dragón y espero que cumpla con su parte del trato.- exclamó el caballero de armadura azul.
El príncipe rescatado al oír que si había recompensa por salvarlo, tuvo mas curiosidad por saber que pasaba.
¿Cuál era la recompensa si no era la mano de la única hija del rey?
-No se preocupe, cumpliré mi promesa, pero por ahora, déjeme a solas con mi hijo.
Le aseguro que pronto sabrán de mi en su reino.Al oír eso, el caballero se puso de pie e hizo una leve reverencia a padre e hijo.
-Con su permiso.
Y sin mas que decir, el caballero se retiro.
El príncipe no le dio importancia a quien le salvo, en ese momento tenia mas curiosidad por saber que pasaba y quería que su padre le dé respuestas.
-Padre, ¿qué esta...
-¿Un dragón? ¿En serio?- interrumpió el rey mientras negaba con decepción.
El príncipe se sintió avergonzado por eso y desvió la mirada.
-L...lo siento.
Un príncipe siendo prisionero de un dragón... definitivamente eso llegaría a oídos de todos y nunca se olvidaría.
El rey, resignado a todo lo que paso, se acerco a su hijo y lo abrazo.
La reputación del reino no importaba, que su hijo esté sano y salvo era lo único que realmente importaba en ese momento.
-No sirve de nada lamentarse, lo bueno es que el reino Fénix nos ofreció su ayuda mandando a su mejor caballero.
-Yo... ¿qué les darás a cambio?- pregunto el chico, mas avergonzado que antes por ser abrazado por su padre delante de varios guardias.
El rey, se separo de su hijo y se dirigió a su trono.
-¿No es obvio? Tus dos hermanos y tu se tendrán que casar con las princesas.- respondió como si nada.
El rostro del chico palideció al oír eso.
-¿Qué?
Era agradable saber que su hermana no tendría que pagar el precio por él, pero eso que acababa de oír no era para nada mejor.
-Ya lo oíste, hijo mio, tus hermanos y tu, se tendrán que comprometer con las princesas si al conocerse todos acceden.
Ahora ve a tomar un baño que apestas.Y con decir éso su padre, el chico se dirigió a su habitación con el rostro pálido.
El príncipe Jax, hijo mayor con 21 años, diestro para el combate, admirado por varios reyes y codiciado por miles de chicas por su belleza y buen físico.
Él, el príncipe Samuel, hijo del medio con 18 años, alguien que no servia para el combate y solo servia para leer libros.
El príncipe Arturo, hijo menor con 17 años, un gran estratega en la guerra, hábil con la espada y la lengua, respetado por todos los reyes y príncipes por llevar a cabo grandes hazañas a tan corta edad y reconocidos por todos por tocar diversos instrumentos musicales a la perfección.
Y por ultimo, la princesa Iris, única hija de 15 años, reconocida por poseer cada habilidad de sus hermanos mayores, ser una critica de moda a la que todos acudían y lo que mas la hizo famosa, dirigir el reino y hacerlo prosperar en tres meses donde tanto los príncipes Jax y Arturo se encontraban en una batalla a lado de su padre contra invasores.
Ésos eran todos los hijos de Ursulo, rey del reino Águila de oro, quien era conocido por ser un rey de pocas sonrisas pero amable y sabio.
El rey, el hijo mayor, el hijo menor y la única hija, todos eran reconocidos y admirados con excepción de el, el príncipe ratón de biblioteca al que ahora tuvieron que rescatar de un dragón.
-Mis hermanos... me van a matar cuando me vean.
Fueron las palabras de Samuel, imaginando como sus hermanos iban a reclamar su cabeza por meterlos en eso...
Ahora que lo pensaba, el dragón no era tan malo.
-¡Saaaaaaaaam!
El chico se estremeció y volteo para ver a sus hermanos acercarse a el, casi corriendo.
-¡Por favor, perdónenme!
Pidió, juntando sus manos en señal de suplica.
-¿Perdonarte? Estamos agradecidos.
Dijo Jax, el mayor de los hermanos, de cabellera pelirroja y ojos azules.
-¿Qué?- Preguntó Samuel, confundido.
Realmente, no entendía que estaba pasando.
Arturo, el menor de los tres hermanos, un chico de cabellera rubia y ojos azules, se acercó a su hermano.
-Gracias a tu terrible suerte nos vamos a casar con las princesas del reino Fénix, las princesas mas hermosas de todas.
Aclaró el rubio antes de chocar el puño con el mayor de sus hermanos quien parecía a punto de llorar de alegría mientras que Samuel solo tenia la boca ligeramente abierta.
No se esperaba ese tipo de reacción de sus hermanos, ni tampoco se esperaba que no se burlasen de él por llevar puesto un vestido y haber sido rescatado de las garras de un dragón.
Luego de que el príncipe Samuel tomase un baño y se ponga ropa de príncipe en lugar de princesa, decidió hacer una reunión estratégica con sus hermanos con respecto a sus potenciales prometidas.El mayor de los hermanos, el príncipe Jax, sentado en medio de sus hermanos, con los ojos cerrados y los brazos cruzados, tomo la palabra.-Los tres somos sexys, sobretodo yo, pero la belleza no lo es todo, por eso decidí reunirlos para capturar al objetivo.- exclamo, señalando el objetivo de su reunión.El menor de los hermanos, el príncipe Arturo quien estaba sentado en el lado derecho, arreglando las cuerdas de su guitarra suspiro levemente.-No importa que tan bueno seamos en la lucha, en la música o en lo que sea bueno Samuel, intentar complacer a una chica pude ser como una rosa, luce bello pero con espinas peligrosas.- hablo en su habitual tono relajado.Jax rod&oacut
Los tres príncipes fueron llamados por su padre, el rey y fueron a ver que sucedía para ver a tres chicas hablando con el rey.Como tres valientes caballeros y príncipes hicieron lo más sensato posible al recibir la visita de sus posibles prometidas.-Muy bien hermanos, a ponernos vestidos y a buscar un dragón para que nos llevé.Iris, ¿nos presta vestidos que nos quedé de peluche?- habló Jax, siendo asentido por sus dos hermanos menores mientras veían a su hermana quien los veía con cara indescriptible.-¡No sean payasos y salgan!De un empujón, la chica dejó a la vista a los tres chicos quienes se espantaron y nuevamente se iban a ocultar pero su padre los vio.-Chicos, por fín aparecieron.Vengan a presentarse ante las princesas del reino Fénix que se tomaron las molestias de venir a verlos.- ordenó el rey.Los t
Antes de que el príncipe sea rescatado de la torre.La princesa Andrea y la princesa Stephanie estaban en la misma habitación, la mayor trabajaba en los arreglos de un vestido mientras que la otra estaba mirando por la ventana, aburrida.La puerta pronto se abrió y pasó la hermana faltante quien estaba muy emocionada, pero ni la miraron.-¿Oyeron a las sirvientas?- preguntó Candy, casi saltando de alegría.Andrea dio un suspiro profundo y miró a su hermana.-Ay, sí. No puedo creer que la cocinera y la chica del aseo se hayan peleado por el panadero, digo, ¿vieron al sujeto?Para ella, entender por que dos mujeres se peleaban por un hombre era intendible.Habiendo tantos buenos hombres que le serían fieles por el resto de sus vidas, buscan al que le fue infiel con la otra por no saber a quién elegir.-Eso no, es sobre el reinó Águil
Rumbo al imperio Águila de Oro, se dirigía un carruaje con tres chicas.-¿Falta mucho?- preguntó Candy mientras asomaba su cabeza por la ventana del carruaje.-¡Comportate como princesa!Y Andrea la obligó a tomar asiento.Son princesas y van a un reinó ajeno así que deben portarse lo mejor posible.-¿Por qué estás tan histérica?Vamos a ver a nuestros boletos de libertad del encierro que nos da nuestro padre, animate mujer.- ánimo Candy mientras la tercer chica asentía con una sonrisa.La rubia dio un suspiro profundo mientras negaba con la cabeza.¿Por qué su hermana tenía ése comportamiento?-Mira Candy, sí en verdad quieres que los príncipes se fijen en nosotros, debés ser lo que eres, una princesa, no un perrito que sacan de paseó luego de mucho tiempo.- dijo la mayor
Ya en el reinó Fénix, las dos princesas menores estaban muy felices por haber conocido un poco mejor a sus posibles prometidos.-No puedo creer que hayas ido como caballero y él no sepa que eres una chica, estás loca y por éso te adoro.- dijo Candy abrazando a su segunda hermana la cual seguía con armadura de caballero.-¿Y tú? No puedo creer que en verdad les dijiste que imaginar como los osos devoraban a Ricitos de Oro te hacía sacar una sonrisa y no te trataron de loca.Estaba asustada por pensar que le pedirias tener un duelo a alguno ellos.- dijo Stephanie acariciando el cabello de su hermana menor.Luz se acercó a ellas y las miró con los ojos brillosos mientras recordaba los deliciosos postres que probó y Candy la acercó y la abrazo junto con su hermana.-¡Y lo mejor de todo es que los tres eran muy guapos!Sí no se quiere casar ninguno
Las tres princesas se encontraban de cuclillas alrededor de su padre que luego de oír todo lo que sucedió se hizo bolita en el suelo.-Sólo me voy por unos días y unos vándalos quieren llevarse a mis pequeñas, además una chica que no tiene ciudadanía en ningún reino se esta comiendo todo lo de mi cocina.¿En qué me equivoque?- se lamentaba el pobre rey mientras las hermanas ya estaban algo aburridas de éso.Su padre, el gran rey Erick era conocido por ser un rey firme, serio, valiente, sin piedad y que no se andaba con rodeos pero ellas en verdad lo conocían como su padre exageradamente sobreprotector que cuando ellas eran niñas se vestía de princesa y les ordenaba a los hornados caballeros mas leales que tenía que lo imiten y jueguen con ellas...Antes que el príncipe vestido de princesa siendo secuestrado por un dragón, fueron los
En el reino Águila de Oro, el rey y sus hijos se encontraban almorzando tranquilamente, en familia.-¡¿Qué es éso Jax?! ¡Ése no es el tenedor para comer ensaladas!- gritó el rey Ursulo al ver al mayor de sus hijos que se asustó al darse cuenta de su fatal error.-¡Lo siento padre, fue un error!No era culpa del muchacho, no podía dejar de pensar en la princesa Andrea.Sólo pasaron un par de días pero simplemente no la podía sacar de su cabeza.Era obvio que no se enamoró ya que sólo la vio una vez pero aun así, no podía dejar de pensar en ella y la quería conocer mas.-¡Que error ni que nada, ya mismo corres tres vueltas alrededor del castillo como castigo y ni se te ocurra hacer trampa! Los guardias te vigilan.- dijo el rey, susurrando lo último con voz aterradora.El chico se levantó d
Los príncipes habían llegado al reino Fénix junto con su hermana y eran escoltados por un caballero hacía la... ¿herrería?-¿P-por qué el rey le pidió que cuando lleguemos nos llevé primero a verlo a la... herrería?- preguntó Samuel con miedo mientras Jax le ponía un casco, Arturo le daba un escudo e Iris estaba esperando el momento para darle una espada.Puede que los tres príncipes estén en la lista negra del rey Erick pero el que peor estaba era Samuel, el causante de todo éso.El caballero que no respondió a ninguna pregunta que se le hizo, abrió la puerta de la herrería y se hizo a un lado para que los extranjeros pasen.Samuel miró a sus hermanos con súplica para irse pero ellos dieron un suspiro y lo empujaron al interior de la habitación.Era mejor para su hermano conocer al rey ahora y no