Narrado por Aldara
El claro parecía suspenderse en el tiempo. La brisa nocturna era suave, pero la energía que nos rodeaba tenía un peso palpable, cargada de algo más profundo que la magia o el destino: era nuestra conexión, creciendo y fortaleciéndose con cada segundo que pasaba. Ragnar, en su forma de lobo, permanecía frente a mí, sus ojos centelleando como llamas líquidas.
Cuando me miraba así, sentía como si pudiera ver mi alma. Había una intensidad en él que me hacía querer retroceder, pero al mismo tiempo, un magnetismo que me atraía con una fuerza imposible de ignorar. No tenía miedo. No podía tenerlo. Todo en mí sabía que estaba destinada a este momento, aunque no comprendiera completamente lo que significaba.
—Estoy lista, Ragnar —repetí, mi voz apenas un susurro.
Él inclinó la cabez
Narrado por RagnarLa noche parecía más pesada de lo habitual. Cada sonido del bosque, cada susurro del viento, parecía amplificado, como si el mundo se hubiera inclinado hacia este momento. Sentía el latido de Aldara en mi pecho como si fuera el mío, y la calidez de su piel aún irradiaba contra mis manos.La había marcado.Sabía lo que esto significaba, para mí, para ella y para la manada. No había vuelta atrás. La marca no era solo un símbolo; era una unión tan profunda que mi lobo ya no reconocía una vida sin ella. Sentí orgullo y amor, pero también el peso del deber. Ahora que el vínculo estaba completo, las consecuencias serían inevitables.Aldara estaba junto a mí, envuelta en mi capa. Sus ojos se alzaron para encontrarse con los míos, reflejando una mezcla de asombro y curiosidad. Tocaba el lugar donde la hab&i
Narrado por RagnarEl claro, que minutos antes había sido nuestro refugio, ahora parecía impregnado de tensión y peligro. El viento traía consigo el inconfundible olor de mi manada. No estaban tranquilos. Había furia en el aire, y sus aullidos no eran simples señales: eran llamados de confrontación.Mis instintos se agudizaron. Mi lobo se agitaba, listo para proteger a Aldara a toda costa, pero sabía que no podía dejarme dominar por él. Este encuentro requería equilibrio.Las sombras se movieron entre los árboles hasta que uno a uno comenzaron a aparecer. Primero Marcus, mi beta, con su postura rígida y mirada seria. Luego, Ethan, cuyos ojos estaban cargados de sospecha. Detrás de ellos llegaron otros miembros de la manada, formando un semicírculo alrededor de nosotros, cerrando cualquier posibilidad de escape.—Ragnar. —Marcus fue el primero en hablar, su tono bajo pero cargado de reproche—. ¿Qué estás haciendo aquí?—Protegiendo lo que es mío. —Respondí sin dudar, mi voz firme y cla
Narrado por AldaraCuando la última sombra de los lobos se desvaneció entre los árboles, el claro quedó en un inquietante silencio. Ragnar seguía de pie, observando la dirección en la que se habían marchado. Su postura era rígida, y aunque su expresión no delataba nada, el vínculo que compartíamos me permitió sentir la marea de emociones que lo embargaba: frustración, preocupación y una inquebrantable determinación.—¿Siempre son así? —pregunté, tratando de aliviar la tensión con un tono más ligero, aunque mi corazón aún latía con fuerza después de lo ocurrido.Ragnar no respondió de inmediato. Sus ojos dorados seguían brillando, un recordatorio de lo cerca que había estado de perder el control frente a su manada. Finalmente, exhaló profundamente y me mir&oa
Narrado por AldaraEl bosque estaba en calma, pero la atmósfera a mi alrededor parecía cargada de una energía que no podía explicar. Ragnar, todavía en su forma de lobo, permanecía inmóvil frente a mí, sus ojos dorados brillando con una mezcla de intensidad y expectación.Acaricié su pelaje una vez más, dejando que la textura suave y cálida me calmara. Algo en él me hacía sentir segura, pero también expuesta, como si en su presencia no pudiera ocultar nada.—Eres más de lo que pensé que podrías ser, Ragnar, —murmuré, aunque sabía que me escuchaba perfectamente. Mis palabras parecieron resonar entre los árboles, y me sentí como si estuviera confesándole algo mucho más profundo que lo que mis palabras implicaban.Ragnar retrocedió un paso, y ante mis ojos, comenzó a transformarse de nuevo. Sus músculos se contrajeron y sus huesos crujieron en un espectáculo que debería haberme horrorizado, pero que, en cambio, me dejó fascinada. En cuestión de segundos, el lobo desapareció, y Ragnar vol
Narrado por AldaraRagnar me llevó a través del bosque, sus pasos firmes guiándome por senderos que parecían secretos incluso para los árboles que nos rodeaban. Su mano seguía sujetando la mía, como si temiera que me apartara o me perdiera entre las sombras. Pero, en realidad, no tenía intención de soltarlo.El aire estaba cargado de una energía que no podía explicar, como si el bosque entero estuviera vivo, observándonos con una mezcla de curiosidad y expectación. No dije nada, dejando que el silencio nos envolviera mientras nos adentrábamos más y más en su mundo.Finalmente, llegamos a un claro donde la luna bañaba todo con su luz plateada. En el centro, una roca lisa y alta parecía haber sido colocada allí intencionadamente, como un altar antiguo olvidado por el tiempo. Ragnar se detuvo frente a ella, girándose para mirarme.—Este lugar es sagrado para mi manada, —dijo, su voz baja y solemne—. Aquí es donde nuestros ancestros se unieron por primera vez con la magia del bosque. Es d
Narrado por AldaraLa mañana llegó con la promesa de respuestas, pero también con el peso de nuevas preguntas. La luz del sol se filtraba a través de las ramas, jugando en las paredes de mi habitación. No había dormido mucho después de lo ocurrido en el claro. Cada vez que cerraba los ojos, veía a Ragnar, primero como el hombre que era y luego como el lobo que habitaba dentro de él.Sentía su mirada clavada en mí incluso ahora, como si hubiera dejado una marca invisible en mi alma. Pero más que eso, sentía el eco de algo más profundo: una conexión que me aterraba tanto como me intrigaba.Me levanté, incapaz de quedarme quieta, y me dirigí hacia la ventana. El bosque parecía tranquilo, pero sabía que bajo su calma aparente se escondían secretos que apenas comenzaba a entender.Una suave llamada a la puerta interrumpió mis pensamientos.—Adelante, —dije, girándome para enfrentar a quien fuera que hubiera venido a buscarme.Ragnar entró con la misma presencia imponente de siempre. Había
Narrado por AldaraEl aire estaba tenso en el claro donde Ragnar había convocado a su manada. Había accedido a acompañarlo para que comenzara a integrar mi presencia entre ellos, aunque sabía que mi mera existencia desataba tensiones. Los murmullos no cesaban mientras me miraban, y la sensación de estar siendo observada por decenas de ojos desconfiados me hacía querer dar la vuelta y correr.Ragnar estaba a mi lado, su postura firme e imponente, irradiando autoridad. Aunque me reconfortaba su presencia, también entendía que no todos los lobos la respetaban tanto como él esperaba.—Escuchen, —dijo con su voz grave, alzando las manos para silenciar a la manada—. Aldara está aquí bajo mi protección. No habrá discusiones al respecto.Un hombre alto y robusto, que había escuchado llamar Marcus, dio un paso al frente. Su rostro estaba endurecido por la desconfianza.—Con todo respeto, alfa, —dijo, su tono apenas contenido—, ¿qué sabemos de ella? ¿Qué nos garantiza que no es una amenaza? Ya
Narrado por AldaraRagnar no perdió tiempo. Apenas amaneció, me llevó a un claro más alejado del bosque, un lugar que parecía apartado incluso para los estándares de su territorio. Las ramas de los árboles formaban una especie de cúpula natural, y el suelo estaba cubierto por un manto de hojas secas que crujían bajo nuestros pasos. Era un espacio tranquilo, pero la tensión en el aire era palpable.—Aquí nadie nos interrumpirá, —dijo Ragnar, girándose para enfrentarme. Sus ojos dorados me miraban con una mezcla de determinación y preocupación—. Si vamos a hacer esto, tienes que estar completamente concentrada.Asentí, aunque mis nervios estaban a flor de piel.—¿Por dónde empezamos? —pregunté, tratando de mantener la calma.Ragnar respiró hondo, cruzando los brazos mientras caminaba lentamente a mi alrededor, como si evaluara cómo abordar la situación.—Lo primero es entender tu energía, —dijo finalmente—. No puedes controlarla si no la conoces.—Pero ni siquiera sé de dónde viene, —re