El ruido de la porcelana rompiéndose en el suelo estremeció el silencio de la habitación. El lobo elegante vestido en sus ropas negras miró los pedazos destrozados en el suelo. Algunos de ellos con leves gotas de sangre. Sangre que también estaba en la mano de su pareja. Frunció ligeramente el ceño, pero no dijo nada.Byron tragó en seco y se levantó. Había recibido una orden y tenía que hacer caso.-Espera- la voz de Mathew lo detuvo- Ayúdala a volver a la cama-El lobo asintió y estiró sus manos para ayudar a Lara cuando esta se las golpeó sin despegar su mirada del rostro de su esposo. Se notaba que estaba más allá de lo molesta.-Que lo haga él - dijo con los dientes apretados. El lobo se quedó congelado sin saber qué hacer. Su alfa le decía que lo subiera a la cama, pero la bruja estaba renuente con la idea.Byron cerró los ojos y se levantó de golpe.-Con todo el respeto que ustedes se merecen- dijo con demasiada educación- A mí no me metan en sus discusiones- se giró hacia Lara
Lara no supo cuánto tiempo ambos estuvieron abrazados, pero fue bastante para que la espalda le llegara a doler y el cansancio se haber estado enferma varios días volviera. Aun así, no quería apartarse de Mathew. Sabía que había ganado, pero aun así la intranquilidad todavía estaba presente.Culpó al embarazo. Ella siempre fue alguien segura de sí misma y allí estaba. Casi desmoronándose si ese lobo la dejaba.Sintió como la nariz de Mathew aspiraba su aroma restregándose contra su piel.-Marido mío. Espera. No me huelas. Aunque me has mantenido limpia no me he bañado apropiadamente y debo oler feo porque me siento bien cochina y con esa nariz de ustedes de seguro debo oler a esperpento-Ante sus palabras Mathew alzó su cabeza y se quedó frente a ella antes de dejar un beso en la punta de su nariz.-Hueles bien--Si, lo que tú digas pero yo no comparto tu opinión. ¿Crees que puedas llevarme para que el agua haga maravillas conmigo?- señaló sus piernas con el dedo. Estas se dieron de b
Mathew suspiró. Por más que quisiera tenía que aceptar que su esposo era... particular. Y a eso se le añadía que ahora, gracias a ella tenía sus dos nalgas algo rojas. Lara no había escatimado en golpearlas con fuerza y dejar sus dedos marcados.Sabía que su cuerpo estaba bien formado resultado de muchísimos años de entrenamiento y de su fuerte genética como lobo. No tenía ni una gota de grasa de más y la poca estaba repartida estratégicamente. Y su esposa se encargaba todo el tiempo de recordarle lo bueno que estaba. No tenía pelos en la lengua para vacilar su cuerpo.-Marido mío- Lara se mordía la uña con sus ojos brillantes y una sonrisa pícara en su rostro- tu trasero se ve delicioso así rojo- se burló- Y además se siente rico tocarlo ¿puedo seguir?-Estiró la mano para agarrar uno de los glúteos cuando su muñeca fue agarrada por Mathew deteniéndola en el camino. Le gustaba que lo tocara, pero la comezón en sus nalgas no era nada graciosa. La bruja no tenía conciencia de su fuerza
Lara cerró sus labios cuando terminó de decir la última palabra sin omitir ningún detalle. Agradecía que tuviera una buena memoria para lo más importante. Puedo jurar que había lanzado una bomba y de las buenas.La expresión en los rostros de sus hermanos era contrariada además de estar los dos pálidos. Ni siquiera podían hablar y el que más nervioso estaba era Byron.-Lo siento- lo vio inclinarse marcadamente poniendo su frente sobre la sábana. Sus manos temblaban- Sé que no eres Lara pero ese es su cuerpo- su voz se oía sumamente extraña- Yo traté muy mal a Lara, nunca intenté entenderla. Lo siento- apretó sus ojos. Podía ser alguien con mal carácter, pero era un buen lobo y pensar que había ayudado en el sufrimiento de alguien lo hacía sentirse muy culpable.Su hermana lo copió.-Yo también lo siento. Estuve todo el tiempo a su lado y no hice nada- en cambio la voz de Dyna era rota.Lara esbozó una leve sonrisa y se inclinó hacia adelante poniendo una mano sobre las cabezas de ambo
Mathew soltó el pezón húmedo y sumamente hinchado después de haberlo chupado y estimulado con su boca hasta ser desesperante para la dueña de este. Una muy fina línea blanquecina salió de él como último rastro del líquido.Como buen esposo dedicado a su tarea había tragado con ansias todo lo que aquel lugar tenía para ofrecerle. Ahora había rastros del sabor dulzón en todo su paladar. Era delicioso y exquisito. Se relamió los labios llevándose los restos sobre estos.-Marido mío, estás lleno- Lara bromeó uno de sus habituales comentarios, jadeando, pero con una enorme sonrisa en sus labios. Sus mejillas estaban totalmente teñidas de rojo y sus dedos se enterraban en el cabello de su esposo quitándolo de su rostro- Te ves feliz-Mathew acarició su cadera, Lara estaba sentada a horcajadas sobre él y alzó su mirada azulada.-No me mires así, amor, me estremeces- Lara agarró las mejillas de su esposo y atrajo su rostro hacia el suyo besando la comisura de sus labios- Sabes que tus ojos ah
Mathew se pasó la lengua humedeciendo sus labios y se volvió a recostar con el ceño fruncido. No le gustaba ver a Lara sufrir y además la experiencia no estaba siendo fácil para los dos. La bruja respiró y relajó sus músculos internos y poco a poco siguió descendiendo sintiendo como sus paredes vaginales eran dilatadas y separadas tras la invasión del miembro del lobo.Un escalofrío recorrió su espalda cuando su cadera tocó la pelvis de su esposo. Apretó sus labios y sus ojos. En esa posición tenía todo el miembro dentro de ella y se sentía desesperantemente llena, incluso presionando su cuello uterino como si quisiese traspasarlo. Abrió los labios dejando salir un gemido de alivio. Estaba agotada y apenas empezaba.-Lara- Mathew la llamó. Sus dedos masajeaban su cadera para aliviarlo de cualquier incomodidad, así como su otra mano rozaba el clítoris para hacer que se humedeciera más y le fuera más fácil.La mujer sacó el pulgar hacia arriba dándole a entender que todo estaba bien mie
Un mes. Solo faltaba un mes para que los ojitos chiquiticos y hermosos que de seguro tendría su cachorro la miraran y ella llenara su rostro de besitos. Porque sí. Lara ya tenía 8 meses cumplidos.Y a pesar de tener un peso adicional y humedad en el pecho, los pies que se hinchaban hasta por gusto. Incómodos dolores de espalda, cambios absurdos de carácter, ella amaba su abultada panza y la vida que crecía dentro de ella.Pero ese día no estaba tan emocionado por ello. Había dos cosas que ocupaban completamente enfocada en dos cosas. Primero, hoy llegaba su primer lote de mercancía, fruto de sus tierras. Y segundo, un poco más tarde visitarían la tumba de su suegro para darle los respetos.En ese momento se encontraba en la entrada de la manada. Caminaba torpemente de un lado a otro con una mano detrás de su espalda y la otra sobre su enorme panza. Tenía una sonrisa en sus labios.-Mi luna, debería volver y descansar, sus pies volverán a dolerle al igual que su espalda. Ayer casi no p
El grupo de recién llegados se detuvieron delante Lara y esta enfocó sus ojos y sonrisa en ellos. Sobre todo, en el lobo que encabezaba la pequeña caravana.James, el lobo que había conocido aquel día no había cambiado en esos meses.-Hola, joven luna- la saludó con una leve inclinación que lo hizo verse bastaste cortés a pesar de que su aspecto rudo.-Los llevo esperando- la emoción de Lara exhalaba por cada poro de su cuerpo ¿Lo trajiste?-El lobo asintió y la guio hacia una de las tres carretas que estaban detrás de él. Una de ellas llenas de rollos de tela muchas de ellas incoloras y una pequeña parte trabajada con una técnica de pintura sobre textura que ella les había enseñado. Las otras dos estaban cargadas de semillas de cacao. El olor era abrumador.James destapó una de las cajas con las semillas y Lara agarró una llevándola a su nariz y aspirando el aroma.-Está en muy buen estado- la estudió ya que hacía unas semanas que no había podido ir personalmente debido a su embarazo