Narrado por AldaraEl viento rugió a mi alrededor, pero el sonido quedó ahogado por el caos dentro de mi mente. El rostro del hombre frente a mí –mi hermano– ya no era el de un desconocido. Lo recordaba. No con claridad, pero lo suficiente para sentir el peso de un pasado enterrado que comenzaba a despertar.Mis labios temblaron al intentar formar palabras, pero mi voz no salió.—Lo recuerdas, ¿verdad? —su tono fue suave, casi gentil, como si hablara con una niña que acababa de despertar de una pesadilla—. Yo te dije que lo harías.Negué con la cabeza, tratando de aferrarme a la poca certeza que me quedaba.—No… —murmuré, pero el temblor en mi voz traicionó mi convicción.Ragnar se incorporó con dificultad. Sus ojos estaban oscuros, su lobo a flor de piel. Había sangre en su frente, un corte profundo donde su cabeza había golpeado el árbol. Pero aun así, se mantuvo firme, su cuerpo tensado como un arco listo para disparar.—¿Quién eres? —su voz era un gruñido peligroso.Mi hermano lo
Narrado por AldaraEl estallido de luz fue cegador.Los lobos enemigos aullaron de dolor y retrocedieron, cubriéndose los ojos. Ragnar se detuvo en seco, sacudiendo la cabeza en un intento de recuperar el control de su lobo. Su pelaje negro brillaba bajo el resplandor dorado que emanaba de mis manos.Yo misma estaba atónita.El calor abrasador que había sentido momentos antes seguía ardiendo en mi pecho, como si algo antiguo y desconocido acabara de despertarse dentro de mí. Mis dedos hormigueaban con una energía que nunca antes había experimentado.El hombre con la cicatriz en el cuello me miró con los ojos muy abiertos.—Así que es cierto… —murmuró.Ragnar dejó escapar un gruñido gutural y se colocó entre nosotros. Sus colmillos descubiertos brillaban bajo la luz de la luna, y su postura era la de un alfa dispuesto a matar.Pero el hombre no parecía intimidado.—No puedes protegerla de lo que es —continuó, con una sonrisa torcida—. No puedes protegerla de nosotros.Un gruñido aún má
Narrado por AldaraEl aire en la cabaña se volvió sofocante. Una presión invisible me aplastó el pecho, robándome el aliento.El vampiro dio un paso más dentro, su mirada fija en mí como si fuera un trofeo largamente buscado.—Eres igual a ella —murmuró, con una sonrisa que me heló la sangre.Mi piel se erizó.—¿A quién?Su sonrisa se ensanchó.—A la mujer que amé… y que me traicionó.Un temblor recorrió mi cuerpo. Algo dentro de mí, un recuerdo enterrado, gritaba por salir. Pero Ragnar reaccionó antes de que pudiera procesarlo.—Aléjate de ella —su voz fue un gruñido bajo, su lobo asomándose peligrosamente.El vampiro lo miró con una mezcla de burla y diversión.—Tranquilo, alfa. No he venido a matarla… todavía.En un parpadeo, Ragnar se interpuso entre nosotros, su postura tensa, lista para atacar.—No voy a permitir que la toques.El vampiro suspiró con fingida decepción.—Siempre tan protectores, ustedes los lobos. Pero dime, Ragnar, ¿realmente sabes a quién estás protegiendo?Las
Narrado por Aldara El camino hacia el bosque prohibido era oscuro, incluso bajo la luz de la luna llena. Cada sombra parecía moverse con vida propia, cada crujido de ramas bajo nuestros pies se sentía como una advertencia.Avanzamos en silencio, Ragnar siempre un paso adelante, sus sentidos alerta.—Detente —susurró de repente, levantando una mano.Me congelé en mi lugar.—¿Qué pasa?Sus ojos brillaron con intensidad mientras olfateaba el aire.—No estamos solos.Mi piel se erizó. Miré a mi alrededor, pero no vi nada más que la penumbra del bosque.Entonces, lo sentí.Una presencia helada, acechando desde la oscuridad.Y antes de que pudiera reaccionar, una voz familiar susurró desde las sombras.—Sabía que vendrías, pequeña bruja.Kael.Y con él, la promesa de que la verdad estaba a punto de desgarrar todo lo que creía conocer.El aire se tensó de inmediato. Las palabras de Kael resonaron como un eco en mis oídos, cada sílaba marcada por una amenaza latente. Miré a Ragnar, quien est
Narrado por AldaraEl silencio que quedó después de la partida de Kael era tan profundo que me dolía. Estaba atrapada entre el horror de las revelaciones y la necesidad de aferrarme a lo que había conocido hasta ahora. Todo lo que creía saber sobre mí misma había quedado destrozado por las palabras de ese hombre, un desconocido con demasiados secretos que me perseguían. La verdad no era algo que pudiera ignorar.Sentí el peso de la mirada de Ragnar, pero no me atrevía a mirarlo directamente. La confusión y el miedo me habían nublado, y por un momento, pensé que podía quedarme allí, quieta, esperando que todo volviera a ser como antes. Pero la realidad era que nada volvería a ser lo mismo.—Aldara... —La voz de Ragnar cortó el aire, tensa y baja, como si intentara no romperme con cada palabra. Sus ojos brillaban con una preocupación que no se había visto antes. Pero también había algo más... algo que no lograba identificar. Era como si sus propios demonios estuvieran a punto de salir a
Narrado por AldaraSentí un tirón irresistible hacia un lugar específico en el bosque, como si algo antiguo y poderoso me llamara. Sin pensarlo, comencé a caminar, guiada por una fuerza que no comprendía pero que no podía ignorar. Ragnar me siguió, sus pasos silenciosos pero firmes, a mi lado.El bosque parecía transformarse a mi alrededor. Los árboles susurraban secretos que no podía descifrar, y el aire estaba cargado de una energía antigua. Finalmente, llegamos a un claro. El lugar era sereno, casi sagrado, con una luz suave que parecía emanarse desde la tierra misma.Allí, en el centro del claro, me detuve. Cerré los ojos, y de repente, todo cambió. Una serie de visiones comenzó a inundar mi mente. Vi a una mujer con una fuerza imponente, con el mismo cabello negro y ojos verdes que yo. Era una ancestro, la matriarca de mi linaje.En las visiones, vi cómo esta mujer dominaba un poder antiguo, un poder que se transmitió de generación en generación hasta llegar a mí. Vi batallas, al
Narrador: RagnarEl viento soplaba con una fuerza inusitada, como si respondiera al llamado de Aldara. Mientras ella caminaba decidida hacia un lugar específico en el bosque, no pude evitar sentir un escalofrío recorrer mi espalda. Algo poderoso, algo que no alcanzaba a comprender del todo, nos estaba guiando.Seguí a Aldara en silencio, mis pasos resonando en la quietud del bosque. Cada paso que daba hacia el claro me acercaba a una verdad que había estado evitando. Sentía la tensión en el aire, la anticipación de lo desconocido. Cuando finalmente llegamos al claro, el lugar emanaba una energía antigua, casi sagrada. La luz suave que emanaba desde la tierra misma parecía envolver a Aldara, resaltando su presencia de manera casi sobrenatural.Observé cómo cerraba los ojos y se dejaba llevar por las visiones. La presencia de su poder me sacudió hasta lo más profundo de mi ser. Sentí una mezcla de temor y admiración al ver la transformación que se estaba gestando ante mis ojos. Aldara n
Narrador: AldaraEl viento aún susurraba a nuestro alrededor, pero esta vez su canto era distinto. Había un eco de advertencia en su murmullo, un presentimiento oscuro que me erizaba la piel. La energía en el bosque vibraba con una tensión latente, como si la naturaleza misma estuviera conteniendo el aliento.Ragnar y yo nos miramos en silencio. Su postura, siempre firme y resuelta, ahora estaba cargada de alerta. Yo sentía una presión en el pecho, un presentimiento de que algo se aproximaba. No sabía qué, pero el aire me lo gritaba en cada brisa que se colaba entre los árboles.—Debemos estar listos —dijo Ragnar en un tono bajo, pero firme.Asentí. Mis poderes estaban despertando, pero aún no los controlaba del todo. Había sentido su fuerza creciente, la manera en que el fuego respondía a mi voluntad y cómo el viento se moldeaba a mi anhelo. Sin embargo, también había sentido el peligro de esa magia incontrolable. Sabía que, si no aprendía a manejarla, podía convertirme en una amenaz