VILKANK
Tomó sus cosas y emprendió el viaje con más velocidad de la que había esperado, había tantas cosas que esperaba conocer, que esperaba comprender una vez que pudiera ver a Alisa en la realidad de su hogar. Tenía tantas ganas de ayudar a aquella especie y a aquel planeta que había sacado de las sombras antes de que dejara de existir en su totalidad, necesitaba tener esperanzas de que la información que recolectara ayudara a enviar un mensaje al Consejo para que pudieran tomar medidas reales sobre la amenaza inminente sorbe el planeta tierra. Caminaba con más velocidad, pero no sentía el cansancio, solo quería llegar a ese punto que se marcaba en sus mapas.
Fue intenso, pero logró llegar al lugar. Una inmensa cerca de metal cubría la entrada a lo que parecía un complejo de hogares tan grandes como aquellos de las galaxias cercanas reservados solo para los ricos. Era grande y bonito, pero estaba tocado por los desastre con gran evidencia, algunas de las casas habían cedido por completo dejando un cúmulo de desechos en las vías principales y cubriendo partes del espacio útil. Él trepó con facilidad aquella cerca y saltó al otro lado sin que nadie lo notara, caminó distraído por las casas que parecían muertas en el interior.
Observó con atención y se imaginó como se vería todo en un momento diferente, lo bonito que sería aquel lugar. El silencio era pesado a diferencia del asentamiento que tenía voces que se alzaban con fuerza. El mapa lo llevó hasta una de las casas en el lugar, caminó hasta quedar en lo que parecía la puerta al interior, se quedó allí sin saber cómo proceder. No había interruptores de notificación o algún otro modo de saber quiénes estaban dentro, buscó en su información algo que lo ayudara en esa situación hasta que supo que solo debía tocar la puerta usando sus nudillos. Con un suspiro él hizo exactamente eso.
Escuchó entonces algunos pasos apresurados en el interior, algunas voces apagadas y el sonido de puertas cerrándose. Esperó lo que pareció una eternidad, tenía encendida su pulsera de camuflaje al igual que el traductor universal, listo para contestar cualquier pregunta. La puerta sonó con un tintineo metálico antes de abrirse por fin, aunque no fue el rostro de Alisa el que estuvo del otro lado, eran dos machos quienes estaban allí. Intentaban parecer amenazantes, por lo que decidió ser amable y calmado.
-¿Quién eres tú?- Preguntó el macho más bajo -¿qué buscas aquí?
Lo miraban con atención, cada movimiento.
-Estoy buscando a Alisa Montéz- anunció él -mi nombre es Víctor Porter.
El silencio se hizo y ambos hombres abrieron los ojos impresionados. Se miraron entre ellos sin saber cómo proceder.
-¿Tienes algo que pruebe que eres Víctor Porter?- Insistió el macho de baja estatura.
-Lo siento- dijo él negando -pero soy yo. Estoy aquí porque fue Alisa con quien compartí la información que recolecté, ¿eso no es suficiente?
-¿Qué fue lo que le dijiste?- Siguió el macho.
Él procedió a relatar la información con muchos detalles hasta que los hombros tensos de los machos se relajaron.
-Pasa- lo invitó el segundo macho que hasta ese momento no había hablado.
Vilkank asintió antes de entrar en aquella vivienda, era lujosa y llena de colores. Cosas cómodas en todos lados, lo que era normal porque los humanos eran una especie que lucía bastante delicada como reflejo de su belleza. Dio unos pasos antes de escuchar como la puerta se cerraba a su espalda, ambos machos lo miraban con atención, él pudo notar que era mucho más alto y musculado que aquellos que estaban allí a su lado, lo miraban del mismo modo que los seres del asentamiento. Comprendía que él era mucho más alto que un humano regular y más musculoso a pesar de que era solo un científico no muy dado a los ejercicios.
-Espera aquí- le dijo el macho bajito antes de alejarse.
Lo vieron subir al piso superior y luego las voces de las hembras aparecieron. Su corazón se aceleró buscando con intensidad a la hembra que deseaba. Eran tres, bajaban las escaleras con confusión en sus miradas y una de ellas llevaba a una pequeña hembra en sus brazos. Lo notaron unos momentos más tarde, sus cuerpos se tensaron, él pudo notarlo, pero cuando el rostro de Alisa estuvo a la vista fue como si no existiera nada más que la hembra.
La observó mientras se acercaba, la curiosidad brillaba en el fondo de su mirada. Era más hermosa de lo que había llegado a suponer, su cuerpo reaccionó con tanta fuerza como temía y agradecía que su traje de camuflaje hiciera el mejor trabajo para ocultar esa evidencia. Pronto las tres hembras estuvieron frente a él, la pequeña se ocultaba en el cuello de su madre. El silencio se mantenía en la estancia.
-Este hombre vino a verte, Alisa- le dijo el macho que había regresado con ellas.
Ella lo miró confundida y se movió hacia él.
-¿Quién eres tú?- Preguntó ella con una voz tan delicada y hermosa como su imagen.
Sintió la necesidad de acercarse, tocarla, correr llevándosela a la intimidad de su espacio. No entendía cómo podía reaccionar de ese modo, pero su cuerpo no era suyo, era de ella a partir de ese momento y lamentaba comprender que las palabras de su hermano eran demasiado ciertas, Alisa sería suya. No lo dudaba, ella sería su pareja porque no habría modo en el universo en el que dejara ir a aquella dulce hembra lejos de sus manos.
-Soy Víctor Porter- anunció él. Pensaba que ella sonreiría y le daría la bienvenida, en cambio ella solo se tensó.
-¿Y qué es lo que haces aquí?- Soltó ella de pronto -¿cómo llegaste? ¿Cómo es que sabes mi ubicación? ¿Cómo sabías mi nombre completo? Son demasiadas preguntas y no puedo confiar en ninguna de tus respuestas. Eres un extraño.
De pronto todos los ojos lo miraron como una amenaza y él lamentó que ella lo viera de ese modo. Sintió la necesidad de acercarse a ella, pero sabía que aquello no sería bien visto, por lo que solo esperó y pensó en la mejor manera de responder las preguntas que le habían hecho.
-Lo entiendo, pero ese es mi nombre- dijo él -soy quien se comunicó contigo intentando contactar con alguien que pudiera ayudar. Llegué aquí caminando, cuando calculé las coordenadas de tus mensajes me di cuenta de que en realidad no estábamos tan lejos y sé tu nombre porque el internet todavía es un gran banco de información que no puede ser borrado.
El silencio se hizo presente de nuevo. Todas las miradas cayeron sobre Alisa.
-Pensé que habías dicho que no eras tan bueno en la informática y comunicaciones- acusó ella.
-No lo soy- convino él -fue mi hermano quien consiguió esa información. Él decidió quedarse en nuestro hogar en lugar de arriesgarse a venir aquí.
Alisa frunció el ceño antes de suspirar.
-¿Cómo es que este hermano no encontró los contactos de la NASA?- Siguió ella.
-No es tan sencillo.
-Pues yo sí logré hacerlo- le dijo ella con fuerza -y ellos me dijeron que no figuras en ninguno de sus registros. Así que estamos viendo a un fantasma o a alguien que está mintiendo.
-Yo no soy un científico de la NASA- convino él -nunca lo he sido. No figuro en los registros porque siempre fui muy reservado con mi información. Nunca me gustó eso de que la gente pudiera saber quién eras con el toque de un botón, así es como se roban tus descubrimientos.
Alisa lo miró unos segundos al igual que los demás. Las miradas de sospecha eran intensas.
-¿Por qué no le damos una oportunidad y movemos esta conversación a la cocina?- Intentó una de las hembras que solo lo había mirado, era la que no cargaba a la hembra pequeña.
Todos asintieron y comenzaron a moverse por lo que los siguió.
-Gracias- le dijo él a la hembra que caminó a su lado con lentitud.
-No nos decepciones- pidió ella con seriedad -no es tiempo de correr riesgos.
Y con esas palabras una nueva fase de interrogación inició.
ALISALlevar a Víctor Porter a la cocina fue toda la hazaña, porque aunque sus ojos estaban llenos de tensión, confusión y un poco de inocencia, el hombre era inmenso. Nunca antes había conocido a un hombre tan alto, juraba que el tipo podía llegar a medir más de dos metros, lo que era muchísimo para su metro sesenta y dos. Todo el mundo daba la impresión de que estaba confiado, pero ella sabía que todos estaban asustados. Nadie había llegado a la casa en mucho tiempo y mucho menos había atravesado las puertas de aquella residencia lujosa, eso solo los hacía preocuparse por la seguridad de todos.Se sentaron en la mesa de la cocina, Josep y Harry intentaban lucir amenazantes, pero frente a Víctor resultaba casi gracioso. Tiana caminó hasta su lugar favorito antes de servir bebidas para todos, su amiga caminó con los vasos en la mano
VILKANKEra tarde en el ciclo de oscuridad, lo sabía porque antes de encerrarse en su habitación se había despedido de todos pasando por lo que llamaban la sala de la casa. Según lo que le había dicho Alisa era común que todo el mundo se acostara temprano a dormir, ya que sin energía no había demasiadas cosas que se pudiera hacer. La verdad era que para sus planes aquello era bastante conveniente, sabía que si no se ponía en contacto con su hermano pronto tendría un potencial desastre en las manos.Había pasado la tarde entera junto a Alisa, ella había intentado irse, pero él no la había dejado. Le preguntó los nombres de sus amigos y ya podía reconocerlos a todos, habían hablado de todas las cosas que podían e incluso sentía que había podido explorar un poco esa extraña reacción de su
ALISAAquel día tendría que prestar atención, eso era lo que Alisa seguía pensando mientras desayunaba junto a sus amigos en la mesa de la cocina. Harry ya se había marchado junto a Molly para distraer a la pequeña mientras los demás seguían allí, Víctor era el único que no había bajado todavía. Ella pensó en buscarlo hasta que lo vieron aparecer por la puerta con cuidado, miraba a todos con atención, a pesar de su tamaño lucía como si pudiera desaparecer en cualquier segundo y esa sensación la hizo sentir más incómoda de lo que podía admitir para sí misma. Él saludó a todos con cordialidad antes de que Tiana le ofreciera un plato.Víctor pudo haberse sentado en todos los lugares alrededor de la mesa, pero escogió el que estaba vacío justo a su lado. Su amig
ALISAVíctor o mejor dicho, Vilkank la miraba esperando con la paciencia que se le tendría a un niño. Ella se calmó una vez más y él habló.-Esa es una descripción más acertada- asintió él con calma -un ser inteligente de otra especie originaria de una planeta distinto al tuyo, por lo que sí, podrías llamarme un alien.-Eso lo resume todo- afirmó ella con la misma risa histérica -grandioso, simplemente grandioso.-Me alegra mucho que puedas entenderlo-le dijo él con una sonrisa -ahora puedo proceder a decirte mis razones de estadía y seguir con el contacto.Alisa reía una vez más. Tuvo que levantarse y caminar intentando procesar todas los pensamientos que cruzaban su mente, Vilkank no la detuvo, por lo que fue un punto a su favor sobre la amenazaba que significaba para ella.-No estoy
ALISAEl colchón temblaba, el mundo entero se movía a su alrededor. Alisa se levantó asustada y en pánico cuando comprendió que no se trataba de ella, la casa entera se estremecía con fuerza mientras las ondas de un terremoto se veían mientras hacían chocar las paredes de su habitación, ella se tragó un grito al mismo tiempo que intentaba levantarse corriendo. Su corazón iba a mil por hora, en el segundo en que abrió la puerta observó que las de sus amigos todavía estaban cerradas. El miedo se metió en sus entrañas y antes de que pudiera moverse su cuerpo se tropezó golpeándose con fuerza contra la puerta frente a ella.-Vilkank- ella gritó y unos segundos más tarde la puerta se abría.No pudo ver lo que sucedía, el pánico fue demasiado, por lo que solo pudo acurrucarse mientras
ALISA-Lo lamento- se disculpó la mujer -nosotros… pasamos por esto al perder nuestra casa. Todavía resulta aterrador.-Tranquila- afirmó Tiana -¿por qué no vamos todos a la cocina por un te relajante y así nos acompañamos mientras el miedo se va poco a poco?Nadie se negó a la solicitud. Caminaron hacia el lugar como una procesión notando que algunos lugares de la casa se veían afectados, pero en general todo lucía bien. Encontraron a Harry y Molly compartiendo una galleta en la cocina, la niña sonreía, lo que fue una forma de relajarlos a todos. Ella se alegró de que todos estuvieran bien hasta que recordó que no todos estaban en aquella casa y se alarmó.-Tengo que salir- anunció ella poniéndose en movimiento.-¿Qué sucede?- Preguntó Harry.-El señor Oslo
VILKANKAbrió los ojos sintiéndose cansado, Vilkank había tenido una noche bastante movida luego de que Alisa se fuera por primera vez de su habitación luego de contarle la verdad y luego la segunda vez cuando un terremoto azotaba el lugar. Se había despertado con las luces rojas brillando sobre sus ojos y el rayo protector de su pulsera de camuflaje brillando alrededor de la habitación. Todo se movía, las paredes temblaban con fuerza y él esperaba que nada se destruyera. El pensamiento de Alisa cruzó su mente justo en el segundo que la escuchó gritar su nombre en el pasillo.Corrió hasta la puerta, a pesar de las advertencias, para encontrarla tirada en el pasillo, su reacción inmediata fue salir para ponerla a salvo y eso fue exactamente lo que hizo. Se alegraba de haberlo hecho, porque de lo contrario podría haberse lastimado severamente como le hab&i
VILKANK -¿Tienes algo de tiempo libre?- Preguntó Alisa acercándose y sorprendiéndolo. -Ahora sí- asintió él. -Bien- aceptó ella -es momento de que me acompañes por fin a la sala de café. Él sabía que hablaba de su sala de comunicaciones improvisada. -¿Iremos solo nosotros?- Preguntó él. -Josep suele venir conmigo, pero hoy probablemente esté ocupado, así que sí- explicó ella. -Creo que es mejor que nadie además de ti note que no conozco mucho de tu tecnología- le susurró él -sobre todo considerando que Josep no me mira de la misma manera luego de anoche. -También lo noté- convino Alisa con una mueca -y pienso que tienes razón, Josep es un hombre perceptivo que estuvo con nosotros anoche. Estoy segura de que notó que las heridas del señor Oslo fueron más graves de lo que dijiste y aunque no puede decir nada porque es evidente que fue curado, eso no impide que sienta sospechas. -Lo que lo