Pasan alrededor de una hora hasta que me detengo abruptamente, al frente tengo a mis compañeros. Los tres me dan una mirada amenazante dispuesta a matarme si hace falta.
Me acuerdo de lo aprendido con los cazadores y es que cuando cumplen cierta edad suelen desarrollar una habilidad, y por suerte Etha tiene la habilidad de comunicarse por la mente. Pero luego pienso en que hacer, ya que sé qué no me van a creer, me concentró en volver a mi estado normal. Una vez lo consigo, ellos se quedan perplejos, no sé si es por mi transformación o por qué estoy desnuda. Me intentó tapar con lo que puedo, por suerte mi tío se voltea a tiempo para no verme. —¡No se queden viendo y ayúdame a taparme! —les exijo y ellos por fin reaccionan, me pasan una matan de su mochila que me cubre completa.—¿Qué fue eso Elizabeth? —pregunta mi tío aun de espalda a mí.—No lo sé. ¿A dónde fueron? —La pregunta es ¿dónde estabas tú? Estábamos todos juntos y de la nada desapareciste. Te buscábamos y apareces en forma de lobo. La que tiene que explicar eres tu pequeña. —Se voltea dándome una mirada de reproche.—No lo sé, solo estaba con ustedes y de la nada estaba sola y el bosque me estaba hablando, dijo algo de poderes y no sé qué, susurro algo a mi oído y me convertí en eso, no sé cómo pasó, yo no lo puede controlar —les explico y ellos me da una mirada de incredulidad —. ¡No me miren así, eso fue lo que pasó!—Está bien, lo bueno es que está bien… — intenta decir mi tío.—Pero lo malo es que si eso vuelve a ocurrir estamos en serios problemas —Termina Abigale.—¿Por qué?—Esto es malo, Elizabeth, tú sabes las reglas de la realeza mejor que nadie. Lo sé, tiene razón, esto no puede ser cierto, porque de ser así, el consejo debe tomar asunto en esto y es una de las leyes sagradas que la realeza, no se procrea con otro clan. Solo está permitido de la misma especie, jamás con otra. —Funcionó, excelente, no vemos cuando despiertes por completo y quieras una respuesta. Un placer conocerte princesa Elizabeth. —Vuelve hablar el bosque y por lo que veo esta vez todos escuchan. De la nada somos sacados del bosque. —¿Eso fue el bosque? —pregunta Etha perplejo.—Al parecer sí. —Responde Abigale tan tranquila como siempre.—¿Cómo que cuando despierte? ¿Qué quiere decir eso? —pregunto viendo a los tres.—No lo sabemos. Nunca ha pasado algo así.—Creo que es mejor que regresemos a casa, después buscaremos respuestas. —habla Kai y ninguno lo contradice. Regresamos y todos tenemos cara de preocupación. Al llegar aún con la manta cubriendo mi cuerpo, corro a mi habitación, me visto y voy a la cama, por desgracia no logro conciliar el sueño. ••••A pesar de no dormir, voy a mis entrenamientos cómo cada día sin importar cuán distraída está mi mente. Al llegar lo primero que hago luego de calentar es pelear cuerpo a cuerpo con una cazadora avanzada.Le golpeó la mandíbula, giro y le intento dar una patada en el estómago, pero me la sostiene y me tira hacia atrás golpeando mi cabeza contra el suelo.—Y dices ser la mejor. Eso no me parece, qué patética —Escupe Valet, una chica que al parecer no le agrado y siempre que puede me intenta humillar. Ella no es la única que le desagrado, puesto que hay muchos que no les caigo para nada bien, sin embargo, ella es la única que lo expresa abiertamente. Casi nunca pierdo, pero hoy estoy pensando demasiado en lo de anoche. Los demás que estaban haciendo lo mismo que nosotras se burlan, eso me enfurece, me levanto rápidamente con la furia recorriendo mis venas y la golpeó en la quijada tan fuerte que se la rompo, pero eso no me basta, así que le doy un empujón que la deja en suelo. Aprovechando el momento la tomó del cabello y la estrelló en el piso una y otra vez. Una sonrisa burlesca se extiende por mi rostro al ver toda la sangre que sale de ella, la sensación que siempre aparece en momentos como estos me inunda tentándome a seguir hasta acabar con su patética vida. Quiero seguir, acabar con su m*****a mirada retadora, pero alguien me jala del brazo tan fuerte que terminó otra vez en el suelo lejos del cuerpo.—Pero… ¡Qué te pasa! Casi la matas. —ruge el chico que me separó, caigo en cuenta que todos me observan con terror y sospecha. Soy humana, eso sería casi imposible, que una joven de diecinueve años casi haya matado a una cazadora en el nivel avanzado. Veo a todos los presidentes percatándome de la mirada de los chicos nuevos de satisfacción y burla, la cual me confunde y enoja. Volteo a ver a mi tío y su cara de preocupación me hace entender que cometí un grave error. Se acerca rápidamente y me toma de la mano, me arrastra hasta salir y entrar en el vehículo.No me habla en todo el camino, cuando llegamos al palacio salimos y me vuelve a llevar arrastrada. Una vez dentro vamos al despacho del rey, me sienta en una silla bruscamente y él se queda de pie para hablarle a mi padre. —Tenemos problemas muy grandes, Froilán. —suelta un poco nervioso.—¿Qué pasa? —Espera… —Pide mientras va afuera lo miro sin entender qué pretende. Abre la puerta, revisa que nadie esté cerca y vuelve a cerrar con seguro —.¿Qué posibilidad hay de que Leonore te haya engañado con un lobo? —Pregunta mi tío y yo quedo inmóvil en mi lugar ¿Sería capaz? No lo sé, pero puede caber la posibilidad. Mi padre lo mira con ira en sus ojos. —¿Por qué preguntas eso y frente a Elizabeth? Creo que te tienes que ir hija, tu tío y yo tenemos que hablar a solas. —No, esto tenemos que hablarlo los tres, Elizabeth. —Me mira fijamente indicándome que hacer, me levanto y doy unos pasos atrás. Lo bueno de conocernos tan bien es que a veces no necesitamos palabras para entendernos. Mi padre me ve confuso.—Que vas a hacer… —No termina la frase, ya que se queda perplejo por mi transformación. Una de las ventajas de ser de la realeza es que tengo acceso a toda la información de todas las distintas especies que habitan en Nirvana, por lo que sé qué cuando los lobos se transforman la primera vez ya lo pueden hacer cuando quieran sin dolor. Mi padre me ve como si no pudiera creer lo que ve sus ojos —No, eso no puede ser Leonore… ella no… Es. No.—Si puede, lo descubrimos ayer y hoy por poco mata a una cazadora avanzada. No hay otra explicación, Elizabeth puede que no sea tu hija. — Esas palabras arden en mi pecho. Sé que Kai me quiere, pero no es hombre de palabras suaves, siempre es directo y sin rodeos. Antes de volver a mi estado normal, mi tío me coloca una manta, me cubro y mi padre no logra decir una palabra, mis ojos se llenan de lágrimas. Corro a mi habitación donde me encierro y visto negando cree que algo así sea cierto. Escuchó unos pasos seguidos de unos toques en la puerta.—Elizabeth, cariño, lo que dijo no es cierto, tu madre no haría algo así, tú eres mi hija y siempre lo serás, no importa qué. —Las lágrimas siguen y me preguntó por qué ella no pudo hacer las cosas bien, la detesto tanto. Me pego en la pared, tomó mis piernas colocando las hacia mi pecho y las cubro con mis brazos. Mi pecho duele al igual que mi cabeza, mientras lloro más duele. Luego de un rato sigo llorando, pero no por lo que dijo Kai el dolor de mi cabeza se hace insoportable. Mi padre sigue tocando la puerta y al no abrir, mi tío la abre dándole un empujón, al entrar me ve en el suelo y van a mí, pero antes de llegar, un grito sale de mi tan fuerte que mi garganta se desgarra, tocó mi cabeza por el dolor intentando calmarlo.Me tocó la cara al sentir algo espeso en ella, me percato que es sangre, mis manos se llenan de esta. Veo a mi padre con miedo, por no saber lo que me pasa. Caigo hacia delante sosteniéndome con las manos y otro grito sale de mí, algo dentro de mí sale como una fuerza invisible, destroza todo mi cuarto y tirando de ellos hasta caer al suelo. El dolor se va y me siento mejor, mucho mejor.Kai y mi padre se levantan y me miran con terror, no precisamente por lo que pueda llegar hacer, sino porque sabemos lo que puede pasar si el consejo se entera de que la futura reina de los humanos es algo que no han visto antes. Para algunos lo desconocido no es bueno y menos para ellos, si no me pueden controlar seré una amenaza y para ellos las amenazas solo se combaten de una sola forma: La muerte.Luego de ese momento tan sorpresivo me levanto y ellos vienen a mí.—¿Estás bien, cariño? —Mi padre me revisa de pies a cabeza. Mi tío me ve anonadado. —Esto es imposible, debería ser imposible. Pequeña no puede ser tú… Eso fue magia —balbucea. Mi padre y yo lo vemos con sorpresa.—No, eso es… No puede ser —Me niego a creer en ello.—Pequeña, he visto a muchas brujas desatar sus poderes y es exactamente lo que acaba de pasarte —confiesa y eso solo hace que tiemble de miedo. —¡Maldición Froilán, hay que hacer algo cuanto antes! ••••Entre ellos deciden que es mejor que me quedé en otra habitación encerrada para que nada se descontrole, ya que ellos van a buscar respuestas. Aunque la verdad es que no hay nada que nos pueda dar respuestas. Recuerdo el bosque del infierno y lo que me confesó, al parecer sabe algo, pienso que es lo único con respuestas. Paso todo el día encerrada, me duermo por el cansancio y despierto al día siguiente, una vez despierto salgo en busca de mi padre y lo encuentro en su despacho con mi tío, los dos se ve terrible. —No encontraron nada, ¿cierto? —Digo una vez dentro cerrando detrás de mí.—Nada, estamos perdidos. —responde Kai despeinado su cabellera rubia.—Encontraremos algo, te lo prometo cariño. —Asegura mi padre y me acerco a él para abrazarlo.—Creo que sé qué hacer. —ellos me miran atentos.—Te escuchamos.—Hay que ir al bosque del infierno. Él fue quien despertó esto, me dijo que cuando quisiera respuestas podría ir por ellas. — Ellos lo reflexionan por un momento.—¿Y cómo lo hizo? —Pregunta mi padre.—No tengo idea, sé que solo susurro algo en la antigua lengua, algo como “El despertar del alma” y de la nada ya era un lobo.—No fue la causa, pero sí el detonante. Él sabe algo, hay que ir. —sentencia Kai. Los tres vamos solos a ese bosque tan escalofriante. Una vez en él nos adentramos y él solo se manifiesta.—Fue más rápido de lo que pensé. —veo a los lados para verificar que ellos lo están escuchando y efectivamente lo hacen. Mi tío, con una expresión impenetrable, mientras que mi padre rígido y con nerviosismo evidente, es sorprendente lo diferente que son. Me volteo e intentó calmar mis nervios antes de hablar.—Estoy aquí por respuestas.—Lo sé linda. —se escucha una risilla y sin tiempo a responder siento esa corriente en todo el cuerpo otra vez. —Dime algo, ¿Qué tanto sabes de Aarón? Elizabeth. —Me volteo a ver a mis acompañantes y ellos están igual de confundidos que yo, por lo que sin despegar la mirada de ellos respondo.—No sé nada de Aarón Bathory.Cuando decidí entrar a este bosque no pensé que tendría serias consecuencias por hacerlo, es decir ¿a cuantos les pasa? No pensé ser la “elegida” entre millones de Nirvanences. Mi vida hasta ahora había sido muy monótona, pero me gustaba. Y ahora todo pintaba a que tendría un final muy pronto. —Fue una lástima su muerte, era el mejor de los Bathory, me agradaba. De seguro y se está lamentando en su tumba el no haberse hecho inmortal —Mi padre y tío se ven confundidos. —No le des vuelta, solo ve al punto —suelto desesperada por respuestas. —No le quites la diversión —me dice soltando una risa «¿Cómo un bosque puede estar tan desquiciado?» Intento mantener la calma. Dudo que me diga algo si le molesto. —¿Qué tiene que ver Aarón en esto? — cuestiona Froilan. —Yo diría que, absolutamente todo. Rey Froilán usted nunca conoció realmente a su padre —Él frunce el ceño y mi tío solo sonríe amargamente. Está claro que él sí sabe más que mi padre. —Aunque pareciera buen padre y rey, solo e
Al pasar unos cuantos días, mi padre decide que es mejor traer a una bruja. Al principio pensé que era una locura y que ninguna bruja aceptaría, pero vaya mi sorpresa cuando llegó con una. Mi padre estaba convencido de que ella estaba dispuesta a ayudar, por mi parte estaba más que lista para matarla si era necesario, al igual que Kai claro. Pero rápidamente me di cuenta de que a ella le brillaban los ojos cuando mi padre estaba cerca, y lo miraba atontada.En ese momento me quedó claro que yo no era la única que guardaba secretos en el palacio. —Es un gusto conocerla, princesa Elizabeth. —hace una pequeña reverencia ante mí. —También es un gusto… —Selena, me llamo Selena. —Bonito nombre. —Sus mejillas se sonrojan por alguna extraña razón. Mi padre nos deja a solas en el comedor, sus peculiares ojos llaman por completo mi atención. —Qué fascinantes. —pienso en voz alta, ella me da una sonrisa nerviosa. —Eres la primera que me lo dice. —mi ceño se frunce. —¿En serio? —preguntó
Froilán Bathory.En cuanto veo que Elizabeth intenta quitar al hombre de su cuerpo y no poder, me levanto de mi lugar, veo a Kai imitándome y enseguida corremos hasta la barrera. Todo se vuelve un caos, al ver todos los presentes mi preocupación se asustan. Al estar en la barrera invisible veo a una bruja.-¡¡Déjame entrar ya mismo!! -grito y ella se sobresalta. Pero hace lo que le pido, una vez listo corro hasta donde se encuentra el maldito golpeando a mi hija mientras intento llegar, Kai se me adelanta saltando hacia la pared y escalando rápidamente. Mientras yo voy por las escaleras. Qué inútil me siento en estos momentos.Cuando llegó, ya Kai había quitado al imbécil de ella. Lo tira al suelo mientras lo empieza a golpear. No me molestó por eso, simplemente corro a tomarla en mis brazos.-Eli reacciona ¿¡Está bien!? -la muevo intentando que reacciones, no obstante, nada sucede. Veo su cara llena de sangre y moretones que empiezan a ser visibles en todo su rostro. - ¡¡Maldición Ka
Elizabeth.No sé cuánto ha pasado desde lo sucedido, he perdido la noción del tiempo. Sigo viendo todo negro, y no he visto a Aarón, puesto que solo ha desaparecido sin más. No entiendo nada, solo quiero despertar, siento esa sensación de miedo que no me gusta.—Hola…—Escucho una voz lejana. Veo a todos lados intentando saber de donde proviene.—¿Quién es?—mi voz sale más temblorosa de lo que me gustaría admitir, veo como una figura va apareciendo poco a poco. Me doy cuenta de que es una mujer de piel pálida, cabello castaño y ojos rojos. Ella me ve y me sonríe.—¡Oh! Nos vemos nuevamente princesa. — Frunzo el ceño sin comprender a qué se refiere. —Supongo que no me reconoces ni la voz, me siento ofendida.—empieza a reír y es ahí cuando reconozco su voz. Ella es el bosque del infierno.—¿Cómo es…?—Creo haberte dicho que no solo sé matar.—Se encoge de hombros. Se acerca a pasos lentos intentando intimidarme. Me quedo en mi sitio intentando mantener la calma. —No sabes cuánto he esper
Froilán. Sus ojos la examinan detalladamente y parece confundida, y es allí cuando me doy cuenta de que ella no tiene idea de quién es. Leonore se fue cuando ella era muy pequeña y no me sorprende que no la recuerde. Voy a ella pensando en explicarle, pero leonore habla primero.—¡Oh! Al fin despiertas —ella intenta abrazarla, pero Elizabeth es más rápida y termina por tumbarla en el suelo, al mismo tiempo ella se levanta y viene a mí cubriéndome con sus brazos en mi cintura.—¿¡Qué le pasa!? ¿Quién es esta mujer? —pregunta dirigiéndose a mí. Trago en seco porque aunque está desconcertada sé que también está furiosa. La separo un poco de mí tomando su cara en mis manos.—Tranquila. Ella es… —Leonore se levanta y habla antes de que yo pueda terminar la frase.—Soy tu madre cariño. ¿No me recuerdas? —hace el amago de tomarla, pero Elizabeth la vuelve a esquivar.—¿Tú? —su expresión cambia y se separa de mí encarándola, se ríe a carcajadas en su cara, ella no lo toma bien, se pone roja d
Selena.Momentos antes y después de que Elizabeth se despertara. Desde que tengo memoria he vivido rodeada de magia y de brujas, nunca había salido más haya del pueblo de las brujas, y eso es porque Agnes lo tenía prohibido para las que tuviera potencial.Yo era parte del Aquelarre número 3. El sistema de crianza y estudio de las brujas era diferente a todos en Nirvana. Desde que demostramos nuestras cualidades, Agnes nos hacía explotar nuestro poder, y la que le veía más potencial la subía de nivel, los cuales van desde el 1 al 10, cada mes teníamos que demostrar que tan capaces éramos.Con el tiempo demostré más potencial que cualquiera en los niveles, pero a medida que avanzaba perdía el interés de formar parte del Aquelarre. Agnes puede ser muy despiadada con otras especies, pero con las suyas es muy solidaria. Cuando lo tuve muy claro le pedí dejarme vivir en el pueblo y tener una tienda de flores, al principio no estuvo de acuerdo, puesto que estaba ya en el nivel 3, pero lo com
Elizabeth. Esté día al igual que los siguientes, no podía hacer gran cosa, ya que mi padre decidió que era mejor quedarme un tiempo más sin salir del palacio, le preocupa que me volviera a pasar lo mismo. Ahora que lo recordaba noto que no se encuentra entra en el palacio según los guardias había salido a atender asuntos reales. Estaba algo aburrida, por lo que subo hasta la habitación de Selena, por el hecho de que ella no se le tiene permitido bajar hasta que caiga la noche.Tocó un par de veces, pero Selena no habré. Unos pequeños sollozos hacen que abra la puerta sin esperar más a que me abra. Para mi sorpresa encuentro a Selena enrollada en sus sábanas soltando pequeños sollozos. —¿Selena? —Ella no se levanta, al contrario, se enrolla más en las sábanas. —¿Qué sucede? —pregunto cerrando la puerta a mis espaldas, camino despacio hasta llegar a la esquina de su cama. —¿Te sientes mal? ¿Quiere que llame a mi padre? —al decir lo último se quita las mantas de enzima y me mira supl
Leonore. La pelirroja era caracterizada por su arrogancia y sensualidad, no había hombre que le dijera que no, a cualquiera de sus caprichos. Jamás le gustaba perder, jamás se dejaba quitar lo suyo. No era buena perdedora, eso lo sabía bien, pero no era algo que le molestara. Su orgullo siempre podía más que su razonamiento, por eso en el momento en que la mujer de ojos peculiares le dijo que era la esposa de Froilán sintió que había perdido, que le habían arrebatado algo de mucho valor, aunque no lo viera de esa forma al cien por ciento. Sabía que había hecho mal en abandonar a su hija y dejar a su esposo, pero lo cierto era que no sentía el más mínimo remordimiento por ellos. Ella amaba a Nicolás, en el momento en que regresó ella quiso estar con él y perdonar su engaño de cuando eran adolescentes. Sin embargo, con el tiempo se dio cuenta de que ella quería poder, le gustaba saber que sus dotes le abrían puertas inimaginables para su mente. Dicen que una vez pruebas el poder ja