Era un asunto difícil de abordar mirase por donde mirase. Decir las palabras adecuadas de la persona con la que se había casado y que tenía un amante a pesar de estar en una relación formal y además enlazados era una situación a la que uno no se presentaba todos los días. Para cuando Lara se decidió por fin a hablar ya había hecho tres trenzas de cabello de su esposo.-Marido mío, sé que es duro lo que te voy a decir, pero me enteré de algunas cosas estos días--¿Te refieres a la persona que fue a visitarte a la manada?-Al parecer el lobo si sabía todo lo que ocurría.-La verdad es que después de irme con Mator y antes de que Lucer me trajera a su manada yo me volví a encontrar con esa persona- notó que el ceño de Mathew se fruncía- Su nombre es Malia, y como sabes es conocida de Lara desde que eran jóvenes. No sé si lo dijo sinceramente, pero contó que este cuerpo estuvo con bastantes machos antes- alzó un poco la cabeza, el rostro de Mathew seguía igual, tragó en seco- antes de cas
Lara se estremeció y apenas pudo evitar soltar un gemido. Se mordió la uña y puso una expresión de falsa inocencia. Sentía como su sexo se mojaba aun más y apretó los muslos con emoción-Pero, marido mío, quiero ser follada por ti- no supo de donde le salieron esas palabras tan vulgares.Sintió a Mathew temblar detrás de ella y su cabeza se escondió sobre su hombro jadeando, su cabello se desplazó por el costado del cuerpo de ambos. Algo duro y palpitante estaba chocando entre las nalgas de Lara y esta solo se corrió hacia atrás para aumentar el roce.-Lara- gimió Mathew contra su piel- Al decirte que tienes que descansar no era un juego- apretó los dientes buscando todo su autocontrol, pero hacerlo después de varios meses sin tener precisamente sexo era una lucha contra su fiera interior y su esposa, a pesar de todo, hacía todo lo posible para no ayudarlo.-Es que, marido mío- hizo un puchero la bruja- cada vez que nos arreglamos y estamos en buenos términos, es como que me gusta que
De todas las preguntas que podían hacerle, sobre todo en un momento tan caliente como aquel, precisamente tenía que ser aquella y en ese momento, que hizo que todo su cuerpo se tensara notablemente. Golpeó las manos de su esposo lejos de sus ahora pechos lactantes y se cubrió subiendo la ropa sin mucho éxito. No se había dado cuenta que durante el orgasmo había liberado su control sobre ese lugar de su cuerpo y ahora por más que hiciera no paraba de humedecerse.Hizo el intento de levantarse más avergonzada de lo que se esperaba, pero las manos de Mathew la detuvieron en su lugar por la cadera.-Suéltame- pidió Lara en casi un murmullo con un nudo en la garganta.-Primero cálmate un poco- su esposo pasó una mano por el costado de su muslo buscando tranquilizarla un poco, había puntos allí que al ser presionado dejaban salir el estrés, pero no parecía estar funcionando con la bruja.-Pero yo... y tú lo viste y... - tartamudeaba.-¿Y qué tiene de malo?- Mathew la giró un poco entre sus
Los dos alfas se retiraron la ropa para dársela a Lara, aunque Mathew le gruñó al otro macho para que se girara. Sin embargo, Lara se había dado una buena imagen del otro lobo, aunque lo personal, su esposo estaba mucho mejor. Agarró la ropa de ambos en sus brazos mientras se transformaban. Después se subió sobre el lomo de Mathew. Sentía sus piernas pesadas, quizás debido a lo grande de su barriga que solía cansarla bastante. Las casas de los lobos de la manada de Lucer, al igual que la de su esposo, se encontraba a pocos minutos y aunque no era una manada tan grande había bastante movimiento. Lara se emocionó levantándose del lobo con una enorme sonrisa. Detrás de ella los dos alfas se transformaron y Mathew tuvo que quitarle la ropa fuertemente sujetada entre sus brazos para poder vestirse.-Bueno, puedes escoger lo que quieras, va por mi cuenta, estás feliz con eso, es mi disculpa- Lucer llevaba sus brazos cruzados sobre su pecho y una mueca.-¿En serio?- Lara se giró hacia el ot
Lara les ordenó que se quedaran un poco detrás, no queriendo que ellos interfirieran y confiando en sus habilidades, y se detuvo delante de la tarima de madera bastante rústica y tosca como todo lo del interior que contrastaba con la tienda exquisita y elegante de al lado. Detrás de este se escuchaban las voces de los lobos, y el sonido del metal siendo golpeado, las llamas volaban de un lado a otro seguido de las chispas. Había un calor inmenso que hizo que la nuca de Lara se humedeciera, pero se quedó allí hasta que un lobo grande y rudo, con la camisa amarrada a la cintura dejando a la vista un buen conjunto de músculos duros y sudados, la atendiera.El macho estudio a Lara deteniéndose en la barriga que no encajaba con sus fracciones delgadas y arqueó la esquina de la boca.-¿Qué desea?- a diferencia de su aspecto su trato no fue tan brusco.-Quiero vender esto- puso sobre la mesa tres de las joyas que le habían regalado y que Lucer le había devuelto junto al resto que se quedaron
Mathew le dio un toque en la nariz y se encaminó hacia un puesto donde cocinaban algunos bocadillos dulces. Lara aprovechó y mordió el borde de su dedo dejando caer una gota de sangre dentro de la bolsa sellando el pacto con esta, ya nadie podría utilizarla además de ella, y guardó todo lo que su familiar cargaba. Le acarició la cabeza por su buen trabajo y se quedó esperando a que su esposo volviera.-Por favor, deja de sonreír así- Lucer a su lado la regañó nuevamente-¿Así? ¿Así como? - Lara alzó sus cejas.Lucer resopló.-Como si fueras una idiota enamorada, solo hay que mirarte, es desagradable--Solo estás celoso- se burló Lara- Además, estoy enamorada que se puede hacer--¿Estás enamorada?- Lucer puso una expresión extraña- En ese caso por qué no se lo dices a tu esposo, delante de mí y lo demuestras- lo retó.-No tengo que demostrarte nada- lo reprendió Lara con las manos en su cintura algo regordeta.-¿Qué no tienes que demostrar?- Mathew volvió con una bolsa que olía extrema
Dyna esperaba intranquila en la entrada de la manada removiendo sus manos, tan fuerte que su hermano tuvo que tomarlas y aguantarlas dentro de las de él. Su alfa había mandado un mensaje de que ese día volverían, tanto él como la joven luna, Lara, pero ya estaba atardeciendo y no había rastro de ellos y se estaban poniendo impacientes.La menor de los hermanos había estado tan preocupada que apenas había dormido, solo después de que Byron le había casi obligado había descansado. Mathew les había contado brevemente en el mensaje que había ocurrido, pero necesitaban detalles. Al menos era una tranquilidad que la bruja volviera.Los minutos se hicieron eternos cuando divisaron dos figuras oscuras a lo lejos, un lobo oscuro y grande y una persona sentada sobre otro lobo que se fundía con ella. Eran sus líderes. Dyna se emocionó, por su parte Byron también estaba feliz, pero retrocedió unos pasos al ver que la cosa peluda era muchos centímetros más grandes que lo que recordaba.Mathew y La
Como toda la Luna y segunda al mando de la manada, Lara cumplía su rutina al pie de la letra. Se despertó temprano, su esposo ya se había ido hacía un tiempo por lo que el lado de su cama estaba otra vez frío. Asintió a sus clases matutinas junto a la hermana de este que no paraba de sacarle en cara que se había supuestamente escapado a pesar de que Mathew se las había ingeniado para justificar su salida de la manada, con la compra de las bolsas para darle una sorpresa. Nadie dijo lo contrario.Por supuesto, no hubo un momento de esa mañana que no se burlara de Dyna que a pesar de mantener su pose normal y recta, esta apenas hacía contacto visual debido a la vergüenza de ser atrapada el día anterior en plena intimidad con su hermano. Lara había encontrado que era bastante entretenido hacerlo.Desde que se había despertado había sentido una molestia constante en su pecho, pero estos estaban secos por lo que solo se lo atribuyó a su forma de dormir. Se masajeó un poco encontrando un poc