Aria no dudó. Su corazón latía con fuerza, pero en su interior sabía que aquello era lo correcto. Después de toda una vida marcada por el sufrimiento, por primera vez tenía la posibilidad de elegir su destino. Merecía vivir en paz. Un nudo se formó en su garganta mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas, pero no vaciló. Llevó la copa a sus labios y bebió hasta la última gota, sintiendo el líquido cálido recorrer su garganta, impregnándola con un poder que jamás había experimentado.La copa resbaló de sus manos y cayó al suelo con un sonido sordo. Apenas tuvo tiempo de reaccionar cuando un ardor abrasador le recorrió el cuello. Un dolor punzante, como si ácido hirviendo le quemara la piel desde dentro, la hizo llevarse las manos al lugar donde, por tanto tiempo, había llevado la marca de su verdugo. La sensación era insoportable, pero cuando retiró los dedos, la cicatriz estaba desapareciendo.Un aullido desgarrador brotó de su pecho y, de repente, su cuerpo entero se estremec
El problema era que no sabía por dónde empezar. Había tantas cosas que nunca había hecho, que ni siquiera las había considerado. Pero un día, mientras observaba a un grupo de humanos en la ciudad, riendo y charlando con despreocupación en una cafetería, lo supo: jamás había salido a tomar un café por el simple placer de hacerlo.Así que lo hizo.La primera vez que cruzó la puerta de la pequeña de una cafetería, sintió que todos la miraban. Por supuesto, era solo su imaginación, pero su instinto le gritaba que no pertenecía allí.«No pienses en eso. Solo siéntate, pide algo, como cualquier otra persona», se dijo, intentando calmar su corazón acelerado.Se sentó junto a la ventana y pidió un café con leche, sin azúcar. Le temblaban un poco las manos cuando llevó la taza a sus labios. «Es absurdo que esto me ponga nerviosa», pensó, pero era la primera vez que tomaba una decisión sin que la manada estuviera involucrada. Era su elección, y eso lo hacía tan emocionante como aterrador.Y
Más tarde.Cuando llegó al spa, una empleada en la recepción se quedó mirándola con los ojos abiertos como platos.—Señora, su piel está... —Cloe frunció el ceño y miró a Ethan.(¿Me ves diferente?) le preguntó a través del vínculo mental. Ethan negó con la cabeza.(Tú sigues siendo igual de hermosa). Cloe se sonrojó, pero rápidamente volvió a su actitud serena.—¿Qué tiene mi piel? —preguntó a la empleada, manteniendo la compostura.—Está radiante, parece como si hubiera ido a un lugar mágico —dijo la mujer, anonadada.—Ah, tal vez es la maternidad la que me hace ver más rejuvenecida —respondió Cloe con una sonrisa tranquila.La empleada abrió la boca, asombrada.—¿Maternidad? —exclamó, incapaz de creer que Cloe tuviera hijos.—Sí, tengo tres hermosos bebés, pero necesito que me digas quién era ese hombre que me buscaba.—Señora, ese hombre lleva horas en la sala de espera. Es extraño, cualquier otro en su lugar ya se habría marchado.Cloe caminó lista para enfrentarse a lo que fuera
Era este su primer beso, y la actitud de Aria lo llenó de inseguridad.—Ve… vete —tartamudeó Aria, sin dejar de ver cómo Ethan avanzaba hacia ellos con una expresión tan endurecida que causaba pavor.Leon parpadeó, confundido. Pero antes de poder reaccionar, el gruñido de Ethan retumbó en la atmósfera.A pesar de la tensión, Ethan no golpeó a Leon como Aria temía.—Madre, debemos irnos —pidió con los dientes apretados.Leon, sin entender del todo la situación, instintivamente puso a Aria detrás de él.—¿Él es tu hijo? —le preguntó, con el ceño fruncido.Aria asintió, sintiendo una punzada de vergüenza por no haberle contado antes.—Sí, soy su hijo. Y tú te mantendrás lejos de mi madre —amenazó Ethan, dejando que su aura se desbordara con un frío que caló hasta los huesos de Leon.—No me alejaré solo porque me lo pidas.Ethan lo miró con desprecio. No valía la pena seguir discutiendo con un humano que ni siquiera comprendía con quién estaba tratando. Sin perder más tiempo, tomó la mano
Dejando a los trillizos bajo el cuidado de Aria, y de varias lobas niñeras que Ethan había contratado, él y Cloe decidieron tomarse un respiro de todo lo que tenía que ver con el mundo sobrenatural. Aunque ellos mismos eran parte de ese mundo, anhelaban disfrutar como una pareja humana, sin la carga de responsabilidades, sin profecías ni destinos marcados. Solo ellos dos, sin más.Ethan había planeado todo con precisión. Un viaje a la zona costera, donde un velero los esperaba listo para zarpar. Cloe estaba encantada; nunca antes había navegado en alta mar, y la idea la emocionaba como una niña. Cuando lo vio a bordo bajando las velas con destreza, no pudo evitar preguntar: —¿Y el capitán? —inquirió, recorriendo con la mirada la cubierta en busca de alguien más.Ethan le dedicó una sonrisa traviesa antes de señalarse a sí mismo.—¿Acaso las mujeres no sueñan con que sus esposos sean los capitanes sexis?Le guiñó un ojo con una seguridad arrolladora. Cloe soltó una carcajada cristal
Años después, cuando los niños habían alcanzado los diez años, la verdad sobre Alirya finalmente salió a la luz: no solo era una semidiosa, sino que también albergaba en su interior un alfa supremo, una entidad poderosa y ancestral que despertaba asombro y respeto en todos a su alrededor. El viento gélido de Alaska soplaba con fuerza sobre la vasta extensión nevada, haciendo que los copos de nieve danzaran en el aire como pequeños fragmentos de estrellas. Los niños reían emocionados mientras corrían descalzos sobre la nieve, deslizándose con agilidad de lobo. Samira y Teresa se divertían a su lado como si fueran niños de su edad.Ethan observaba a sus hijos con orgullo, lleno de amor y satisfacción. A su lado, Cloe abrazaba su abrigo de piel, sintiendo cómo el frío intentaba atravesarlo sin éxito. Thalia, quien ya era toda una adolescente, se aferraba a su mano, observando con fascinación a su familia.—¿Puedo correr con ellos? —preguntó con entusiasmo.—Thalia ellos son tus h
—¡Isabella! —. Una voz llena de dolor y enojo resonó enel bosque. Un rayo negro se disparó sin rumbo a través de los árboles. Perosólo el eco le respondió, devolviendo su propia desesperación en el vasto ycruel silencio.Ethan, uno de los Alfas más poderosos, quedócompletamente devastado por la pérdida de su luna, Isabella. Ya no estaba ahí,o no estaban. Su destinada luna, una loba tan pura y hermosa, su presencia eslo único que podía detener la oscuridad de su lobo. Pero Isabella ya no estabaallí, se había ido con su hijo, su hijo que nunca nacería, se lo llevaron en unbrutal accidente aéreo, dejándolo solo y vacío.Las lágrimas luchaban por salir de sus cuencas, pero élno se lo permitía. En su pecho, el lobo rugía, arañando las paredes de sumente, exigiendo liberarse, exigiendo sangre.Ethan cerró los ojos, pero el pasado lo asaltó como unatormenta. Recordó aquella noche de luna nueva, la más oscura que había vivido.Como furia lo había tomado por completo. Sin Isabellap
Cuatro años después:—¡Casarme! Eso no está en mis planes en estos momentos— refunfuño Cloe un tanto alterada. Ya que, su abuela, al estar enferma, quiere asegurarse que sus nietas se casen antes que ella deje este mundo, pues no quisiera dejarlas desprotegidas a ella y a su hermana, sin que tengan a su lado a buenos hombres que se encarguen de ellas. —Mía querida, te aviso que debes de asistir a tres citas a ciegas que te he conseguido—le informó su abuela. — ¡Citas a ciegas!— replicó Cloe incrédula y con un deje de burla. —Necesito que consigas cuanto antes un hombre bueno y que sea buen partido para que puedas casarte.—Lo siento abuela, pero en eso no pienso darte gusto. Yo ya tengo un novio al que amo y no necesito andar buscando a nadie más.—Lo querrás, pero no es lo que tú te mereces. Ese chico no es apto para ti, es un chico muy insignificante y tú necesitas a alguien que te dé seguridad y estabilidad económica y social.A Cloe, el comentario de su abuela, le molesta de