ALISA
Solo tenían un día para arreglar todo para su viaje porque Velkank dirigiría la lanzadera al día siguiente para llevarlos a la nave principal y ella estaba realmente nerviosa. No dejaba de pensar en todas las cosas que tendrían que hacer, toda la presión de tener que hablar con el gobierno Prometius y sus pensamientos para la humanidad. De verdad agradecía que Tiana se hubiera ofrecido a ir con ella, porque aunque la había dicho a su amiga que no necesitaba hacerlo, le gustaba tener el apoyo de un rostro conocido a su lado. Claro que, eso era algo que definitivamente no le diría a Vilkank a menos que quisiera que su demonio entrara en pánico y cancelara el viaje.
Sabía que él solo quería lo mejor para ella, pero eso no podía ser pensado por encima de la seguridad de todas las personas que quedaban desvalidos en la tierra, sobre todo luego de
ALISA-¿Quién eres?- Exigió ella -¿y cómo nos encontraste?La mujer la miró con molestia sin decir una palabra.-Es mejor que empieces a hablar- amenazó Tiana acercándose con una mirada aterradora -o me encargaré de hacerte hablar y créeme, no te gustará.Fue entonces que la expresión de la mujer cambió. La preocupación la cubrió como agua helada.-Mi nombre es Virginia Cortés- informó la mujer -y vine aquí buscando una ubicación.-La científica- dijo ella recordando el nombre -eres tú con quien estuve hablando.Virginia pareció sorprendida hasta que sus ojos se abrieron con reconocimiento.-¿Eres Alisa?- Preguntó pareciendo bastante interesada.-Sí, soy yo- admitió ella para molestia de Tiana.-No deber&iacut
ALISASe levantó temprano, si a eso se le podía llamar dormir. Alisa sabía que su descanso no había sido exactamente profundo ni relajante porque los nervios no la dejaban tranquila, en un momento de la noche se preocupó por estar molestan a Vilkank, pero cuando se volteaba a verlo él solo la abrazaba con fuerza antes de que su respiración acompasada la calamara un poco. Fue de ese modo, con su cabeza hundida en el pecho de su demonio y su olor natural en sus fosas nasales, que logró quedarse dormida por fin. Había sido intranquilo, bastante ligero, pero era mejor que no haber descansado nada.Ella se arreglaba sin decir demasiado y Vilkank la acompañaba, luego de ponerse los trajes para viajes espaciales que él les había entregado, esperaba que Tiana no estuviera entrando en pánico en ese momento. Luego de estar listos su demonio le sonrió y le o
ALISAVilkank se levantó con cuidado dejándola en el piso, ella se acercó hasta Tiana para ayudar a su amiga y juntas caminaron con su demonio hasta la salida de la lanzadera. La puerta se abrió para mostrar un conjunto de naves parecidas a la lanzada en la que estaban, una más grandes otras más pequeñas. Fue entonces que vieron a Velkank cruzar las puertas de acceso y acercarse a ellos. El hombre era del mismo tamaño que su hermano salvo por el hecho de que era incluso más musculoso que su demonio, su piel era de los mismos tonos rojos, pero los ojos del segundo hermano eran un poco más claros.Tiana parecía hechizada, por lo que cuando Velkank estuvo frente a ellos no pudo evitar sonreír complacido, esos dos se miraban como si fueran a saltar sobre el otro en cualquier momento, por lo que ella prefirió evitarse la escena de primera mano. Se volte&oacut
ALISADespués de un comida llena de sonrisas, anécdotas y buenas experiencias fue el momento de regresar a la realidad. Alisa sabía que los nervios serían parte de su día hasta que pudiera enfrentarse al gobierno Prometius, así que dejó que todos terminaran sus alimentos. Ella no había podido comer demasiado, solo lo suficiente como para que su estómago lleno de mariposas se calmara. Vilkank todavía sostenía su mano dándole ánimos, podía sentir esa mirada intensa sobre su cuerpo por lo que comprendía que él la miraba para comprobar que sus nervios no se salieran de control, era algo que le agradecía.Una hora más tarde los cuatro estaban reunidos en el centro de la cabina de mando Velkank estaba concentrado en el estado de las comunicaciones mientras su demonio calmaba un poco sus nervios lo mejor que podía. Habl
ALISAElla asintió conforme.-Solo si accede, usted y la hembra que la acompaña, a responder una serie de preguntas- siguió el dirigente que no se había presentado.-De acuerdo- aceptó ella de inmediato.-Bien- aseguró Tiana.El hombre asintió conforme antes de comenzar a hacer preguntas.-Sabrán que la imagen que ambas presentan de su especie frente a esta conferencia es atrayente- inició él.-Se nos ha informado que la especie con la que se nos compara son los Rexias- confirmó ella -sabemos que resultamos atractivos, sí.-¿Qué tan parecidos son los humanos a los Rexias?- Preguntó el hombre.-No sabría decirle puesto que jamás he visto a un Rexia- dijo ella -la información que poseo de ellos es solo la que Vilkank me ha proporcionado.-Superficialmente son muy par
VILKANKLa llevaba en sus brazos, él llevaba a Alisa en sus brazos mientras reía divertida porque corrían a través de los pasillos de la nave hasta la habitación en la que se había quedado antes de bajar a la tierra. No le importaba a quien pudieran encontrarse, ni que obstáculos se presentaran, en su mente lo único que interesaba en ese momento era llegar a un espacio privado donde pudiera tener a Alisa desnuda para él. No comprendía como le encanaba tanto aquella hembra humana, pero así era, no quería negarlo y le gustaba que a ninguno de los dos les gustara estar lejos del otro.Entre risas llegaron a la habitación y él los tumbó a ambos en el lecho, se besaron con deseo hasta que las carcajadas de Alisa los hicieron separarse. Ella se veía alegre, más calmada, como si un peso hubiera desaparecido de su cuerpo y entend&iacu
VILKANK-Eso fue dulce y maravilloso- dijo ella sin aliento y sus mejillas ruborizadas.-Todavía no termina- afirmó él con algo de vergüenza sabiendo que su cuerpo todavía seguía llenándola.-Puedo sentirlo- afirmó ella con simpleza apresándolo con sus piernas.-Supongo que es un efecto de la inyección- comentó él.Alisa solo lo besó antes de abrazarlo con suavidad. Se quedaron de ese modo hasta que sus cuerpos se separaron cansados y sin energía.-Creo que los hombres Prometius están hechos para los hijos- comentó ella con algo de risa -mucho más que los humanos.-¿No es normal para los machos humanos una mayor producción de semilla cuando desean tener hijos?- Preguntó él genuinamente curioso.-No, así no funciona- negó ella con una sonrisa -los
ALISALuego del desayuno tranquilo y divertido junto a su amiga y los demonios Prometius que las acompañaban era momento de comunicarse con la tierra. Ella deseaba hacerle un millón de preguntas a Tiana sobre su escape con Velkank del día anterior, no se le había pasado que su amiga se había ido con el hombre luego de la pequeña celebración que habían tenido, y aunque las dudas se arremolinaban en su mente curiosa no era el mejor momento para hacerlas. Dejaría que tuvieran un poco de privacidad antes de molestar a Tiana con un poco de venganza en sus venas. Además, bastantes cosas pasaban en su vida en ese momento, debían poder darle prioridad a las que eran novedad.Juntos decidieron que era momento para la llamada que habían dejado postergando desde el día anterior. Caminaron hasta el centro de la cabina de mando de la nave mientras Vilkank la sosten&i