Se dedicó a abrir cada cajón con rapidez, rebuscando entre los papeles amontonados que no le decían algo que le interesara.
En su escritorio no encontró nada más que tinta en los cajones y papeles en blanco que no le ayudaron en nada. Estuvo a punto de desesperarse, pero se movió hacia otro lado, la estantería que cubría toda la pared izquierda.
Desordenó todos los libros sin importarle que eso llamara la atención después, buscó algún indicio de… algo que no sabía que estaba buscando.
Hasta que en los libros del fondo, de la hilera más adyacente al suelo llamaron su atención. Papeles, documentos sobresalían de ellos y Elion no dudó en tomar un par de ellos.
Rebuscó, y encontró acuerdos que poco entendió. Abrió otro libro, nada. El siguiente contuvo el mismo que el anterior, hasta que
—De todas formas… no está. —Se encogió de hombros dándole fin a su respuesta. —Así que no habrías hecho mucho si hubieras venido por él.—Qué horror, ¡nunca vendría por él! Mirar la bonita fuente de nuestro hogar es mejor que verle la cara. He tenido cosas más importantes por las que preocuparme, ya que todo ha estado alborotado últimamente.—¿Es así? Admito que yo también he estado ocupada, justo ahora iba a darme un descanso a pesar de que no llevo demasiado.—Lamento decirte que pasarás tu descanso hablando conmigo… —Canturreó divertida tomando asiento al igual que la pelinegra. —Hmph…Resopló unas cuántas veces, apretando las rodillas cubiertas por el vestido blanco que destilaba pureza y parpadeó en el suelo. —¿Qu&eacut
Oscurecida fue su mirada, observando sus manos juntas. —Sólo… sentía remordimiento por, no haber estado ahí cuando eso. Y-y luego… vi unas cartas al final del libro donde encontré todo eso. —Louise… —Dice su nombre entrecortado luego de minutos en silencio, al borde de nuevas lágrimas. —¿S-sabes q-qué es encontrar que… tu madre no falleció por una enfermedad, sino por un acuerdo? ¿Un asesinato? ¿En contra de tu propia esposa? ¿Sabes lo que es eso? —Lanzó preguntas cargadas de angustia, agobio que le hizo a Louise resguardar el nudo en su garganta que le impidió responder. El príncipe respiró cansado, y volvió a hablar. —En un documento, estaba la confirmación de la muerte de mi mamá. Pero en las cartas, alguien escribió con… mucha falsedad lo arrepentido que estaba por haber hecho eso. Elion rió adolorido, despeinando su cabello en frustración. —¿Sabes quién es verdad? La maldita persona que se hace llamar mi padre. El mismo que manchó esas cartas con sus sucias lágr
Mordió su lengua cuando en su cabeza se repitió tantas veces, “¿por qué no lo haces?”. —Espero que sea “increíble” por haber soportado tanto en esos horribles años, para mí.El semblante de Elion se tornó preocupado. —¿Te pasó algo durante ese tiempo? —“Qué cosas no me pasaron…” Susurró seguido de un suspiro. Miró seria al príncipe, observándolo por unos segundos hasta que desvió su mirada con desaliento. Lamió sus labios rojizos con nerviosismo.—¿Alguna vez te preguntaste por qué trabajo como institutriz aquí? —La pregunta no se la esperó el castaño, pero tampoco le dejó responder. —Desde pequeña, como te conté, crecí en un orfanato porque simplemente mis padres no quisieron tenerme. —Tr
—Louise, cariño. —La nombrada le miró extrañada con miedo en sus ojos. —Yo lo único que quiero hacer es que ese hombre se muera, y seré feliz el resto de mi vida. No me importa lo que hagan mis “hermanos” con su vida, porque una parte de mí por fin será libre, al saber que ese tipo ya no existe. Intentó replicar, pero él se lo impidió. —¿Podremos seguir juntos si mi padre sigue en el camino? —Se quedó en silencio por unos segundos, mirando directamente a los ojos preocupados de su Louise. —Ya una vez han intentado secuestrarme, ya sabes todo lo que te ha hecho y lo que te sucedió esa noche. —Lo dice con tanto sentimiento, énfasis en cada palabra que le trajo ganas de llorar. Un nudo en su garganta y sus ojos volviéndose llorosos. —No quiero perderte a ti también, ¿sí? Ahogadas quedaron sus lágrimas en el hombro de Elion. Le abrazó inseparable, no queriendo que sus manos se alejaran de su espalda. No queriendo perderlo también. Y
—¿Cuántas veces voy a decirte que estoy bien? Puedo tomarme el medicamento después, no sé por qué tanto escándalo. —Explicó con desinterés, meneando el cubierto entre sus dedos y provocando que su hermana tomara una profunda respiración.—Anoche de repente te quejaste de que te dolía, no me mientas. —Elion miró hacia el vacío, y luego miró a los ojos de Louise. Aprovechando que Alina solo podía ver el rostro de la mujer. —Hice mucho esfuerzo físico, era normal que doliera.Una sonrisa ladeada le obsequió, sabiendo lo frustrante que sería para Louise mantener su rostro sin expresión. ¡Y claro que lo fue! Porque no hacía más que llevarse las frutas de su plato a la boca, con mucha lentitud, sin despegar la mirada de la suya.Era un imbécil.... Un imbécil provoc
Hostigador fue el tono con el cuál se dirigió a Alina. —¿Oliver tiene esa carta ahora mismo? Ella negó de prisa. —La tengo yo. —Su rostro no cambió, pero el nudo en su garganta se aminoró. —Pero… de igual forma se lo dije a Oliver, aunque era obvio que ya la había visto. —¿Y qué fue lo que te dijo? —Preguntó con el ceño fruncido, apuntando hacia ella con un movimiento de su cabeza. —Me dijo que me encargara de eso, o que te pidiera ayuda. Que estaba muy ocupado como para ocuparse de algo que no era su importancia. —Vaya, gracias. —Dijo esta vez el príncipe con ironía, resoplando por eso. Louise intentó dirigir su mirada hacia él, pero Alina tomó su atención otra vez. —¿Cómo supiste que era de ellos la carta? —Ya he tenido experiencias con sus gestiones. —Se dio la vuelta y pasó sus dedos por el escritorio pensando seria. —Son los únicos en este momento que podrían haber hecho llegar esta carta hasta aquí. Lo normal es que las peticiones de los
—Es una verdadera sorpresa encontrarme con ustedes aquí, me ahorraré el tiempo de hablar por separado. Comunicó con una ligera sonrisa que no mostraba sus dientes, las botas haciendo un ruido en seco con cada pisada que elevaron los nervios de Louise. Postrada sobre el suelo sin moverse un centímetro, con las manos detrás de ella. Quería mirar a Elion, quien estaba detrás suyo sin decir una palabra para asegurarse que no sucederían discusiones aquí. Él no conocía de nada a Dóminic a excepción de Alina, que tampoco le conocía de mucho pero algo es algo. —Dóminic, es una sorpresa para nosotros que estés aquí. —Sonrió la princesa extendiéndole la mano, él la tomó con un asentimiento parecido a una reverencia. —No te he visto merodear por el palacio, ¿estás ocupado? —He estado ocupado, sí. Le envió una mirada rápida a Louise antes de volver a mirar a la rubia, firme. —Tuve que dejar mi puesto aquí en el palacio para encargarme de una situación en
Ninguno en esta sala sabía lo mucho que quería destrozarle la vida a Alan. Romper esa altanera y orgullosa cara que hacía cuando terminaba por molestarle con sus incesantes palabras cargadas de envidia.¿Creían que iba a quedarse sin hacer nada cuando seguía hostigando a Louise? No. Cuando se trata de ella, iba más en serio que cualquier cosa que haya hecho en su vida. En su infancia como príncipe, o su pasado oculto que nadie más que ella sabía.Alan estaba cruzando el límite, y en cuanto lo atrapara sería su fin.¿Lo peor? Él no era el culpable de su secuestro. Elion lo tenía muy en claro, perturbar la ira del rey era algo que él ha hecho desde que llegó aquí y en su mente no cabía otra persona que su padre.Esa última vez que habló con él en su oficina, amenazándolo de que la pasaría muy