"Existen deseos inconfesables, excitantes y jodidamente eróticos. Tú, por ejemplo." –David Sant.
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Una vez en casa no dejé de ver aquel papel, el mismo que no me decidí a meter en los papeles que debería revisar Sandy para llevar las cuentas.
—Aitana, una pregunta—, como si la hubiese llamado con el pensamiento, mi hermana entró en mi habitación con computadora en mano—. Creo que hace falta una comanda, no me cuadran las cuentas del día.
Se sentó en la cama a un lado de mí y yo solo hondeé ese papelito amarillo.
—¿Por qué no lo pusiste?
—Porque me da pena que nuestro papá vea esto—. Respondí.
No tardó mucho en entender y reír al igual que Dana lo había hecho durante la tarde, incluso bromeó al respecto y yo solo me sentía rara.
—Mi padre es tan inocente que sabes bien no lo entendería; ahora que si lo quieres conservar como recuerdo, pues no me opongo.
Vi de nu
¡Hola lectoras y lectores! Quiero agradecerles el recibimiento que le brindan a la novela. Espero continúen disfrutándola. Me encantaría leer sus comentarios, entusiasman demasiado sobre lo que les parece. Nos vemos.
—¿Qué dicen si hoy vamos a buscar nuestros atuendos para la noche y comprar lo que haga falta? —Preguntó Mariel. Ella, Danae y yo desayunábamos en una de las mesas de la cafetería. Arione había preparado algunos emparedados para todas y un delicioso licuado de fresa con chocolate. Ya habían pasado los dos días de plazo y no podía con mis nervios. —Pero tengo que trabajar y no puedo desatender el lugar—. Y mi consciencia no me dejaría tranquila. «¿A quién quieres engañar? No podrías con la desesperación de saber lo que te depara como sorpresa» —Dijiste que hoy volvían las otras dos chicas de sus vacaciones, podrías dejarlas encargadas y regresar después—. Mencionó Danaeli. —Quizás podría, pero por la tarde ¿les parece? Lo vemos en la tarde y vamos a casa de Mariel a arreglarnos. »Creo que saliendo a las cinco de aquí alcanzamos algún lugar abierto para comprar lo necesario ¿cierto? —Bueno, no podemos negarnos a
"Un orgasmo es el abrazo de dos almas que sonríen de placer."–Danns Vega. ° ° ° Marqués de Sade Pocas veces la belleza femenina me resulta aturdidora y esta era una de esas escasas ocasiones. La castaña seguía hablando acerca de los postres, recomendaciones de casa, las bebidas que le resultaban deliciosas al paladar y un sinfín de cosas que se volvían banales. Me encantaba ver sus piernas, la verdad, el trasero bien torneado e incluso el busto bastante delicioso que se asomaba en su escote pronunciado. Era, también, una de esas noches que preferiría seguir leyendo un buen libro en la oscuridad de mi habitación o entablar una plática con alguna mujer del chat al que últimamente había estado entrando por las noches después de una deliciosa sesión de sexo por teléfono con aquella chica; pero aquí estaba, esperando por algo que en reiteradas ocasiones vislumbré como una completa locura, como la m
"No huyas de mí, dulce ángel, estar en mi infierno no es malo. Deja el miedo y anímate a arder." -Manuel Ignacio.° ° °Asher—Deberías saber, Julietita, que eso es de mala educación.La empujé contra el sillón para quedar sobre ella causando su diversión.—El lobo siempre sí es feroz ¿Eh? Yo pensaba que era un lindo perrito inofensivo.Fruncí los labios, entrecerré los ojos y negué con la cabeza.—No debiste decir eso, conejita.Tomé su cabello para tirar levemente de él y tener su cuello más libre para lamerlo y morderlo un poco como deseaba hacerlo desde que le susurré en la fiesta.—Espera, espera, sin dejar marcas que puedan verse ¿De acuerdo? —Mencionó espantada, pero con un ligero tono extasiado.
No tardó en comenzar a mover las manos bajando desde la boca hasta la división entre sus senos, luego giró para recargarse en la ventana que daba hacia el balcón y continuar moviendo la cintura. —Imagina que me doy una nalgada—. Mencionó. —No, esto no funciona así, sabes bien que ya me consolé mucho con la imaginación así que en esta ocasión no lo imaginaré porque yo mismo te ayudaré con eso. Me levanté de inmediato para darle una nalgada que pusiera roja la nalga derecha. No me volví a recostar, me quedé sentado en la orilla de la cama solo admirándola. Se acercó más a mí hasta poder sentarse en mis piernas y pasar mi cabeza por sus brazos sosteniéndose de ella para continuar bailando. —¿Sigues creyendo que fue mala idea el atarte? —Pregunté. No respondió, continuó bailando y restregando su trasero contra mi pene que poco a poco se ponía más erecto, hasta que no me pude resistir y la tomé de la cintura para pegarla más a mí, que sinti
"Mi opinión en lo que se refiere al placer, es que hay que emplear todos los sentidos."-Marqués de Sade.° ° °"...Siguiendo con mi curioso relato, ¿recuerdas la vez en que me mostraste la entrada al averno que significó ser parte de tu vida durante tanto tiempo? Fue justamente el recuerdo que me mantuvo al borde del llanto noche y día. ¿Recuerdas la manera en que me devoraste? No mentiste al decir que después de esa ocasión nada volvería a ser igual. No fue mentira porque después de entregar mi alma al diablo más peligroso tal cual lo dije aquella ocasión, nunca nada volvió a ser lo mismo. Si tan solo hubiera tomado tu palabra de largarme cuando me fue posible, si tan solo no hubiera probado tu maldito cuerpo, si me hubiera resistido un minuto más. Ahora hagamos memoria en la parte más importante de t
“Hay hombres tan provocativos que cuando los miras se te hace agua y no precisamente la boca.” –Anónimo. ° ° ° Desperté para encontrarme sola en la cama, envuelta en una sábana que no recordaba haber tomado. Me dolía el cuerpo más que las veces en que me ejercitaba con las rutinas de zumba. Era un dolor que atacaba las piernas, y cuando sentía como si algo se estirase fuerte en mi entrepierna recordaba la forma en que el cuerpo de Asher estuvo sobre mí, entre mis piernas y separándolas para llegar más profundo de lo que yo pensé podría ser posible. Continué meditando si había experimentado alguna vez una carga de placer como la de anoche, si en algún momento alguien me había hecho tener conciencia de mi cuerpo, de lo que me gustaba y lo que no, o siquiera había tenido una pareja sexual que buscara clavarse dentro mío tan fuerte y, a la par, que mi cuerpo lo aceptara y se adaptara tan bien a él. Y mientras más
—Yo creo que comprendes, pero bien, seré explícito ¿por qué mentir acerca de quién eras en realidad y hacerme creer algo que no eras?»¿En algún momento pensaste en lo que pasaría cuando descubriera todo?No pude continuar sosteniéndole la mirada, había olvidado que no hubo explicación de mi parte para todo el embrollo que había montado durante tanto tiempo. Miré el plato sobre la mesa evitando el contacto visual, evitando sentirme de nuevo culpable por haber hecho un teatro.—Vale, no dirás nada, perfecto.—No lo sé Asher, ni yo misma comprendo por qué lo hice. Puede que haya sido miedo, pánico, ansiedad, no lo sé totalmente, solo sé que diario me levantaba con la ferviente idea de decirte toda la verdad y lo callaba porque creí que en cuanto lo dijera te alejarías y no te culpo, yo lo
“Los hombres son más prestos a devolver un agravio que un favor, porque la gratitud es una carga y la venganza un placer.” –Robert Greene. ° ° ° Bajé las escaleras percatándome de la forma en que Danae y Mariel observaban al hombre recargado en la puerta de manera despreocupada, pese que se daba cuenta que la tensión sexual crecía en esa área de la casa. Me vio e inmediatamente sonrió. —¿Ya ven? Les dije que no había de qué preocuparse, ella está bien… muy bien—. Enfatizó esa última oración y tuve que sostenerme del pasamano para no caer de nalgas contra las escaleras. Solo hasta ese momento pude ver con detenimiento la gran cicatriz que tenía en el tórax, justo del lado derecho en la parte superior de las costillas, aunque una parte intentaba cubrirse con un tatuaje que entendí era una frase en otro idioma y números griegos. Era algo de lo que seguramente no me había percatado por mi alta cantidad de hormona