ALISA
Vilkank se levantó con cuidado dejándola en el piso, ella se acercó hasta Tiana para ayudar a su amiga y juntas caminaron con su demonio hasta la salida de la lanzadera. La puerta se abrió para mostrar un conjunto de naves parecidas a la lanzada en la que estaban, una más grandes otras más pequeñas. Fue entonces que vieron a Velkank cruzar las puertas de acceso y acercarse a ellos. El hombre era del mismo tamaño que su hermano salvo por el hecho de que era incluso más musculoso que su demonio, su piel era de los mismos tonos rojos, pero los ojos del segundo hermano eran un poco más claros.
Tiana parecía hechizada, por lo que cuando Velkank estuvo frente a ellos no pudo evitar sonreír complacido, esos dos se miraban como si fueran a saltar sobre el otro en cualquier momento, por lo que ella prefirió evitarse la escena de primera mano. Se volte&oacut
ALISADespués de un comida llena de sonrisas, anécdotas y buenas experiencias fue el momento de regresar a la realidad. Alisa sabía que los nervios serían parte de su día hasta que pudiera enfrentarse al gobierno Prometius, así que dejó que todos terminaran sus alimentos. Ella no había podido comer demasiado, solo lo suficiente como para que su estómago lleno de mariposas se calmara. Vilkank todavía sostenía su mano dándole ánimos, podía sentir esa mirada intensa sobre su cuerpo por lo que comprendía que él la miraba para comprobar que sus nervios no se salieran de control, era algo que le agradecía.Una hora más tarde los cuatro estaban reunidos en el centro de la cabina de mando Velkank estaba concentrado en el estado de las comunicaciones mientras su demonio calmaba un poco sus nervios lo mejor que podía. Habl
ALISAElla asintió conforme.-Solo si accede, usted y la hembra que la acompaña, a responder una serie de preguntas- siguió el dirigente que no se había presentado.-De acuerdo- aceptó ella de inmediato.-Bien- aseguró Tiana.El hombre asintió conforme antes de comenzar a hacer preguntas.-Sabrán que la imagen que ambas presentan de su especie frente a esta conferencia es atrayente- inició él.-Se nos ha informado que la especie con la que se nos compara son los Rexias- confirmó ella -sabemos que resultamos atractivos, sí.-¿Qué tan parecidos son los humanos a los Rexias?- Preguntó el hombre.-No sabría decirle puesto que jamás he visto a un Rexia- dijo ella -la información que poseo de ellos es solo la que Vilkank me ha proporcionado.-Superficialmente son muy par
VILKANKLa llevaba en sus brazos, él llevaba a Alisa en sus brazos mientras reía divertida porque corrían a través de los pasillos de la nave hasta la habitación en la que se había quedado antes de bajar a la tierra. No le importaba a quien pudieran encontrarse, ni que obstáculos se presentaran, en su mente lo único que interesaba en ese momento era llegar a un espacio privado donde pudiera tener a Alisa desnuda para él. No comprendía como le encanaba tanto aquella hembra humana, pero así era, no quería negarlo y le gustaba que a ninguno de los dos les gustara estar lejos del otro.Entre risas llegaron a la habitación y él los tumbó a ambos en el lecho, se besaron con deseo hasta que las carcajadas de Alisa los hicieron separarse. Ella se veía alegre, más calmada, como si un peso hubiera desaparecido de su cuerpo y entend&iacu
VILKANK-Eso fue dulce y maravilloso- dijo ella sin aliento y sus mejillas ruborizadas.-Todavía no termina- afirmó él con algo de vergüenza sabiendo que su cuerpo todavía seguía llenándola.-Puedo sentirlo- afirmó ella con simpleza apresándolo con sus piernas.-Supongo que es un efecto de la inyección- comentó él.Alisa solo lo besó antes de abrazarlo con suavidad. Se quedaron de ese modo hasta que sus cuerpos se separaron cansados y sin energía.-Creo que los hombres Prometius están hechos para los hijos- comentó ella con algo de risa -mucho más que los humanos.-¿No es normal para los machos humanos una mayor producción de semilla cuando desean tener hijos?- Preguntó él genuinamente curioso.-No, así no funciona- negó ella con una sonrisa -los
ALISALuego del desayuno tranquilo y divertido junto a su amiga y los demonios Prometius que las acompañaban era momento de comunicarse con la tierra. Ella deseaba hacerle un millón de preguntas a Tiana sobre su escape con Velkank del día anterior, no se le había pasado que su amiga se había ido con el hombre luego de la pequeña celebración que habían tenido, y aunque las dudas se arremolinaban en su mente curiosa no era el mejor momento para hacerlas. Dejaría que tuvieran un poco de privacidad antes de molestar a Tiana con un poco de venganza en sus venas. Además, bastantes cosas pasaban en su vida en ese momento, debían poder darle prioridad a las que eran novedad.Juntos decidieron que era momento para la llamada que habían dejado postergando desde el día anterior. Caminaron hasta el centro de la cabina de mando de la nave mientras Vilkank la sosten&i
ALISA-¿Dejaremos la tierra?- Preguntó ella sorprendida -pensé que habría muchos obstáculos para poder tomar una decisión definitiva.-Parece que las palabras de Virginia sobre los piratas, los secuestros y el hecho de que somos indefensos a fuerzas de las que desconocíamos- explicó el hombre -ha hecho que la decisión fuera mucho más sencilla. Además, se espera que estando en las galaxias centrales los derechos universales sean entregados a la humanidad con más rapidez.Ella reflexionó sobre las palabras del hombre con detenimiento.-Una vez que seamos imposibles de ignorar deberán entregarnos derechos gracias a la presión universal- afirmó ella -y entonces la posibilidad de regresar a la tierra ya no será tan peligrosa.-Es usted una mujer muy inteligente- le dijo Alexander con una sonrisa.Vilkank
ALISALa siguiente que se lanzó sobre ellos fue Tiana, Alisa no pudo dejar de reír cuando su amiga gritaba como loca abrazándolos al mismo tiempo. Ese era el tipo de emoción al que estaba acostumbrada y de la que no quería despedirse. Dejó que Tiana los abrazara uno por uno, antes de mirar el rostro confundido de Velkank a un lado de la cabina médica, todavía mantenía sus reservas sobre todo lo que estaba sucediendo y gracias a las explicaciones que ellos les habían dado, lo comprendía, pero eso no significaba que lo dejaría pasar debajo de la mesa. Ella era humana y celebraría la noticia como lo harían en la tierra.-Felicidades- le dijo ella a Velkank acercándose con una sonrisa.-¿No se supone que yo debería dar las felicitaciones?- Le preguntó él.-No necesariamente- negó ella con simplez
ALISAUnos minutos más tarde Velkank regresaba junto a la pulsera que ella reconocía en Vilkank y un extraño dispositivo cuadrado que se veía como un reloj de diseño gracioso. Primero se colocó la pulsera para que pudiera ser codificada en su modo seguridad, es decir, se activaría con cualquier signo real de peligro. Luego fue el turno del pequeño dispositivo negro que le había llamado la atención desde que Velkank había llegado con él.-Esto es un aturdidor- le explicó Velkank entregándole el diminuto aparato -envía una onda invisible hacia el lugar donde dirijas el aparato antes de activarlo para derrumbar a tu oponente. Puedes manejar el nivel de cada disparo, tiene treinta niveles, siendo el último letal. Usa un comando de voz que programaremos ahora, para que solo ustedes dos puedan usarlos.-¿Y qué su